Escrito por: sweetlolixo
Traducido por: peoniesforLan
~Final~
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Wei Ying se siente inquieto mientras camina hacia él, y cuando finalmente está frente a él, Wei Ying se sorprende tras ver el rostro pálido de un hombre que ha envejecido demasiado. Se ha vuelto demasiado delgado, al punto que hasta sus huesos pueden notarse. Su largo y oscuro cabello está desaliñado, enmarcando su espantosa apariencia. Y pese a esto, Wei Ying aún puede verlo en su rostro – puede ver la belleza del príncipe que una vez fue.
Ya que este hombre frente a él no es el hombre que recuerda.
Este rey – este rey luce demasiado deteriorado y mayor para su verdadera edad.
—HanGuang-Jun, —Wei Ying le dice. La suavidad en su voz es innegable a pesar de todo lo que este hombre le hizo. —¿Así es como has estado viviendo los últimos dieciocho años de tu vida?
El hombre aún puede reunir la fuerza suficiente para curvar sus labios en una débil y oscura sonrisa. Hay lágrimas brotando de sus ojos por el alivio de finalmente ver a su amado una vez más. —¿Ya no me llamarás por mi nombre, Wei Ying?
Wei Ying vacila, pero termina complaciéndolo, —Lan WangJi.
—Wei Ying, —Lan WangJi dice, y acto seguido, trata de levantarse de su silla. No obstante, parece que siente un dolor en una de las costillas, e inevitablemente termina cayendo en la silla de nuevo, —Sabía que volverías por mi.
De tal padre, tal hijo. La confianza y audacia siempre ha corrido por la sangre de los Lans.
Wei Ying gira su cabeza, y dice, —La maldición ha surtido efecto, así que he venido.
—Lo sé, —Lan WangJi dice, con una pequeña sonrisa surgiendo de sus labios. Tal parece que la edad ha ablandado a Lan WangJi. —Lo sentí.
—Debería matarte ahora mismo, —Wei Ying dice, elevando su bastón mágico. Sus palabras son rencorosas, pero su tono de voz carece de veneno. —Debería acabarte, después de todo lo que me hiciste sufrir.
Una vez más, la boca de Lan WangJi se curva ligeramente hacia arriba. —Deberías.
—Entonces lo haré, —Wei Ying dice arrogantemente. —Por ti, tu inocente hijo tuvo que pagar por tus errores.
—Pero antes de que lo hagas, Wei Ying, —La sonrisa de Lan WangJi se desvanece de su rostro cuando dice, —Quiero que me devuelvas mi corazón.
La mano de Wei Ying sosteniendo el bastón – tiembla. —¿Qué?
—Mi corazón, —Lan WangJi murmura, gesticulando débilmente hacia la mesa delante de ellos.
Una jaula de cristal está sobre la mesa junto a la ventana. Dentro de ella, reside un latiente corazón, flotando por magia oscura.
Los ojos de Wei Ying se dilatan de la sorpresa. Vuelve a mirar a Lan WangJi, y en un instante – junta todas las piezas del rompecabezas.
—Ellos te hicieron esto, —Wei Ying dice, completamente horrorizado. —¿Te sacaron tu corazón?
No, no, no. No puede ser, porque si esto es verdad, entonces todo lo que sucedió hace dieciocho años...
—No puedo cogerlo, —Lan WangJi susurra con ojos suplicantes. —Ya que mi corazón está sellado con magia oscura. Y tú – tú eres el único que yo he amado. Solo el amor verdadero puede romper este hechizo.
—Lan WangJi, —Wei Ying dice con voz tensa.
Acto seguido, levanta la jaula de cristal con su dedo, sintiéndose lleno de ira por todo lo que le han hecho a Lan WangJi. La jaula se rompe en pedazos, y el corazón liberado vuela hacia Wei Ying. Este lo agarra, arropándolo con el calor de sus palmas.
El corazón se ha puesto viejo y obsoleto. No obstante, sigue latiendo, y sigue pulsando, volviendo a la vida por el toque de Wei Ying. Bum, Bum, Bum.
Solo reacciona por su toque.
—Viniste a buscarme el día de mi decimoctavo cumpleaños, me besaste, y me pusiste a dormir, —Wei Ying recuerda dolorosamente. —El que arrancó mis alas, ¿fuiste tú?
—Fueron mis manos, —Lan WangJi dice débilmente. —Pero no fui yo.
