El Juego de Hades

By SabrinaMiicaela

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Aaron siempre fue el centro de las miradas y no por los mejores motivos. Entre otras cosas, tiene fama de ser... More

El Juego de Hades
〘Capítulo I〙
〘Capítulo 2〙
〘Capítulo 3〙
〘Capítulo 4〙
〘Capítulo 5〙
〘Capítulo 6〙
〘Capítulo 7〙
〘Capítulo 8〙
〘Capítulo 9〙
〘Capítulo 10〙
〘Capítulo 11〙
〘Capítulo 12〙
〘Capítulo 13〙
〘Capítulo 14〙
〘Capítulo 15〙
〘Capítulo 16〙
〘Capítulo 17〙
〘Capítulo 18〙
〘Capítulo 19〙
〘Capítulo 20〙
〘Capítulo 21〙
〘Capítulo 22〙
〘Capítulo 23〙
〘Capítulo 24〙
〘Capítulo 25〙
〘Capítulo 26〙
〘Capítulo 27〙
〘Capítulo 28〙
〘Capítulo 29〙
〘Capítulo 30〙
〘Capítulo 31〙
〘Capítulo 32〙
〘Capítulo 33〙
〘Capítulo 34〙
〘Capítulo 36〙
〘Capítulo 37〙
〘Capítulo 38〙
〘Capítulo 39〙
〘Capítulo 40〙
AVISO
〘Capítulo 41〙
〘Capítulo 42〙
〘Capítulo 43〙
☾Capítulo 44☽
〘Capítulo 45〙
〘Capítulo 46〙
〘Capítulo 47〙
〘Capítulo 48〙
〘Capítulo 49〙
〘Capítulo 50〙
AGRADECIMIENTOS
Epílogo
CONTINUACIÓN: El Infierno de Hades

〘Capítulo 35〙

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By SabrinaMiicaela

Ir a acampar no es la actividad más divertida si te avisan con poco tiempo de antelación. Algo así como saber que vas a ir de fiesta una hora antes. Entonces uno no puede prepararse mucho que digamos, es decir, genera más estrés que placer. Pero uno tiene que hacer tripas corazón y ponerse bien sexy para deslumbrar si es que quiere pasar una buena noche.

Eso si te gusta ir de fiesta, si no te gusta todos pueden ir a tomar por culo y que se jodan.

Yo estoy en el medio, así que quiero mandar a todos a tomar por culo pero quiero ir de acampada. Lo que me molesta es saber que mi abuelo me dejó al cuidado de ese par de trogloditas que tiene como secuaces del mal y que oh casualidad ¡Tienen a un hombre inocente atado en una silla!

Medito para mis adentros pensando que con mucha suerte en unos días Samuel, o Bob el policía podrá sobrevivir. Dios, es tan difícil no correr a entregarlos a la policía sabiendo que tienen a un policía atrapado en una habitación.

Solo quiero soltar a Bob y fingir que nada pasa hasta irme a la universidad y de repente borrarme del mapa, así tal vez dentro de unos años vender la historia a Investigation Discovery y hacerme famosa, claro que cambiando mi nombre. Elegiría algo más sutil como Romina o tal vez Darla, no lo sé. Son nombres interesantes, tal vez.

En fin, dejando de desvariar meto mis libros en una mochila, porque me voy a aburrir como no tienen idea ya que casualmente solo hablo con un par de chicos y esta idea de acampar un viernes 13 no es muy divertida para mí, es decir, mientras sobreviva esta noche va a estar genial ya que he visto muchas películas de terror para saber que esto no termina bien.

—Abuelo ¿Viste mis zapatillas? Estaban en la cocina —le digo cuando bajo por las escaleras y veo que mis zapatillas no están en la cocina. Frunzo el ceño cuando encuentro una pero la otra no está.

Mi abuelo viene entrando del garaje y me observa en medias. Sus ojos celestes se enchinan y me observa con diversión al notar que son distintas.

Si, mi maldición es usar medias distintas.

—Creo que el gato se llevó una arrastrándola de los cordones —dice limpiando sus manos con un trapo que alguna vez fue blanco pero ahora está percudido, impregnándose de un color grisáceo con motas negras. Típico de ex mecánico. Remera sin mancas marcando sus tatuajes y músculos, que aún a sus sesenta años lucen firmes y su porte imponente que lo hace parecer militar.

