Sirius solo sintió un poco de envidia cuando vio a James y Lily entrar a Hogsmeade con Dumbledore, Diggory y Williamson. Si bien una bebida con amigos sonaba preferible a horas de patrulla en Hogwarts, no estaba seguro de poder soportar más una pequeña charla con Williamson. Ya había hecho mucho de eso este año.
Si James y Lily querían tiempo para ellos mientras los Aurores estaban en su propiedad, el trabajo de Sirius era mantenerlos ocupados. Estaba feliz de hacerlo, pero se había vuelto aburrido. Ya había oído suficiente sobre la extraña colección de gnomos de jardín muggles de Williamson, la enfermiza obsesión de Savage con los gobstones profesionales y la continua disputa de Marcy Longfellow con la madre de su esposa sobre la forma correcta de preparar un pastel de ruibarbo.
Lo que Sirius realmente quería era saber adónde se dirigía Dumbledore. No creía que Dumbledore se fuera de Hogwarts para poder sentarse en Las Tres Escobas con James y Lily para conversar. A Sirius incluso le hubiera gustado ir con Dumbledore, tal vez podría ser útil, pero Dumbledore había sido especialmente reservado sobre esas misiones. Si bien Sirius confiaba en Dumbledore con su vida, no le gustaban los secretos. Los secretos engendraban mentirosos, y Sirius odiaba a los mentirosos.
Una vez que los Potter, los Aurores y Dumbledore ya no eran visibles en el camino, Sirius cerró las enormes puertas de hierro. Revisó dos veces la cerradura y tres veces las protecciones. Todo parecía estar en orden. Ningún mortífago atravesaría las protecciones de Dumbledore, ni siquiera el mismísimo Voldemort. Caminó de regreso al castillo.
Bill Weasley estaba esperando en las puertas del castillo, con los ojos en el sol cuando comenzaba su descenso sobre las montañas del oeste. "¿Dijo Dumbledore cuánto tiempo tardaría?"
Sirius negó con la cabeza. "Dijo que esperaba estar de vuelta antes del amanecer. No me dio ni una idea de adónde iba."
"Estoy seguro de que es importante, o él no se iría".
"¿Has visto a Remus o Tonks?" preguntó Sirius mientras cerraba las puertas del castillo.
Bill negó con la cabeza. "Tonks y yo llegamos juntos, pero ella dijo que tomaría el sexto y séptimo piso".
Sirius levantó las cejas. "Remus me dijo que planeaba vigilar allí."
"Estoy seguro de que ambos quieren estar cerca de donde está Harry".
Sirius se preguntó si sería mejor o peor que se encontraran. Quería que Remus y Tonks fueran amigos por lo menos, pero después de todo lo que Remus le había dicho a Tonks, no la culparía si nunca volvía a hablar con Remus.
Sirius y Bill revisaron primero el Gran Comedor, ya que estaba cerca. Los estudiantes todavía estaban en la cena, y hubo muchas risitas cuando los dos magos, ambos de cabello largo, con chaquetas deportivas de cuero y botas de cuero, saludaron al personal para avisarles que estaban allí.
Bill sonrió mientras salían del Gran Comedor y se dirigían escaleras abajo. "Merlín, me habría enfrentado a un dragón si eso significara sacar esa reacción de las chicas cuando estaba en la escuela. No es que no fuera popular, pero..." Bill se rió y sacudió la cabeza.
Sirius resopló. Había tenido una buena cantidad de chicas que intentaron llamar su atención. Nunca se había interesado mucho por nadie. Solo había una persona a la que había querido en Hogwarts, pero era joven y estúpido, y había cometido demasiados errores. Recién ahora estaba comenzando a descubrir cómo corregir esos errores.
"¿Cómo está la planificación de la boda?" preguntó Sirius.
"Complicado." Bill se pasó una mano por la cara. "Hay mucho más que hacer de lo que podría haber pensado. Miré la lista de Fleur el otro día y tenía "servilletas" escrito. Ni siquiera había pensado en eso, y cuando le pregunté por qué estaban en la lista aparte de la comida, me dijo que no había decidido de qué color serían, cómo se doblarían o si serían doblado, o si quería anillos para sujetarlas, y qué tipo de anillos le gustarían, no puedo seguir el ritmo de la mitad de lo que hay que hacer. Sus padres llegarán pronto y espero que su madre pueda asumir mucho de lo que hemos estado haciendo. Es agotador."
Sirius no pudo evitar reírse. Solo había visto a Fleur unas pocas veces, pero no se sorprendió al saber que ella era tanto extravagante y con un gusto particular. "Estoy seguro de que será hermoso cuando esté todo listo".
