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By Astarottth

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Capรญtulo รšnico.

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By Astarottth

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son propiedad de Masashi Kishimoto.

Autor original: Kazucat (Ao3).

Link de la historia: https://archiveofourown.org/works/38293309?view_adult=true

—¡Mmph! ¡Ah~! —llegaron los gemidos ahogados de placer de Deidara, desde el dormitorio de su habitación de motel esa noche.

Sasori se sentó en el sofá de la sala principal, retocando sus marionetas y escuchando. Sabía lo que su compañero estaba haciendo allí, sería un idiota no saber que se estaba masturbando. Sucedía después de cada misión como esta, Deidara hacía sus explosiones, Sasori hacía su espectáculo de marionetas, completaban la misión, conseguían una habitación de motel y luego Deidara se masturbaba. El titiritero encontró la rutina extrañamente... interesante y parecía aumentar su interés más que nunca esta noche. ¿Por qué Deidara se calentaba tanto después de las misiones? ¿Fue simplemente que tuvo la oportunidad de mostrar su "arte"? ¿El arte mismo lo excitaba? El rubio podría correrse en el campo de batalla cada vez que detonaba otra de esas explosiones suyas. Deidara era un hombre muy apasionado y Sasori de alguna manera lo encontró interesante.

—¡Ah...! ¡Mm! —Deidara continuó gimiendo desde el otro lado de la puerta, el ruido repentino hizo que Sasori apretara demasiado una parte de la marioneta en la que estaba trabajando, aquella parte cayó sobre el piso alfombrado. ¿Deidara tenía que ser tan ruidoso? Frunció el ceño y se preguntó por un momento si su compañero quería que lo escuchara. Era eso o simplemente no le importaba quién lo escuchara gimiendo, desconsiderado como solía ser.

Sasori se levantó y llamó a la puerta del dormitorio.

—Deidara —habló con su voz de terciopelo suficientemente fuerte como para ser escuchada.

—Hmm, es un mal momento, Danna —Deidara gritó—. ¿Me darías un par de minutos?

—No puedo concentrarme aquí afuera con tus malditos gemidos, Deidara —Sasori gruñó, cada sílaba sonaba que salía de él sonaba más que la anterior. Y seguía enojado, pero todavía había cierta curiosidad dentro de él con respecto a la actividad privada de Deidara. Definitivamente una curiosidad morbosa, había decidido llamarlo así.

—Lamento mucho distraerlo, Danna~ —Deidara respondió descaradamente desde el otro lado de la puerta—. Lo prometo, solo será un m-momento... más... —Ahora solo podía exhalar las palabras, sonando como si estuviera cerca de correrse.

Sasori no sabía muy bien por qué, pero abrió la puerta en ese momento, viendo exactamente lo que esperaba ver, pero aun así lo dejó sin palabras. Deidara estaba sentado en el borde de la cama, con las piernas abiertas, los pantalones ligeramente bajados para revelar su pene completamente erecto en su mano. Lo estaba sacudiendo hacia arriba y abajo mientras su otra boca de mano lamía su punta hinchada, el líquido pre-seminal estaba goteando.

—¿S-Sasori? —Deidara se sonrojó levemente, con los ojos muy abiertos apenas vio al peli-rojo, pero aun así no detuvo lo que estaba haciendo, disminuyó su ritmo para no venirse en ese momento—. Qué sorpresa, hm. ¿Quieres ver?

Sasori lo miró por un momento antes de mirar hacia otro lado tímidamente, sin respuesta mientras se sentaba a su lado en la cama. Mirando hacia abajo la obra de Deidara, literalmente, supuso que sí quería ver, una ligera fascinación en sus habituales ojos marrones apagados mientras el otro continuaba acariciando su propio eje delante de él. Con cada movimiento hacia abajo, el prepucio de Deidara se tiraba hacia abajo para revelar su cabeza completamente hinchada, un rosa más oscuro que el resto de su pene. Una de las lenguas de su mano se unió para lamer sensuales círculos alrededor del borde, haciendo que el rubio jadeara y gimiera una vez más por sus propios movimientos.