—¿Y por qué no se la quitaste? —me quejo molesta y él se ríe.

—No era mi batalla soldado, te toca a tí —murmura divertido y yo le enseño la lengua.

Camino hacia el living para ver a Garu, el gato gordo de la abuela arrastrando mi zapatilla hacia detrás del televisor. Me asomo a ese espacio y allí veo una docena de medias de todos los colores y tamaños haciendo una cama para el gato gordo.

—¡Garu! —me quejo y el gato me observa con algo parecido al desdén y luego sigue arrastrando mi zapatilla por los cordones sin ningún reparo. Gato malvado y desvergonzado. Le quito la zapatilla y voy a la cocina, decidiendo que luego sacaré a las medias de ese lugar. Me siento en una de las sillas de la cocina y me pongo mis zapatillas evaluando mi vestimenta.

Es casual, un jean oscuro, zapatillas y una remera de Tony Stark con el guantelete del infinito, es decir, el guante de Thanos a punto de chasquear los dedos. Además, traigo un bote de repelente de mosquitos porque yo si vi Juego de Gemelas y no vaya a ser que me den agua con azúcar en vez de repelente.

—¿Ya tienes todo? —inquiere el abuelo sacando una botella de agua de la heladera y tomando de ella.

—Si señor.

—Muy bien —le pone la tapa a su botella y mira el reloj en su mano—. Son las cinco y diez, en veinte minutos vienen por tí, ¿La carpa ya está en el auto?

—Afirmativo —sonrío—. ¿Puedo conducir yo?

—No —me sonríe sin enseñar los dientes y yo frunzo el ceño.

—¿Y quién va a conducir?

—Aaron.

Arrugo la naríz y mi abuelo me observa con curiosidad.

—¿Qué? ¿No te cae bien Aaron? —inquiere él y yo siento que un sensor detector de curiosidad de abuelo mafioso se me enciende.

Me encojo de hombros.

—Me da igual la verdad —digo y termino de ponerme el calzado—. ¿Por qué?

—Pregunto.

—¿Hace cuanto lo conoces? —inquiero curiosa y el abuelo mira su reloj.

—Desde el año pasado —dice él pero sé que miente.

—Oh que bien, ¿Y a Hades? —cuando digo ese nombre el abuelo Andrés levanta la cabeza y posa sus ojos celestes en los míos.

—Lo conocí después, Aaron lo trajo —veo que hay cierta verdad en sus palabras, así que asiento con la cabeza.

—La verdad es que con tus minisupers ayudas a muchos chicos a trabajar abuelo, deberían darte un premio —digo nerviosa tratando de desviar la charla—. Mag por ejemplo, no podría bailar. Hablando de ella, en dos meses tiene las regionales, ¿Vamos a ir?

—Si la abuela quiere —mi abuelo sigue el sentido de la conversación y yo le sonrío—. Anda, ve a traer tu mochila que en unos minutos tienes que irte.

Le doy la razón y corro escaleras arriba, para terminar de meter mis cosas en mi mochila. El plan sigue siendo el mismo, acercarme a Hades porque es el más volátil de ellos y averiguar dónde está el depósito donde Samuel espera, todo eso rogando que el abuelo no mate a Bob, digo a Samuel.

Suspiro con cierto nerviosismo y cuando faltan cinco minutos para las 17:30 bajo por las escaleras. El cielo despejado alumbra todo lo verde a nuestro alrededor, y más aún el bosque al que vamos a acampar. La zona donde vivo es un pueblo alejado, con colinas plagadas de árboles dignas de pintar. Así vamos al Camping 13, el lugar ritual donde tradicionalmente todos los adolescentes de este pueblo acampan los viernes trece, que en este año es una sola vez.

—¿Segura que no va a aparecer Jack el Destripador o algo así? —le pregunto a la abuela mientras me da un par de billetes por si pasa algo.

—Segura.

—¿Llevas ropa para meterte a la laguna?

—Si, tengo todo —le digo y ella siente.

—Es un lugar muy bonito Gianna, tienes que guardar todas las experiencias que puedas —me sonríe mi abuela Marianne. Le encanta este pueblo, en cambio, yo soy una chica de ciudad un poco reacia a estas cosas. Pero todo sea por la causa—. Luego ya todo va a ser distinto y te vas a ir a estudiar y ya todo es más difícil —se lamenta y yo la observo fijamente.

