₪ R O Y A L T Y ₪ |MiTake|

By TheRulesOfMcfil

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❝ - Estaremos sentados en un trono, tu y yo, solo nosotros dos... ❞ ▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓ ∩ Historia corta ∩ Pa... More

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ฯAbyssฯ
ฯKill Someoneฯ
╰⁠(꒳⁠ DATOS Y CURIOSIDADES꒳⁠)⁠╯

ฯSkyฯ

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By TheRulesOfMcfil

10 años después...




Vila Nova Conceição, São Paulo, Brasil

01:47 am

La estruendosa música rebotaba por todas las paredes del oscuro, gigantesco y cerrado lugar permitiendo que todos los adultos jóvenes que se encontraban adentro bailaran, rieran y bebieran sin prestar atención de lo que pasaba a su alrededor.

La pista de baile estaba llena de parejas y grupos de amigos bailando con tanta dicha que se podría envidiar, los sillones apartados de la pista también se encontraban todos ocupados principalmente por cariñosas parejas que no dudaban en mostrarse su amor con besos y carias subidos de tono; la barra no era la excepción, los pobres barman's se encontraban hasta el cuellos con pedidos de fervientes e impacientes clientes.

Pero entre todos ellos se movía un grupo de personas en particular con rasgos mayormente asiáticos sin que nadie nota sus presencias. Entre ellos caminaban un hombre alto de cabello oscuro corto con mechones morados, 2 hombre menos alto que ese pero con un woolf cut, la diferencia es que uno de ellos tenía los cabellos de las mismas tonalidades que el hombre anterior, el medio de su melena morada y su raíz y puntas negras, mientras que la cabella era de un hermoso rosa salmón; pero en entre de esos 3 imponentes hombres se encontraban 2 personas más, un hombre de lacios y albinos cabellos con oscura mirada y una bella mujer de larga y negra melena lacea con precioso ojos azules.

Todo los hombres del quinteto iban con costosos y elegantes trajes que no encajaban para nada con el ambiente fiestero del recinto, en cambio, la señorita que los acompañaba si estaba vestida más acorde con la situación, usaba un corto vestido de satín negro con tirantes que resaltaba su bella silueta, unos tacones de 9 centímetros de alto estilo taco aguja y llevaba una shoulder bag negra.

El grupo siguió caminando con tranquilidad hasta llegar a una puerta que estaba custodiaba por 2 hombres fornidos, los cuales apenas verlos se hicieron a un lado mientras les abrían la puerta sin siquiera mirarlos a los ojos, ellos ya sabían quiénes eran y era mejor no atreverse a hacer contacto visual con ninguno de ellos o mucho menos mirar a la dama que iba entre ellos.

Al pasar por la puerta giraron a la derecha y caminaron por un corto y bonito pasillo iluminado por luces amarillas; al final del pasillo se encontraron con un gran elevador dorado en donde se encontraba un hombre con traje negro de apariencia amable, entraron al elevador junto a él y el misterioso hombre presiono un par de botones y el elevador empezó a ascender. La fémina no pudo evitar mirarse en el espejo que tenía al lado cerciorándose que todo su sutil maquillaje siguiera perfecto, al igual que su cabello y su vestido.

— Te vez espectacular —le dijo el albino con tranquilidad provocándole una sonrisa.

— Gracias —respondió con suavidad acomodando sus cabellos.

Después de unos minutos las puertas del ascensor se abrieron de par en par dejando salir a todos exceptuando al amistoso hombre que se despidió de ellos con una cálida sonrisa. Ahora en frente del grupo se encontraba 4 hombres de gran musculatura resguardando las grandes puertas que llevaban a la oficina de su empleador.

— Ustedes quédense aquí —habló firme el de orbes carbón mientras la bella mujer enredaba su brazo en el de él.

— Como ordene jefe —respondió el de cabellera corta haciendo una leve reverencia.

Sin más ambos se adentraron a la gran habitación. Lo primero que les llamo la atención fue la gran pared de vidrio que daba una vista espectacular de la ciudad, a pocos metros de esta pared se encontraban 2 sillones largos uno al frente del otro y entre ellos una mesa de noche con 2 vasos de vidrio y una wiskera de cristal.

— Es bueno verte, Manjiro —la negra y azulina mirada fueron hacía su derecha encontrándose con un alto y tatuado hombre al lado de un gran y ordenado escritorio.