"Oh, absolutamente. Fleur es increíble en la planificación. Sin embargo, creo que está volviendo un poco loca a mamá. Ella no hizo nada de esto cuando ella y papá se casaron".
Mientras bajaban las escaleras hacia los pasillos inferiores de Hogwarts, Sirius dijo: "Si nos encontramos con Regulus, tal vez le puedas pedir consejos. Siempre le han gustado las bodas."
Bill se rió, luego se dio cuenta de que Sirius estaba hablando en serio. "Estás bromeando. Nunca me ha parecido del tipo sentimental".
Sirius se encogió de hombros. "No he podido nunca entenderlo".
Pasaron por los dormitorios de Hufflepuff y buscaron una cena para ellos en las cocinas. Sirius preguntó si había estado Remus y le aseguraron que había comido.
"Es gracioso venir aquí ahora", dijo Bill mientras pasaban por la sala común de Slytherin, "caminar casualmente a todos estos lugares a los que no se nos permitía ir como estudiantes".
"No puedo decir que eso me haya detenido antes", se rió Sirius.
"No", sonrió Bill, "supongo que tampoco me detuvo".
La patrulla estaba tranquila, como esperaba Sirius. Él y Bill no tenían que caminar juntos, pero la compañía era agradable. Hablaron sobre la próxima boda con más detalle e intercambiaron un puñado de aventuras traviesas de sus días como estudiantes. Subieron las escaleras lentamente, ocasionalmente revisando pasajes secretos, asegurándose de que nada andaba mal. El único problema con el que se encontraron fue un par de estudiantes que estaban usando un salón de clases vacío para tener privacidad, y Sirius, por mucho que odiara hacer cumplir las reglas, les pidió que regresaran a sus respectivas salas comunes por su propia seguridad. Uno de ellos trató de convencer a Bill y Sirius de que solo estaban usando el salón de clases para estudiar, pero Bill les recordó que los exámenes habían terminado y que debían llegar a sus salas comunes antes de que uno de los profesores los atrapara.
Sirius estaba empezando a pensar que esos dos estudiantes iban a ser la parte más interesante de su velada cuando Harry llegó corriendo al pasillo.
"¡Sirius!" gritó Harry. "¡Rápido, es Malfoy!"
Bill y Sirius sacaron sus varitas antes de que Harry los alcanzara.
"¿Donde?" preguntó Sirius. "Qué ha pasado -"
Bill puso una mano en el brazo de Sirius. "Harry, queremos ayudar, pero ¿puedes demostrar que eres tú primero?"
"¿Qué?" Harry parecía exasperado, lo que no sorprendió a Sirius. "¿Qué quieres que te diga? Sirius me compró equipo nuevo de Quidditch para Navidad. Sé dónde está el Cuartel General..."
"¿Quién está en ese retrato en la habitación en la que te quedaste en la Sede?" preguntó Sirius.
Harry se pasó una mano por el pelo. "Merlín, Sirius, no lo sé. ¿Algún ex director de Hogwarts? Phineas o algo?"
"Lo suficientemente bueno para mí", dijo Sirius. "¿Qué ha hecho Malfoy?"
"Está en la Sala de los Menesteres", Harry ya los estaba conduciendo por unas escaleras ocultas. "Envié a Ginny y Luna a buscar a Mcgonagall y Flitwick, y vine a buscarte, porque Dumbledore no está aquí. No sé qué ha hecho Malfoy, pensé que estaba buscando algo allí, pero desapareció en un Armario Evanescente".
Sirius frunció el ceño. No creía que eso fuera un buen augurio. "La Sala de los Menesteres está en el séptimo piso, ¿no?"
"Sí, no está lejos..."
"Lo encontraremos. Sube a la oficina de Dumbledore. Dile a Fawkes lo que sucedió y él puede avisar a Dumbledore para que regrese rápidamente."
"Pero -"
"Podemos manejar a Malfoy", dijo Bill. "Llama a Dumbledore."
Harry no parecía complacido de que lo enviaran lejos, pero se apresuró en la dirección opuesta.
"Desaparecer en un Armario Evanescente no suena demasiado peligroso", dijo Bill, mientras él y Sirius llegaban al pasillo con el tapiz de Barnabas el Chiflado.
Sirius escudriñó la sólida pared de piedra. "La verdadera pregunta es ¿Desapareció a dónde?"
"¿Qué quieres decir? Pensé que simplemente te dejarían desaparecer por un tiempo y luego te trae de vuelta."
