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By valwritter

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๐Ÿƒโ”โ”โ” โ A veces cuando estas tan acostumbrado a tu soledad, es un poco difรญcil aceptar el amor. โž ๐Ÿงฟโ”ƒDin Dja... More

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01. Mandaloriano
02. Nave.
03. Adiรณs.
04. Sorgan.
05. Desconfianza.
06. Recuerdos y trampa.
07. Hablando del pasado.
08. Balmorra.
09. Esa es mi chica.
10. Fiesta.
11. Marca familiar.
12. Cebo.
13. Quedate conmigo.
14. De nuevo en Tattooonie.
15. Cobb Vanth.
16. Mensaje en el viento.
17. Seรฑora Rana.
18. Aguas termales.
20. Heredera.
21. Nevarro.
22. Jedi gris.
23. Thython.
24. Escape.
๐—”๐—–๐—ง๐—ข ๐——๐—ข๐—ฆ.
25. Sable de luz.
26. Tattooonie.
27. Kashyyyk.
28. Mandalore.
29. Aguas Vivientes.

19. Orgullo y alegria.

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By valwritter

( Llámame Steven. )

VIDA PASADA


━━━━━━━━━━━━

HACE QUINCE AÑOS, BIZITZA.

Apenas estaban saliendo los tres soles, indicando que ya era la hora que la princesa Violette se levantara y empezara con su rutina.

Un grupo de señoritas entraron a su habitación, despejando las cortinas y dejando entrar la luz de los soles. Tenían que levantarla y darle sus deberes junto su lista de que hacer. Todo estaba en ese papel, escrito específicamente por su padre.

Robert Blade.

—¿Podrían esperar afuera? Puedo vestirme por misma. —Suspira, llevando sus manos a su recién levantado rostro.

Sabía que había cosas que no podría hacerlo sola, que necesitaría ayuda. ¿Pero tener a alguien que te cambie? ¿Que te dé de comer? Eso era demasiado y su orgullo no le permitiría aceptar eso. Podía pelear con diez hombres a la vez, ¿Como no podría cambiarse ella sola?

Apenas se levanta, tiene que ir a desayunar para luego ir a sus clases privadas sobre economía y estadística. Terminada esas dos clases, le tocaba sobre los planetas y sus costumbres. Día a día era lo mismo, debía aprendérselo a pie de la letra ya que siempre le hacían exámenes para saber si realmente se lo aprendió.

Y es que si iba a hacer reina, debía saberlo todo. Investigar el planeta antes de ir o hacer una alianza. Ya que cualquier cosa podría ser motivo de una guerra.

Y eso era demasiado para una niña, que en realidad ya es una adolescente.

Después de sus clases, viene sus prácticas de armas y arcos. Las cuales practica a las afueras del castillo, precisamente en una montaña donde puede practicar en tranquilidad y con una lejanía donde pueda hacerlo.

Después de eso, viene el almuerzo familiar. Pero para Violette eso no existía. Siempre terminaba comiendo sola en la terraza mientras miraba el paisaje del lugar al lado del secretario privado que le habían encargado de vigilarla. Luego de terminar de comer, tendría que cambiarse para poder ahora practicar cuerpo a cuerpo.

Robert le había puesto estrictamente que debía hacerlo todos los días, debía ser la mejor de lo mejor. Incluso si eso significa no tener vida social. No podía socializar con nadie más que no sea de la familia o el personal.

Además que las salidas del palacio estaban prohibidas, solo podía hacerlo si eran misiones o reuniones importantes de otros planetas. Claro, siempre al lado de su padre. Debía ver como él trabajaba, para poder imitarlo y saber que hacer ya que cuando ella llegue a estar en su posición, debía tener carácter, firme y fuerte.

Incluso tendría que ser mejor que el.

—Vamos, derríbalo. —Delante de ella había una criatura similar a un cerdo, era enorme y le duplicaba el tamaño.

Y si no lo hacía, habría castigo. Entendió a las malas que lo mejor es hacer lo que te digan, sin protestar.

—Adelante.

Tenía una lanza y una cuerda en mano, los días siempre iban rotando. Querían que practicara con cualquier tipo de objeto para que un futuro pudiera usar cualquier cosa para defenderse. No solo armas convencionales, si no cosas comunes que usan día a día.

Sentía la pesada mirada de su padre desde el balcón, al lado de él estaba su hermana que también miraba él escenario. Podían ver perfectamente cómo Violette se defendía y trataba de esquivar y derribar al animal. Asustada apretó el brazo de su padre. Apenas estaban empezando a experimentar con la vida de la adolescencia como tal, siendo Violette con quince y Aisha con trece.