¿Debería llevarmela conmigo y resguardarla del peligro en el que vive sin saberlo? ¿Pero cómo nos mantendría?

Yo no creo que ella quiera venir conmigo. Y luego de meditarlo largas noches pensé que tal vez ella no sabe nada, después de todo, llora si muere una mariposa. Menos podría dañar a alguien.

Y aunque me pese, mi abuelo la ama lo suficiente como para no hacerle daño. Por otro lado, creo que la mataría el alejarse de él, llevan unos cuarenta años juntos y se aman como dos adolescentes abandonados al amor, separarla de él sería doloroso, y la traición de desconocer a quién es su compañero la mataría, así como la destruyó la muerte de mi padre.

No quiero causarle más dolor, y si la ignorancia la resguarda, que así sea.

—No veas la novela sin mi —le digo y ella se encoge de hombros.

—No prometo nada —ríe luego se gira a ver hacia la entrada, donde el abuelo nos dice que ya están los muchachos afuera—. Ya vamos Andrés, estamos hablando de cosas de mujeres.

—¿Tú y quién más? Yo solo veo un pie frente tuyo —bromea mi abuelo y yo lo observo con el ceño fruncido. Niego con la cabeza cuando se va y la abuela sonríe.

—Viejo maldito —ríe y me observa—. Bueno nena, tú cuídate, no hagas nada loco y por favor, no fumes hierba y cuídate, en todos los sentidos —me mira para remarcarme en qué consiste el "todos los sentidos".

—¡Abuela! —me río y ella se encoge de hombros.

—Abuela sí, bisabuela no —dice y luego rodea la isla de la cocina para seguirme hacia el garaje donde espera el abuelo metiendo una carpa doblada al portaequipaje. Detrás de él veo a Hades de espaldas, y a Aaron con los brazos cruzados observándome con el ceño fruncido.

Hades viste un pantalón negro y zapatillas del mismo color, pero en el torso trae un buzo azul marino liso. Cuando lo veo siento una especie de cosquilleo en el cuerpo, o lo más parecido a nerviosismo. Y en cambio, con Aaron siento algo así como ira. Maldito idiota.

Hades no me ve, y Aaron me observa con desdén desde la espalda de mi abuelo que no nota su expresión. Quisiera enseñarle el dedo medio pero no puedo.

Veo a mi abuelo cerrar el portaequipaje de su auto y saca las llaves para dársela a Aaron quien las toma y se sube al auto. Yo miro a mi abuela entendiendo el mensaje, y le doy una abrazo. Ella me bendice y luego de despedirme de ella me toca mi abuelo quien espera.

—Okey, nos vemos en dos días anciano —digo y él levanta las cejas.

—Que falta de respeto —murmura—. Adiós desgracia de mi vida.

Yo le doy un abrazo y luego me subo al auto, a la parte de copiloto dejando a Hades atrás, mirándome con fastidio por tener que ir atrás.

—Ponte el cinturón, niña pija —dice seco Aaron poniendo la llave en el contacto y dando marcho al motor, mientras tanto yo sonrío saludando con la mano a mis abuelos mientras siseo por lo bajo.

—Muérete, maldito pobre.

—¿Y nadie se preocupa por mí? —murmura Hades y yo lo observo por el retrovisor. Me encojo de hombros y el auto se pone en marcha alejándose de mi hogar. Apenas llegamos a la esquina, prendo el estéreo y suena mi música, así que Aaron la apaga sin miramientos.

Yo dejo de discutir y me dedico a ver en silencio el paisaje. El viaje dura una media hora, y me aburro como una ostra. Termino más o menos como una uva pasa super aburrida y evitando el silencio y perdida en mis pensamientos. Cuando llegamos veo que el auto pasa por debajo de un cartel de piedra que pone Camping 13 en el letrero, el suelo se vuelve de tierra y piedra y no tardamos en perdernos en este bosque. Avanzamos al menos un kilómetro dentro del camping siguiendo un camino hasta llegar a un claro, y allí puedo ver un par de autos estacionados.

Veo que una patrulla vuelve en dirección a la salida, y veo al padre de Alex quien me mira y saluda con la cabeza. El señor Alexis es el comisario y yo lo saludo con la mano ganándome la atención de Aaron y Hades.

