La multitud era ensordecedora, pero Zhan aún logró escuchar a Lusi cuando se inclinó y le dijo al oído: —Creo que alguien va a tener un gran sexo esta noche.
Zhan se sonrojó y sonrió aún más de lo que ya lo había hecho. Pekin Admirals acababan de ganar su cuarto partido consecutivo en la primera ronda de los playoffs, y pasando a la siguiente ronda. Zhan vio a Yibo celebrarlo con sus compañeros de equipo en el hielo. Estaba muy orgulloso de él.
Yibo había tenido cada vez menos tiempo para él a medida que se acercaban los playoffs. Aunque Zhan pasaba la mayoría de las noches en casa de Yibo, éste sólo estaba en casa la mitad de ellas. Zhan les había dicho a sus padres que se había quedado en casa de unos amigos. Tenía que decirles algo.
Su relación era todavía nueva, apenas dos meses, en realidad. Zhan se lo recordaba cada vez que se sentía frustrado. A veces se preguntaba si Yibo estaría preparado para salir del armario. Para dejarles ser una pareja de verdad.
Sin embargo, en privado, cuando Yibo tenía tiempo para él, las cosas eran maravillosas.
Los dos equipos se alinearon para darse la mano. Todos los jugadores del equipo contrario parecían tomarse un momento para decir algo a Yibo cuando tenían su turno con él. Incluso recibió algunos abrazos rápidos y varoniles de algunos de ellos. Eso demostraba el respeto que sentían por Yibo, incluso por parte de sus adversarios.
Zhan lo amaba. Y esperaba un gran sexo esta noche.
***
Zhan se estaba lavando los dientes en el apartamento de Yibo cuando recibió un mensaje de él.
Yibo: Saldré con los chicos. Probablemente llegaré bastante tarde.
Zhan intentó no sentirse decepcionado. Los Admirals acababan de triunfar en los playoffs. Por supuesto que Yibo querría celebrarlo con su equipo.
Se sentó en el borde de la cama de Yibo y le respondió.
Zhan: Bien. Diviértete.
Suspiró. La verdad era que había estado pasando mucho tiempo solo últimamente. No era que no tuviera amigos; simplemente no tenía amigos que supieran de Yibo, además de Lusi. Su familia no sabía de Yibo. Su familia con la que técnicamente vivía.
Cada vez era más difícil.
Por muy bonito que fuera el ático de Yibo, también estaba vacío y solitario. Además, no pertenecía a Zhan. Había trasladado algo de ropa y artículos básicos de aseo, su portátil pasaba la mayor parte del tiempo aquí, pero seguía siendo un invitado.
Cualquier emoción sexy de tener una relación secreta que hubiera existido alguna vez se había desvanecido definitivamente. La desastrosa salida al museo probablemente había acabado con lo último. Zhan se había cansado de tener cuidado cuando hablaba con sus amigos y familiares. Estaba cansado de las mentiras y las medias verdades. Sobre todo, estaba cansado de evitar a todo el mundo porque no quería mentir. Siempre había sido un tipo muy sociable. Esto no le gustaba.
Yibo parecía estar mucho más cómodo que Zhan con su extraña relación. Era evidente que le encantaba llegar a casa con Zhan, siempre lo saludaba con una cálida sonrisa y un beso. Incluso las actividades domésticas más básicas, como preparar la comida o ver la televisión, parecían hacerle muy feliz. También hacían feliz a Zhan, pero... Encajaba en la vida de Yibo en casa, y definitivamente era importante para Yibo que Zhan asistiera a los partidos, pero más allá de eso no había nada. Zhan no les hablaba a sus amigos de Yibo, y estaba seguro que Yibo no les hablaba a sus amigos de él.
No es que su relación fuera mala. Zhan estaba enamorado. Total y completamente enamorado. Y no tenía ninguna duda de que Yibo lo amaba también. Además, su vida sexual seguía siendo increíble. Para un tipo con poca experiencia previa, Yibo encontraba nuevas formas de sorprender a Zhan en la cama.