El titiritero observaba en silencio todo el tiempo, hipnotizado, estudiando cómo cada movimiento afectaba a su compañero. No podía pensar en ninguna explicación en este momento, además de que Deidara era hermoso, el hombre más hermoso que había visto y su pasión parecía despertar algo dentro de él, algo desconocido. Sasori había intentado masturbarse varias veces en el pasado, cuando todavía se le podía llamar humano. Nunca entendió realmente, tampoco llego a pensar profundamente sobre lo que le gustaba o lo que lo excitaba, pero lo único que se acercaba parecía ser el cuerpo masculino y Deidara era el mejor ejemplo de eso.

—Sabes... eres parte de la razón por la que soy así, hm —Deidara mencionó con un coqueto guiño y sonrisa, haciendo que el otro levante una ceja y lo mire a los ojos ahora.

—¿Yo...? Pero... ¿Por qué? ¿Cómo? —Sasori preguntó incrédulo, exigiendo saber. Ciertamente no había tenido la intención de hacerlo.

El rubio rio entre dientes la respuesta.

—Bueno, supongo que podría decir que me resulta estimulante trabajar contigo, crear arte con otro artista, es todo lo que podría haber pedido, Sasori mi buen hombre, hmm. Además, siempre eres tan genial y artístico por ahí, que no puedo evitar que me enciendas~

El peli-rojo se sorprendió por un momento y sus ojos se abrieron.

¿Él fue parte de la razón por la que Deidara se excitaba tanto después de sus misiones? Había pensado que era solo el propio "arte" de Deidara lo que lo ponía de esa manera, pero ahora sabiendo que también tenía un lugar en esto, lo hizo sentirse... ¿Orgulloso? No estaba muy seguro, pero le gustaba el hecho que la polla de su compañero estuviese tan dura para él, que pronto se correría para él.

—Maestro... Y tú... ¿Quieres verme correrme? —Deidara respiró, esperaba que Sasori dijera que sí, que eso lo excitaría tanto. Pero si siguiera viéndolo así, también estaría bien, le gustaba tener una audiencia. El artista rubio se acercó al otro, sus hombros se tocaron mientras se apoyaba contra él—. Maestro... —gimió, masturbándose más rápido, ansioso por la atención del peli-rojo.

—Deidara... —Sasori dijo, quedó claro en su voz. Los ojos brillaban de lujuria, estaba encantado por su joven y caliente pareja, con su longitud palpitante expuesta a él, palpitando con cada roce de la propia mano del rubio. Aunque no le gustaban las explosiones de su pareja, quería verlo alcanzar su punto máximo, hasta el punto más alto de éxtasis y la expresión que haría cuando sucediera. Quizás para añadirlo a su lista de curiosidades morbosas...

Sasori fue a acariciar la bonita cara de Deidara, empujando hacia atrás su fleco rubio para ver sus dos llamativos ojos azules mirándolo, las mejillas enrojecidas y deseosas. Con su otra mano, Sasori acarició sensualmente la mandíbula de su alumno y antes de que se diera cuenta, se inclinó para besarlo.

Deidara no dudó en corresponder el beso, suavemente al principio mientras se calentaban el uno al otro antes de que sus bocas se movieran en un ritmo fluido el uno contra el otro. Su pene se torció aún más en su palma, gemidos fueron sofocados por los labios de su amo. La lengua de Sasori empujó su camino hacia su boca abierta mientras jadeaba, frotándose apasionadamente contra su propia lengua. Deidara gimió en el beso, sometiendo su boca completamente al otro macho.

El titiritero fue el primero en romperlo, un rastro de saliva se rompió entre ellos mientras su compañero lo miraba con ganas de más.

—Deidara... —Sasori dijo una vez más, colocando con cariño su pulgar justo debajo de los labios del rubio, su otra mano todavía enredada en su cabello—. Eres tan hermoso.

—S-Sasori... —Deidara exhaló, gimió unos segundos. Tomado por sorpresa, sus ojos estaban muy abiertos, en estado de shock por lo que acababa de suceder. Su corazón también podría haber revoloteado. Estaba muy consciente de que invitó al otro a verlo masturbarse, pero de alguna manera el beso se sintió más íntimo que eso. No es que estuviera en contra en absoluto, había estado locamente enamorado de Sasori desde el momento en que vio su cuerpo real. Era la perfección, era arte. ¿Y finalmente estaba devolviendo sus sentimientos? Estaba él... ¿Soñando ahora mismo? Pero todo se sentía demasiado real.