Los ignoro hasta que el auto se detiene y bajo lo más rápido posible.

Apenas bajo veo el camino de piedras limadas terminar y empezar un plano de césped verde e impoluto, casi pintado donde los autos se estacionan alrededor. Hay al menos unos veinte vehículos y los respectivos ocupantes. El jeep negro llama mi atención y el trío de cabezas a su lado intentando armar una carpa.

Aira tiene las instrucciones, un papel tan grande que parece un periódico y parce hablarle a Bruno, quien está intentando conectar dos metales y clavarlos al suelo. La escena se torna divertida cuando Nika estira la carpa y esta se enreda en la cabeza de Aira, quien se quita la tela molesto.

Camino un par de pasos hasta ver a Alex, quien espera hablando con una chica pelirroja del turno opuesto, se ve muy animada hablándole hasta que me nota observándola y me saluda con la mano.

—¡Gigi! Ven —me llama y yo camino hacia ellas. Las chicas se ponen de pie ya que estaban sentadas sobre sus mochilas y me saludan. La pelirroja se llama Pamela y como yo es de la ciudad. Es un tanto regordeta y su cabello es tan largo y ondulado que parece de muñeca. Me recuerda al hada madrina de Cenicienta.

—Mucho gusto —le sonrío.

—Muy cool tu remera —dice y yo acepto con gusto su cumplido para luego alagar su cabello color fuego.

—En la antigüedad te hubieran cazado solo por el color de tu cabello —digo divertida y ella asiente.

—Es el pecado por ser bruja —ríe divertida y yo observo a Alex cuando Pamela se dirige a ella—. ¿Viste a Lu? Ya debería haber llegado

Alex se acomoda sus gafas sobre el puente de su nariz y mira a nuestro alrededor, a los chicos armando sus carpas para luego volverse y negar con la cabeza.

—No, no la vi, ¿Ella tenía que traer la carpa? —curiosea y Pamela se ve preocupada y dice que sí.

—No te preocupes, nosotras tenemos espacio en la nuestra —la tranquilizo y la chica me observa esperanzada.

—Oh, muchas gracias, en serio, creo que no va a ser necesario, iré a casa, no quiero molestar —parece triste al decir aquello, como si la hubieran rechazado y yo niego con la cabeza.

—Pam, tranquila, te quedas con nosotras, además, todo va a ser más divertido —la tranquilizo y la chica parece ruborizarse.

—Gracias.

—No hay de qué.

—Creo que deberíamos empezar a armar la carpa —sugiere Alex y yo asiento al ver que solo falta la nuestra y la de Hades y Aaron quienes ya empezaron a armar la suya.

—¿Alguna sabe armar carpas? —quiero saber. Las tres nos miramos y a coro negamos con la cabeza—. Bueno, hay que preguntarle a papá Youtube.

—No hay señal aquí.

—Por eso digo que estamos perdidas.

Media hora después, con mucho esfuerzo nos encontramos con la carpa terminada. Y para eso tuvimos que necesitar asistencia de los tres grandulones extranjeros en el instituto. Bruno no perdió oportunidad para coquetear conmigo así que tuve que callarlo tendiéndole las instrucciones.

Veo de reojo a Nika, vestido con una remera roja manga corta concentrado con unas varillas ayudando a Alex a clavarlas en el suelo. Aira por su parte observa todo con aburrimiento y Pamela fue por las cuerdas que perdimos.

Después de transcurrido ese tiempo y luego de mucho esfuerzo logramos montar la carpa y meter los tres sacos de dormir.

—Gracias chicos —dice Alex y yo asiento. Nika me observa y niega con la cabeza.

—Nada de gracias, son $20 dólares cada una.

—O un beso —sube y baja las cejas Bruno—. Negocios son negocios.

—Yo pago —digo y abro una billetera imaginaria para fingir que saco un dólar y enseñarle el dedo medio a los tres chicos. Nika y Bruno se ríen mientras que Aira permanece serio.

—Que fineza la de la princesa de ciudad —murmura Bruno entre risas y yo me encojo de hombros.

—Así soy. Fina y dócil como un osito polar.

—Esos te matan —dice Alex.

—Por eso.