Sería ridículo que Zhan dijera que se sentía como un prisionero en el apartamento de Yibo. No era eso. Es que su relación sólo existía dentro de las paredes de la casa de Yibo. Era lo más importante en la vida de Zhan y no podía llevarlo más allá de la puerta principal. Ahora que los playoffs habían comenzado, Zhan había perdido la esperanza de que Yibo pudiera hacer pública su relación en cualquier momento. Y cuando los playoffs terminaran, el plan de Yibo era escaparse a Europa con él.
¿Y luego qué? La siguiente temporada de hockey empezaría, Yibo se pondría a trabajar de vuelta y quizás Zhan empezaría la universidad... o peor, quizás seguiría trabajando en su trabajo de mierda y seguiría fingiendo que no salía con nadie. Fingiendo que no compartía su vida con un hombre al que amaba. Dejando que sus padres pensaran que estaba con amigos la mayor parte del tiempo, o acostándose con un desfile interminable de hombres al azar.
Zhan tiró su teléfono sobre el colchón. Estaba siendo egoísta. La ciudad estaba celebrando la victoria de Pekin Admirals esta noche. No debería estar más que orgulloso, y agradecido de que Yibo le diera lo que pudiera.
Yibo lo amaba. Él lo sabía. Sólo deseaba que no tuviera que ser tan complicado.
Zhan oyó el inconfundible golpe de Yibo contra la cómoda, seguido del sonido de sus maldiciones en voz baja. Zhan encendió la lámpara de la mesilla de noche.
—Hola —, dijo, con la voz rasposa.
—Hola —, susurró Yibo. —Siento haberte despertado. Vuelve a dormir. Sólo me estoy desvistiendo.
—Estás un poco borracho, ¿eh? —preguntó Zhan con una ligera sonrisa.
—Un poco. En realidad no. Tal vez.
Zhan se sentó, con una sonrisa más amplia ahora.
—Nunca te había visto borracho.
—No tan borracho —, murmuró Yibo. —Sólo... me lo he pasado bien.
—Mm.
Yibo se quitó la camisa y los pantalones, entró al baño para lavarse los dientes. Zhan vigiló la puerta, esperándolo.
—Vuelve a dormir —, dijo Yibo de nuevo cuando regresó. —Tienes trabajo mañana.
Era cierto. Zhan tenía que levantarse a trabajar demasiado pronto.
Yibo se metió en la cama y besó rápidamente a Zhan en la mejilla antes de apagar la luz. Zhan frunció el ceño en la oscuridad, queriendo decir algo pero sin saber qué. Y la mitad de la noche cuando tu novio está al menos un poco borracho y tienes que ir a trabajar en un par de horas probablemente no era el mejor momento.
—Felicidades por la victoria —, dijo finalmente. —Estoy muy orgulloso de ti.
Pero Yibo ya estaba dormido.
***
No había ayudado el hecho de que un par de semanas atrás se hubiera celebrado una cena del equipo de los Admirals a la que estaban invitadas las esposas y las novias. Una parte de Zhan había querido argumentar que un evento privado como aquel, en el que Yibo estaría entre las personas que consideraba su familia, podría ser una oportunidad perfecta para presentarlo. Tal vez salir del armario no tenía que ser una gran cosa. Tal vez Yibo podría simplemente... aparecer con Zhan. Dejar que sus compañeros de equipo sacaran sus propias conclusiones.
No se lo comentó a Yibo, y éste ni siquiera le insinuó que podría llevarlo. En cambio, sólo se disculpó cuando le contó lo de la cena. Le había dicho que deseaba poder llevarlo, pero eso fue todo.
Zhan había estado un poco decaído desde entonces.
Un cliente había dejado uno de los periódicos gratuitos que repartían en las estaciones de metro sobre una mesa del trabajo. Una foto de Yibo, exultante tras uno de los dos goles que había marcado la noche anterior, llenaba la primera página. Cuando Zhan la miró, se sintió culpable y emocionado. Era un imbécil. Su novio era un puto héroe y él un imbécil desagradecido que esperaba que Yibo pusiera en peligro todo aquello por lo que había trabajado toda su vida... ¿Por él?
