[019]
Media hora más tarde, en el aeropuerto, Geng Meng abrió la puerta del coche y se bajó, con la bolsa en el hombro todavía. Antes de que el coche se detuviera, Shen Yangqin abrió la puerta y bajó corriendo: "¡Meng Meng, Meng Meng! ¡No te vayas! ¡Meng Meng!"
El coche estaba aparcado en otro carril y la asistente se sorprendió al verla cruzar la carretera sin miramientos: "Sra. Shen, suba a la acera...", le dijo mientras la seguía al salir del coche. De repente, un coche pasó por delante de ella y gritó, en lo que el auto frenaba bruscamente. "¡Sra. Shen!"
Geng Meng se dirigió a la puerta, en trance, cuando oyó que alguien le gritaba. Se volteó asombrado, cuando vislumbro una figura que se acercaba, sus pupilas se enrojecieron de repente.
"¡Tía Shen!"
Tía Shen...
Estas fueron las tres últimas palabras que Shen Yangqin escuchó antes de perder el conocimiento.
No era mamá.
Era la tía Shen.
Shen Meng estaba a medio camino del camino cuando recibió una llamada de Geng Meng. Cuando llegó al hospital, las luces de la sala de urgencias ya parpadeaban. El pasillo estaba en silencio, la asistente miraba los dos rostros idénticos y no podía hablar con claridad: "Ustedes... su cara..." sus ojos corrían entre los dos con frecuencia.
Shen Meng la ignoró, agarró los brazos de Geng Meng y los sacudió violentamente, recordando que su voz tenía un sabor oxidado: "¡¿Cómo es que mi madre tuvo un accidente de coche?! ¡¿Qué ha pasado?!"
Geng Meng titubeó, "Lo siento, fui yo... ella pensó que era tú, así que..."
Tin.
La puerta de la sala de emergencias se abrió de golpe y un médico calvo salió de ella: "El banco de sangre está escaso de sangre tipo A, el paciente necesita urgentemente una trasfusión, usted..."
"Soy del tipo A". Shen Meng se precipitó hacia delante, se arremangó y se dispuso a hacer la transfusión de sangre.
El médico preguntó: "¿Puedo preguntar el parentesco con el paciente?..."
"Hijo, soy su hijo". Shen Meng extendió su mano, mostrando su magra muñeca: "Saque todo lo que necesite".
"Eso no servirá". El médico negó con la cabeza.
Shen Meng se congeló, "¿Por qué?"
"Las transfusiones de sangre de familiares directos pueden tener reacciones o secuelas transfusionales graves". El médico explicó: "Por eso no recomendamos las transfusiones de sangre a los familiares directos".
"¡Yo soy de tipo A! y ella no es mi pariente". Geng Meng dijo: "Saque lo que necesite".
El doctor miró a Geng Meng, "..." Las comisuras de su boca se crisparon, "Basta niños, entiendo que se preocupen por su madre, pero... "
"No." Geng Meng parecía serio: "Realmente no tiene nada que ver, no es mi madre". Geng Meng le hizo ojitos a Shen Meng: "¿No, Geng Meng?".
Shen Meng finalmente respondió, sí, ahora era Geng Meng, no él mismo, ¡y no tenía relación de sangre con su madre para realizarle una transfusión de sangre! Miró a Geng Meng para asegurarse, "¿Eres del tipo de sangre A?"
Geng Meng asintió con la cabeza.
El médico estaba desconcertado: "¿Quién de ustedes dijo que era el hijo del paciente, de todos modos?"
"Yo". Geng Meng fue al grano: "Soy su hijo".
Shen Meng siguió a la enfermera para extraerse la sangre. El pasillo se quedó en silencio por un momento, la asistente se frotó la cabeza torpemente, sólo parecía existir algún secreto inimaginable: "Yo... iré a comprar algo para beber, ¿qué quieres?"
"Lo que sea".
"¡Oh, oh, vale!" La asistente se escabulló y se alejó con un flash.
Sólo quedaba Geng Meng en el pasillo terriblemente silencioso. La luz roja parpadeante caía sobre el rostro pálido y frío de Geng Meng, que permanecía inmóvil, mirando la puerta de la sala de emergencias, sus manos colgantes cerradas en puños.
Era como si volviera a estar en aquella noche lluviosa e impotente.
Temía que su madre se fuera.
Temiendo que la tía Shen se fuera.
No me dejes solo.
No quería... volver a estar solo.
Al final del pasillo, una larga figura se acercó lentamente, Geng Meng estaba tan concentrado en la sala de urgencias que no se dio cuenta de que alguien se acercaba. De repente, un calor le llegó a la mejilla, y ladeó la cabeza sorprendido. Lo primero que vio fue el logotipo de una marca de té con leche, para luego darse cuenta que era una lata.
