La inexistencia de Logan Walk...

By Santucho1

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¡ATENCIÓN! Esta novela fue publicada por V&RYA en el mes de enero de 2024. El contenido que verán a continuac... More

¡Bienvenida + booktráiler!
PUBLICACIÓN EN PAPEL [13/1/24]
Reparto
Mapas
Carta de los hermanos Moore
1. Los calzones Calvin Klein
2. ¿Me está tomando el pelo?
3. Un viernes típico de caldeos
4. Yo nunca...
5. Fútbol americano
6. Caída en picada
7. El día que nunca acaba
8. Secretos
9. Paradoja en el mall
10. Vendedor de rifas
11. Touchdown
12. Cobarde
13. Consultaré con mi almohada
14. ¿Cumpleaños feliz?
15. No te dejaré caer
16. Un secuestro, un secreto
17. La cabaña del bosque
18. La inacción que no duró
19. Grace
20. Nadie va a morir hoy
21. Ya es muy tarde
22. Soy Benjamin Moore
23. La inexistencia de Logan Walker
Extra. #Benles
Agradecimientos
Museo artístico

Epílogo

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By Santucho1

¿Sorprendido? ¡Bienvenido, ávido lector, al epílogo que ha conquistado el corazón de todos los que leyeron la versión en papel!

Les recomiendo revivir la historia de los Moore... ¡La secuela está en camino!

Disfruten este epílogo mientras trabajo en lo que se viene.

Los quiere,

Santeeh <3

—Este lugar es una pocilga. 

Exhalo.

—Espero que esté libre de seres vivos indeseados.

Inspiro hondo. Revoleo los ojos hacia una sala de estar vacía y oscura, luego la observo con una media sonrisa.

—No solo estoy hablando de ratas y cucarachas, ¿oíste? Nada de adolescentes en bragas después del toque de queda. 

Camino intrépido por los alrededores de la habitación desierta mientras dejo las cajas de la mudanza en el suelo. Siento que la madera advierte la presión de mis pisadas como si estuviera a punto de resquebrajarse. No puedo evitar pensar que esa será una de las tantas peculiaridades a las que tendré que adaptarme.

—Nicholas, ¿me estás escuchando?

Me doy media vuelta con una impronta de satisfacción reconfortante. Podemos comenzar de nuevo. Lo estamos logrando.

—Siempre te estoy escuchando, abuela —contesto y muestro mis dientes en una gran sonrisa que sé que, en las condiciones adecuadas, puede conquistar hasta al alma más retraída.

—¿Abuela? —Se saca las gafas y estira su espalda para mostrarse lo más alta posible—. Yo no soy ninguna abuela. ¡Estoy más brillante que nunca! Mira este rostro de joven modelo que tengo. Los cuarentones caerán a mis pies en cuestión de semanas. 

Tiene toda la razón; lo que menos parece es una «abuela». No está ni cerca de parecerse al estereotipo ni física ni mentalmente. Opto por reír con su ocurrencia que refleja la verdad.

A veces me cuesta aceptar que por años creí en lo que decía mi tía sobre no tener más familia a la que acudir, cuando en realidad, tenía una abuela desesperada por encontrarme y con el corazón partido en mil pedazos.

Nuestra desaparición fue un sufrimiento constante para ella y su marido, quien cayó en una terrible depresión después de que su hija, Grace, los estafara y se llevara los fondos de su empresa millonaria junto a sus dos nietos, evaporándose para siempre del radar y dejando a mi abuela en bancarrota con un niño adoptado en pleno crecimiento. La depresión del abuelo fue muy profunda, y falleció poco tiempo más tarde, dejando a su esposa sin su compañero de vida. ¿Cómo hizo para superar tal desdicha cuando ya había perdido un hijo en ese fatal accidente que condenó la mente de Grace a la inestabilidad? Todavía no lo sé. De alguna forma, mi abuela nunca perdió las esperanzas de que nos encontraría y que, tarde o temprano, las cosas volverían a la normalidad.

Años más tarde, por fin pudo lograrlo.