—El que besó mis labios y me dio el regalo del beso de amor verdadero, —Wei Ying pregunta con lágrimas deslizándose a lo largo de sus mejillas. —¿Fuiste tú?
—Te he amado desde que éramos niños, —Lan WangJi murmura. Sus ojos dorados destellan más que nunca. —Y cuando te besé, era lo que siempre había deseado.
—Así que te controlaron, con tu corazón, —Wei Ying solloza, negando con la cabeza. —Te obligaron a que arrancaras mis alas, ¿para que así no pudiera volver a salir de Yiling?
—Mi familia quería tu cabeza, —Lan WangJi dice sin aliento. —Pero hice un trato.
—Lan WangJi, —Wei Ying aprieta un poco el corazón que está agarrando. El corazón se ha puesto demasiado frío, pero, aun así, sigue persistiendo luego de todos estos años, negándose a desistir hasta lograr ver a su amado una última vez. —Lan WangJi, debiste habérmelo dicho. Yo te hubiera protegido.
—Hubieras muerto intentándolo, —Lan WangJi susurra. —Te conozco, y sé que hubieras muerto intentado protegerme.
Wei Ying llora sin hacer ruido, y luego le devuelve el corazón a su dueño. En ese instante, Wei Ying siente una oleada de recuerdos asaltando su mente.
La primera vez que se conocieron fue en el bosque. Lan WangJi era un niño curioso y bastante audaz, más que cualquier otro príncipe que se había visto. Por otro lado, Wei Ying era un pequeño fae de corazón puro, portando las alas más grandes y brillantes que cualquier otro fae de su edad. Ellos crecieron y jugaban juntos. El príncipe siempre aprovechaba cada momento que tenía para escabullirse del palacio, y así jugar y explorar el Bosque Yiling con Wei Ying a su lado. Lan WangJi siempre le sonreía, y cada sonrisa era más brillante que el sol.
Lan WangJi había robado cada pedacito del corazón de Wei Ying.
Un día, los humanos y las criaturas mágicas coexistirán bajo mi reinado, y tú te sentarás en el trono que estará justo al lado del mío. Gobernaremos estas tierras, juntos. Mi único y dulce Wei Ying. Mi único y hermoso Fae Oscuro.
Sin embargo, los Lans siempre han sido rencorosos, por lo que nunca han perdonado a las criaturas mágicas por haber matado a uno de los suyos. Siempre percibieron el Bosque Yiling con total odio y sospecha, así que cuando un general de gran rango finalmente capturó y asesinó brutalmente a uno de los inocentes trols, Wei Ying tomó represalias, levantando ramas venenosas del suelo para perforarlas en los pulmones del general.
Luego de eso, Wei Ying creó su muro de espinas.
—WangJi, cuando asciendas al trono una vez cumplas dieciocho, le declararemos la guerra a Yiling, —Su hermano le había dicho. —Y el primero que debe morir es ese Fae Oscuro. Él es el gran protector del bosque, y el más poderoso de todos. Mátalo, y finalmente ganaremos la guerra.
—Es que nunca ha habido una guerra, —Lan WangJi había protestado. —Ellos nunca soportarían lastimar a alguien, no sin que hayan sido provocados primero. Y Wei Ying–
—Ni siquiera intentes humanizar a esa criatura oscura con un nombre, —Su hermano le había advertido.
—Pero él es Wei Ying, —Lan WangJi susurra. —Y cuando sea rey, habrá una unión entre las dos tierras. Él reinará conmigo.
Su familia ni siquiera quería escuchar una sola palabra de Lan WangJi. Tras la llegada de su decimoctavo cumpleaños, los Lans arrancaron el corazón de Lan WangJi con la ayuda de un hechicero oscuro, para así asegurarse de que una unión como esa nunca ocurriría. Y con el corazón del príncipe bajo sus manos, las acciones de Lan WangJi también eran controladas por ellos.
Cuando Lan WangJi regresa al palacio ese día, sosteniendo las alas que había arrancado tan despiadadamente de su amado, lo encierran en la torre más alta del palacio.
Y luego, le arrancan una costilla a Lan WangJi, incapacitándolo por siempre.
La familia Lan anuncia el matrimonio entre Lan WangJi y una estimada princesa del reino vecino, Jiang YanLi, quien ni siquiera había visto el rostro del que sería su futuro esposo. Y dentro de un mes, hacen el bautizo de su hijo – quien fue nacido, crecido, y salido de la misma carne de Lan WangJi.
