Coqueto, muy lindo y sutil, aquel chico le agradaba aún cuando sólo habían compartido tan pocas palabras.
En el momento en que se presentaron y Namjoon por fin puso cara al nombre de Yoongi descubrió lo agradable que era el chico. Sus pláticas eran fluidas, llenas de sentido y razón, mientras ambos hombres caminaban tranquilamente hacia la sala de estar y Yoongi le ayudaba con algunas cajas llenas de sus pertenencias ambos se sintieron cómodos en los silencios que se presentaron.
Para Namjoon el lugar estaba igual a la última vez que estuvo ahí, y llevo su reciente recuerdo en la cocina hasta el fondo de su mente mientras el pálido chico le preguntaba sobre su estancia en el hotel, precavido en cuanto Hoseok hiciera acto de presencia, intentando convencerse que aquello no le desorientada un poco más de lo normal.
—Las habitaciones aún están deshabitadas, Hoseok quería que tomara primero, abogado.
Ante la mención del chico de cabellera naranja su atención se enfocó en el recuerdo de aquel chico y su jovial beso, sintiéndose traicionado de su propia mente, Namjoon carraspeo avergonzado y dirige sus pasos al segundo piso, tratando de descubrir por sí mismo el paradero del joven Jung.
—Agradezco la consideración, pero no necesito realmente escoger si mi estancia es corta. —mientras echaba un rápido vistazo hacia la cocina y confirmaba que está estaba vacía comenzó a subir los escalones lentamente esperando ser seguido por el pelinegro —. Solo necesito terminar de sacar todo el papeleo del estudio, cualquier habitación estará bien para mí.
La astuta mirada de Yoongi le hizo sonreír ladino por una fracción de segundo, los delgados labios del chico se mantenían sonriendo sin mostrar realmente su dentadura, lo que revelaba una ingeniosa expresión que mantuvo intrigado a Namjoon. El chico era listo, más de lo que aparentaba, y eso realmente le gustaba.
—Bien, recuerde eso a Hoseok cuando despierte. —con la misma actitud sutil siguió al abogado, rozando ligeramente su hombro con el del hombre alto sin apartar su mirada de la contraria en ningún momento, feliz al ver cómo el abogado sonrió ante sus actos continuó su ascenso al segundo piso—. Tomo una siesta en la primera habitación, tómela en cuanto despierte.
No necesitaba ser un genio para comprender el ligero coqueteo que se filtró ante las palabras de Yoongi mientras esté le daba la espalda y esperaba ser seguido a la habitación del fondo, y aunque Namjoon se encontraba encantado con sus bien pensadas palabras, no jugaría aquel juego, acercándose a la primer habitación cercana negó para sí mismo divertido con la situación y después de escuchar la oscura puerta cerrarse se sintió más intrigado por el que aceptó su negativa tan calmado. El chico era divertido, y un compañero de fácil habla, pero su interés estaba puesto en otro tipo de pastel.
Más específicamente el que encontró al abrir la primera puerta, la más cercana al estudio.
En silencio dejó tirado el bolso que llevaba consigo cerca de la entrada, sin apartar su vista del tranquilo cuerpo que descansaba en la que sería su cama durante su estadía.
Namjoon no era un hombre demasiado empático, siempre buscaba salir lo menos afectado de cualquier situación, y aún cuando tenía en claro su impecable posición no pudo evitar tocar su corazón al no sentirse capaz de despertar al chico en su cama.
Las suaves respiraciones se veían reflejadas en los ligeros movimientos ascendentes y descendentes de su pecho, su clara tez brillaba con la poca luz que se logró filtrar por la puerta en la oscura habitación y el gran hombre que se encontraba de pie no pudo evitar caer encantado por aquella calmada expresión en su rostro. Tan sereno, tranquilo y lleno de paz. El perfil de Hoseok era bello, aunque Nam no creía correcto simplemente clasificar aquellos rasgos en una categoría, porque ponerle un límite a lo que presenciaba no sería justo para tan hermoso hombre.