—Tienes razón, Sarah. No tardarás en hallar a un millonario que nos devuelva a la zona de confort de los ricos —esbozo y me percato de la libertad con la que a veces podemos juguetear como si fuéramos dos iguales y no un nieto y su abuela en una situación fuera de lo común.

No han sido meses fáciles. La polémica en Blestville estalló tan pronto la sociedad descubrió que Danny había sido asesinado y que Cristopher, sobrino de la supuesta intachable familia Watson, se adjudicó la muerte del chico. El pueblo se ha sumido en una profunda desgracia. Tras la investigación del asesinato del hermano de Emma, se han descubierto una serie de cuerpos sepultados en las proximidades de la inmensidad del bosque, haciendo eco de ese mito urbano que Abby le contó a Ben en su primer día de clases como Logan Walker.

Tras el episodio en el bosque, nunca más volví a ver a Oliver o a su familia. Jamás pude decirle quién era y pedirle perdón por tantas mentiras. Las circunstancias poco claras de su partida involucran una espontánea salida de la ciudad de la que ni siquiera Abby o Emma tienen la más mínima información.

Debo admitir que ya no soy el mismo Nicholas. Tuve que hundirme en lo más profundo para entender que Ben, a quién extraño demasiado, es la persona a la que siempre debí haber escuchado. Cegado por mi cariño por Grace, no interpreté ninguno de sus abusos como maltrato. Tampoco me percaté de que Logan Walker era mucho más que un plan elaborado, y que la cabeza de mi tía no funcionaba como debía.

Por culpa de mis errores, mi ineptitud y mi inmadurez, se perdió una vida en el camino.

—¿Estás emocionado por volver a la escuela? —pregunta Sarah y me saca de mi espiral de reproches mientras analiza donde dejar la próxima caja. 

—Tan emocionado como se puede estar, cuando sé que seré el bicho raro que falsificó su identidad ya que estaba a merced de su tía mentalmente inestable que quería recrear a su hijo muerto en el reflejo de sus dos sobrinos gemelos, ¿no crees?

Veo la expresión entristecida de mi abuela por un breve segundo. Luego cambia su actitud corporal, incapaz de mostrar debilidad, y procede a contestarme erguida:

—Grace se va a recuperar y volverá a ser la maravillosa persona que una vez fue.

Un silencio incómodo azota nuestro nuevo hogar al quedarme sin palabras elocuentes por pronunciar. Atino a asentir con la cabeza, porque mi cariño por mi tía no ha desaparecido y quiero, a pesar de todo el mal que nos ha causado, que pueda dejar el conjunto de traumas inconclusos en su pasado.

—Oh, y déjame decirte que eres el menor de los problemas de Blestville ahora mismo. Nadie se meterá contigo en la escuela. No obstante, si por esas casualidades alguien te mira mal o se ríe de ti, me lo haces saber de inmediato. De esa forma, traeré mi bate de diálogo para que podamos conversar civilizadamente con el individuo en cuestión. Las cosas saldrán de maravilla y ya no tendrás que preocuparte de nada.

Río con lo que me queda para luego respirar el aire viciado de nuestra casa recién alquilada con dificultad. Con los bienes y fondos de Grace congelados en un juicio que debería darse en la posteridad, ahora nos toca readaptarnos a una vida con muchos menos lujos. Debo decir que eso no me interesa. Tengo demasiadas preocupaciones en la cabeza y últimamente me cuesta más trabajo sacarlas de eje. Solo Ben es capaz de hacerme sentir que todo estará bien.

¿Dónde está? ¿Por qué no anda por aquí escuchando los chistes malos que Sarah tiene para contar? ¿Por qué se me infla el pecho de la tensión cuando desaparece? 

La única conclusión coherente que aparece sin remordimientos es que, tras lo que hemos vivido, soy incapaz de imaginar el más mínimo instante de mi existencia sin Benjamin Moore para protegerme. Sin él, no habría sobrevivido. Sin él, habría muerto bajo el mantra de una tía desequilibrada. Sin él, no sería nada de lo que soy hoy.

Sin él, no existo.

—¿Dónde estás? —susurro al vacío. Mis ojos revolean desesperación a donde sea que vayan. Sin embargo, no hay rastros de mi hermano.

