( Ayuden a mi familia. )
❝ BO-KATAN ❞
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VIOLETTE SE DESPERTÓ ASUSTADA AL SENTIR LAS FRIAS MANOS DE LA SEÑORA RANA que la movían con fuerza para que se despertara. Lo cual provocó que se levantara de golpe.
—¿¡Que sucede?! —Dijo aturdida pero al seguir la mirada de la madre noto como el mandaloriano estaba batallando con conseguir el control de la nave.
'Mierda, mierda y más mierda.' Pensó al entrar a la cabina.
—Sujeta esto con todas tus fuerzas, necesito controlar esto. —Rápidamente lo agarró como ordenó.
La señora rana se miraba asustada, ¿como no? Estarían a punto de morir si no hacen nada al respecto, al igual que Grogu que solo se limitaba a ver a su familia. Violette al ver la situación se concentró en la nave para utilizar la fuerza.
Fue algo que rápidamente se dio cuenta Din al no sentir tan pesado el volante, volteando a ver y encontrarse con la ojiazul con los ojos cerrados junto su nariz sangrándole.
—¡Ya casi! —Se podía escuchar en el comunicador como le indicaban que debía bajar la velocidad.
Pero era imposible, incluso usando Violette la fuerza.
¿Como no? Sus energías estaban en el suelo después de haber pasado el gran sol en Tattooonie, para después pasarse al frío y casi morir. Muy pronto tendrá una gran gripe por los drásticos cambios de clima.
Hasta que lograron "estacionar" la Razor Crest, cuando estaban festejando, Violette se confió dispuesta a ir con Grogu y cargarlo, la nave se desequilibró y cayó al mar. Golpeándose otra vez en el proceso la cabeza. Din poco pudo hacer, no pudo ayudarla ya que él estaba usando el cinturón y el agua entró a la nave.
Fue gracias a una grúa que los sacó del mar, cuando el agua por fin salió de la nave, Din fue hasta la ojiazul y la examino. Era la segunda vez que se golpeaba la cabeza, ya se estaba preocupando por su salud.
Violette con una sonrisa quiso tranquilizar al mandaloriano pero fue todo lo contrario. Esto de enviar a Grogu con un Jedi la estaba afectando.
—Estas bien, estás conmigo, Violette.
Ya al recuperarse Blade opto por ponerse otra ropa ya que la que tenía estaba empeda y eso le haría enfermar. Tomó su sable junto su bolsa donde traía algunas cosas para el pequeño, suponía que estarían un buen rato en el exterior.
—Veo que estás mejor. —Está asintió, dejando su pelo sin una coleta para que pudiera secarse.
Din no pudo evitar sonreír, agradecía estar otro día con ella y cada día lo hacía sentir mucho más enamorando. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar su voz, indicándole que la pareja ya estaba reunida.
La señora rana abrazaba a su marido y le daba besos, mientras que este sujetaba con felicidad a sus hijos.
—Dios, que tiernos. —Violette no pudo evitar sentirse conmovida con la escena, tocándose el corazón.
Se preguntaba cómo se miraría como madre, o mejor. ¿Como se vería Din?
—Din, oye... —Lo llamó, notando como este miraba a un punto específico—. ¿Estás bien?
—Si, lo estoy. Deberíamos seguirlos y conseguir un lugar donde puedan comer.
El mandaloriano mientras iban caminando le explicaba al marido de la señora rana la situación, donde podrían conseguir la información. Y como un milagro ese lugar estaba en un restaurante. Algo que dejó maravillada a la ojiazul ya que su comida favorita era la comida marina.
El dúo agradeció a la pareja, separándose e ir directo a una mesa.
—¿Que es lo que desean ordenar? —Preguntó el mesero al verlos.
—Sopa de húngaro, por favor.
Este les sirvió en dos platos, ya al ponerle en el tercero Din negó.
—Solo para ellos, gracias. —Suspira.