— Lo mismo digo, South —respondió el japonés con una leve sonrisa.

— Por favor siéntense —pidió señalando los muebles mientras caminaba hacia ellos.

Ambos invitados asintieron y fueron directo al mueble más cercado para sentarse mientras que el de cara tatuada se sentaba en el que se encontraba frente a ellos.

— ¿No me la vas a presentar a esta bela moça, Manjiro? ¿Acaso es la misteriosa pareja que tanto escondes? —preguntó mirando de pies a cabeza a la fémina que se encontraba al lado del gánster.

— Para nada —rio levemente para luego mirar a la joven y hacerle una señal con la cabeza para que fuera con el brasileño— tómala como una muestra de cuanto aprecio nuestra alianza.

La mujer se sentó al lado del alto hombre con una suave expresión en su rostro, apoyo su cabeza en su hombro y tomo la fuerte mano del hombre para ponerla sobre sus desnudos y delgados muslos.

— La has entrenado bien —alabó palpando esos tersos y blanquecinos muslos— por favor, sírvete —dijo señalando la wiskera con una sonrisa mientras seguía acariciando las lechos piernas de la muchacha. Mikey tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no cambiar su sonrisa por un semblante de desagrado— ¿Viniste cómo te indique?

— Si —afirmó sirviéndose la amarillenta bebida— Venir por Perú fue buena idea, pasamos casi desapercibidos —le dio un gran trago al wisky reprimiendo sus impulsos de golpearlo.

— Te lo dije, la inmigración china y japonesa hizo que muchos de sus descendientes se quedaran allí a vivir o por defecto que hereden sus rasgos —explicó con simpleza sirviéndose también de la bebida alcohólica.

— Ellos también tienen una considerable cantidad de siembra de coca —habló mirándolo a los ojos, cosa que lo hizo soltar una fuerte carcajada.

— No más que nosotros, tenlo por seguro —dijo aun entre risas pasando su mano por la cintura de la mujer y apegándola a él— tenemos un 50% más de producción de coca que ellos, todo gracias al nuestro presidente que nos facilita todo.

— Los beneficios del narco-estado, supongo

— Tu mismo lo has dicho, cuando se trata de drogas, ni Colombia ni México pueden competir contra nosotros —una sonrisa de soberbia se pintó en sus labios mientras que ambos alzaban sus copas y brindaban sonriendo.

Su plática siguió por unos largos minutos más en la cual se volvió a recordar y establecer todos los beneficios que ambos tendrían con su negocio. South debía admitir que tener al más grande narcotraficante de todo Japón frente a él y estar cerrando un trato millonario con él le inflaba el pecho de orgullo y ego.

Manjiro Sano no es solo un narcotraficante más, no, él era EL narcotraficante de todo Asia, su banda criminal distribuía la mayoría de droga a países como Japón, China, Tailandia, Corea del Sur, Vietnam, Filipinas y Malasia, además de ser buscado a más no poder en estos, también distribuía armas tanto normales como modificadas por ellos mismos para tener una mayor letalidad. También tenían una pequeña ret de sicarios pero muy pocas veces prestaba de esta a servicio de los demás.

Así que sí, estar haciendo un trato con él era algo extremadamente bueno para él sin hablar de todos los millones de billetes verdes que le haría ganar.

— Entonces eso sería todo, tendrás 95 kilos de cocaína junto con 45 kilos de GHB dentro de 5 días directito en Japón. El LSD, 5-12, MDMA y PCP tardaran un poco más.

— ¿Por?

— El presidente de vez en cuando tiene que "desmantelar" laboratorios de drogas para que las personas que gobierna piensen que hace algo.

— Entiendo —el de orbes azabache se paró del sillón con tranquilidad— Bueno, es momento de que me marche, en un par de horas debo volver a Japón

— ¿Tan pronto?

— Sí, tengo que hacerme cargo de alguien y mientras antes acabe con esa persona, mejor. —explicó acomodándose los gemelos de un muñeca con cuidado mirando fijamente estos

— ¿Y podría saber quién es el pobre infeliz?

— Por supuesto —contesto con una sonrisa para luego mirarlo directamente a los ojos— Tú.

South ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió como una afilada y plana daga se clavó en su cuello perforando su esófago, tampoco pudo decir palabra alguna al ser sacada el arma ya que comenzó a sentir como su sangre inundaba su tráquea llenando sus pulmones de la sustancia carmín que lo mantenía vivo. De forma abrupta su cuerpo cayó de lado en el mueble, de forma automático presiono su cuello con ambas manos en un intento vano de detener el sangrado. Lo último que pudo ver fueron las bellas piernas de la chica frente a él, notando como en su pierna izquierda hacía una cicatriz.

— Agh, me mancho el vestido —se quejó viendo con desagrado la gran macha húmeda de su vestido.

— Pudiste apuñalarlo en el corazón —le contestó de forma divertida caminando hasta su acompañante y tomarlo por la cintura— ¿Te he dicho lo sexy que te vez con este vestido, Takemitchy?~

— Si, muchas veces~ —respondió con una sonrisa dejándole un corto beso en los labios mientras enredaba sus brazos en el cuello del mayor— Vámonos de una vez, ya terminamos nuestro trabajo y tenemos que irnos a Tokio pronto.

— ¿No podemos quedarnos a hacer algo más divertido? —preguntó bajando sus manos hasta los glúteos de su pareja y apretarlos.

— Cuida esas manos Manjiro —contestó golpeando sus manos con fuerza haciendo que lo soltara— Ahora vámonos —ordenó dándole la espalda y caminando hacía la puerta.

Al abrir la puerta se encontró con la bizarra escena hecha por sus 3 subordinados. Las paredes del lobby estaban manchadas con largos y desordenados chorros de sangre al igual que el piso, en donde se encontraban los inertes cuerpos de los 4 gigantones.

— Carajo Sanzu ¿Que parte de "Háganlo lo más sencillo posible" no entendiste? —le reclamó el de negros cabellos.

— ¿Y qué te hace pensar que fui yo?

— Para empezar, esto es muy tu —dijo señalando las ensangrentadas paredes— y a diferencia tuya, Rindou y Ran si hacen lo que les digo.

— Yo solo le hago caso al rey y lo sabes —le contestó de forma obvia limpiando la sangre de su puñal sin siquiera verlo.

— Y yo te dije que le hicieras caso a todo lo que Takemitchy dijera —la seria voz de Mikey hizo temblar al de cicatrices en la boca quién rápidamente alzó la vista para ver cómo su jefe lo veía con desdén.

— Mi rey yo...

— Silencio —ordenó haciendo que Sanzu bajará la mirada claramente avergonzado— debería golpearte por hablarle así —gruñó enojado— vámonos.

Mikey comenzó a caminar hacia el ascensor siendo seguido por los Haitani, Takemichi se acercó un poco a Sanzu, el cual al notarlo alzó la cara para encontrarse con la sonrisa arrogante de Hanagaki.

— A ver si con eso te queda claro tu lugar —le susurró aun sonriente para luego caminar con rapidez hasta donde Mikey y tomarlo del brazo con fuerza.

— ¿Que mierda vio el rey en ese idiota debilucho? —susurró para sí mismo para luego caminar así ellos.

Los 5 bajaron por el ascensor en silencio hasta llegar a la planta baja del gran edificio, volvieron a pasar por entre la gran manera de gente sin llamar la atención y salieron del lugar como si nada hubiese pasado. Caminaron hasta llegar a una gran limosina negra con ventanas blindadas. Rindou le abrió la puerta del auto a Mikey y a Takemichi los cuales entraron con tranquilidad para luego el de cabellos largos entrar junto a ellos, Ran se encontraba en el asiento del piloto y Sanzu en el del copiloto. Toda la limusina iba en silencio hasta que Mikey empezó a hablar.

— Rindou, avísales a Watanabe que South ya no será un problema y que ella se lo comunique a los Quispe y a los Vargas

— Ya estoy en eso jefe —respondió tecleando su celular con rapidez.

La familia Quispe y Vargas eran 2 familias peruanas y bolivianas, respectivamente, de narcotraficantes, ambas familias eran muy amigas y habían iniciado en el negocio hace ya 15 años, por mucho tiempo se mantuvieron en la sombras mientras poco a poco hacían que sus nombres sean más y más reconocidos en el narcotráfico latinoamericano, siempre mostraron bajo perfil ante todos, nada de lujos excesivos o ir por allí parloteando de sobre todo el dinero que tenían y mucho menos mostrarlo, de lo contrario, las consecuencia que darían las propias familias caerían sobre el egocéntrico bocón que estuviera de lengua suelta. Gracias a esto ellos son casi invisibles e inexistentes para los medios, quienes de concentraban más en los narcotraficantes colombianos, mexicanos, brasileños y de demás países.

