Solange

By KryzizBonny

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Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una... More

Advertencia
Prefacio
Capítulo 1 - Una Segunda Vida
Capítulo 2 - Emblemas
Capítulo 3 - Fracasos y Conquistas
Capítulo 4 - Liderazgo y Confrontación
Capítulo 5 - Equipo Integrado
Capítulo 6 - El Punto Débil
Capítulo 7 - Vida Mortal
Capítulo 8 - Iniciación
Capítulo 9 - Cabeza Fría
Capítulo 10 - Siguiente Nivel
Capítulo 11 - Dulces 16
Capítulo 12 - Corazón Roto
Capítulo 13 - Delirio
Capítulo 14 - Jack de la Morte
Capítulo 15 - Promesas, Secretos y Dudas
Capítulo 16 - Historias que se Tocan
Capítulo 17 - El Innombrable
Capítulo 18 - Doble Pérdida
Capítulo 19 - Rostros Amigables
Capítulo 20 - Recompenza
Capítulo 21 - Verdades
Capítulo 22 - Confianza
Capítulo 23 - Convivencia
Capítulo 24 - Rivales
Capítulo 25 - Invitada
Capítulo 26 - Vándala Juvenil al Volante
Capítulo 27 - Verdades que Destruyen
Capítulo 28 - Un rostro extraño
Capítulo 29 - Colapso
Capítulo 30 - Torn el Vampiro
Capítulo 31 - Ayuda
Capítulo 32- Bloqueos y Reuniones Secretas
Capítulo 34- Revolución
Capítulo 35 - Cosas que se ganan, cosas que se pierden.
Epílogo
Créditos

Capítulo 33- Fuego, Lluvia y Burbujas

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By KryzizBonny

⚔️ Antes de empezar: Además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio por si lo quieren escuchar al tiempo que leen. Solo hagan swipe izquierda en cada imagen y den play al video.

Llegó el día y Solange sentía el estómago en la garganta. No solo por el hecho de ser una Soleil en una fiesta atascada de vampiros, sino por el hecho de que tras ese día, no habría más Torn, y aquello era una pérdida enorme para la humanidad.

Aún estaba estableciéndose en su departamento y la verdad es que tan solo eso era una experiencia bastante extraña. Todo el lugar estaba CLARAMENTE diseñado para "entretenimiento adulto" con columpios sexuales, sillones y otros instrumentos, que al también lucir como adornos bastante caros, antiguos, históricos y lujosos, limpió meticulosamente con cloro y dejó en exhibición, por si las dudas.
Lo peor de todo el lugar es que aún se despertaba de golpe con un susto gracias al espejo en el techo de la cama. Había dejado mucho tiempo pasar pero si se daba la ocasión, preguntaría a Torn qué hacer con todo aquello.

Como no pudo sacar nada de su casa tuvo que comprar su vestido y accesorios para el funeral, la invitación de Torn claramente decía que el código de vestir era "elegante y fabuloso o a la calle" y por lo neurótica que se había portado con la planeación, sabía que no bromeaba.

Encontró un vestido negro vaporoso, aretes y collar en plata opaca. Llevaba en un pequeño arnés alrededor de la pierna, unos suntetsu hechos de madera de enebro que la misma Torn le había mandado como regalo. La madera de enebro tenía un aroma fragante e inconfundible, por etiqueta en eventos vampíricos donde cazadores fueran invitados, se llevaban estas armas escondidas. Los cazadores portaban un arma para defensa ligera por seguridad propia y los vampiros al olerla no se acercaban a probar las habilidades del invitado.

Aunque visitó el parque en una semana previa al evento y vio más o menos qué se estaba construyendo, el lugar lucía casi irreconocible. Parecía sacado de alguna historia de fantasía y por unos momentos no pudo creerle a sus ojos. Habían espejos de agua que reflejaban la luna llena, flores y velas que colgaban de todas partes, arbustos enormes esculturales, estatuas de mármol, hielo y plantas con detalles impresionantes.