"Algunos. No todos esos." Era completamente posible que Harry estuviera exagerando, y Malfoy simplemente se había metido en un gabinete evanescente para evitar otro duelo con Harry. Sirius esperaba que ese fuera el caso, y que Harry fuera a llamar a Dumbledore por nada.
"Entonces... ¿cómo entramos en la Sala de los Menesteres?" preguntó Bill.
"Nunca lo había hecho antes. Realmente pensé que sería más obvio... Supongo que al menos podemos esperar aquí hasta..."
La pared comenzó a moverse. Los bloques de piedra se separaron para revelar una pequeña puerta de madera. La puerta se abrió y Sirius vio dos cosas: Draco Malfoy, sosteniendo una mano esquelética, arrugada y seca, y detrás de él estaba Corban Yaxley. Y entonces Sirius no vio nada en absoluto.
El pasillo se llenó de un humo espeso y oscuro. Sirius ni siquiera podía ver su varita frente a su rostro. Trató de encender su varita, pero ni siquiera eso pudo penetrar la oscuridad. Lanzó una maldición a ciegas, con la esperanza de que Bill no hubiera puesto adelante, pero cuando una maldición punzante lo golpeó en el hombro, Sirius decidió que era mejor no quedarse en la oscuridad.
Sirius retrocedió hasta que su mano rozó la tela del tapiz, luego usó eso para guiarse fuera del corredor. Salió a trompicones de la oscuridad justo a tiempo para ver a Malfoy apresurarse hacia la Torre de Astronomía, con dos magos adultos pisándole los talones. Sirius no los reconoció como miembros de la Orden y se le revolvió el estómago.
Había Mortífagos en la escuela bajo su vigilancia. ¿Cuántos? ¿Y qué querían? ¿Y dónde estaba Harry? ¿Y Bill? Y Remus y Tonks...
Bill salió de la nube de oscuridad tosiendo. "Merlín, eso parecía algo del polvo de oscuridad peruano de Fred y George. ¿En qué diablos estaban vendiéndoselo a Malfoy?"
"¿Cuántos viste?" preguntó Sirius, ya corriendo detrás de Malfoy.
Bill se apresuró a mantenerse al día. "Solo Yaxley. Acabo de tener un almuerzo del Ministerio con el bastardo la semana pasada."
"Espero que eso no te impida hechizarlo".
"No, hizo suficientes chistes terribles sobre los duendes que tiene suerte de que no lo maldije en ese momento. Aunque ahora desearía haberlo hecho."
Si solo hubiera dos Mortífagos y Malfoy, podrían manejar esto fácilmente. Sirius se atrevía a sentirse esperanzado cuando escuchó un grito familiar, seguido de un gruñido inhumano. Sirius aceleró el paso y dobló la esquina para encontrar a Remus y Tonks, espalda con espalda frente a las escaleras que conducían a la Torre de Astronomía, completamente rodeados por ocho mortífagos.
Ocho.
Uno de ellos era Fenrir Greyback.
No había más tiempo para pensar. Sirius lanzó un encantamiento aturdidor a la espalda del mortífago más cercano, luego se agachó cuando dos se volvieron y le dispararon.
No era diferente a los duelos en los pasillos como estudiante. Había una cobertura limitada y el éxito dependía de la velocidad, la precisión y los números. Desafortunadamente, fueron superados en al menos uno de esos aspectos. Y, a diferencia de cuando era estudiante, estos oponentes maldecían para matar.
Una chispa verde pasó por encima del hombro de Remus y agrietó la pared de piedra detrás de él. Sirius no estaba completamente seguro de quién lo arrojó, pero apuntó su varita a la bruja más cercana a Remus y pensó Crucio. Ella gritó y cayó al suelo. Centrarse en su Imperdonable, sin embargo, dejó a Sirius indefenso, y estaba desprotegido cuando una luz blanca golpeó el suelo a sus pies. Fue lanzado hacia atrás, contra una pared. Su visión se oscureció cuando su cabeza golpeó la piedra sólida. La cena ligera que había comido en la cocina hacía apenas una hora amenazaba con salir como había entrado, pero tragó saliva y luchó por ponerse de pie. Entonces alguien estaba a su lado, ayudándolo a ponerse de pie.
"¡Sirius!"
Aunque su visión todavía era irregular, solo pudo distinguir a Harry, prestándole apoyo con una mano y con la otra... ¿era eso una espada?
Pero no había tiempo para hacer preguntas. Fenrir Greyback se abalanzó sobre Harry. Sirius trató de aturdirlo, pero rebotó en un encantamiento escudo. El Aturdidor de Harry si lo golpeó, al menos, y Greyback cayó al suelo.