—¿Puedo tocarte? —Sasori preguntó de repente, mirando hacia abajo a la erección del rubio que todavía estaba siendo bombeada a un ritmo constante por su propia mano—. Allá abajo —Una cierta fascinación y curiosidad brillaba en sus ojos marrones.

Deidara estaba sonrojado y sin palabras mientras miraba a su maestro, con la cara a solo centímetros de la suya. También le tomó un tiempo procesar lo que Sasori estaba diciendo. ¿Quería...? Todo lo que podía hacer era simplemente asentir, quitando sus propias manos de su longitud endurecida, en lugar de eso, envolvió un brazo alrededor de Sasori mientras su otra mano se agarraba a las sábanas.

Sasori envolvió lentamente una mano alrededor de la polla palpitante de Deidara y la sacudió hacia arriba y hacia abajo, experimentalmente al principio. Luego fue a tocar la punta, presionando su dedo ligeramente sobre su hendidura. Una pequeña cantidad de pre-semen salió a sus dedos y los juntó distraídamente, observando cómo se rompía el líquido pegajoso. Usándolo para cubrir el resto de la punta brillante de Deidara, comenzó a acariciar y apretar solo la cabeza en su palma, de vez en cuando su pulgar dando vueltas alrededor del borde.

Deidara jadeó y lo abrazó con más fuerza, los dedos agarraron desesperadamente la capa de su compañero. Nunca podría haber imaginado que se sentiría tan bien ser tocado por otra persona, o tal vez solo tenía que ser el maestro Sasori. Sus terminaciones nerviosas se electrificaban cada vez que Sasori lo sacudía, lo apretaba, lo acariciaba. La mano del titiritero se sentía más gomosa que la carne normal, pero aun así suave y lisa. De vez en cuando, el frío metal del anillo del pulgar de su compañero tocaba su eje y él gemía, gustándole esa sensación también. Deidara apoyó su cabeza sobre el hombro de Sasori, escondiéndose en su cuello.

—Mm... Ah... M-Maestro Sasori, se siente tan bien cuando me tocas... —Tuvo que admitirlo, sin aliento sobre su hombro.

Comenzando ahora desde la base, Sasori lo jaló hacia arriba y hacia abajo en movimientos fluidos. Su mano libre se unió y comenzó a acariciar los testículos de Deidara, ahuecándolas suavemente y apretándolas mientras satisfacía su curiosidad y obtenía algunos gemidos más deliciosos a cambio.

—Maestro, usted... Es bueno con sus manos. No esperaría menos de un artista de su calibre, hmm —comentó el rubio, con una pequeña sonrisa en su rostro mientras se alejaba un poco para que pudiera admirar al atractivo hombre que lo complacía con habilidad.

No pasó mucho tiempo antes de que Sasori se inclinara para besarlo nuevamente, sus labios chocando juntos en el calor del momento, como unos imanes incapaces de separarse. La marioneta aún sacudía constantemente la longitud de Deidara, desde la base hasta la punta mientras se besaban, compartiendo besos lujuriosos y apasionados de los que ambos no podían tener suficiente.

Sasori se alejó un poco, sus rostros estaban a solo centímetros de distancia.

—Dame más de tus gemidos, Deidara,  quiero oír lo que te estoy haciendo —Él ordenó.

El control era algo que le gustaba y ver a Deidara a su merced era su éxtasis.

Deidara probablemente habría estado gimiendo de todos modos, pero por supuesto que gemiría por su maestro, echó la cabeza hacia atrás con placer.

—Mmph… Ah, S-Sasori, ¡No te detengas!

—¿Quieres correrte? —preguntó Sasori, sin dejar de trabajar el eje resbaladizo del otro en su mano.

—Sí, maestro, quiero correrme para ti... Quiero que me veas explotar, hmm —El rubio gimió.

Podía sentirlo cada vez más cerca, con cada bombeo de su pene, la presión de la mano de Sasori enviaba ondas de placer a través de todo su cuerpo, aumentando hasta su gran explosión, doliendo dentro de él para ser liberado.

—Te cuidaré bien —El titiritero le dijo suavemente al oído, sin dejar de masturbarlo, acelerando su ritmo.