—Lo siento amigo, aquí muchos quieren tener un lugar. Si quieres quedarte aquí tienes que comer algo.
—¿Que tal un poco de información? —De su bolsillo sacó unos créditos, logrando convencerlo.
Grogu vio con extrañes a su comida, ya que miraba como se movía lentamente y con su pequeña mano tomó un cubierto.
Violette en cambio disfrutaba de su sopa, tenía años de no probar comida como tal. Algo que le trajo buenos recuerdos.
—¿Como puedes soportar este olor? —Preguntó Mando un poco asqueado.
—Oh, lo siento. Lo hubieras pensando antes de decirle que si a la señora rana. —Sonríe pero a la vez nota como un pulpo se le tira encima al pequeño.
—No juegues con tu comida Niño.
La ojiazul con cuidado le quitó el animal de encima, matándolo para que sea más fácil para Grogu comérselo.
—¿Crees que nos den la información? —Pregunta algo dudoso Din.
—Yo tampoco no confió en este lugar, pero Din, no vinimos aquí por gusto. Algo tendremos que encontrar. —Puso si mano ligeramente encima de él, sonriéndole.
—Tienes razón. —Suspira—. Ahí vienen.
El plan era fácil, irían en su barco hacia la isla donde se supone que estaban los mandalorianos, obviamente ninguno de los dos confiaban en ellos pero no tenían otra alternativa. Era eso o no tener un lugar donde empezar a buscar.
Mientras hacían tiempo, Violette compro un dispositivo para que pudiera respirar bajo el agua, ya que prácticamente estaban rodeada de ella y en cualquier emergencia podría usarla, o no necesariamente, tal vez una curva submarina.
Todo era posible con Din.
No tardaron demasiado en llegar al barco, miraban como el mar poco a poco se ponía más violento con el aire, además que la ojiazul no dejó pasar el hecho que había en el centro un agujero donde le daban de comer a los peces para atraerlos.
—Se que los encontraremos —Mencionó Violette tocando ligeramente el hombro de Din.
Ya que este estaba pensativo. En todo el camino que habían recorrido estuvo callado, más de lo normal.
—Lo se, solo... Espero que nos ayuden.
La ojiazul le sonrió, motivándolo solo con ese gesto pero fueron interrumpidos.
—Deberían ver esta belleza, se que le encantará al pequeño. —Algo confundía vio a este, quien tenía consigo comida—No le hemos dado de comer, debe estar hambrienta.
Pudo notar como Din no le tomaba mucha importancia ya que este también fue a ver lo que se supone que debían ver. Pero no le estaba gustando para nada el tono de voz que estaban usando todos pero antes que pudiera hacer algo, sintió como estos la empujaban al mar junto con Grogu.
Violette por impulso sujeto el huevo de Grogu y presionó el botón para que no entrara agua en el. Sacando su dispositivo pero antes que pudiera hacer algo, le habían jalado las piernas unos tentáculos junto con Grogu.
Din también que no dudó en ir tras ellos no llegó demasiado lejos ya que el kraken se los había llevado al fondo del mar.
Golpeaba con desesperación la reja que los separaba para poder salir y matarlos a todos. Pero sobre todo no tenía con que respirar y poder ayudar a su familia. Estaba en pánico, no actuaba con la cabeza y solo quería ayudarlos.
—¡Mátenlo! ¡Seremos ricos hermanos! Pobre chica, realmente era hermosa.
Pero de un momento a otro unos mandalorianos llegaron a su rescate, matando a toda la tripulación y ayudar a Din a salir de ese lugar, recuperándose del agua salada que había tragado pero lo único que quería era sacarlos del agua.
—Salven... Salven a mi familia. —La líder del equipo mandaloriano asintió, sin dudar en saltar hacia el mar y ayudar a quien sea que debía ayudar.
