25 años
Navidad
Nada estaba claro a su vista, pero no se sentía relativamente mal. Estaba disfrutando de la melodía que le acompañaba en el gran salón de aquella fiesta. Ya nadie se encontraba en el lugar alquilado pero eso no le desanimó a continuar la fiesta él solo.
Otra copa fue servida por sí mismo mientras una nueva sonada comenzaba, la sonrisa se extendió por su rostro mientras entonaba en alto lo poco que sabía de la canción con la botella aún en mano. Se reía de sí mismo mientras los movimientos erráticos de su baile lo llevaban al ventanal del salón.
Todo era muy brillante afuera, el cielo se iluminaba de colores y la ciudad se alegraba a su vista. Tomó directo de la botella y cerró los ojos ante el amargo sabor del alcohol, la leve quemadura que bajó por su garganta le hizo sentir bien en tan solitario lugar.
La música parecía haber pasado a segundo plano mientras el ligero sonido de los fuegos artificiales capturaba su atención anunciando el nuevo día, podía verlos muy claramente por el ventanal, la botella cayó vacía al piso y claras lágrimas le acompañaron en su descenso.
Estaba jodidamente solo.
[...]
La habitación pareciera tener todo lo que se necesitaba para pasar al menos dos días en el lugar. La maleta de Seokjin fue dejada al pie de la cama y el dueño de está ya se encontraba recostado sin indicios de querer ser molestado.
Le dejó descansar por un momento, aún era temprano y tenía el resto del día para comenzar a cambiar sus pertenencias al estudio de su padre. Corrección, de Hoseok.
Se sentía confundido, un incómodo sentimiento se asentaba en su estómago cada que el tema del estudio era tocado. La falta de respuestas no le permitía pensar con claridad, y sentía que no lograba encontrar nada entre todo lo que encontraba referente al joven Hoseok.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al captar algo a través de la ventana del hotel, pequeños puntos blancos comenzaban a pintar el exterior y los cristales se empañaron al acercarse a observar el paisaje.
El frío estaba presente la mayoría del año en Corea, pero a tan pocos días de Navidad las calles volvían a llenarse del frío blanco con mayor intensidad.
Había notado antes la nieve, el día que volvió a reencontrarse con sus hermanos después de tanto tiempo, el día en que a todos se les informó del fallecimiento de su padre.
Los días después de aquello, sus extensos viajes a Italia, todo lo referente al funeral le habían desconectado por completo del mundo. Ni siquiera estando solo en Corea se permitió detallar los pequeños detalles de su alrededor, con excepción de uno. Hoseok y su mirada perdida en la cafetería, no le importo mirar a su alrededor y ver todos esos tontos detalles navideños, solo se permitió ver al chico de cabello naranja maravillado con el exterior.
Una sonrisa se plasmó en su rostro, perdido en sus pensamientos no logró advertirse de los movimientos de Seokjin. Comenzó a buscar casi desesperadamente entre sus pertenencias, el sonido de ropa cayendo le hizo ponerse en alerta. Se acercó y se arrodilló junto a su hermano tratando de descifrar su búsqueda.
—Parece que olvidaste algo importante.
—No puedo simplemente olvidar cosas como esa en cualquier lugar, sea importante o no.
Rendido, el mayor suspiro frustrado y dejo el desatre esparcido a su alrededor. Namjoon aún recordaba esa extraña manía de su hermano por siempre revisar el contenido del equipaje, al principio lo tomo como una costumbre pero tal vez conocía la razón en el presente.
—Creí que eras de los tipos ansiosos si no encontraban sus pertenencias en orden, pero creo que la realidad es algo peor. —tomando algunas prendas las comenzó a ordenar mientras se volvía a poner de pie, siendo seguido por el mayor.
—De los tres pareces ser el menos preocupado por aquello, no entiendo tu falta de compromiso.
La ahora relajada actitud del mayor molesto de sobremanera a Namjoon, el no podía reclamarle solo por no portar aquello que su hermano se empeñaba tanto en recordarle.
—Portar un arma es ilegal, Seokjin. No la necesito.
Una risa sarcástico se escuchó por parte del otro hombre en la habitación, quien tomo asiento en la amplía cama y comenzó a desprender los botones de su impecable camisa.
—Nunca sabrás cuando necesitarás de una, es de las únicas herencias que nos dejó nuestro padre sobre el oficio.
Los botones terminaron de desprenderse, la piel de su torso estaba expuesta a la vista de ambos hombres, pero Namjoon no podía permitirse ver aquello que muchas personas anhelaron en el pasado, su mente se encontraba en otro lugar, con otro hombre.
—Si es lo que tú piensas, adelante. Asegúrate de no perder nada de aquello por estos lugares. —con seguridad emprendió pasos hacia la salida de la habitación, pero el llamado de su hermano le detuvo.
—Aún tenemos algo pendiente por discutir Joon.
El menor en la habitación suspiro cansado, sentía muchas cosas revolviendo sus pensamientos y le dejaban una incómoda sensación en todo su ser.
—Te espero abajo, tomaremos el almuerzo y hablaremos sobre eso. —antes de salir por la puerta de la habitación regreso su vista a su hermano, este se veía cansado de igual forma, con una sonrisa le llamó—. El rubio te queda Jinnie.