Podía sentir el pene de Deidara comenzar a contraerse y pulsar contra los receptores de chakra en su mano y podía decir que el final probablemente se acercaba.

—¡D-Danna... Me voy a correr! —Deidara exclamó a través de respiraciones calientes, su polla bombeando su semilla blanca en chorros esporádicos, algunos aterrizando en sus pantalones y camisa. Sin embargo, no le importaba, las explosiones harían eso, estallarían en cualquier cosa en su camino.

Sintiendo estos pocos momentos de dicha, fue mejor que cualquiera de sus sesiones de masturbación anteriores, seguramente porque Sasori fue la causa de ello.

Sasori observó con una extraña fascinación, complacido mientras terminaba de masturbar a su pareja a través del orgasmo. El líquido pegajoso blanco había llegado a todas partes.

—Hiciste un desastre, mocoso —Lo regañó, la voz más baja, un toque de seducción en su tono de voz—. ¿Cómo compensarás esto? Me pregunto... —Se inclinó, sus párpados bajaron y Sasori parpadeó con sus largas pestañas, sus ojos cafés llenos de deseo mientras se inclinaba para encontrarse con los labios del rubio una vez más. Comenzó a besarlo suavemente, lo empujó hacia atrás para que se acostara en la cama—. Ahora, quítate la ropa.

—¿Eh? Maestro, ¿Quieres decirme que tú…? —Deidara habló sorprendido. ¿Sasori quería tener sexo con él? Si llegase a tener sexo con Sasori, sería como tener sexo con el arte.

Intrigado de repente, el artista rubio comenzó a quitarse la camisa red, revelando su pecho y abdominales tonificados. Luego, quitándose los pantalones y los bóxers, quedó desnudo ante el otro hombre. No pudo evitar sonrojarse mientras Sasori lo observaba, pero al mismo tiempo se sentía extrañamente emocionado al estar sin ropa para él.

—Sí, Deidara, te digo que te voy a follar —Sasori confirmó, quitándose la capa y los pantalones, revelando que tuvo una erección todo este tiempo. Estaba pálido como el resto de él, aunque se veía un poco fuera de lugar con su cuerpo de marioneta. No estaba seguro de por qué lo había mantenido en la transformación. Bueno, probablemente por eso.

—Esto es sorprendente, ni siquiera sabía que tenías el equipo adecuado, mi Danna~ —Deidara jadeó, llevándose la mano a la boca. El pene de Sasori era un poco más pequeño que su propia longitud, pero no le importaba. Su Danna seguía siendo el único hombre que quería encima de él, dentro de él. Sólo la idea de ser dominado por él hizo que su polla se endureciera de nuevo.

—Cállate, Deidara —Sasori descartó, tomando su dedo índice y medio, poniéndolos en la boca del rubio—. Chúpalos.

Y así Deidara chupó con obediencia, cubriendo los dedos de la marioneta con su saliva. Sabía lo que sucedería a continuación y trató de prepararse para ello. La verdad es que todavía era virgen, pero no quería decir nada si Sasori no iba a preguntar.

—Abre tus piernas —El pelirrojo ordenó y el rubio obedeció.

—D-Danna~ —El rubio gimió cuando su compañero insertó dos dedos dentro de su agujero, presionando lentamente al principio para poder entrar antes de meterlos con más profundidad.

—¿Cómo se siente? —Sasori le preguntó con curiosidad, analizando su reacción desde arriba.

—Me duele un poco, hm —admitió Deidara—. Pero… no es tan malo, me gustas dentro de mí.

Como si aceptara la invitación, Sasori sacó los dedos para hundirlos una y otra vez dentro del rubio, preparándolo para lo que estaba por venir. Curvó los dedos, sintiendo los confines de su cavidad anal, buscando su lugar. Había cierto lugar que hizo que Deidara jadeara, su cabeza cayó hacia atrás sobre la almohada, su pene se contrajo cuando lo frotaba. Tenía que ser eso.

—¡A-Ah, Maestro! —Deidara gimió en voz alta, su agujero apretándose con nuevas sensaciones alrededor de los dedos de la marioneta. Se sentía mejor allí que cuando estaba tocando su polla.