Había un laberinto de arbustos y telas que parecían bailar con el viento dirigiendo a los asistentes al lugar principal del funeral donde habían varios asientos.

Solange se sentó en la primera silla con la que su cuerpo pegó, aún con la boca abierta sin poder quitar la vista del lugar.
Pero entonces alguien se apareció y se aclaró la garganta con toda la intención de ser escuchado. Era Pres.
—Ese no es tu lugar Solange Soleil.

¿De dónde había salido ese? ¿Por qué tenía que siempre usar su nombre y apellido en el tono más hostil que le salía? Como si todas esas noches en vela buscando información juntos no contaran para nada. Ningún punto de amistad logrado.

Pres señaló a otro asiento. Solange le dirigió una mirada apática.

—Por favor. No quiero otro momento de Torn Funeralzilla —dijo él.

—¿Funeralzilla? —alzó Solange una ceja.

—No quieras avergonzarme haciendo como que no comprendes Solange Soleil. Funeral y Godzilla. Lo usan para referirse a novias que se vuelven locas en la planeación de su día. "Bridezilla". De "bride" que significa novia y Godzilla, monstruo japonés que...

—Pres... no tienes que explicar todo tan a detalle. Sí entendí, solo me pareció chistos...

—¿Y por qué entonces sigues en el asiento que no te corresponde? —remarcó Pres.

—¡UGH! —se quejó Solange y se movió al otro asiento. ¿No había forma de ganar su simpatía? De por sí, su estúpido enamoramiento adolescente le hacía ya sentir bastante ridícula frente a él, y él muy posiblemente lo sabía, siendo que los vampiros podían escuchar latidos y hasta las pupilas cambiar de tamaño. ¿No podía calmarse un poquito tras aquella clara desventaja?

—GRACIAS —dijo Pres de forma condescendiente antes de soltar un quejido e ir hacia al otro lado del lugar para mover a Vener, el baterista, quién despreocupado, se había dejado caer en uno de los asientos traseros y se había aflojado la corbata.

Solange refunfuñó también pero entonces un rostro familiar con cabello rosa pasó frente a ella y por unos momentos no pudo ni respirar.

Era la profesora Alemina Helios.

Mina volteó hacia Solange, le dirigió una sonrisa cortés y siguió caminando antes de girar confundida por un segundo y luego seguir su camino.
Solange quedó balbuceando un "hola" que no le salió de la boca.
Su maestra no la había reconocido.
Era obvio, le habían borrado la memoria hacía ya unos años y jamás recordaría ninguna de sus interacciones pasadas en la academia, Torn le había contado de su romance con Mina pero jamás los había visto juntos.
Lucía muy bonita con el cabello de ese color y los tatuajes le quedaban increíbles.
Sintió cierta calidez y en su mente no pudo evitar estar agradecida en todo lo que había aprendido de ella, definitivo esos conocimientos le habían salvado la vida varias veces.
Le vino a la mente por un momento el preguntarle algunas cosas, con la academia y los cazadores jóvenes estando en una situación tan tensa pero se reprendió, cualquier mención a su pasado borrado le podía desatar una migraña incapacitante.

La banda acompañada de un trío de violines y una cantante inició una melodía bellísima que rompió el silencio y del cielo cayeron pequeños pedazos de papel en forma de mariposas que revoloteaban en el aire.

Torn se apareció al otro extremo con una sonrisa orgullosa y caminó por el pasillo con paso lento y elegante, su atuendo era exquisito en un estilo barroco con diamantes incrustados que proyectaban pequeños arcoiris en la alfombra.

Todos voltearon a mirarla. Llevaba un ramo de flores secas mezcladas con flores frescas que colgaba casi hasta sus rodillas. En su cabello negro descansaba su corona y velo, ambos exquisitos. La combinación de ambos la hacían lucir como un ser divino. Los aretes enormes parecían una extensión de su corona.

El sol estaba casi por salir. Había un reloj enorme que marcaba el tiempo. Todos la miraron caminar, varios dándole palmadas en la espalda con sonrisas melancólicas.