Esas fue una de las cosas que hizo que Mikey se fijará en ambas familias para hacer tratos.

El como Bonten llegó a tener contacto con estas familias latinas fue un tanto curioso. Todo paso en uno de sus tantos viajes a Filipinas, cuando todas las cabecillas de la organización se encontraban cenando en un lujoso restaurante y de pronto una alta y delgada mujer de cabellos caoba y grandes ojos se presentó frente a ellos con el nombre de Melissa y les empezó a hablar sobre su oferta.

Melissa Watanabe era la nieta menor del patriarca de los Quispe, ella era la hija de la hija preferida del ya mayor hombre. Melissa desde muy pequeña se involucró en "el negocio familiar", vio con este creció, se complicó y finalmente floreció hasta ser el fuerte y temible clan que eran. Ella tenía ascendencia Japonesa por parte de su padre, el cual también era parte del negoció, por lo tanto su manejo del idioma era perfecto. La joven al estar acostumbrada a visitar el país nipón para visitar a sus familiares eventualmente se enteró sobre la poderosa Mafia que tenía fuera de quicio a la policía del país; al enterarse de ello de forma rápida empezó a hacer un plan para que ambas mafias pudieran hacer un trato, investigo de pies a cabeza todo lo que pudo de los integrantes y el manejo de "Bonten" en el resto de su estadía en Japón, luego al volver a Perú se reunió con ambos líderes de las familias y les explico su plan, ambos hombres al principio se mostraron reacios pero le dieron la oportunidad de hacerlo.

Tan solo 5 meses después de la propuesta de Melissa ambos clanes ya estaban haciendo negocios. Uno de las peticiones que pidieron los Vargas fue la muerte del gran capo de Narcotráfico South Terano, ese idiota siempre fue una molesta en los zapatos de ambas familias y para el resto de narcotraficantes en general, por lo que tenerlo afuera del negoció le beneficiaba a todos.

— Dice que perfecto, jefe, que en la próxima entrega nos van a enviar 2 botellas de Singani y otras 2 de Pisco para celebrar —respondió Rin con una sonrisa. La idea de embriagarse siempre era buena.

— Ay, ya no aguanto está peluca, da demasiado calor —se quejó el ojizarco sacándose la peluca con molestia para luego recostarse en el hombro del albino— hazme piojito —ordeno con voz tierna provocando la risa de su pareja quien gustoso empezó a rascar con suavidad la cabeza de su novio.

Miro fijamente los bellos cabellos negros ensortijados con una sonrisa, amaba tener esos momentos tan íntimos y cariñosos, cuando parecían que ambos eran solo una típica pareja del montón y no líderes de una de las más perseguidas bandas criminales de toda Asia.

Siguió acariciando los sedosos cabellos de Takemichi por un largo rato mientras veía las iluminadas calles de bella ciudad por las ventanas del auto el recordando cómo había llegado allí.


...



9 años de 10 meses atrás...

Las oscuras calles de Kanto eran la única compañía del solitario joven que se encontraba sentado en las descuidadas bancas de un pequeño parque, su apariencia estaba completamente desalineada, la ropa que usaba se notaba vieja y descuidada, llevaba una gran casaca beige afelpada pero que no lo cubría de las heladas noches otoñales, las raíces negras de sus cabellos ya se asomaban resaltando el amarillo a lo largo de sus maltratados cabellos. Una fuerte brisa lo golpeo haciéndolo temblar, metió las manos en los bolsillos de su casa y saco una cajetilla de cigarrillos ya casi vacía y un encendedor, coloco uno de los cigarros entre sus labios y acerco el encendedor cerca de este, acerco la flama al cigarro y aspirar con fuerza llenando sus pulmones del grisáceo humo sintiendo como su interior se calentaba.

— No serias fumar —una conocida voz le llamó la atención mientras se sentaba a su lado— te va a joder los pulmones.

— No creo poder estar más jodido —le respondió con una amarga risas sacando el cigarro de sus labios al igual que el humo— me alegra ver que estas bien, Mikey.

El corazón del cenizo se encogió al ver a Takemichi, se notaba a leguas que el menor estaba pasando por un mal momento tan solo con ver sus ojos, los cuales ahora solo transmitían cansancio y melancolía.