Violette mientras tanto trataba de zafarse del kraken que poco a poco apretaba más sus tentáculos, notando como estaba por romper el huevo del pequeño, con la fuerza logró alcanzar su sable y poder cortarle su tentáculo junto él que estaba sujetando a Grogu.
Con desesperación presionó un botón de emergencia que haría que saliera a la superficie.
Narra Violette
Con desesperación y un poco más tranquila al saber que Grogu saldría de aquí, comencé a nadar con todas mis fuerzas cuando sentí como nuevamente el kraken tomaba una de mis piernas, reteniéndome.
Tome mi sable, dispuesta a cortarle otro tentáculo cuando vi como un disparo de blaster era hacia la cabeza de la criatura, notando como era otro mandaloriano.
Con dos blaster le disparaba, logrando alejarlo un poco y no dude en usar mi sable y cortarle su tentáculo, zafándome de él y sentir como unas manos me sujetaban de la cintura para guiarme hasta el barco.
Al salir del mar, noté como Din tenía sujetado a grogu con todas sus fuerzas y al vernos se levantó de su lugar y con rapidez me examino si estaba todo bien, balbuceando varias cosas.
—Te las ingeniaste muy bien ahí abajo. —Rompió el silencio la lider, llamando mi atención.
—Fue gracias a ti, no hubiera llegado muy lejos. —Sonreí, sintiendo como Grogu saltaba hacia mi.
—Muchas gracias, se los agradezco mucho por ayudarnos... Nunca me lo hubiera perdonado.
—No te preocupes hermano, ya están a salvo. —Y sin tener tiempo de decir algo más, estos se quitaron los cascos.
Sorprendiéndome pero no más que Din al sentir su indignación.
—¿De quien es tu traje?
—Creo que es uno de esos, Bo-Katan. —El hombre que estaba con ellas suspiró, llamando mi atención.
"¿Uno de esos?" Pensé extraña.
—Este traje lleva tres generaciones en mi familia. —Pausó, mostrando su casco—. Mi familia fue gobernante de Mandalore, yo pelee junto con ellos en la purga y fui, bueno, soy la hereda de ese planeta. Y como verán, soy la única de mi linaje.
No pude evitar sentirme mal por ella, en cierto modo nos parecíamos, con una clara diferencia: ella si quería gobernar su planeta.
—No son mandalorianos, si no no se quitarían los cascos. Eso no es parte del credo.
—Din, tal vez... Deberíamos escucharlos. —Sugerí pero este rápidamente negó, sujetándome de la cintura y salir volando del barco.
Pude notar la mirada del trío consternado, tenían razón. Ayudas a uno de los tuyos y reaccionar de esa manera. Pero entendía que Din había crecido con esa regla toda su vida y ver a otros como los suyos no seguirlas, era como una burla.
En todo el viaje no dije nada, simplemente nos quedamos callados hasta llegar al muelle y ver a lo lejos como esos mandalorianos destruían con explosiones el barco.
Grogu se limitó a verme confundido puesto que estaba en los brazos de Din.
—Les falle.
—¿Que? —Pregunté confundida.
—No pude defenderte, no logré salvarlos. Si no hubiera sido por ellos, ustedes no estarían conmigo.
—Din, eso no fue tu culpa... —Guarde silencio, buscando las respuestas—. Sabes que puedo ingeniármelas, ya lo hemos hecho antes. Además...
—Ese no es el punto, Violette. —No sabía que decir, lo único que podía hacer era mirarlo.
El atardecer justo detrás de él hacía ver su armadura más hermosa de lo que hubiera imaginó alguna vez, dejando de lado el hecho que un barco estaba en llamas.
—Casi los matan en ese barco. —Gruño, apretando ligeramente su puño para después guardar silencio—. Si tú mueres. Yo muero, Violette. ¿No lo entiendes? Antes de ti, de ustedes. No tenía nada. Y no pude protegerlos.
Pude sentir como Din estaba soltando lo que tenía guardado, se estaba desnudando, no físicamente, si no que me estaba mostrando su corazón.