Al final del pasillo, junto a la torre estaba Mina y otro vampiro de cuerpo escultural que Solange no reconoció. Torn se acercó y besó a ambos en los labios.

—Nos reunimos hoy —dijo el vampiro junto a Mina —, para despedir a nuestro gran amigo y de muchos amante, Torn —añadió, Solange pudo notar que ese chico llevaba los ojos vidriosos y guardaba las lágrimas en sus ojos con esfuerzo.

Hubo unas risitas nerviosas por todo el lugar al tiempo que Torn volteó hacia sus invitados con una mirada traviesa mordiéndose los labios y dando un guiño.

Mina sujetó fuerte la mano del vampiro a su lado en forma de apoyo y ella continuó con la ceremonia.
—Tras más de un milenio, tras tantos centenarios, Torn siempre ayudó a quien lo necesitó. Muchos de nosotros no estaríamos aquí hoy de no ser por ella y... —pero ahí su voz se quebró y pese a abrir los labios de nuevo no pudo continuar, una lágrima resbaló por su rostro, y el vampiro a su lado no pudo contenerlas tampoco.

Torn sonrió con ternura y los abrazó fuerte mientras el lugar estalló en aplausos de apoyo. Torn les dio a cada uno un beso amoroso en la frente y les murmuró palabras reconfortantes. Cuando los aplausos cesaron Torn continuó.

—Queridos amigos, les agradezco mucho haber asistido, se que muchos vinieron de lugares muy lejanos para honrarme. Siendo mortal no tuve una familia... o no una que recuerde, pero tenerlos en mi vida, a cada uno de ustedes, fue lo más cercano a ello. —sonrió ampliamente, sus ojos rojos centellaron bajo el hermoso maquillaje que llevaba —. Todos ustedes me hicieron la vampira que soy hoy y no pude haber pedido por una mejor compañía para partir.
Quizás la pregunta que me han hecho más frecuente, desde que mandé las invitaciones, fue si no tengo miedo.
He vivido por mil cuatrocientos años, he tenido más religiones y creencias de las que existen hoy en día, pero incluso si es la nada y este es mi fin completo, no lo temo porque viví cada día como quise. Sea a donde sea que vaya o no vaya, estarán siempre en mi corazón.
Georgie, estoy orgullosa de tí. Gracias por cuidarme —le dijo Torn, al vampiro junto a Mina tocándole el rostro con ternura.

—Ugh... tenía planeado decirte algo sarcástico... pero se me borró de la mente — dijo Georgie con un sollozo —. Gracias por darme todo esto —añadió en un susurro ahogado.

—No hay de qué cariño, demostraste merecerlo—le dijo Torn —. Ahora ve, necesitas ocultarte del sol —le dijo apuntando una estructura grande hecha del vidrio que no dejaba pasar el sol. Ahí dentro, varios vampiros miraban el evento en sus propios asientos.

Georgie asintió con una sonrisa pese a que las lágrimas resbalaban de su rostro como cascadas y se retiró.
Torn entonces giró hacia Mina.
Fue algo muy íntimo que todos notaron. Sus ojos al encontrarse incluso hicieron jadear a muchos de los presentes. El brillo que ambos rostros proyectaban al estar frente al otro era mágico.

—Te amo –le dijo Mina con ojos cristalinos y una sonrisa —. Mis sentimientos no han cambiado, desde la primera vez que te lo dije, hasta ahora y siempre lo haré. Quizás para ti, esto fue corto e irrelevante pero...

Torn negó cuando dijo las últimas palabras e interrumpió a Mina con un beso en los labios antes de que continuara.

–No. Fue corto nuestro tiempo, sí, pero para nada irrelevante —le tomó las manos y las besó—. Jamás amé a nadie como te amé a ti, Mina. Jamás. Ni en todos los años y lugares en los que viví. Siento que fue una mala jugada que el universo pusiera a mi alma gemela justo al final de mi vida, pero no lo resiento, no, en realidad, agradezco cada segundo que pude pasar contigo. También te amo y te amaré siempre, eres mi diosa —le dijo Torn quitándose un anillo que siempre llevaba consigo y poniéndolo en el dedo corazón de Mina—. Lamento no haber sido lo que esperabas en cada momento que estuvimos juntas pero quiero decirte que siempre te amé con locura y pensé en ti en cada segundo que no estuvimos cerca.