— Hablo en serio Takemitchy... —susurró apoyando su cabeza en la del menor.

— Lo sé, solo bromeo —se disculpó con una leve sonrisa— ¿Ran y Rindou te trataron bien? —preguntó con curiosidad a lo que su contario asintió.

— ¿De dónde los conoces? Todo el mundo sabe que los Haitani son peligrosos —interrogó sacándole una leve risa al menor.

— Solo los conocí un día y ya —respondió sin mostrar interés— ¿Cómo está tu familia?

— Están bien, le hablé a Izana y le explique todo... él es el único que sabe la verdad además de lo que paso —contestó algo decaído, sabía que mientras más desconociera su familia estaría mejor, odiaba mentirles pero le daba vergüenza saber la reacción de su hermano al enterarse que había matado a alguien, todo había sido en legitima defensa, pero aun así se sentía fatal de tan solo pensar que Shinichiro estuviera decepcionado de él.

— Es mejor así Mikey, créeme —lo consoló el ojizarco acariciando sus claros cabellos.

— ¿Y cómo te ha ido a ti? Es la primera vez que nos vemos desde el incidente

— Pues... me pudo haber ido peor, supongo —respondió dándole otra calada a su cigarro.

La policía llegó a tan solo minutos después de Takemichi haber hecho la llamada al igual que una ambulancia. Los policías al llegar a la casa se encontraron a un joven de cabellos teñidos tirado en el suelo a minutos de desmayarse por todos los que había recibido, rápidamente se lo llevaron las hospital para curarlo mientras que los policías y forenses hacían su trabajo. Takemichi despertó en el hospital con 2 policías haciéndole custodia, después de ser revisado por los enfermeros fue interrogado por ambos policías, al momento que ambos le pidieron dar su testimonio, Takemichi empezó a relatar todos los abusos que había recibido por parte de Kentaro en los últimos años de su vida para luego contar lo que había pasado el día anterior

"— Apenas llegué a mi casa de la escuela él se me abalanzó, fui corriendo hasta mi cuarto pero él me alcanzó, comenzó a golpear y luego se puso encima de mi... Me... Me empezó a tocar y a quitar la ropa, en algún momento me llegó a bajar el pantalón... —los policías que lo escucharon atentamente mientras anotaban todo empezó a verlo con lástima, cosa que el rubio aprovecho— N-No sé cómo pero me lo quité de encima y fui corriendo a la habitación de mi mamá y... Y —su voz se entrecorto mientras sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas— ella estaba tirada en el piso con mucha sangre, cuando la toque estaba completamente helada —dijo en voz baja sollozando.

Ambos policías se miraron con tristeza y cuando abrieron la boca para decirle que podía tomarse un tiempo el continuo hablando conteniendo el llanto.

—... Tra-Trate de salir de la casa para pedir ayuda pero cuando estaba por bajar las escaleras Kentaro me empujó y ambos caímos, él me siguió golpeando, en un momento llegamos a la cocina, él tomo un cuchillo me lo clavó en la pierna, ambos caímos al piso, se puso encima de mí y volvió a toquetearme, el dejo el cuchillo a un lado y yo... Yo —volvió a sollozar cubriéndose la cara con ambas manos— yo lo maté —pronunció con la voz completamente quebrada.

— Hey, hijo tranquilo —hablo uno de los policías poniendo su mano en el hombro del rubio a modo de consuelo— Hiciste lo que debías para sobrevivir.

— ¡Yo no quería matarlo, se lo juro! —grito entre sollozos viéndolos."

Con eso le basto para que ambos policías le creyeran.

Takemichi se quedó unas semanas más en el hospital que fue derivado a una casa hogar en el área de Minato, donde recibía muchísimo mejores cuidados que en los antiguos orfanatos donde creció, además de que el estado le estaba dando bonos mensuales de 370 000 yenes, además de borrar de su expediente de los archivos policiales.

Al estado no le convenía en ningún sentido que la prensa se enterará del como un niño huérfano el cual había sufrido de reiterados maltratos por parte de su orfanato, para luego dar con una familia en la cual sufrió de asaltos sexuales e intentos de violación por parte de su primo, había asesinado a este en defensa propia. Si la presa llegaba a enterarse de eso se volvería todo un escándalo a nivel nacional, todo atacarían tanto a los parlamentarios como el mismo emperador. Por ello prefirieron llegar a un acuerdo silencioso con Takemichi para que no abriera la boca con absolutamente nadie sobre lo que paso.