Sus pasos se adentraron en la habitación en silencio, mientras apreciaba al joven hombre que entreabrió los labios ocasionalmente para suspirar entre sueños. Inconscientemente Namjoon pasó la lengua sobre su propio labio y recordó las caricias que le brindó Hoseok en la cocina de abajo, el vago recuerdo no le trajo nada más que anhelo de volver a sentir la presión de los delgados labios contra los suyos. Algo abrumado por sus deseos solo apartó la mirada, al recorrer el alrededor detallo la habitación escasa de decoración, lo que hacía más simple su estadía en aquel lugar. Sus pasos se regresaron a la entrada de la habitación y dando un último vistazo hacia el joven de cabellos naranjas suspiro confundido, en todos los años que vivió viajando nunca llegó a sentirse tan perdido al no poder clasificar a alguien que no le advirtiera de algún futuro peligro, y tal vez eso le hacía querer ser precavido con Hoseok.
Salió de la habitación dejando la puerta entreabierta, sus pasos bajaron hacia la sala de estar y no encontró a nadie más en la habitación, lo que le hizo sentirse aliviado por un momento.
Debía repasar sus planes de nuevo, aún cuando sabía que tarde o temprano debía enfrentarse al compañero de Hoseok no esperaba que el chico fuera alguien realmente analítico, lo que volvía la situación algo emocionante y divertida.
Tomó asiento en uno de los sofas estrictamente negros y solo descanso la espalda un momento. Si llegaba la noche no tendría más opción que despertar a Hoseok, y aún sabiendo que ese era el menor de sus problemas no podía evitar sentirse ansioso.
Sabía de las intenciones de Hoseok, eran tan claras y directas que le era difícil creer que realmente intentará disimularlo. Pero lo que le mantenía pensando era el sentimiento que le generaba saberse dispuesto a aquello. No algo más que una simple experimentación, porque siendo honesto el chico no era nada parecido a sus frecuentes ligues, y eso le causaba una sonrisa egocéntrica en el rostro.
No lo podía evitar.
Realmente quería probar a Hoseok.
[...]
Cuando la sed que le contrajo el estar bebiendo en la tarde hizo presencia en su cuerpo logró despabilar la necesidad del sueño, con ligeros movimientos aún cansados pudo despertar su mente casi por completo. La habitación estaba en penumbra siendo la única fuente de luz la que se filtró por la puerta entrecerrada directa del pasillo, indicando que probablemente su falta de conciencia en la tarde a causa del alcohol. Maldiciendo entre susurros a su mejor amigo por dejar encendida la iluminación del pasillo se encaminó hacia la salida, desconociendo la hora fue en busca del otro chico en la casa, bajando tranquilo hacia la sala de estar no espero encontrar al moreno hombre de rasgos profundos perdido en sus pensamientos.
Hoseok no sabía si el pensativo hombre había notado su presencia, dudoso de sus acciones se mantuvo al inicio de los peldaños buscando con la mirada alguna forma de no interrumpir al silencioso abogado, fallando al optar por dirigirse a la cocina sin pensar que desde un inicio el hombre estaba ya consciente de su presencia.
—Eres demasiado joven para necesitar una siesta a mediodía, Hoseok.
Con una ligera exaltación por el asombro Hoseok se mantuvo dando la espalda al hombre de profunda voz, después del ligero bochorno por ser descubierto se dio la vuelta y encaró al hombre al otro lado de la habitación.
Si la expresión llena de seriedad en Namjoon ya se veía atractiva en él, verle sonreír burlesco, resaltando los hoyuelos de ambas mejillas le hizo considerar seriamente el haber caído en coma etílico. Su cerebro dejó de funcionar al verse perdido en aquella sonrisa autosatisfactiva, incluso sin mostrar la dentadura el mayor se notaba realmente divertido con la situación, dejándole sin habla por un momento.
—Solo bromeó, chico. —dejando atrás su asiento se encaminó en dirección al otro hombre, dejando solo un paso de distancia entre ambos sin dejar de mostrarse divertido en aquel ambiente—. Aunque no me molestaré si te da por dormir en mi habitación sin preguntarme antes. Siéntete libre de hacerlo.