El enorme reloj dió sus campanadas y todos voltearon algo nerviosos.
Mina asintió ante el sonido tomándole las manos fuerte.
–Buen viaje.

Torn asintió, Solange pudo notar una pequeña lágrima en la comisura de su ojo izquierdo jalar parte de su delineador y deslizarse por su mejilla.
Torn giró hacia la torre, Mina la escoltó y abrió la puerta, Torn compuso su rostro para mostrar de nuevo una amplia sonrisa hacia los invitados y lanzó su bouquet, al no medir su fuerza este voló hasta el otro extremo cayéndole a Rinun en la cara.

—¿Significa que seré el siguiente en ser vampiro? —dijo él con una sonrisa.

—Que los dioses les libren de esa— murmuró Torn con disgusto girando los ojos antes de entrar en aquella torre construida especialmente para ella. No tenía el techo y nadie podía mirar dentro. Ahí es donde se consumiría con ayuda del sol.

Fue extraño. Todos la miraron cerrar la puerta. Y conforme a sus deseos, reanudaron la música, el servicio, el baile y la comida pero todos tenían un nudo en el pecho y de vez en cuando lanzaban una mirada ansiosa a la torre como esperando que todo fuese solo una broma.

Fue después de siete horas, vieron un fuego agresivo asomarse por el borde de la construcción. Todos miraron atentos en un jadeó colectivo. Era un sentimiento en extremo extraño. Por un lado se sentía un nudo en la garganta y una tristeza terrible pero justo en ese momento más detalles de sus órdenes y últimos deseos consolaron a los asistentes.

Unas máquinas de burbujas se habían disparado, por los bordes los meseros echaban al aire linternas flotantes, un coro de cantantes vestidos en dorado y coronas de flores habían aparecido y caminaban por los pasillos en una hermosa tonada.

Después de unas tres horas el fuego se apagó.
Mina, de la mano de Georgie entró y salió segundos después.
–Está hecho —jadeó ella con lágrimas en los ojos. Se sentía como el final de una era.

Todos prendieron sus velas, la banda comenzó a tocar de nuevo, pero se notaba que sus ánimos habían caído. El sol se ocultó de nuevo y por tanto se les invitó a todos los vampiros recientes volver a salir al jardín, después de unos minutos comenzó una llovizna que se tornó en tormenta y todos lo tomaron como señal para marcharse.

Solange se quedó de pie. Fue como si todo se moviera excepto ella. Al final sin muchos animos se fue a sentar a una silla mientras el agua le caía encima.

—Ese no es tu lugar.

Solange ya no sintió la lluvia, miró a Pres con los ojos cubiertos en lágrimas al tiempo qué él le detenía un paraguas para que no se mojara antes de extenderle la mano.

—Te llevo. Caminar bajo una tormenta y mojarse los zapatos es bastante desagradable.

Solange asintió y tomó su mano. Aunque se sentía triste, no podía evitar el sentimiento de mariposas revoloteando en su estómago y aunque fuera algo estúpido de su parte, jamas aguantaba la respiración cuando él estaba cerca. Confiaba en él, por más desagradable que fuera a veces y era una buena práctica para su autocontrol.

—Es algo resbaloso, vi a dos o tres caer en el lodo. Agarrate de mí, no me sueltes —dijo él.

—Pres—dijo Solange aún con voz llorosa y entrecortada—. ¿Me estás coqueteando?

Pres la miró serio antes de que sus cejas se arquearan y soltara una carcajada tan fuerte que opacó la lluvia.

—Buena broma. Gracias por eso. Lo necesitaba. Vamos —dijo él.

Solange lo miró apática. Hombres. ¿Podían apachurrar más su orgullo? No. La respuesta era no.