— ¿Has sabido algo de algún familiar de Aoi? —preguntó el cenizo tomándolo de la mano.

— No, solo tenía un hermano, el padre de Kentaro, y después de enterarse que su hijo mató a su hermana... Decidió que ya no podía más y se suicidó —contestó relamiéndose sus agrietados labios por el frío.

—... Y ¿Qué planeas hacer ahora? Digo, cuando salgas del orfanato ¿Te quedan un par de meses para salir verdad? —preguntó tomando su mano con algo de fuerza para luego verlo a los ojos— estuve pensando qué tal vez podrías venir a vivir conmigo y mi familia, eres amigo de Izana y Kakucho así que no te sentirías tan incómodo por estar en mi casa, estoy seguro que a mi abuelo no le importará, Emma y Shin seguro te amaran y podremos estar por fin en paz...

Esas últimas semanas le habían servido a Mikey para tratar de relajarse y reflexionar, el haber matado a alguien era un suceso que, para bien o mal, te afecta. Y el rubio no fue la excepción, los primeros días no pudo dormir porque la escena de Kentaro siendo apuñalado por él se repetía en bucle cada vez que cerraba los ojos, sabía que había hecho un bien al matarlo, pero aun así una parte de él se sentía culpable. Izana rápidamente noto que el comportamiento de Mikey había cambiado por lo que hablo con él para que le dijera que lo aquejaba, Mikey dudo, pero al final se lo contó todo y le rogó que no se lo dijera a nadie, el albino le confesó que él también había asesinado a alguien en su pasado y que él era la primera persona a la que se lo decía, fuera de Kakucho; no lo juzgo, solo lo abrazo y le prometido que no se lo diría a nadie, él sabía la presión y culpa que Mikey sentía por lo que se identificó con él.

Luego de hablar con Izana, Mikey estuvo mucho tiempo para hacer una introspección y meditar sobre sus acciones, sobre lo que quería y lo que no. ¿Qué quería para su vida? Fácil, vivir tranquilamente con su familia, quería ver a sus hermanos tener una vida feliz y sin complicaciones, ver a Shinichiro al fin conseguir una novia con la cual ser feliz, ver a Emma casarse con Draken y ver a Izana cuidar de dudosa forma a los futuros hijos de Emma.

Pero lo que más quería era estar junto a Takemitchy, estar con él sin que nada ni nadie los molestara, simplemente estar ambos a solas y viviendo juntos sin preocupación alguna.

— Mikey, cuando salga del orfanato voy a irme con los Haitani.

Con solo esa oración el corazón se Mikey se estrujo haciendo doler su pecho.

— ¿Qué? ¿Takemitchy, eres consiente en que cosas están metidos?

— Si, Mikey, lo soy.

— ¿Y aun así estas dispuesto a meterte en sus negocios? Takemitchy, ellos están metidos en cosas peligrosas —preguntó con tono algo molesto.

— Ya lo sé —respondió firme, soltó un suspiro y miro directamente a Manjiro a los ojos— créeme que soy muy consiente en las cosas que están metidas Rindou y Ran.

— ¿Entonces por qué? Takemitchy, podemos vivir una vida tranquila, sin hacerle daño a nadie o ponerte en peligro.

— ¿Vida tranquila? —una risa amarga salió de los labios del menor para luego seguir— Mikey mírame, toda mi vida he intentado vivir una vida tranquila y mira como termine, nunca me metí con nadie, evite los problemas siempre que podía, ni siquiera me intente defender cuando me agredían y mira como termine, casi violado —escupió con asco, su mirada se ensombreció haciendo al rubio estremecer— Estoy harto de buscar una "vida tranquila" cuando la vida ya me demostró que eso no es para mí. Ya no quiero luchar por una vida feliz cuando no sé quién más puede venir a destruirla.

— ¿Y crees qué tu vida será muy feliz si trabajas junto a ellos? —preguntó con sarcasmo Mikey con algo de enojo.

— No, pero sé que nadie se meterá conmigo y si llegaran hacer lo pagarían muy caro —habló tensando la mandíbula y con el ceño fruncido para luego relajar su cara y bajar la vista al suelo—... y perdón pero mi decisión ya está tomada y no la pienso cambiar

Ambos jóvenes se quedaron en silencio dejando que la fría brisa de la noche los envolviera haciéndolos estar concentrados en sus pensamientos por unos minutos hasta que el de ojos ónix decido hablar.