Solo que era obvio que a la menor le daban tareas menores o inexistentes. Era una princesa, no tenía que preocuparse del mañana. Ya que para eso tenían a su hermana, la mayor con quien tenían la seguridad que en su día ella sería la reina y emperatriz. Sería las dos cosas en uno, no solo por gobernar gran parte de Bizitza, si no otros planetas que estaban cerca. Para ser específicos, eran tres en total.

—¿Por que no puedo ser yo la reina de Bizitza? Es evidente que yo podría hacerlo mejor.

—Tu hermana es la mayor, es su derecho tener ese puesto. Aisha, el reinado no significa quien es mejor que la otra. O jugar a las casitas. Significa representar un pueblo, un planeta.

—No solo uno.

—Exacto. El hecho que tu no seas la próxima reina, no significa que no seas importante. Recuerda, tu eres mi alegría.

—Y Violette tu orgullo.

—Exacto, mi pequeña luciérnaga. —Sonríe, fijando su vista hacia la ojiazul y notar como había acabado con él animal—. Es hora de cenar.

Y así eran todos sus días, siempre era un nuevo reto conforme pasaba, el único momento que pasaba con su familia era en la cena. Y no es que hablaran mucho que digamos, o algo más allá de política o si había hecho algo mal o no.

—Quisiera pedir una semana de descanso. —Pidió con miedo la rubia, ya que no sabía lo que podría ocasionar esas simples palabras.

—¿Disculpa?

—Papá. ¿Podría ir a la playa? Me gustaría ir y distraerme un poco.

—Por supuesto mi luciérnaga, dile a Max que te lleve. —Silencio, poco después Aisha terminó junto su madre y se marcharon.

Dejando por completo a Violette y a su padre solos.

—Quiero que repitas lo que dijiste hace rato, Violette. —Ordenó.

—Yo... Padre, quisiera.... T-Tomar una semana de descanso. Mi brazo se lastimó y. —No pudo terminar de hablar ya que su padre se levantó de su asiento.

—¿Tu crees que los enemigos se detendrán para verte sacar tus armas? ¿De cambiarte? ¡Por supuesto que no! Sabes muy bien cuáles son tus responsabilidades en este castillo.

—Lo se padre, pensé que... Después de todos mis logros y avances en este año. Creí que podría tener un descanso.

—La vida no te da descansos. Nadie lo hará, solo buscarán verte débil. Yo no estoy criando a una reina inútil, ¿o si?

—No, padre.

Suspira, llevando sus manos a su traje y limpiarlo.

—Se que me odias, Violette. Pero se que en el futuro entenderás por qué hago lo que hago, no estoy feliz por los métodos, pero si de mis resultados. —El mayor se acercó a su hija, poniendo una de sus manos en su hombro—. Me lo agradecerás en un futuro.

—No l-lo hago, se que es por mi bien.

—Lo veo en tus ojos, hija, no creas que puedas engañarme con esa mierda.

—No pienso desilusionarte padre, me has enseñado mucho y...

—Ya has crecido bastante mi querida hija, mi más grande orgullo. —Sonríe al ver lo mucho que ha crecido y como su cuerpo se está desarrollando—. Tu extraordinario potencial lo llevas en la sangre, como yo. Lo supe en el momento que te vi, que eras la elegida... Y muero por verte crecer.

Sin contar, que Aisha ya hacía escuchando todo desde la puerta.






















꒰ 🧿 ꒱






















Hace diecisiete años, Bizitza.

Una experimentada Violette ya hacía afuera de su habitación, había encontrado un lugar vulnerable en el castillo junto su hermana que decidió que sería una buena idea pasear por las calles de su planeta.

Quería experimentar con más jóvenes de su edad, ver por sus propios ojos como hacían sus costumbres y como cultivaban. Quería convivir con personas reales, con preguntas normales y no con formalidad o educación. Había un tiempo que consiguió dos amigos en el castillo, pero los rumores fueron hasta los oídos de su madre y ella los despidió, lo cual le dolió mucho.

Habían conseguido dos amigos como para que se fueran como si nada.

Pero ya no cometería el mismo error, no le dijo más a su hermana y salió con precaución. Sabía que ella le contaba esas cosas a sus padres, no era de usar mucha ciencia. Quería verla mal, que estuviera encerrada.

Pero ella no era ese tipo, no le gustaba que la sometieran y ahora mismo ya hacía lejos del castillo.

—Que maravilla... —Vio asombrada las luces de la ciudad más cercana.

Se quitó la sábana que tenía puesta en la cabeza, se la había puesto con tal de pasar desapercibida en el castillo. Y lo consiguió, estaba vestida de negro totalmente.