Una vez cerrada la puerta Seokjin se recostó de espaldas en el gran colchón detrás de él, con los ojos cerrados comenzó a reír eufórico tras lo dicho por el menor, pero al abrir los ojos la realidad pareció tocar su hombro al escuchar su teléfono sonar.
Sabía quién era, con las festividades de fin de año tan cerca no debía tomarse las cosas a la ligera, mucho menos cuando tenía una esposa y una hija esperando en casa por él.
[...]
La última caja ya había sido entregada al nuevo domicilio, de los dos pareciera que el mayor era el más emocionado con todo aquello. Recorrió los dos pisos como si de un infante se tratase, mientras Hoseok contaba una y otra vez las cajas esparcidas en el primer piso.
—La habitación principal es la más grande de todas, está apartada para mí. —comentaba Yoongi mientras bajaba con prisa a la planta baja, mirando a su alrededor una y otra vez.
—Aún no debemos tomar nada, quiero que el abogado escoja primero. —mientras Hoseok tomaba una caja con las palabras "vajilla" camino hacia la cocina, siendo seguido por Yoongi.
—No debería importar realmente -con ánimo desganado se acercó a la cocina solo para mirar a su mejor amigo ordenar todo el contenido de la caja—. Aunque suena justo, al final el abogado parece haber pasado más tiempo con el señor Kim.
La vista de Hoseok se enfocó en su amigo al escucharle, con un suspiro pesado se arrodilló al lado de la caja y comenzó a sacar lo poco que quedaba en está.
—Sigue sintiendose extraño, aceptar esta casa no se siente correcto aún. —escucho como su mejor amigo se acercaba a su lado y aún de pie le indicó continuar—. Solo trabaje de asistente, repartía correspondencia, no merezco todo esto.
—Estuviste cuando ninguno de sus hijos lo acompañó, no le dejaste solo Hoseok, y eso puede ser lo único que necesitan algunos para vivir.
Asintió a sus palabras y terminó con la caja, volviendo a estar de pie caminó hacia la nevera, sacando dos latas de cerveza le ofreció una a Yoongi, quien gustoso la aceptó.
—El señor Kim era un buen hombre -hablo fuerte elevando la bebida apuntando hacia el cielo, Yoongi le siguió y espero antes de tomar la bebida—. Por ser el mejor jefe del mundo.
Suspiraron después de un trago largo, con los minutos las latas de cerveza comenzaron a amontonarse en la mesa de la cocina. Ambos se mantenían riendo mientras las anécdotas de sus aventuras eran contadas una y otra vez, y cuando llegaron al tema del amor el ambiente se tornó ligero.
—Somos un asco en el amor. —Hoseok hablaba mientras jugueteaba con la lata vacía en su mano.
—Habla por ti, no eres malo en el amor si no lo buscas en la primera persona que conozcas. —mientras Yoongi se apoyaba sobre la mesa de la cocina tomó otro par de cervezas y le pasó una a Hoseok.
—Tu no cuentas, tienes complejo de sugar. —una nueva lata fue abierta y no dudo en beber de ella con una sonrisa burlona—. Si es mayor que tú y usa traje comienzas a planear la boda.
El mayor asiento riendo sin vergüenza alguna, su rostro comenzó a cubrirse de rojo debido al alcohol pero su vista se mantenía alegre y vivaz.
—No lo puedo negar. Bendita sea la persona que inventó los trajes. —elevo su cerveza a modo de brindis y sin esperar más bebió hasta terminar—. Últimamente solo encuentro a alguien de traje rondando por mi mente.
Risueño Hoseok le prestó completa atención mientras su bebida se agotaba trago a trago.
—¿Alguien del trabajo? —confiado terminó su bebida en un último trago, suspirando gustoso mientras esperaba la respuesta de su amigo, y aquella respuesta lo dejó sin palabras.
—El abogado del señor Kim.
Yoongi se mantuvo risueño después de sus palabras, era tan normal para el gustar de cualquier extraño que el silencio de su compañero en la habitación no le resultó fuera de lugar.
—La primera vez que lo vi no me dio tiempo de analizarlo, tal vez la próxima le invite unos tragos.
La mirada ensoñada de Yoongi lo dejó pensando todo lo que envolvía al abogado. Por primera vez, desde que empezó el problema de la propiedad comenzó a analizar la situación por completo sin importar el ligero mareo que le provocaba el alcohol.
No había algo que le asegurará la completa atención del abogado, por muy resignado que estuviera a pasar una noche con él no le daba derecho de esperar por más, y había estado bien con eso. Pero no podía evitar esperar algo más, aún si Namjoon no era lo que él esperaba como ejemplo de pareja, no se podía negar todo el deseo que le provocaba el conocerlo a fondo.
El mayor continuaba hablando, y de un momento a otro volvió a levantar su bebida al cielo, sonriendo con verdadera alegría y esperando de su amigo la misma actitud.
Y Hoseok le acompañó, continuaron riendo y bebiendo aquella tarde aún si la mente de Hoseok se encontraba en otro lugar, con otra persona.
*****
Los errores los corrijo mañana.
Estoy considerando seriamente fijar uno o dos días a la semana para actualizar y darme tiempo de mantener la trama de la historia.
Pero bue
Es temprano así que comenzaré con el próximo capítulo.