—Oye, mírame. —Puse mis manos sobre su casco, obligándolo a que me viera—. Siempre encontrare la forma de regresar, no importa como o cuánto tiempo tenga que tardar... Siempre hallare la forma de regresar a ti. A nosotros.
Din no respondió, solo me miraba.
—Escúchame, eres nuestro héroe. Nos salvaste muchas veces. Me ayudaste a mi como no tienes idea, no sabría como pagarte todo lo que has hecho por mi ya que no solo has curado mis heridas, si no que me sanaste a mi, no me juzgaste por mi pasado y lo que tuve que hacer. Pero sobre todas las cosas... Tuviste la confianza de poder quitarte tu armadura a pesar de tu credo y eso siempre lo apreciaré. Independientemente de tus creencias, siempre lo agradeceré.
Sentía como mi corazón quería explotar por todos estos sentimientos, después de lo qué pasó en Nevarro, nunca habíamos hablado las cosas y ahora estábamos dejando las cosas sobre la mesa. Sabía que estaba sonrojada, mis manos sudaban y lo único que quería era no ser rechazada de cierta forma.
—Din, deberíamos dejar las cosas... —No pude seguir hablando ya que sentía otras presencias con nosotros.
—¿Violette?
Con cuidado saque mi sable, encendiéndolo para voltear a ver.
—¡Mandaloriano! —Grito uno de los tipos de antes, específicamente el que nos atendió—. Ustedes mataron a mi hermano.
No pude evitar reír, ocasionando su enojo.
—Así como tú mataste a mi hermano, yo mataré lo más preciado para ti. Tu familia.
—¿En serio? ¿Matar a las personas que nos engañaron y quisieron matar? Me hubiera encantado matarlos yo misma.
Fue cuando nuevamente esos Mandalorianos regresaron con nosotros, rodeándonos.
—Ella tiene razón, no fueron ellos. Fui yo.
Los contrabandistas sacaron su blaster a punto de disparar cuando la primera en atacar fue Violette al atraer al líder con la fuerza hacia ella y matarlo con atravesarle su sable en su pecho. Los que estaban con el, se estaban escapando pero los mandalorianos no los dejaron, matándolos.
—Eso fue asombroso. —Dijo la pelinegra, acercándose a ellos.
—Gracias, otra vez. —Le respondí, ya que otra vez me estaban ayudando.
—¿Podemos hablar? Creo que al menos te ayudaría en lo que sea que estás buscando. —Din parecía perdido pero sabía que no teníamos otras opciones.
꒰ 🧿 ꒱
Narra Narradora
El plan no era fácil, tenían que robar una nave del imperio que estaría seguramente llena de stormtrooper. No es que fuera difíciles matarlos, si no que el problema es que si eran bastantes los podían rodear.
—¿Están de acuerdo? —El pequeño grupo de mandalorianos y jedi estaban viendo la nave en el muelle.
Din solo se limitó ver a Violette para saber si estaba de acuerdo o no. Ya que ahora confiaba plenamente en su "intuición" para hacer algunas cosas.
—Si lo hacemos, ¿como iré? Yo no puedo volar como ustedes. —Bromeó la castaña al no saber que hacer.
—No es necesario, te irás conmigo. —Se apresuró decir Din, llamando su atención.
—Problema resultó. Ellos se irán en una hora, pueden buscar a alguien que cuide de su pequeño... Nosotros podemos esperarlos aquí. —Bo-Katan sonrió, dándole tranquilidad a la castaña.
De alguna manera, Violette deseaba poder ser su amiga y preguntarle todo lo que hizo antes de ser reina. Sentía que tenían demasiadas cosas en común. Pero sabía que por las circunstancias, no podrían hablarlo, no ahora.
—Nos vemos en un rato. —El mandaloriano tomó de la cintura a la ojiazul y salieron volando del lugar.