Lo único que tenía en mano era un poco de créditos y un reloj, que además le alumbraba el lugar le indicaba por donde ir o le daba cierta información. Sabía que era peligroso, que habían monstruos gigantes como Gjarpër o Shkop rondando por el lugar. Ya las había visto rondando por la zona y exactamente estaban tratando de cazar una especialmente para que ella pudiera matarlo.

Después de ese, sería un Rancon.

Cualquiera de las tres especies era horrible, no quería ni pensarlo.

No disfrutaba matar, lo detestaba. Creía que era bueno solo usarla para defensa personal. Pero no podía negarse, era su deber. Su padre se lo había dejado muy claro desde muy niña de diferentes formas posibles.

Su intuición le indicaba que no había peligro.

Hasta que por fin había llegado, estaba en la "ciudad" que realmente era un enorme pueblo. Tenía varios cultivos junto animales, la gran mayoría de personas ya estaba dormidas, es decir. Era demasiado tarde y no esperarían que una princesa estuviera con ellos.

Podía escuchar como más de alguno hablaban entre ellos, algunos incluso hasta cenando. Los miraba desde las ventanas de las cabañas, incrédula del ver como varios estaban desnutridos.

Comiendo miserias.

¿No su padre ayudaba en ese sentido? ¿No era el, el que proporcionaba las semillas y huertos para los ciudadanos? Nada tenía sentido pero cada vez que avanzaba se daba cuenta y juntaba las piezas del rompecabezas.

Estaba viendo por una ventana, cuando alguien se giró y cruzaron miradas.

Rápidamente se escondió, esperando no ser detectada. Pero alguien la tomó de los hombros, rápidamente se lanzó sobre el y lo inmovilizó. Dándose cuenta que la gran mayoría de personas salieran de sus cabañas, viendo la situación. Alumbrándola y dándose cuenta que era la princesa Violette.

—Su alteza, no sabíamos que... Lo sentimos, por favor. No nos haga daño. —Todos comenzaron a suplicar, cayendo de de rodillas.

La ojiazul no sabía que hacer. No esperaba esa reacción de todos a su alrededor, con decisión se levantó, soltando al joven que había derribado y ofrecerle la mano.

—Vamos, levántate.

Con timidez accedió, levantándose e ir con su padre.

—No vengo a pelear, ni vengo a nombre del Rey Robert. Quisiera hablar con el jefe de su comunidad.

Vio como hacían espacio para que pudiera pasar y una señora de avanzada edad le guió a una cabaña un poco alejada de las demás. Espero un rato afuera de esta ya que al parecer le estaban hablando sobre su llegada, después de unos minutos la dejaron pasar.

Era un señor, no era ni tan viejo pero tampoco era joven. La esperaba sentado en el suelo, consigo tenía dos tazas, suponía de alguna bebida local.

—Su alteza, tome asiento. Lamento si no tenemos sillas, no esperábamos una llegada.

—Lamento haber llegado de esta manera, realmente yo tampoco pensaba venir. Pero...

—¿Pero?

—Mi padre, el Rey. Supongo que tiene entendido que seré su sucesora y he estado estudiando toda mi vida para ese momento. Yo tenía entendido que este lugar era una ciudad, no un pueblo. Y lo mucho o muy poco que he visto, es que tienen escasez de comida.

—¿No lo sabe?

—¿Saber que? Si me podría decir, señor...

—Mi nombre es Steven. —Pausa, suspirando—. Llevamos meses sin recursos, sin trabajos y el poco trabajo es con un nulo salario que recibimos de ustedes, mejor dicho, del Rey.

Violette no podía creer lo que estaba escuchando, negando varias veces.

—Mi padre no sería capaz de algo como eso. —Susurra.

—¿Con que razón mentiría? No quiero sonar grosero ni nada por el estilo. Pero muchos de esta comunidad están muriendo para que los de arriba puedan comer cuando se les plazca.

—Lo entiendo y lo lamento. No tenía idea de las condiciones que estaban viviendo, yo... Debo dar el ejemplo y hablaré con el Rey. No seguirán viviendo de esta manera y, se que no es mucho pero se que hará buen uso con esto. —De su bolsillo sacó una bolsa llena de créditos.

Asombrando a Steven.

—¿Será suficiente para que puedan comprar algo? Tal vez ayudará para mejorar las cabañas o comida.

—¿Está bromeando? Es más que suficiente. Muchas gracias, en serio.

—Eso debería decirlo yo, yo no sabía las condiciones en las que se encuentra y lo mejor que puedo hacer como futura reina, es ayudar a mi comunidad para que evolucione. Yo trataré de venir en las noches para saber los procesos y ver en qué más puedo ayudar.

Y sin saber, que eso le ayudaría a mejorar su situación actual. No solo ayudando a su pueblo, a su planeta. Si no que también consiguió otro tipo de familia donde podía confiar.

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