Admiró el cuerpo desnudo de su pareja, retorciéndose bajo su toque, Sasori quería que se deshiciera aún más. Se inclinó y chupó uno de los pezones del rubio, obteniendo un gemido ahogado a cambio, continuó trabajando sus dedos dentro de él a un ritmo constante. Sasori cambió al otro pezón cuando terminó, dejando el primero de un color carmín y chupando el otro con la misma fuerza.

—Sasori... —gimió Deidara, queriendo escuchar el nombre de su compañero salir de sus labios, para que todos los que pudieran escuchar supieran quién lo estaba complaciendo de esa manera.

Sasori quitó los dedos y su compañero se movió para sentarse, mirando su pene.

—Déjame chuparlo, ¿Sí? —preguntó Deidara, bajando su cabeza con un sonrojo. ¿Cómo Sasori podría negarse?

—Es todo tuyo —Sasori lo acarició, presionando la punta contra los labios del rubio, manchando el líquido preseminal. Su mano pasó por el cabello de Deidara.

Tomando la polla de Sasori con sus labios apretados, Deidara lamió y chupó ansiosamente, lubricándola para cuando estuviera dentro de él. Tarareando mientras sacudía la cabeza, la dura longitud de su compañero se deslizó arriba y abajo en su lengua.

La mano de Sasori agarró su largo cabello.

—¿Estás listo para lo real?

—S-Sí —respondió Deidara, recostándose y abriendo las piernas una vez más. Estaba un poco nervioso pero emocionado de todos modos.

Sasori comenzó a empujar su polla dentro de él, abriéndose camino para entrar en el cuerpo de Deidara.

—M-maestro… —gimió el rubio, sintiendo una mezcla de placer y dolor. Se quemó la primera vez que empujó hasta el fondo, luego salió y volvió a entrar unas cuantas veces más a un ritmo más rápido—. ¡D-Despacio! Eres tan rudo, hmm —Se quejó, sus cejas juntándose por el dolor.

Deteniéndose profundamente dentro de él, Sasori aprovechó el movimiento y levantó una ceja.

—¿Es tu primera vez?

Las mejillas de Deidara ardían hasta las orejas y asintió, avergonzado.

—Hemos estado juntos desde que me uní a esta organización a los quince, ¿Me has visto tener alguna oportunidad de tener sexo, hm?

—No, supongo que no... —admitió Sasori, debería haberlo sabido. El recipiente de su corazón latía un poco extraño en su pecho. Si sus mejillas estuvieran hechas de pura carne, seguramente estaría sonrojándose ahora.

Deidara le estaba dando su primera vez... Sería amable con él.

Eventualmente, Deidara se relajó mientras su agujero se estiraba para su compañero, formándose a su tamaño. Empezaba a sentirse mejor para él. Pronto, cada embestida envió placer por todo su cuerpo, la punta hinchada de Sasori daba a su próstata en embestidas constantes dentro de él. Con las piernas abiertas, el pelirrojo tenía pleno acceso a su cuerpo tembloroso, abierto y vulnerable.

—Te sientes tan bien dentro de mí... Te he deseado durante tanto tiempo, mi hombre, hmm... —Deidara extendió la mano para acariciar la cara de su maestro, la lengua de la mano lamiendo su mejilla con ternura.

—Vaya —Sasori sonrió levemente, un sonido divertido, sus manos tomaron fuerza y agarraron los muslos del otro—. Bueno, lo siento por hacerte esperar.

—Mmm, pensé que nunca me follarías —Deidara gimió, perdiendo el aliento cuando Sasori aceleró su ritmo de empuje. Golpeando completamente en él, jadeando sin aliento y los sonidos de bofetadas del sexo llenaron el placer cuando Sasori supo cómo darle al rubio. Anhelaba ese breve momento en que su maestro llegaba a lo más profundo de su interior.

Sasori se movió hasta estar más encima de él, plantando sus manos al lado de su pareja en la cama, inclinándose para besarlo apasionadamente.

Devolviendo el beso, Deidara movió sus caderas, permitiendo que la polla de Sasori golpeara sus entrañas en un ángulo más profundo. Envolviendo sus brazos y piernas alrededor del peli-rojo, quería estar cerca de él. Estaba tan apegado a este hombre que no podía soportar perderlo.