Fue un viaje silencioso. Solange miraba a Pres discretamente de tanto en tanto. Pese a su porte, su seriedad y las risas de hacía unos minutos, sus ojos se veían agotados. Manejaba sin quitar la vista del camino.
Recordó que no solo había perdido a Torn, Pres también había sido amigo de la sanguijuela, al parecer. Quiso darle palabras de consuelo pero no pudo pensar en alguna.
Arrugó los labios y miró por la ventana sintiéndose frustrada.

Llegaron al departamento. Pres salió del auto y la escoltó con la sombrilla en mano, deteniéndose enfrente de la puerta.

—Gracias— le dijo Solange de frente, él volteó hacia ella y debido a la sombrilla, estaban muy cerca —. Tú...
Maldición, sus hormonas la estaban volviendo loca. Quizás era el traje. Pres siempre lucía bien pero en traje formal era claramente irresistible.
No, Solange. ¿Que demonios haces? Pres era mucho mayor que ella, en años vampíricos y no vampíricos además de bueno, SER UN CONDENADO VAMPIRO. Abrió la puerta sin escuchar a su sentido común—. ¿Quisieras pas...?
Pero no había siquiera terminado, Pres ya estaba dentro tras dar un jadeo exagerado. Quizás tras que la ayudaron a mudarse, debió revocar permisos de entrada.

—¿QUÉ ES ESTO, SOLANGE SOLEIL? —dijo él.

Solange sintió que se le caía el estómago. El lugar era un desastre. Lo olvidó por completo. No era que no fuese desordenada, lo era, pero no a ese nivel. es solo que había sido una semana pesada.

—¡ES... ES SOLO UN POLLO!

—Es un pollo rostizado, sí, dejado por días, podrido... —le dijo Pres.

—¡Solo fueron unos días!

—Con una rata dentro.

—¿UNA RATA?

—Muerta.

—¿QUÉ?

Pres tomó la cola de la rata que excedía al pollo y le mostró aquella abominación a Solange con suma seriedad.
—Al parecer se atragantó —dijo él —¿Por qué no lo pusiste en el refrigerador?

Solange no pudo más y comenzó a llorar.

—No lo se, sí es triste pero quizás murió feliz —dijo Pres dejando a la rata en la mesa —, me entristecen más las condiciones de higiene de este lugar.

—No es eso. Es... mi vida. Soy la rata —lloró ella.

Pres la miró expectante pero nada sucedió así que giró los ojos.

—Las metáforas no se te dan, ¿verdad? —dijo él.

—¿Qué?

—No conozco tu vida lo suficiente. No tengo contexto. ¿Por qué dices ser la rata?

—Pres... solo... olvídalo. ¿Nos podemos ver mañana para seguir con la investigación de la academia y...?

—No —dijo él al tiempo que sacaba una bolsa de basura y se ponía a limpiar.

—¿No?

—No. Me voy del país —dijo él, así como si no fuera la gran cosa.

—¿Perdona? —jadeó ella.

—Terminé la investigación por mi cuenta, te mandaré mis notas. No hay nada que se pueda hacer si logran usar las ondas por control. No hay antídoto, no hay nada fuera de tratar de evitarlo y con ello, soy más un riesgo que una ayuda —dijo él mientras sacaba limpiadores y usaba un trapo para las superficies.

—¿A qué te refieres?

—No estoy al nivel de Torn, Cirse, Yoltic o Jack pero sigo siendo un vampiro muy poderoso y con muchos conocimientos. Si toman control de mí, no habrá quién me detenga.
Me iré a esconder y dormitar por unos años, instruiré a un ghoul para que me despierte en unos años, quizás una década en caso de que el control no suceda.

Solange se quedó boquiabierta por unos segundos, al principio no sabía que sentir pero luego casi al instante una ira se disparó.

—¿Así que te rindes?

—Jamás dije eso. Pese a que son un montón de adolescentes mocosos —dijo ahora comenzando a lavar los platos —, tienen formas de ganar. Es solo que el porcentaje de éxito se reduce mucho con mi presencia, así que en mi caso no pelear no significa rendirse, significa no darles más problemas.

