Creo que ya casi termino la botella. Bebí el último trago y necesito más.
Salí en busca de otra botella pero apenas creo que podía cargar mis piernas.
— ¿Estas bien? — Nolan preguntó.
— Estoy perfecta — dije intentando modelar pero casi voy a dar al suelo de no ser por sus brazos.
— ¿Qué sucede aquí? — preguntó Matt.
Me aferre a los brazos de Nolan, atraje su cara para darle un beso pero se alejó inmediatamente.
— No señor, señora Zoe ¿usted quiere verme muerto?, yo solo la estaba ayudando está que se cae de borracha.
— Estoy perfecta y solo quería probar los labios de tremendo bombom — observé las botellas detrás de Nolan.
— Nolan retírate que yo vi todo.
Me acerqué a tomar una de las botellas pero el brazo de Matt me detuvo.
— No vas a seguir bebiendo.
— No eres mi padre para obedecerte — volví a intentar tomarla pero me volvió a detener.
— Dije que no vas a tomar, necesitas un buen baño para que se te quite lo borracha.
— Vete al diablo Matt, tu no me mandas — corrí como pude hacía afuera con una de las botellas, Matt venia detrás de mi y creo que tengo una pequeña idea.
— Esta bien me rindo — dije levantando las manos.
— Zoe controlate.
— Dijiste que necesitaba un baño pero necesito que me ayudes, dame tu mano — dije y accedió.
Lo empuje y junto con el caímos a la piscina.
— ¡Woow! — esto es muy divertido.
— Estás completamente borracha, Zoe cálmate, te estás volviendo loca.
— Tu me vuelves loca — dije aferrandome a sus brazos para poder abrir la botella.
— Deja esa botella — intentó quitármela pero la lleve a mi boca para beber.
— Te toca — dije ofreciéndole la botella, me la quito y la lanzó fuera de la piscina — que desperdicio de dinero.
— Zoe vamos a salir te darás una ducha, te tomaras un café para tu borrachera y espero que te duermas con eso.
— No crees que el café me puede activar un poco más y creo que no estoy tan borracha — dije aun aferrada a sus brazos.
— Zoe por favor hazme caso — rodee su cuerpo con mis piernas.
— ¿Ya no me amas? — pregunté.
— ¿Matt que significa esto? — preguntó Verónica en el borde de la piscina.
— Verónica esto no es nada — me solté de su cuerpo y me sumergí en el agua, solo quiero olvidarme de todo.
Matt me sacó del agua.
— ¿Ahora te intentas suicidar o que? — preguntó Verónica.
— Es lo que más desean — dije incluyendo a Matt.
— No te quiero ver muerta, te quiero ver bien — creo que se fue toda mi borrachera.
Me levante y fui hasta la habitación, no me detuvo, pero es que soy tan tonta que aún creo que él quiere algo conmigo.
Necesito irme lejos de aquí.
Esperé a que fuera media noche, sé que Matt se acostó hace un rato junto con Verónica.
Observé por la ventana Nolan esta afuera haciendo guardia, momento perfecto, fui en silencio hasta el despacho, sé que ahí están mis documentos y los necesito.
Llegue hasta el mismo y sé perfectamente en que libro los guardo Matt, guarde mis documentos en el pequeño bolso.
Volví a verificar que Nolan siguiera en el patio delantero, fui hasta el patio trasero y respire aliviada.
Abrí el GPS y debo caminar una hora para poder encontrar algún transporte.
El olor a humo me hizo girar.
— Eres muy ruidosa como para querer escapar — tenía a Matt frente a mi fumando un cigarrillo.
— Déjame ir, ¿que consigues teniendome aquí? — pregunté.
— Te mantengo con vida — que estupidez.
— ¿Qué sentido tiene que me mantengas con vida si haces de mí vida un infierno al no creerme? — exploté contra él.
— Zoe aún estas borracha por favor entra a casa, solo serán unos días más para que puedas regresar con tu esposo — no me pude contener y estampe mi mano en su cara, provocando que cayera el cigarrillo.
— Alec ya no es mi esposo, estoy cansada de repetirte, si pudiera sacarme el corazón para evitar sentir lo que siento por ti lo haría — dije entre lágrimas y el me miró confundido.
— Zoe aún estas borracha.