Miró la cara exuberante de Yibo en la portada del periódico y se llenó de la verdad desgarradora de que no había manera de que esta cosa con Yibo durara. ¿Cómo podría?
Este era el espacio mental exacto en el que estaba Zhan cuando Ziyi dijo: — Así que... tengo que decirte algo.
—¿Oh?
—He presentado mi renuncia.
Zhan tardó un momento en darse cuenta de lo que había dicho.
—Mierda. ¿De verdad?
—Sí. Uhm, mi amigo fue promovido a gerente en Midtown y estaban contratando...
—Oh.
—Seguiré teniendo que levantarme a las madrugadas, pero el sueldo es mejor y hay beneficios, ¿sabes? Seguro médico.
—Sí. No, sí. Eso es genial. Bien por ti. —Su entusiasmo era más que forzado.
—Aw, Zhan. Lo siento. Debería haberte avisado. Sólo que no quería decir nada hasta estar segura.
—No, está bien. No lo sientas. Está bien. Me alegro por ti. De verdad.
—Oye —, dijo alegremente, —Si alguna vez vuelven a contratar, hablaré bien de ti. Si quieres.
—Oh, claro. Sí. Tal vez. Gracias.
—Probablemente no trabaje allí por mucho tiempo —, dijo Ziyi. —He estado pensando en... la academia de policía.
—¿En serio?
—Probablemente sea una tontería...
—¡No! ¡Ziyi, serías genial! Y nos vendrían bien más policías buenos, ¿sabes?
Zhan trabajó el resto de su turno aturdido. No sabía qué le molestaba realmente: Si echar de menos trabajar con Ziyi o si le molestaba que se fuera mientras él estaba atrapado ahi.
Cuando volvió al apartamento de Yibo después del trabajo, Yibo no estaba allí. No había recibido ningún mensaje suyo en todo el día.
Resignado a soportar otra noche solitaria, Zhan se metió en la ducha y salió sintiéndose un poco mejor. Se preguntó si Yibo estaría en casa para la cena.
No era raro que Yibo no se mantuviera en contacto. Al menos no últimamente. Los playoffs y todo lo que les precede, comprensiblemente, le habían consumido. Se había disculpado con Zhan de antemano por el poco tiempo que podría dedicarle, lo cual era ridículo. Eran los playoffs de la Copa ST y Yibo era la mayor estrella de la liga, por el amor de Dios. A ello se sumaba el hecho de que Yibo, a pesar de sus muchos logros, nunca había ganado la Copa ST.
Sí, era importante que Zhan estuviera tranquilo con esto.
Cuando Yibo llegó a casa esa noche, parecía agotado.
—Hola —, dijo Zhan, besándolo rápidamente. —¿Qué has hecho hoy?
—Oh, sólo... ESPN nos pidió a mí y a un par de chicos que grabáramos algunas promos para la segunda ronda de los playoffs. Tomó más tiempo de lo que pensé.
—Oh...
—Voy a... —Yibo señaló hacia el dormitorio. —Un día largo. Y mañana tengo que madrugar.
—Claro. Sí —. Mi día fue una mierda, gracias por preguntar.
Yibo desapareció en el dormitorio y Zhan se hundió en el sofá. Sabía que probablemente estaba exagerando porque, para empezar, había estado de mal humor, pero en ese momento se sentía como la puta mascota de Yibo.
Y entonces se enfadó consigo mismo, porque ¿Por qué carajo había estado esperando a que Yibo volviera a casa? ¿Por qué era esta su vida ahora? Solía ir al Kingpix todo el tiempo, al menos una vez a la semana. Salía a clubes. A cenar con amigos. Y a almorzar con amigos. Ahora sólo salía del trabajo e iba al apartamento de Yibo y esperaba a que llegara a casa. Y si Yibo no estaba, veía la televisión solo hasta que se quedaba dormido.