Solange respiró hondo. Bien, tenía un punto pero no le quitaba que sintiera cierto enojo de que quizás no lo vería más y todas sus fantasías en torno a él, esa mínima posibilidad imaginaria de estar con él tendría que desaparecer.

—Necesitan destruir la computadora central. Y de ahí, borrar las mentes de cada persona envuelta en ello —continuó Pres —. Hablé yo mismo con la tirana...

—¿La tirana? —preguntó Solange.

—Julieta, tu amiga. Curiosa historia, ella fue quien estuvo a cargo de la redada ilegal en nuestro bar. Estuvimos a nada de ser puestos al sol. No le gustó hablar conmigo.

—Sí, no es afín a los vampiros —dijo Solange con cierta vergüenza —, o s la legalidad de las cosas, ahora que lo pienso... por cierto, ¿de dónde sacaste su número?

Pres sacó de su bolsillo un celular.
—Lo dejaste en el ensayo. La tirana te marcó mil veces, día y noche, así que contesté.

Solange abrió los ojos al doble y se tocó los bolsillos. ¡Oh! Julieta iba a gritarle por eso después.

—¿Por qué no me dijo que lo tenías?

—Julieta quería que te dieras cuenta sin ayuda. Me pidió también que contara los días que pasaran entre la pérdida y cuando lo buscaras para delatar tu negligencia.
Como sea, nos desviamos del tema. Acordamos de vernos en una de esas horribles franquicias de hamburguesas que huelen a pies, donde la música de fondo son gritos infantiles. Julieta al final escuchó mi plan y pese a que es una tarea casi imposible, ella piensa tener justo a las personas indicadas para ello, de hecho se notó muy animada.

—¿Cuál es el plan?

—Las Tribus Sinne no han compartido estos estudios. Incluso se ha mantenido entre la Dinastía del Sol y los capas blancas. Si están en computadora, por el tipo de secretismo, se mantienen los datos SOLO en la computadora central. Vimos los documentos con Abigail, la madre de Israel.

—Pero no los pudimos abrir —dijo Solange.

—Es porque solo están permitidos para abrirse en la computadora central. Por tanto si se borran, no hay forma de recuperarse.

—Pero, quienes ya trabajan en el proyecto, ellos seguro lo recordarán y escribirán de nuevo, ¿no es así?

—Y por tanto también se tienen que borrar esos recuerdos. Tengo entendido que tienen una mentalista ejemplar.

—Miranda, sí... ¿pero qué si son muchos?

—Cuando Jack de la Morte estaba vivo, mencionó que aquel día en la redada, sintió el poder enorme de esa mentalista y que era con la única cazadora con la que no quería cruzar caminos.
Jack... él podía hacer cosas con su mente que hasta ahora no he podido encontrar lógica, el que temiera encontrarse con ella, me da a entender que borrar varias mentes en una noche será algo fácil.

Solange dejó caer la mandíbula. El que el vampiro más sanguinario de la historia le haya temido a la chica más amable y linda del mundo, aquella que dormía en pijamas de gatitos pachoncitos, era definitivo algo que no se hubiese esperado.
Aquello le dio fuerzas, de nuevo el pensar en qué tal lejos había llegado su equipo, sus amigos, sus hermanos, le sacó una sonrisa. Ella no estaba a su nivel, así que si quería ser de utilidad tendría que defenderlos a toda costa y arriesgar todo por sus metas.

Notas de la Autora

Hola y muchas gracias por seguir leyendo Solange así como su paciencia al esperar por estos últimos capítulos.
Como dije antes, son los más difíciles pues todo tiene que hacer sentido y todo tiene que cerrarse. Si no amo un capítulo, no lo publico hasta que me sangren los ojos y cambie a algo de lo que me sienta orgullosa 😅.
Queda un capítulo más (yo sé que les vengo diciendo eso desde hace como cinco capítulos jajaja) pero esta vez creo que es de verdad. Ya veremos.

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