Hoseok creyó estar realmente soñando al ver el atrevido reconocimiento que le dio la mirada del moreno, quedando posada sobre sus labios mientras caminaba a paso lento en dirección de la cocina. Una vez el mayor le dio la espalda al comenzar a buscar algo en la nevera, Hoseok pudo sentir su respiración volver a trabajar a un ritmo relativamente normal, sin perder tiempo busco de nuevo al hombre de masculina voz y sintió como nuevamente le volvía a fallar el pensamiento.
De espaldas al más joven, Namjoon bajo lentamente al gabinete inferior del lado de la nevera, dejando sus rodillas flexionadas lo más distanciadas una de otra solo dejaba ver el increíble trabajo que realizó el sastre en aquel pantalón oscuro hecho a la medida. El ligero tintineo que se escuchó en medio del silencio no distrajo a Hoseok de su intensa examinación, aún sin poder decir palabra alguna solo observó la tensión que se creó en las prendas del gran hombre a causa de la posición, y una vez encontró lo que buscaba simplemente volvió a ponerse de pie.
Aprovechando los escasos segundos que le quedaban de aquella inmensa espalda Hoseok espero ver de frente a Nam, pero justo cuando elevó la vista a los hombros del hombre le descubrió viéndolo por sobre ellos, dejando a la vista solo la mirada penetrante del abogado.
Tragando saliva Hoseok se mantuvo firme ante la mirada del hombre, el nerviosismo quiso ganar pero la placentera conexión que sentía en el aire le mantuvo firme.
Cuando por fin el abogado le enfrentó con una ligera sonrisa noto entre sus manos la oscura botella de un tinto, divertido el hombre la elevó un poco y camino hacia la mesa de la cocina, señalando con la boca de la botella hacia las copas que adornaban la plana superficie y sin apartar su vista del más joven, Namjoon susurro:
—¿Te gustaría probar?
Sintiendo aquello como una invitación a algo más que la bebida caminó hacia él, en el trayecto no perdió detalle de las hábiles manos morenas descorchando la botella y sirviendo en la copa el oscuro líquido atrayente como los labios del hombre, sonriendo cuando las puntas de sus converse desgastadas quedaron a centímetros de los elegantes botines de oscuro material solo observó al hombre dar un ligero trago a la copa, sin apartar miradas del otro hombre en ningún momento.
—¿Hablamos de la bebida?
Namjoon apartó la copa de sus labios con un ligero rojo a causa del alcohol manchando sobre ellos, llevó la copa de nuevo a la mesa y se sorprendió al sentir su muñeca prisionera de la mano de Hoseok, no era un agarre realmente opresor, simplemente los mantuvo en contacto, uno lleno de tenso anhelo.
—Eso dependerá de ti, Hoseok.
Su mano libre se dirijo a la mejilla del hombre, descendiendo lentamente a su mandíbula y detallo con las puntas de sus dedos la firmeza de la zona. Sin darse cuenta poco a poco ambos hombres se acercaron el uno al otro, robando el aliento del ajeno y manteniendo la mirada en todo momento.
Namjoon realmente solo estaba probando al chico, esperando su reacción a los estímulos y manteniendo su autoridad en todo momento. Aunque nunca advirtió al momento donde fuera Hoseok quien cerrará los ojos y uniera sus labios en un simple roce cargado de gozo.
El asombro le hizo alejarse de él, la bebida olvidada en la mesa y el momento interrumpido al usar ambas manos para alejar a Hoseok de si mismo.
Pero el chico de cabello naranja estaba lleno de sorpresas cuando menos lo esperaba.
Hoseok vio la confusión en la mirada del mayor, pero al detallar está descubrió solo el ligero shock en el hombre por haber tomado la iniciativa. No había disgusto ni molestia, solo confusión.
Sin esperar a que su acompañante le concediera permiso llevó ambas manos al rostro de bello hombre y sin la delicadeza del inicio volvió a unir sus labios.
Un ligero jadeo se escuchó por parte de Namjoon, y al sentir las grandes manos del hombre tomarlo por la cintura se permitió explorar más a fondo la boca del mayor, siendo entusiastamente correspondido.
***
Si encuentran errores los corregiré más tarde.
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Holi
Ya vieron a mi amante?
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