Entonces, vio una cara conocida.
Geng Meng se sorprendió: "¿Primero de la clase?"
"Estoy aquí para ver al doctor". Fu Jingsi le lanzó el té con leche a Geng Meng.
Fu Jingsi había seguido a Shen Meng todo el camino, cuando sintió que algo iba mal: había visto todo lo que pasó en el pasillo y había escuchado el nombre real de Geng Meng.
Empezó a preguntarse por qué Geng Meng había permitido que el verdadero Shen Meng le hiciera una transfusión de sangre a Shen Yangqin. Entonces tuvo una conjetura: Geng Meng y Shen Meng, no estaban intercambiando sus identidades, sino que habían intercambiado almas.
Esto también explicaría el hecho de que la feromona de Shen Meng, el que solía oler a menta, traía consigo otros olores dulces en él, los que seguramente pertenecían a la feromona de Geng Meng.
Geng Meng no respondió: "¿Quién está enfermo?"
"Yo". Fu Jingsi se sentó en el banco de a un lado: "¿No estás cansado de estar siempre de pie?".
Hubiera sido mejor que no lo mencionara, pues cuando lo hizo, a Geng Meng sintió que le dolían las piernas; había estado en un estado de alta tensión mental durante casi dos horas desde el accidente.
Se sentó destapando la lata, luego inclinó la cabeza y se bebió la mitad del té con leche de un solo trago: el té con leche estaba caliente y calentó su incómodo estómago.
"Gracias". Levantó la lata de té con leche: "Está bueno". La mano de Geng Meng ya no estaba tan fría y preguntó: "¿Qué tienes?".
"Una enfermedad menor". Fu Jingsi cambió de tema: "Y tú, ¿qué te pasó?".
"..." La mano de Geng Meng se tensó, "Mi madre... fue atropellada por un coche".
Fue su culpa.
Si no hubiera insistido en volver a Guicheng, Shen Yangqin no le habría perseguido hasta el aeropuerto, y sin ir al aeropuerto, Shen Yangqin ya se habría reunido con Shen Meng, en lugar de estar tumbada en una fría mesa de operaciones.
La luz de los ojos de Geng Meng se atenuaron lentamente.
Fu Jingsi probablemente podría adivinar lo que estaba pasando, pero todavía no estaba seguro de la relación entre Geng Meng y Shen Yangqin, lo que sí podía decir, era que Geng Meng se preocupaba por Shen Yangqin.
Su voz era suave: "No te preocupes demasiado. El médico que atiende a tu madre es el director Zhao, y nunca ha fallado".
Geng Meng estaba desconcertado: "¿Cómo lo sabes?".
Fu Jingsi estaba a punto de abrir la boca cuando se escuchó un sonido repentino de pasos apresurados a la vuelta de la esquina. Una sombra delgada se reflejó en la pared. Geng Meng sintió algo y levantó la cabeza abruptamente. Al ver que Fu Jingsi estaba a punto de mirar hacia arriba, se sintió ansioso y sin pensarlo mucho, abrazó la cabeza de Fu Jingsi y la presionó entre sus brazos para evitar que viera a Shen Meng.
Shen Meng regresó de la transfusión de sangre y, antes de poder entrar, vio a Geng Meng pegado a un niño, éste estaba guiñándole el ojo constantemente, indicándole que se fuera.
Esa espalda...
¿No le era familiar?
Shen Meng pensó en esconderse en las escaleras de incendios.
Sólo entonces Geng Meng lo soltó, pero Fu Jingsi no se movió, emitiendo un olor a tequila cada vez más fuerte.
¡Maldita sea!
Los párpados de Geng Meng saltaron, ¡lo había olvidado de nuevo! ahora era un omega...
Tenían el mismo género masculino, pero la estructura alfa y omega seguía siendo un poco diferente, por lo que abrazarlo traía consigo una ambigüedad inexplicable.
Geng Meng apartó rápidamente a Fu Jingsi y dijo de forma poco natural: "No me malinterpretes, ¡me gustan los omegas!".
Fu Jing Si: "Lo sé".
Pensando en el hecho de que ahora era un omega, Geng Meng añadió: "Así es, estoy locamente enamorado de ellos, así que la acción de ahora no tenía ningún significado, era simplemente... una polilla volando sobre tu cabeza".
"Hmm." Fu Jingsi recorrió con su mirada el hueco de la escalera y se levantó. "Tengo que irme".
¿Por qué tuvo una reacción tan insulsa? ¿Era el amor omega-omega tan aceptable ahora? Geng Meng se rascó la cara incómodo, "Oh".