— ¿Te vas a alejar de mí?

—... Es lo más probable —respondió en un susurro viéndolo de reojo— pero...

— Iré contigo

— ¿Qué?

— Voy a unirme también al negocio de los Haitani —respondió de forma firme viéndolo directamente a los ojos con seriedad— No planeo dejarte otra vez ni nunca

Las mejillas del ojizarco se tornaron rojizas ante las palabras de su contario, un sentimiento de cosquilleo en su pecho se hizo presente provocando que su sonrojo creciera aún más de lo que le gustaría, pero aclaro la garganta de forma rápida al oír la leve risita del mayor.

— ¿Eres consciente de que es probable de que ya no veas a tu familia?

— Me las arreglare para estar cerca de ellos, quiero que ellos tengan una larga y buena vida, pero también quiero tener una larga y buena vida contigo —contestó con una sonrisa viendo con diversión las aun coloradas mejillas de Takemichi.

—... Dios, de verdad nunca me voy a poder librar de ti ¿Verdad? —preguntó con una sonrisa tratando de disimular su sonrojo apartando su vista de él.

— No, jamás lo podrás hacer.

El más alto soltó una risita ante la declaración del rubio provocando que él también riera, ambos se miraron nuevamente con ternura. Mikey se inclinó hacia Takemichi y le dejo un casto beso en sus labios, beso que claramente fue correspondido.

Después de unos segundos se separaron, la mano del teñido salió de su bolsillo y tomo la fría mano de Manjiro para entrelazar la con la suya, apoyo su cabeza en el hombro de su contrario y soltó un leve suspiro.

— Pronto dominaremos en mundo...

— Mikey, ni siquiera estamos trabajo con Ran y Rindou y ya vienes con eso —dijo entre risas el ojizarco apartándose de él.

— ¿Y qué? ¿Qué acaso no me crees capaz? —preguntó fingiendo estar dolido, eso causó más risas a Takemichi.

— Adiós Mikey, ya es tarde —le sonrió y se paró para empezar a caminar a la salida del parque.

— ¡Espera, Takemitchy! —se levantó y camino hacia él con rapidez.

— Tus hermanos deben estar preocupados por ti, ve a tu casa de una vez —aconsejo siguiendo su camino.

— ¿Y tú a dónde irás?

— Por ahí

— ¿Irás a ver a Ran y Rindou verdad?

— ...

— ¡Lo sabía!

— ¿Estas celoso o qué?

— Claro que lo estoy, he visto cómo ese cuatro ojos te mira



...




Una risa se escapó de sus labios al recordar esa pequeña pelea que terminó en 2 largos besos de despedida.

Su mirada volvió a bajar y notó como su novio se encontraba durmiendo plácidamente, miro su muñeca y vio la hora, 2:46 am. Si bien la vida de Mafia muchas veces implicaba ser nocturna, Takemichi apenas pasaba las 2:20 am caí rendido en el sueño hasta que saliera el sol. Una sonrisa se plantó en sus labios al ver el tierno y pacifico rostro del azabache; paso su mano por su frente apartando unos de rulos rebeldes que cubrían su angelical rostro para luego bajarla hasta su mejilla y dar suaves carias.

— Jefe, ya llegamos —le habló Rindou al sentir como el auto se detenía.

De forma casi inmediata Sanzu salió del auto y le abrió la puerta a Mikey con la mirada gacha, aun se sentía humillado por el regaño que su rey le había dado. El albino tomo al azabache estilo princesa y cargándolo lo bajo del auto.

Los 5 caminaron hasta el lobby para posteriormente subir al elevador.

— Empaquen sus cosas lo más rápido que puedan, y no se olviden de destruir toda la información y silencia a todos los que nos vieron aquí —sus tres subordinados hicieron una reverencia en forma de afirmación y apenas se abrieron las puertas del elevador todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones sin decir palabra alguna.

Mikey al llegar a su habitación dejo a Takemichi en la cama con suavidad pero al momento de alejarse unas manos se enredaron en su nuca.

— ¿Fingías dormir para que te cargara hasta aquí verdad?

— Puede ser~

Ambos rieron y unieron sus labios en un corto y amoroso beso, el agarre del ojizarco fue perdiendo su fuerza hasta finalmente soltar por completo al albino.