Amaba a Yibo. Por supuesto. Pero esta no podía ser su vida a largo plazo. ¡Tenía veintiséis años!
Durante las últimas semanas, Zhan se había estado preparando para la inevitable comprensión de Yibo de que era demasiado bueno para Zhan. O, al menos, que no valía la pena arriesgar toda su carrera por él. Pero tal vez no debería esperar ese momento. Tal vez debería iniciar la conversación. Porque la dolorosa verdad era que si Yibo no tenía planes de cambiar las cosas, entonces Zhan no podía seguir en esta relación.
Zhan casi quería entrar al dormitorio en ese momento y preguntarle a Yibo, tajantemente "¿Vas a salir alguna vez? ¿Vale la pena?", pero el momento sería terrible. Yibo estaba obviamente agotado.
¿Y cuál era la respuesta que Zhan esperaba escuchar? "Sí. Por supuesto. Saldré públicamente mañana. ¿Me dejas agarrar el teléfono para convocar una rueda de prensa?"
Así que Zhan no dijo nada. Se limitó a ver la televisión durante un rato y luego se metió en la cama junto al cuerpo dormido de Yibo. Se quedó mirando la oscuridad durante horas, preocupado.
***
Yibo envolvió la hoja de su palo con cinta negra de hockey utilizando exactamente el mismo método que había perfeccionado cuando era adolescente. Faltaban dos horas para el partido.
—Oye —, dijo Chuyue, probando con el pulgar el afilado de la cuchilla de sus propios patines, —¿Has oído lo que dijo tu novio?
A Yibo casi se cae.
—¿Qué?
—Ilya. Está hablando de nuevo.
—Oh —. Se relajó, sintiéndose estúpido.
—Dijo que se sentirá mal por quitarte tu primera victoria en la Copa ST.
Puso los ojos en blanco.
—Está bien.
—Dijo que sería amable y te daría uno de sus anillos.
—Caritativo.
—No sé tú —, dijo Chuyue, —Pero yo estoy deseando callarlo.
Yibo arrancó la cinta del rollo con los dientes.
—Claro que sí.
Además de querer vencer a Ilya, la segunda ronda fue el momento en que los Admirals fueron eliminados de los playoffs el año pasado, por lo que era importante para Yibo que llegaran a la tercera ronda.
Haoxuan entró en el vestuario, comiendo una manzana. Se sentó y sacó su teléfono.
—¿Quién quiere ver una bonita foto de mis hijos?
—¿Tenemos alguna opción? —preguntó Chuyue.
—¡No! Compruébalo —. Haoxuan le pasó su teléfono a Chuyue, que le echó un vistazo y se lo entregó a Yibo.
—Qué bien —, dijo Yibo, mirando las caras sonrientes del hijo y la hija de Haoxuan, con el chocolate embadurnado en la boca. —¡Están creciendo mucho!
—Lo sé. Los echo mucho de menos —, suspiró Haoxuan. —Siento que tengo al menos otra temporada en mí después de esto.
—Bueno, primero vamos a conseguirte otro anillo de la Copa ST —, dijo Yibo. —Luego puedes pensar en tu retiro.
—¿Cuántos serán? —Preguntó Chuyue. —¿Cuatro?
Haoxuan agitó una mano.
—¿Quién demonios puede llevar la cuenta?
Chuyue se rió.
—Vete a la mierda.
Yibo sabía que Haoxuan ya había ganado cuatro Copas ST con tres equipos diferentes. Ninguna con Pekin. Eran cuatro más que Chuyue o Yibo.
Yibo se sentó y sacó su propio teléfono. Miró un par de fotos recientes de Zhan que había tomado. Probablemente era un riesgo incluso tenerlas en su teléfono, pero tenía que tener algo, por el amor de Dios.
Se permitió mirar la sonrisa sexy de Zhan durante un minuto, disfrutando del calor que le inundaba cada vez que la veía. Luego se guardó el teléfono y volvió a fingir que esa parte de su vida no existía.