— Estoy sobria malditasea y te di esa cachetada para ver si reaccionas porque no se quien te metió esa maldita idea en la cabeza de que sigo con Alec, si hasta pensaba dejarlo plantado en el altar por ti porque mis sentimientos eran confusos y ahora que son claros todo es un maldito infierno — por fin dije todo.
— Zoe entra a casa, no quiero más problemas.
— Tu problema soy yo así que déjame ir de una vez por todas — grité.
— Yo te metí en esto y mi deber es protegerte.
— Protegerme de los rusos pero destruirme peor que ellos — regresé a la casa y el venia detrás de mi.
Le entregué la mochila con mis documentos.
— Escondela porque no dejaré de intentar huir.
— Tendré que encerrarte.
— Como un animal es como últimamente me estas tratando.
— No digas tonterías.
— Analiza bien las cosas y te darás cuenta quién es el tonto — estuve por caer pero me sostuvo en sus brazos.
— Hey Zoe háblame ¿estás bien? — no podía controlar mis movimientos, me llevó hasta la habitación.
— Bebí un poco antes de salir — Matt llevó sus manos a su cintura.
— No habrá más bebidas o te vas a terminar convirtiendo en una alcohólica — gritó.
— Vete de mi habitación, yo veré si me vuelvo alcohólica, me acuesto con tus empleados o hago lo que me da la maldita gana, eso no tiene porque importarte — lo vi salir de la habitación, siempre huye.
| Días después |
— Ya terminaste de esconder todas las botellas de alcohol — comentó Verónica a Matt.
— Si ya se llevaron todo — me crucé de brazos, sé que se lo llevaron por mi.
— ¿Cuando me podré ir? — cuestioné para escuchar toques en la puerta.
— Llegó el médico — los observé confundida, ¿Qué hace el médico aquí?
Matt lo invitó a pasar.
— Llevas dos desmayos y necesito saber la razón de los mismos — dijo levantando su voz.
— Ya te lo dije he bebido mucho esa es la razón — mi palabra como siempre no sirve, el médico saludó y empezó el chequeo.
— Bueno al parecer si, todo es provocado por las bebida, necesito que la dejes rotundamente — dijo el doctor
— ¿Porque?
— Para descartar un posible embarazo — lo miré sorprendida.
— No se preocupe mi periodo si llegó, no será necesaria la prueba.
— Así de escéptica estaba Verónica ahora me llama cada vez que se le termina alguna Vitamina.
— ¿Qué? — fue lo único que salió de mis labios.
— Doctor continue con la revisión de Zoe por favor — dijo Matt y lo observé con odio.
— ¿Es tuyo? — cuestioné a Matt en un hilo de voz.
— Claro que es de Matt, por fin le daré lo que siempre quiso — respiré profundo y dejé que el doctor me siguiera examinando.
Esperé a que el doctor se fuera, no hable más y me dirigí a mi habitación, me acurruque en la cama, sentí que abrieron la puerta, se por su aroma que es Matt.
— Hey ¿cómo te sientes? — gire para verlo.
— Vete de aquí, estoy cansada de todo esto.
— Solo quiero saber que estas bien — asentí y limpie las lágrimas que salían de mis ojos.
— Quiero estar sola — él asintió.
— No te lo dije porque no quería herirte.
— Siempre lo haces, ya me estoy acostumbrando.
— Lo hago por tu bien — acarició mi brazo pero lo separé.
— Solo vete ya haz hecho suficiente — me cubrí con las sabana al recordar a mi pequeña Ángel.
— Me preocupan tus desmayos.
— Mis desmayos son porque no me da hambre, porque detesto estar aquí.
— Debes comer Zoe, no te quiero ver muerta, te quiero ver fuerte, te necesito fuerte para que cuando encontremos a Miguel le puedas dar la golpisa que se merece — negué con la cabeza.
— Eso no me va a devolver a mi pequeño Ángel — él limpió mis lágrimas.
— Esto se acabará pronto, lo prometo — sentí sus palabras sincera, cuando Matt prometía algo lo cumplía.
Espero que no me esté mintiendo, solo quiero que este maldito infierno acabe de una buena vez.
— Es la última vez que confiaré en tí, no me decepciones más — dije para que asintiera.
Verlo salir por esa puerta hizo que mi corazón se estrujara, observé la ventana y no lo pensé más.