"¿Dónde está Malfoy?" preguntó Harry. "¿Tenía algo en sus manos?"
Sirius parpadeó, tratando de reenfocar su visión y sus pensamientos. "Sí, tenía un..." Sirius hizo una mueca y se tocó la nuca con delicadeza estaba mojado
"¡Protego!" gritó Harry de repente, protegiéndose a Sirius y a sí mismo de una de las maldiciones de Yaxley.
La visión de Sirius se aclaró lo suficiente como para ver a Malfoy pasar junto a Remus y subir las escaleras hasta la cima de la Torre de Astronomía. Antes de que Sirius pudiera siquiera advertir a Harry que no lo siguiera solo, Harry estaba pisándole los talones a Malfoy.
Sirius apuntó su varita para jalar a Harry de vuelta a su lado, pero Yaxley le lanzó otra maldición. Esta vez rebotó en uno de los encantamientos de escudo de Remus, y Sirius vio a Remus desmoronarse de otro hexágono, deshecho por tomarse un momento para defender a Sirius.
Sirius dejó escapar un gruñido, no muy diferente al de Greyback, y lanzó una maldición explosiva a Yaxley. Fue una mala elección en el espacio confinado, pero Sirius no era conocido por sus decisiones sabias. La fuerza rompió el piso de losas y todos, Mortífagos y miembros de la Orden por igual, fueron despedazados. Sirius apenas logró levantar la mano para protegerse la cabeza de un segundo golpe mientras caía contra la pared.
"¡Ay por el amor a Merlín!" chilló una voz aguda. "Seguramente te enseñamos a batir en duelo mejor que eso".
Sirius se giró para ver a Flitwick apresurarse en la refriega junto a McGonagall, con Ginny, Neville, Ron, Hermione y Luna corriendo detrás de ellos.
McGonagall rápidamente lanzó un aturdidor a un Mortífago, derribándolo antes de que estuviera a medio camino de ponerse de pie. "Poco elegante pero eficiente, Sirius. ¿Estás bien?"
"Conmocionado", gruñó. "Viviré. Harry y Draco están arriba de la torre."
McGonagall apretó los labios y corrió hacia las escaleras. Yaxley, sin embargo, se interpuso en su camino.
La batalla se reanudó rápidamente cuando los desorientados se reincorporaron a la lucha. Tonks y Travers se enzarzaron en un duelo, y Remus ayudó a McGonagall mientras intentaban retomar el control de la escalera de la Torre de Astronomía. Sirius quería desesperadamente saber qué había allí arriba y si Harry estaba bien, pero dos mortífagos igualmente feos de repente les lanzaron maldiciones a él y a Flitwick.
Flitwick lanzó un Encantamiento Escudo del doble de su altura, y tres maldiciones rebotaron, incapaces de alcanzarlo a él y a Sirius, ni a los estudiantes detrás de ellos.
"¡No nos vamos, profesor!" gritó Ron. "Vamos a ayudar".
"¡Bien, sí!" Flitwick gruñó. Aparentemente, la discusión se había tenido todo el camino hasta aquí. "¡Pero Ginny y Luna, vayan a buscar al profesor Snape!"
"¡Solo porque somos los más jóvenes!" espetó Ginny.
"¡Necesitamos ayuda adicional! Vayan, dos de ustedes, estarán mejor protegidos de a dos. No sabemos si hay más en el castillo."
Sirius, contento como estaba de tener ayuda extra, deseó que Flitwick no hubiera dicho eso. Se preguntó si algunos Mortífagos se habrían escabullido, si algunos no habrían seguido a Malfoy a la Torre de Astronomía. ¿Cuál podría ser su objetivo? ¿Por qué Malfoy los había traído aquí?
Flitwick mantuvo su encantamiento escudo mientras Luna y Ginny, de mala gana, se apresuraron a bajar a las mazmorras para obtener más ayuda. Cuando estuvieron libres, Flitwick dejó caer el Escudo y se enfrentó a los Mortífagos con Neville y Hermione a su lado.
Bill apenas se estaba poniendo de pie, y Ron lo ayudó a levantarse. Antes de que pudieran ayudar a nadie más, Greyback cargó contra ellos con un gruñido gutural e inhumano. Sirius se movió para ayudar, pero Thorfinn Rowle disparó una ráfaga de llamas a Sirius, y otro mortífago se unió a la lucha contra Flitwick.