(Eventualmente, Jiang YanLi perecería tan pronto la familia Lan ya no le tenga más uso).
Con el corazón de Lan WangJi finalmente en su cuerpo una vez más, el hombre finalmente está completo.
Pero, tal parece que su alma y sus huesos han estado resistiendo mucho tiempo. Por lo tanto, justo en el momento que Lan WangJi puede reunir todo el aire suficiente para respirar, y respirar, y respirar como es debido luego de tanto tiempo, es cuando Wei Ying ve cómo el hombre empieza a desvanecerse.
—No, —Wei Ying empieza a entrar en pánico por el miedo, y se aferra al cuerpo que rápidamente está desvaneciéndose en cenizas. Bajo la luz pálida de la luna, los ojos de Wei Ying rebozan de lágrimas y lágrimas, sintiéndose abrumado por el dolor y los sollozos que no puede contener. —No no no no, Lan WangJi, no puedes dejarme otra vez, no cuando acabo de encontrarte. Por favor, por favor quédate. No me dejes solo de nuevo.
Lan WangJi levanta su esquelética mano, y sonríe mientras acaricia la mejilla de Wei Ying, el cual está húmeda por sus lágrimas.
—Pero Wei Ying, siempre he estado a tu lado.
Con su otra mano, agarra la de Wei Ying para guiarla justo donde debería estar su costilla. Y cuando Wei Ying lo acaricia y siente un vacío en esa área, sabe de inmediato dónde ha ido. Wei Ying lo sabe.
—Siempre me has amado, —Wei Ying susurra en incredulidad, observando el par de ojos fundidos en oro que nunca lo han dejado, y nunca lo dejarán.
Lan WangJi cierra sus ojos una última vez, y le sonríe con agradecimiento. —Siempre lo he hecho, y lo seguiré haciendo.
Siempre había sido él.
Y cuando todo lo que queda de él se convierte en polvo, Wei Ying se queda observando la silla vacía, y siente cómo su espalda empieza a doler nuevamente – y por un motivo.
Ya que tras la muerte de Lan WangJi, un largo armario en la habitación se abre, y libera dos grandes y oscuras alas que han estado cautivas por muchos años.
Las alas se apresuran a llegar a su dueño, incapaces de esperar un segundo más. Finalmente, las alas se adhieren a la espalda de Wei Ying.
Y cuando Wei Ying finalmente puede desplegar sus alas por primera vez en tanto tiempo, es como si nunca se hubieran ido. Sus alas son tan grandes que se arrastran detrás de él mientras camina. Wei Ying respira profundo, y se siente como si hubiera renacido.
—Las guardaste para mi, en lo que yo llegaba, —Wei Ying dice en voz alta, hablándole al alma de Lan WangJi que aún persiste en la habitación en forma de motas doradas y resplandecientes flotando en el aire. —Gracias.
Y ahora, Wei Ying tiene un príncipe que besar y despertar.
༺༻
Wei Ying camina hacia la habitación donde Lan Zhan está recostado, y observa a las tres hadas, los tíos de Lan Zhan, apiñados en el alféizar. Los tres quedan boquiabiertos por el asombro cuando lo ven a él – y a sus alas.
—¡Vete! —Los tres le gritan. —¡Él no es tuyo!
—Mian Mian no funcionó, ¿verdad? —Wei Ying dice, poniendo sus ojos en blanco. La princesa no está en ningún sitio, significando que fue echada por las hadas al quedar decepcionados por el show.
Wen Qing y Wen Ning hacen graznidos para asustar a las tres hadas.
Wei Ying se para junto a la cama, y ve a su dulce niño arropado entre las sábanas, atrapado en un sueño sin amor del cual ahora será despertado.
—Debí haberte creído, —Wei Ying murmura suavemente a medida que se sienta encima de las sábanas, y acuna dulcemente el rostro de Lan Zhan. —Debí haberlo sabido, y no debí echarte. Tú sabías exactamente lo que decías, y nunca fuiste un niño. Pero te perdono por tu pasado, y espero que también puedas perdonarme. Tú siempre has tenido mi corazón. Y yo siempre tendré el tuyo.
Wei Ying se inclina, y suavemente, posa sus labios contra los de Lan Zhan.
Y así, la magia más pura emerge, extendiéndose a lo largo de estas tierras.
Realmente, el amor verdadero es la magia más poderosa de todas.