—No estés contra mí, pero... Realmente te amo, Sasori... —admitió en un tono tranquilo, solo queriendo que supiera eso mientras su corazón latía con fuerza.

De repente sintió un escalofrío a través de su cuerpo, dándose cuenta de lo pesado que era decir eso mientras tenían sexo.

Sasori aprovechó su empuje y Deidara comenzó a entrar en pánico. Riendo, trató de romper la atmósfera seria.

—Lo siento, Maestro, probablemente solo quieras relajarte y luego voy y digo esas cosas, hmm —puso una cara triste a pesar de todo, queriendo que sus sentimientos fueran correspondidos. Sin embargo, sin perder completamente la esperanza, sabía que el otro tenía que sentir algo hacia él, o de lo contrario, ¿Por qué hacer esto?

—No, no es eso —Sasori respondió con un movimiento de cabeza, confundido con sus propias emociones—. En realidad, yo también te amo.

Deidara se iluminó con una gran sonrisa.

—Oh, entonces debe ser mi día de suerte, ¿Eso crees?

Sasori le devolvió la sonrisa, divertido y pensando que el rubio era lindo.

—Puede ser —encontró a su compañero en otro beso, suave y gentil mientras se mecía dentro de él desde abajo, la cama crujía con constantes embestidas.

—Hmm... Oh, Sasori~ —Deidara continuó gimiento sin aliento, perdiéndose en el placer de ser atravesado por la polla de su hombre. En las profundidades de su cuerpo, tan cerca como puede estar, estaba en verdadera dicha. Se pene se estaba acumulando de nuevo, rápido, su siguiente explosión. Sus manos palparon la fría madera que era la espalda de su compañero, explorando su cuerpo, una obra de arte.

Se sintió lleno, completo, sabiendo que iban a crear un nuevo tipo de arte, sus cuerpos estaban tan entrelazados apasionadamente. Se preguntó si Sasori también lo sentía, si su cuerpo era capaz de hacerlo.

Su pregunta pronto fue respondida después de algunos empujones más. Sasori terminó dentro de él, el semen hizo sentir todo un cosquilleo por dentro. El marionetista seguía bombeando dentro de él, llenándolo hasta el borde, mientras Deidara lo aferraba con fuerza. Solo dos embestidas más antes de que sus propios músculos se estremecieran de placer, esa sensación final que lo envió al borde del climax.

—Maestro… ¡Ah~ Maestro Sasori! —Deidara gimió, corriéndose a chorros por todo su propio pecho. La polla de Sasori empujaba cada vez, enviando una nueva oleada de felicidad a través de su cuerpo con cada impacto. Se sentía demasiado bien, mejor que cualquier otro orgasmo que hubiera tenido. Simplemente siguió adelante.

El peli-rojo se retiró entonces, su polla se había ablandado después de su propia liberación. Rápidamente metió dos dedos en el agujero de su pareja en su lugar, bombeándolos dentro y fuera, el agujero cubierto de su propio semen. Al mismo tiempo se inclinó, envolviendo sus labios alrededor de la palpitante polla de Deidara, chupándola mientras más chorros de semen golpeaban la parte posterior de su garganta. No sabía qué le pasó, pero la polla de su alumno se veía deliciosa en ese momento, el cuerpo retorciéndose mientras sus dedos entraban y salían de él.

—¡Ah~! —Deidara no pudo soportarlo, arqueó la espalda mientras los dulces labios de Sasori chupaban su polla hasta dejarla seca, los dedos de la marioneta follaban intensamente su agujero hasta que se agotó.

Cuando terminó, Deidara alborotó el cabello de su compañero y lo invitó a acostarse. Envolviendo los brazos alrededor de su cintura, el rubio se acurrucó contra su amante.

—Hagamos esto después de cada misión a partir de ahora, ¿Sí? —Preguntó con una sonrisa complacida.

Sasori hizo un sonido divertido, acostándose contra él, correspondiendo al abrazo. Se sentía extraño para él, pero le gustaba la sensación de estar cerca de Deidara.

—Ya veremos eso, mocoso.

«NOTA»

Amé este O. S y no dudé en pedirle permiso a la autora para traducirlo, disfruté mucho haciéndolo. Espero lo hayan disfrutado. (^o^)

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