Los reflejos de Sirius no fueron los que deberían ser, y Rowle eludió fácilmente el encantamiento de desarme que Sirius le dirigió. Rowle le disparó una luz azul brillante, que atravesó el escudo a medio formar de Sirius y lo golpeó en el pecho. Probó la sangre y sus rodillas se debilitaron, pero Sirius se mantuvo firme. Él tomó represalias con un Incarcerous silencioso. Las cuerdas que salieron disparadas de su varita se abrieron paso contra los pies de Rowle y lo tiraron al suelo. Sirius esperaba que la cabeza de Rowle golpeara con fuerza la losa.
Sirius escuchó los gruñidos de Fenrir Greyback y se giró para ver al hombre con sus uñas gruesas y afiladas enterradas en el pecho de Ron y sus dientes a punto de cerrarse en la garganta de Ron. Sirius lanzó un Aturdidor con todo lo que tenía cuando Bill derribó a Greyback. Sirius esperaba que su Aturdidor no hubiera golpeado a Bill, pero no tuvo tiempo de preocuparse porque McGonagall gritó cuando una maldición la hizo caer y Yaxley tomó el control del arco.
"¡Vamos!" Gritó Yaxley.
No era una burla; fue una orden. Greyback, con sangre goteando de sus manos y dientes, arrojó a Bill a un lado y subió las escaleras. Los Mortífagos idénticamente feos se dieron la vuelta; uno bloqueó los hechizos de Hermione y Flitwick mientras que el otro maldijo a Remus. Remus fue lanzado hacia atrás, no muy diferente de lo que había sido antes Sirius, y los dos Mortífagos subieron las escaleras. Cuando lo pasaron, Yaxley lanzó un hechizo que brilló en el arco y luego desapareció escaleras arriba. Neville abandonó su duelo para correr tras ellos. Se arrojó a la barrera, pero rebotó y golpeó el suelo. El mortífago con el que se había enfrentado le disparó una chispa roja, pero Sirius lanzó un encantamiento escudo entre ellos, apenas protegiendo a Neville.
"¿Cómo pasamos?" preguntó Hermione, mientras lanzaba una maldición de atadura de cuerpo completo al mortífago. Se derrumbó en el suelo.
"¡Alguien ayude a Bill!" gritó Ron. "Él está sangrando -"
"No, no me vas a pasar", espetó Tonks cuando otro Mortífago salió corriendo y ella lo tiró al suelo. Él volvió a ponerse de pie y ella apenas esquivó una maldición verde brillante que golpeó un candelabro de antorcha en la pared. Un destello brillante y un fuerte estruendo llenaron el pasillo, cegando y ensordeciendo temporalmente a Sirius.
Cuando la luz blanca y cálida se desvaneció y los ojos de Sirius se reajustaron a la luz tenue, vio a Snape entrar en el pasillo, con un gato negro pisándole los talones.
Le zumbaban los oídos y no podía oír su propia voz, pero Sirius gritó: "Harry está ahí arriba, solo, hay una barrera".
No supo si Snape lo escuchó. No sabía si sus palabras eran inteligibles, pero Snape atravesó la batalla. Ni los Mortífagos ni los miembros de la Orden lo atacaron, y atravesó la barrera que bloqueaba la escalera, con la varita en la mano.
Regulus se transformó en sí mismo y se apresuró al lado de Sirius. "Sirius, ¿dónde estás herido?", pero Sirius lo empujó a un lado y se tambaleó hacia la barrera.
Remus también se apresuró a seguir a Snape, pero fue lanzado hacia atrás como lo había sido Neville.
"¡No!" gritó Sirius y, aunque sabía que era una tontería, golpeó con el puño la pared invisible que lo separaba de Harry y gritó: "¡Harry! ¡Harry!"
"¡Sirius, no!" Regulus gritó, y luego siguió una explosión.
Sirius no sabía quién lanzó qué, pero el techo se derrumbó. Un trozo de piedra golpeó su hombro y cayó de rodillas. Apenas tuvo el sentido de tambalearse hacia atrás cuando cayeron pedazos del arco y una piedra aterrizó en su tobillo, aplastándole el hueso. Contuvo un grito, y luego los brazos de Regulus estuvieron debajo de sus hombros, arrastrándolo lejos de los escombros.
"Harry", jadeó Sirius. Si el arco se ha caído...
Pero antes de que Sirius pudiera intentar ponerse de pie o gatear sobre los escombros y subir las escaleras, Snape bajó con Draco Malfoy a su lado. Harry no estaba a la vista. La respiración de Sirius se volvió corta y rápida. Malfoy ya no llevaba una mano muerta. En cambio, medio cargaba, medio arrastraba la Espada de Godric Gryffindor, goteando sangre.