La ruptura del hechizo inmediatamente manda chispas electrizantes corriendo por las venas de Wei Ying. Esa ruptura significó casi dos décadas de amor perdido. Él puede sentir cómo las cerraduras envolviendo su corazón se liberan. Claramente, puede sentir el final de una maldición de sangre que realmente nunca tuvo la intención de lanzar.
El príncipe vuelve a la vida, abriendo sus ojos una vez más
Las tres hadas hacen un alboroto detrás de ellos, incapaces de creer la vista que tenían de frente.
—No puede ser, —Nie HuaiSang dice mientras batea sus alitas azules.
—Oh, es amor verdadero, —Jin GuangYao dice, limpiando las lágrimas verdes de sus ojos.
—Y es hermoso, —Nie MingJue expresa, soplando su nariz en un pañuelo, y estornudando polvo rosa entre los fuertes sollozos.
Nie HuaiSang lo golpea con toda la fuerza de sus alas. —¡Llora más suave, Da-ge! Arruinas el momento.
Lan Zhan posa sus ojos en Wei Ying, y basado en la suave sonrisa en su rostro – Wei Ying sabe que él sabe.
—Wei Ying, —Lan Zhan exhala, extendiendo sus dos manos para acunar el lloroso y hermoso rostro de Wei Ying. —No importa qué forma tome, siempre te encontraré.
—Lan Zhan, —Wei Ying llora, aspirando ese olor tan familiar. Por supuesto, sándalo. ¿Cómo puede ser posible que nunca lo notó antes? Él nunca ha dejado a Wei Ying. —Lo siento. Te amo. Siempre te he amado. Te amo tanto que apenas puedo soportarlo.
—Entonces lo soportaré contigo, —Lan Zhan le dice, con el mismo fervor y la misma seriedad que antes. —Soportaré todo por ti.
Y luego, besa nuevamente a Wei Ying ya que perdieron muchos años sin poder besarse. —Cuando salgamos por esa puerta, serás mío otra vez, como debiste haberlo sido hace dieciocho años.
—Ellos vendrán por nosotros, —Wei Ying susurra contra sus labios, y se ríe tristemente. —Tu hermano, tu tío. Tu familia tratará de separarnos.
—Que lo intenten, —Lan Zhan dice con toda la fuerza y convicción de un hombre que ha estado esperando por mucho tiempo. —Porque he vuelto por ti una vez, y volveré por ti todas las veces que sean necesarias, todas las vidas que sean necesarias.
Wei Ying no tiene duda alguna de que Lan Zhan lo haría.
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Efectivamente, los malvados Lans vienen por ellos tan pronto Wei Ying y Lan Zhan salen de la habitación. La familia Lan está lista para ponerle fin al fae oscuro que mancilla su reinado.
—Hermano, no hagas esto, —Lan Zhan le suplica una última vez, haciéndolo más por la seguridad de su hermano que la seguridad de ellos mismos. —Si te rindes ahora, no se derramará sangre.
—Debí haberlo matado yo mismo, hace dieciocho años, —Lan Huan dice mientras eleva su espada hacia ellos.
No obstante, ellos nunca podrían ganarle a alguien como Wei Ying, quien tiene todo el poder de sus alas. Después de todo, Wei Ying es la criatura más poderosa de estas tierras. Y así, con el elegante giro de su muñeca, y el rápido ondeo de su mano, Wei Ying transforma a sus compañeros en bestias mortales – Wen Qing se convierte en una gran y larga serpiente, Wen Ning se convierte en un letal lobo, y Lan Zhan, su más grandioso amor, se convierte en un poderoso dragón.
Lan Zhan reúne todo el fuego que puede, y lo lanza hacia ellos.
Esto no tan solo es venganza por lo que le hicieron a Wei Ying, sino también es la represalia de él mismo hacia ellos por todos los dieciocho años que perdió, encerrado en una torre, siendo los recuerdos de un hermoso fae lo único que lo mantenían con vida.
Los Lans son derrotados, y los pasillos terminan llenos de sangre. La sangre de ellos.
Y desde entonces, por el bien de este reino, los malvados Lans nunca vuelven a verse.
༺༻
Como verás, la historia no es como te la han contado.
Ya que esta historia termina en las fronteras del Bosque Yiling, justo donde había comenzado.
En un lugar donde el mundo de los humanos y la tierra de las hadas se encuentran – – hay una unión, una gran boda, una celebración, conmemorando el amor entre un fae y un príncipe humano.
Lan Zhan viste túnicas reales doradas, y porta una corona digna de un rey. Todo es cariñosamente preparado por sus tres tíos.