— ¿Qué hora es?

— Son las 2:55 am, en máximo una hora nos vamos

— Me iré cambiando de una vez —Takemichi se levantó de la cama y fue hasta el gran armario de la habitación pero apenas abrir las puertas de este sintió unas cálidas manos tomarlo de la cintura.

— ¿Y ahora no quieres hacerlo, cariño?~ —canturreó.

— Ya te dije que no

— ¿Uno rapidito?

— Manjiro

— Okay ya entendí —respondió apartándose de él alzando las manos con una sonrisa— tomare un baño, si puedes ve guardando nuestra cosas.

Unos segundos después se escuchó la puerta del baño cerrarse y la regadera abriéndose, el azabache rio para sus adentros y empezó a cambiarse, lo primero que hizo fue quitarse esos tacones altos que ya le empezaban a molestar, ahora entendía por qué Inupi usaba tacones más bajo; se puso un pantalón sastre beige con una camisa suelta blanca, un saco del mismo color que su pantalón, unos cómodos zapatón de vestir y por supuesto que llevara su inseparable Bersa Thunder 380.

Apenas terminar de cambiarse tomo sus 2 grandes maletas, las puso sobre la gran cama King size donde habían estado durmiendo esos últimos días y empezó a guardar toda su ropa y demás cosas que habían llevado y que estaban llevando de recuerdo del país donde estaban. Takemichi le insistió mucho a Mikey que le llevaran recuerdos a todos los altos mandos de Bonten por el excelente trabajo que habían realizado esos últimos días con respecto a los soplones y posibles traidores de la organización

Al llenar por completo ambas maletas soltó un suspiro y camino hasta el balcón privado que su habitación tenia y se quedó embobado viendo las luces de la bella ciudad con admiración. Cerró los ojos por unos segundos dejándose envolver por las frías vibras y el sonido leve de la música que salía de diferentes discotecas y bares a su alrededor; un leve escalofrió le recorrió la espalda al sentir las cálidas manos de Mikey abrazándolo por detrás.

— ¿En qué piensas?

— En nada, solo miraba la ciudad, me hubiera gustado estar un poco más aquí

— Podemos venir de nuevo cuando tú quieras —le respondió apoyando su cabeza en su hombro— Takemitchy.

— ¿Si?

Você é o meu xodó

El mencionado volteo quedando enfrente de un ya trajeado Mikey que lo miraba con una cálida sonrisa.

— ¿Qué significa "xodó"? —preguntó subiendo sus manos hasta la nuca del contrario y abrazarlo.

— Por lo que me dijeron, es la forma tierna para decirle a alguien que lo amas mucho o que es lo quieres más en esta vida —contestó abrazándolo por la cintura y juntando sus frentes, ambos con los ojos cerrados— te amo con todo mi ser, Takemitchy.

— Yo también te amo con todo mi ser, Mikey —respondió con una sonrisa.

Las manos del mayor subieron hasta las mejillas del menor y lo acercaron hasta él para plantar un lento beso, tan calido que ningunos sentía las gélidas brisas que golpeaban sus cuerpos, ambos estaban tan sumergidos en su momento que solo el sonido del celular del albino los hizo volver a la realidad, con algo de molestia tomo su celular, lo miró y luego lo guardo.

— Ya es hora de irnos.

El azabache asintió, tomaron cada uno su respectiva maleta y salieron de la habitación tomados de la mano para ir de vuelta a su hogar.


























Fin
















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Holi

Quiero disculparme por no haber subido nada en más de un mes, por favor perdoneme ( ;∀;) tambien les quiero agradecer porque la fic ya llego a las 2K de vistas!!! 

Muchas gracias por acompañarme este proyecto que hice, siempre se los agradece y espero que les haya gustado el final. les agradezco por cada uno de sus votos y coemtarios, muchas gracias en serio ( ◜‿◝ )

Tengo planeado seguir escribendo y subiendo fanfic, en especial Mitake pero tengo 2 Bajifuyu en fase de creación, asi que si les gusta como escribo siganme y no se pierdan de mis futuras obras a jsasiuhad

Fun fact: Mikey se llevo todos los jaboncitos y shampoos que les pusieron en el baños sin que Takemichi lo viera

Otra vez muchas gracias por haber llegado hasta aquí

Gracias por leer ʕ•́ᴥ•̀ʔっ♥

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