Minutos después es hora de ir con los chicos que son los encargados de encender el fuego antes de que se vaya el sol para hacer unos hots dogs en una parrilla al costado de los baños del camping. Vamos todos, siendo un total de treinta y siete personas según mis cálculos, lo que implica que hay que cocinar el doble o triple de hot dogs en la parrilla. Yo ya pagué hace tres días por mi comida aquí, así que no me hago problemas.

Veo que hay un chico del equipo de natación encargado de cocinar, junto con Aira quien parece concentrado en la tarea. Así que mientras el fuego enciende las parrillas, otro fuego enciende una hoguera en medio de un circulo formado por troncos en el que todos nos sentamos mientras la música suena del estéreo de un auto.

Veo en diagonal a mí que Aaron se sienta, y sobre sus piernas lo hace la chica rubia con la que lo veo de vez en cuando, la amiga de Leia.

El sol se pone, y a las ocho de la noche las estrellas alumbran la oscuridad junto con la luna llena, la escena me parece digna de película y no puedo evitar querer tomar una foto.

Doy un sorbo a mi vaso rojo con cerveza y hablo con Alex y Pam sobre un libro que estoy leyendo. A lo lejos veo a Nika junto a los muchachos de la parrilla y a Bruno coqueteando con una chica.

El que no está en mi vista es Hades, a quien encuentro luego de mucho buscarlo contra el tronco de un árbol con los brazos cruzados observando todo en la seriedad de su espacio.

Hades tiene algo, se ve misterioso y atrapante, casi hipnotizante a su manera. Como si no notaras que está ahí, pero una vez que te das cuenta de su presencia no pueden salir de su burbuja de misterio y tal vez, un poco de perversión. Cuando sus ojos grises se posan en los míos, veo que la luz de la hoguera le da un brillo especial, casi irreal que marca todos sus tatuajes, incluido sus piercings y lo marcado en sus nudillos.

Y así como lo ves, en un rincón, él es capaz de matar. Y lo peor es que no me da miedo.

Vuelvo mi atención a Pam cuando me habla de sus cosas, como que escribe libros en Wattpad bajo un pseudónimo pero no dejo de prestar atención en Hades, sin dejar de sentir un extraño cosquilleo que recorre mi nuca y me inquieta.

Luego de comer las cosas se vuelven distintas. Y es cuando a una chica se le ocurre la brillante idea de jugar a verdad o reto. Claro que yo accedí a aceptar el reto porque fui apenas la quinta en tocarme y los retos consistían en hacer cosas normales.

Pero el mío no fue lo que esperaba. Menos aún que lo haya elegido Bruno.

—Te reto a besar al chico que más te guste aquí —dijo y yo pasé saliva mientras todos los pares de ojos en el lugar se posaron en mí.

Te voy a matar Bruno.



Advertencias para el público sensible: El Juego de Hades es una novela +21 que contiene temas delicados como sexo explícito, lenguaje vulgar, ilícitos, violencia, etc.

Es una novela ficticia en la cual NO se GLORIFICAN, ENALTECEN, MINIMIZAN o INCITAN a cometer ilícitos. Todo ilícito que se encuentre en esta novela debe ser penado como tal.}

Recuerden en todo momento que esto es FICCIÓN, por favor, sepan separarla de la REALIDAD.

Capítulo dedicado a ¡Se te ama bbcita! Gracias por esperar las actualizaciones de esta novela. <3

¡Ya volví! ¿Me extrañaron bebés?

Por favor, voten y comenten. Esa es mi paga por dedicar mis días a esto que me encanta y es lo que me ayuda a crecer cada día. (Además es gratis)

Me piden dedicatorias a IG <3

Quiero que sepan que ahora las cosas se van a poner más intensas, mucho más intensas ya que estamos de cara al final. No les voy a decir cuantos capítulos exactamente, solo les voy a decir cuando sea el ante último capítulo para más placer.

¡Las amo!

Ahora vamos a la sección donde ustedes opinan!!!

De:

Hades

El abuelo Andrés

Aira

Bruno. Se mamó, yo creo que porque piensa darle un empujoncito a su amigo Nika jajaja

Nika

Leia

Alex

Gigi

Aaron 

Pamela (cosita bonita). 

Magnolia

Y la abuela.

¿Tienen alguna teoría?

¿Algo que quieren que pase?

Un beso desde el infierno de Hades,

La autora,

Sabrina Micaela

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