Escucho pasos que vienen hacia nosotros y que me sacan del estupor. Me cuesta concentrarme en los estímulos que tengo delante y dejar de lado las inmediaciones de mi mente por momentos compleja.

Un niño al que ahora conozco muy bien corre despavorido por la puerta de entrada.

—¡Kevin, no corras por la casa o podrías tener un accidente! —Mi abuela persigue a su hijo adoptado hasta que logra tomarlo del brazo—. ¿Por qué estás exaltado?

Kevin mira a Sarah con ojos de cachorro. El rubio seductor y manipulador de doce años sabe exactamente lo que necesita para captar la atención de su ya avejentada madre, pero algo en su expresión me dice que este no es uno de sus juegos mentales.

—¡Creo que Ben ha recibido una noticia terrible! —pronuncia al darle un abrazo conciliador. 

Sarah se queda pegada a los brazos de Kevin. Las palabras del rubio me dejan desconcertado y tengo que ordenarles a mis piernas que se muevan en reiteradas oportunidades.

No puedo siquiera tolerar la idea de que algo le pase a Ben. Si lo extraño cuando está a metros de mí y se encuentra bajando el resto de las cajas de la mudanza, ¿cómo podría tolerar física y mentalmente que esté sufriendo otra vez? Ya resistió lo suficiente. Yo fui el causante de su dolor. Solo tiene que haber luz para él ahora, y debo asegurarme de que así sea hasta el final de mis días.

Me dirijo a la puerta de entrada y lo veo sentado sobre la acera a unos cuantos metros de mí. Le grito desde lejos y le pregunto si se encuentra bien, pero no me responde. Está hablando por teléfono y, desde donde estoy, solo puedo apreciar su espalda. La desesperación hace que mis piernas se reactiven y comiencen a correr a su encuentro.

Acaricio su hombro y por fin puedo verle el rostro. Está palidecido, pero el caudal de su voz se mantiene firme. No tengo idea de con quién está hablando, no obstante, parece ser un asunto muy, muy serio. Más allá del detalle de su piel, lo noto entero. No puedo ignorar el hecho que soy yo el que está entrando en una terrible crisis por no saber qué es lo que está sucediendo.

Hace ya unos cuantos meses que los roles se han invertido. Sigo convenciéndome de que soy el mismo Nicholas, pero en los momentos de vulnerabilidad es difícil repetirme el mismo verso idealizado. En este instante soy una máquina de preocupaciones dignas del mayor miedoso, pues solo imaginar que estoy causándole dolor a alguien que aprecio es motivo suficiente para hacer que me desmorone.

Benjamin corta la llamada. Mis ansiedades se aplacan y me entrego completamente a lo que tiene para decir:

—Han encontrado a Emma inconsciente en su baño, hermano. Abby cree que ha intentado suicidarse.

Mentira.

Mi ansiedad no se aplaca en absoluto. Tartamudeo en un intento de decir algo coherente. Mi mente no es capaz de concebir como es que una persona dulce que ha sufrido tanto, pero que merece todo, ahora puede estar al borde de acabar con su vida.

—¿Qué es-está pa-pasando? ¿Es-está bien?

—Hay demasiadas coincidencias, Nicholas. La familia de Jonah, el padre de Miles... Son personas peligrosas. Debemos estar preparados.

No puedo controlar mis emociones. Soy un torrente de intensidad y de oscuridad en el día más soleado.

—¿Preparados para qué? —esbozo, temeroso.

—Para mantenernos más unidos que nunca —responde y toma mis orejas mientras hace que nuestras frentes choquen. 

Nuestras miradas se encuentran. Solo somos él y yo. Mi locura se vuelve claridad y mis miedos se vuelven poder de lucha. Me repito que el amor siempre ha demostrado ser más fuerte que el odio, y que sea lo que sea que tengamos delante, podremos lograrlo.

La existencia de los hermanos Moore representa unafuerza tan descomunal que será capaz de superar el impacto que la inexistencia de Logan Walker tuvo en la vida de los que se encontraron a nuestro alrededor.

Ben y yo contra el mundo, como siempre tuvo que haber sido. 



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