(El mismo Nie MingJue intentó coser las túnicas, pero sus manos eran demasiado grandes para meter el hilo por la aguja. Nie HuaiSang intentó escoger las flores para el ramillete de su muñeca, pero siempre terminaba pinchándose con las espinas. Y Jin GuangYao trató de fundir el oro que sería lanzado en la corona, pero terminó haciéndola de una talla demasiado pequeña que, en su lugar, le servía más a él mismo que cualquier otro. Por cierto, ¿dónde estaba esa corona?
Al final, los tres terminaron recurriendo a sus varitas mágicas. Y todo fue perfecto).
Wei Ying viste un largo y ondeado vestido, hecho de pura seda dorada, y creado por sus pixies y trols. También le hacen una larga trenza con flores, y decoran su cabeza con una corona de flores digna del único protector de este bosque. Y por último, utilizan el pétalo mojado de una rosa roja para untárselo en sus mejillas y labios. Con respecto a sus zapatos – lo dejan descalzo.
Porque, después de todo, Yiling es su hogar. Y estas son sus tierras.
Todo el reino está invitado a la boda del siglo. Wei Ying baja su muro de espinas, y quita el veneno de ellas. En su lugar, deja que las flores crezcan por esas mismas ramas, creando la perfecta decoración para un pasillo nupcial donde él caminará.
Y donde A-Yuan camina primero.
El pequeño A-Yuan viste un hermoso traje de hadas, y porta una pequeña corona de flores. El niño camina felizmente por el pasillo nupcial, sosteniendo una cesta llena de pétalos de flores que luego esparce por todos lados, ocasionando las risas de todos los invitados presentes. Eventualmente, A-Yuan corre entusiastamente hasta el final del pasillo, donde Lan Zhan está esperando.
—¡Hermano Rico! —A-Yuan grita con alegría. —¡Ahora sí que te quedarás con nosotros para siempre!
Lan Zhan acaricia el cabello del trol, el cual usualmente está desordenado y lleno de fango e insectos por todo lo que juega A-Yuan, pero que ahora está muy limpio y peinado para la ocasión, gracias a su abuela. —Nunca iba a dejar a alguien como tú y Wei Ying, A-Yuan.
Y cuando Lan Zhan levanta su cabeza, sonríe suavemente tras observar al fae oscuro que está al otro extremo del pasillo.
Wei Ying se ríe suavemente y sostiene un hermoso ramo de flores mientras camina por el pasillo.
Después de dieciocho años esperando, finalmente tienen su momento.
Lan Zhan espera que nadie se percate de las lágrimas corriendo por sus mejillas, pero cuando de repente un estallido de polvo de hada rosa surge por los aires, y termina cayendo en el vestido de Wei Ying, Lan Zhan sabe que, una vez más, sus tíos se robaron el show.
—¡Oye! ¡¿Por qué lo hiciste rosa?! —Nie HuaiSang hace pequeños chillidos desde lejos. —¡Que sea azul!
Y así, el polvo de hada azul cae en el vestido de Wei Ying, convirtiéndolo azul.
—Rosa, —Nie MingJue insiste a medida que ondea su varita.
—¡Azul!
—Rosa.
La batalla de colores no termina hasta que Wen Qing llega detrás de ellos, los observa con irritación, y se los lleva a su pico para silenciarlos.
La boda continúa.
Cuando Wei Ying finalmente llega al lado de Lan Zhan, y son declarados los co-gobernantes de estas tierras, las poderosas y oscuras alas de Wei Ying revolotean al son de los latidos de su corazón a medida que se entrega por completo al hombre que siempre ha apreciado. Ambos se aferran y se besan dulcemente.
El sol detrás de ellos ya no se burla de ambos. En su lugar, es como si estuviera sonriéndole a la pareja.
—De ahora en adelante, los humanos y las criaturas mágicas siempre coexistirán bajo nuestro reinado, —Lan Zhan le promete a Wei Ying. Una promesa que no rompe. —Y con este beso de amor verdadero, yo cierro el trato contigo.
Así que, nuestra historia, a pesar de ser muy diferente, termina como cualquier otra. Ya que esta no es la historia de cómo un hada malvada maldice a un príncipe humano. En su lugar, esta es la historia del amor perseverante que mantiene un joven príncipe por un fae oscuro.
Y así, es como vivieron felices para siempre.
(Y ahora, lo único que falta, es un pequeñín).
Fin.