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Caminando por los abarrotados pasillos y con las manos en los bolsillos, Malfoy iba hacia su clase, no le hacía mucha ilusión pero no tenía otra opción.
Había decidido salir más temprano de las mazmorras y desayunar solo, se sentía irritado después de un fin de semana de no ver a Lesath.
No era normal la forma en la que él pensaba tanto en ella, había decidido enfocarse en el y no en mujeres, pues aunque el dijera que no, le dolía aún la muerte de Astoria.
Una parte de él había muerto y enterrado sus sentimientos junto al cuerpo de su enamorada.
Pero en definitiva era un tema del cual no pensaba hablar.
Al entrar al salón una punzada invadió todo su tórax, ella estaba ahí sentada justo en el lugar el que el había ocupado la semana pasada.
—Buenos días— dijo el sentándose a su lado.
—Solo días— respondió.
Draco la observó, ese día llevaba dos pinzas en forma de flor sujetando cada lado de si cabeza, un poco de brillo en los labios y una máscara alrededor de su cuello.
Dejó de prestarle atención a ella para escuchar lo que el profesor dictaba.
—Bien clase, como todos sabemos es momento de integrarnos como grupo, se me hará más fácil calificar sus trabajos en parejas.
Una pequeña sonrisa se dibujo en el rostro de Malfoy.
—Por lo que hoy así como están en este salón deben anotarse en la lista que pasaré para tener un control de tareas.
—¡Vaya mierda!— escuchó Malfoy murmurar a Lesath.
Al lelgsr el papel a su lugar Malfoy fue el primero en anotarse, como Lesath era la última de la fila y de la lista no tuvo más remedio que poner su nombre junto al de Malfoy, ya que había pensado en ponerlo junto al de alguien más.
El profesor dió las últimas indicaciones de la tarea y dió por terminada la clase, no son antes pedir que empezarán a realizar lo que había dejado.
Malfoy carraspeó la garganta antes de hablar—Y bien,¿Cuando empezaremos?— le preguntó a la rubia que estaba guardando sus utiles.
Ella metió de golpe la caja de su pluma y tinta y volteó a mirar a Malfoy— Punto número uno, no me agradas Malfoy— tomó un respiro, vio en su rostro un poco de lastima— tengo libre hoy, así que te veo en la biblioteca a las 6 en punto.
No espero a que Malfoy dijera si podía porque ella ya estaba marchandose.
—¿Todo bien Malfoy?— Daphne llegó a su lado.
—Si, todo bien.
Ambos salieron del salón, Nott se había ido con Neville Para realizar su trabajo.
—¿Malfoy?— dijo Daphne sacando se sus pensamientos al rubio.
—Mhmm.
—¿Crees que ella estaría feliz de volver a hogwarts?
Ellos no habían tocado el tema de Astoria, para ambos era algo doloroso, así que a Malfoy le pareció muy extraña la pregunta.
—Si, sin duda, ella hubiera Sido de las primeras en ir al callejón a comprar útiles.
Daphne solo sonrió al imaginar a su hermana feliz de comprar plumas y pergaminos.
No volvieron a mencionar a la joven, solo se dirigieron a su siguiente clase, ellos habían optado por meter tantas materias extracurriculares les fuera posible, distraerse en magia era el mejor de los remedios.
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Corbata, traje limpio y zapatos pulcros; Malfoy revisaba su atuendo para que estuvieran lo más presentables posibles.
Quería dejarle a Lesath una buena impresión, el hecho de que no le agradará él a ella era algo que a Malfoy sin duda le parecia algo molesto.
Ahora entendía el porqué de sus contestaciones y de como ella huia de él.
Así que se había propuesto el darle motivos por los cuales el es una persona agradable y que ha cambiado, si de quedarse con la actitud de Malfoy en años pasados era el porqué ella no lo toleraba.
Guardó en su bolso un poco de dulces y salió de la sala de slytherin con dirección a la biblioteca.
Al llegar notó que eran casi los únicos en el lugar, ella se encontraba entre dos estantes de libros en una mesa para dos.
—Hola.
—Llegas tarde— gruñó.
—Imposible, faltan 3 minutos para las 6.
—Como sea, aquí ya están los libros que necesitamos.
El revisó que ella ya tenía los datos en el pergamino, su nombre y el título del trabajo.
Hojeo el libro, señaló lo importante y le indicó a ella que era lo que tenía que ir escribiendo.
Tan solo habían pasado 30 minutos, pero para Malfoy había Sido una eternidad, ella no habló en todo ese tiempo y el no quiso incomodarla con el perfecto silencio en el que ella se encontraba.
—¿Gustas un dulce?— le preguntó el ofreciendo una pequeña varita de regaliz a la joven.
Ella lo miró, parecía que intentaba él agradarle a ella, talvez si se esforzaba pero ella no estaba tan segura de eso.
Dudosa lo tomó y se lo llevó a la boca, minutos después el volvió a ofrecer por lo que ella aceptó sin dudar.
—¿Quieres escribir tu?— le habló ella.
—Claro, aquí ya señale todo, solo ve dictando.
Él quería deleitarse con su melodiosa voz, era tan suave que sentía caricias en todo su sistema auditivo.
Ahí ya el tiempo pasó rápido, no se dió cuenta en qué momento ella había dado por terminado su dictado.
—Buen trabajo— le felicitó ella al ver su letra.
—Hago lo que puedo— tonteo él.
—Bueno, nos vemos en clase Malfoy.
La pensó mucho, pero su valentía salió a flote en ese momento.
—¿Quieres dar una vuelta?— le preguntó sacando todo el aire que tenía dentro.
Ella lo miró, con una ceja levantada y una mueca de curiosidad.
—¿No fui clara en clase?
Dijo y se marchó, dejó a Malfoy con la mirada fija en la puerta de la biblioteca y con un corazón desacelerado.
Eso había Sido cruel, pero el entendía; no podía obligarla a tratarlo bien.
Así que resignado salió del lugar en busca de una distracción. Mientras miraba a las afueras del castillo por medio de los ventanales, alguien chocó frente a el soltando un quejido.
Hermione Granger se encontraba tumbada en el piso con libros y pergaminos en todo el lugar.
El al ver la desesperación en ella en levantar sus cosas se agachó para después pasarle los libros que estaban fuera del alcance de ella, después se levantó y le tendió su mano para que ella pudiera levantarse.
—Lo siento Malfoy, no ví que tú— se disculpo, sobando si cabeza— no ví que tú estabas de frente.
—No pasa nada,¿Te golpeaste fuerte?.
Ella lo miró, escuchando lo imposible, Malfoy siendo un poco amable con alguien como ella.
Sobó su espalda para después carraspear la garganta, le había dado más miedo el ver que el era con el que chocó que el ver sus libros tirados.
—Solo fueron golpes leves.
—Bien, ten cuidado para la otra.— sujetó su bolso y camino en la dirección en la que iba.
El no había notado pero, Lesath estaba en una ventana sentada entre una columna, había presenciado el acontecimiento, le había parecido buen gesto el que Malfoy haya a ayudado a la gryffindor, pero aún dudaba de sus buenas intenciones y modales.
Continuó con la vista en el libro que tenía, pero repitiendo la voz de Malfoy en su cabeza.
Era una voz grave, varonil y suave.
Era una voz que fácil podía escuchar todo el día sin aburrirse.