Algo que siempre tomaba por sorpresa a Blade ya que Din siempre se aseguraba de sujetarla con delicadeza pero a la vez firmeza. Además de la cercanía que tenían al estar volando.
No dijeron más, es como si de alguna manera ellos dos pensaran lo mismo.
Irían a dejar a Grogu con la señora rana para que lo cuidara mientras ellos hacían el trabajo.
—Muchas gracias de nuevo, estaremos aquí lo más rápido posible. —Violette sonrió, dejando al pequeño en una silla.
—Ya te dijimos que no debes hacer, pequeño.
Grogu solo los vio con sus orejitas levantadas, sabía a lo que se referían.
Sin más, la pareja se fue de la habitación de los padres para ir nuevamente al muelle. Ambos estaban conscientes que podría ser difícil pero no imposible.
Ya al estar preparados, Din nuevamente cargo a Violette para volar hasta la nave imperial. Fue relativamente fácil acceder a la nave ya que igual forma, eran profesionales. Es decir, eran cuatro mandalorianos y una guerrera entrenada por los mejores hombres de la galaxia.
—¿Tan valioso para ti es conseguir ese sable de luz? —Preguntó Violette a la lider mandaloriana.
—Si lo consigo, podré restaurar Mandalore. Un nuevo comienzo para todos nosotros a pesar de los rumores.
Esta no pudo negar, de cierta manera cada mandaloriano tenía sus creencias y ella no era nadie para cambiarles de opinión. Ya tenía suficiente con Din al no querer quitarse el casco y ser una apóstata.
Stormtrooper no tardaron en llegar y que todos se escondieron para no ser heridos, lo cual Violette decidió ser la cabeza líder y practicar en tiempo real con la fuerza. Sacó su sable de luz para esquivar los disparos y con solo extender su mano, empujó a todos los stormtrooper para abrir la puerta y dejar un camino.
El sable amarillo se movía de un lado a otro, Din se había percatado que Violette había aprendido fácilmente usarlo y dejarse llevar por la fuerza ya que prácticamente esquivaba todos los ataques incluso con los ojos cerrados.
Dejando con la boca abierta a los mandalorianos con tanta delicadeza al pelear.
—Gracias, Jedi. —Está sonrojada se puso detrás para que Bo-Katan fuera la que los guiara, algo que no pasó desapercibido por Din.
Por fin después de llegar hasta la cabina principal, se encontraron con el líder de la nave el cual quiso escapar pero fue detenido por Din usando su cable y atraerlo a ellos.
—¿Por que no me extraña que fueras tu? Bo-Katan, sabrás lo qué pasara.
—Estoy dispuesta a tomar esa decisión. —Se tomó su tiempo y se quitó su casco—. ¿Donde está Moff Gideon?
—Aún que lo supiera, ¿Crees que te lo diría? —Sonrie pero rápidamente Din aprieta más su cable.
—Si no lo haces, te haremos hablar.
Antes que pudieran hacer algo más, este solo mira al techo de la nave para que saliera chispa de su cuello, matándolo inmediatamente.
—Moff Gideon y sus chips para matar a sus trabajadores, no por gusto estuvo en el imperio. —Violette suspira, viendo el cuerpo sin vida.
—Encontraremos la forma de hallarlo, por el momento... Seguiremos buscando más de los nuestros.
—Espera, este no es parte del plan. —Din rápidamente se puso enfrente de Bo-Katan, quería respuestas.
—No veo la necesidad de buscar a un Jedi cuando tienes a una enfrente tuya, Din, —La mencionada niega.
—Yo no soy una Jedi, tengo una conexión con la fuerza es verdad. Pero ese no es el camino que deseo para mi.
—Ya veo... —Suspira—. Conozco a una Jedi, puede ayudarlos.
—¿Como se llama?
—Ashoka Tano. Ella los ayudará con su pequeño bebé, es... Una vieja amiga.