Fu Jingsi se marchó antes de que Shen Meng saliera de la escalera, la sangre ya había sido enviada a la sala de emergencias, y se quedó mirando la puerta sin pestañear hasta que las luces se apagaron y el director Zhao salió para decirles que Shen Yangqin estaba sana y salva y que por fin había vuelto a la vida.
Shen Yangqin sólo se despertó al día siguiente, en la sala individual. Shen Meng le agarró la mano y no la soltó, Geng Meng entró con dos comidas y se acercó a la cama del hospital, entregandole una, "Son las nueve, come primero".
"No tengo hambre". Shen Meng sacudió la cabeza con los ojos rojos.
Geng Meng le puso directamente el arroz en la mano: "Cómetelo aunque no tengas hambre, te acaban de hacer una transfusión de sangre, no querrás que tu madre se despierte y te vea también tirado en la cama del hospital, ¿verdad?".
"..." Los labios de Shen Meng se movieron, y finalmente obedeció y comió.
La comida era una comida rápida comprada fuera del hospital, era tarde en la noche y sólo había sobras, pero Shen Meng no se quejó y enterró la cabeza en la comida durante unos minutos para terminarla.
Geng Meng le entregó otra botella de agua, la cual ya había tomado la mitad, le desenroscó la tapa y se la entregó. La cara del Shen Meng actual era tan mala como la de Shen Yangqin en la cama del hospital.
"Gracias". Shen Meng susurró.
"Es la asistente que lo compró". Geng Meng pensó en algo: "Por cierto, no tienes que preocuparte, hice un trato con la asistente, no le dirá a tu madre lo de hoy".
"No es eso". Shen Meng se frotó los ojos húmedos: "Es para agradecerte que estés dispuesto a hacerle una transfusión de sangre a mi madre".
"Son sólo unos cientos de mililitros". dijo Geng Meng mientras arrojaba su mochila al sofá.
Al ver la mochila escolar, Shen Meng pensó de repente en algo y preguntó nervioso: "¿Aún puedes llegar al vuelo si te vas ahora?".
El avión fue a las diez de la noche.
"No voy a irme".
Shen Meng estaba desconcertado: "?"
"No tengo ninguna razón". Geng Meng se envolvió bien la chaqueta y se tumbó en el sofá, bostezando varias veces y cerrando los ojos. “Vamos a jugar unos días".
La boca de Shen Meng se abrió, pero al final no dijo nada, dándose la vuelta y continuó sosteniendo la mano de Shen Yangqin mientras se dormía en el borde de la cama.
Poco después, el sonido de una respiración tranquila sonó en la sala.
Sólo entonces Geng Meng levantó los párpados, se levantó y caminó suavemente hacia la cama. Tomó con cuidado la otra mano de Shen Yangqin y frotó su cara contra la de ella con suavidad.
Tía Shen, debes ponerte bien pronto.
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Bzz.
Fue su teléfono móvil el que despertó a Geng Meng por la mañana. Abrió los ojos y la sala estaba en silencio, con sólo la lámpara de cabecera encendida y la ventanas con las persianas cerradas.
Miró la hora, eran las 5 de la mañana.
Tenía una llamada entrante.
Papá.
Cogió el teléfono y salió a la escalera para responder a la llamada.
"Tu abuelo llamó para preguntar dónde has estado". El hombre refunfuñó: "¿Cuándo saliste? Te dije que salieras menos para que tu abuelo no me siguiera molestando".
Por un momento, Geng Meng quiso colgar el teléfono, pero respiró hondo e intentó fingir que no le importaba: "Estoy jugando afuera".
"Vuelve pronto". El hombre ni siquiera notó su diferencia, "Tu abuelo dijo..."
Al no querer escuchar más, Geng Meng se limitó a apagar el teléfono.
Siempre sería así. La línea de apertura era el abuelo, la línea de cierre era el abuelo. Era como si la conexión entre el padre y su hijo fuera simplemente porque era el nieto de su abuelo.
Geng Meng se apoyó en la fría pared, mirando por la ventana aquellas sombras que se cernían sobre los árboles y se quedó helado.
No supo cuánto tiempo pasó, pero un grito desgarrador resonó en el pasillo: "¡Mamá! ¿Qué te pasa, mamá? ¡Doctor, doctor!"
La voz...
¡Shen Meng!
Geng Meng se despertó de golpe, abrió la puerta y se apresuró a entrar, justo para ver a varios médicos con batas blancas que pasaban a toda prisa a la sala de Shen Yangqin.
Media hora después, Geng Meng y Shen Meng fueron llamados al despacho del director Zhao.
Dentro de la oficina, estaba el médico de ayer.
"¡¿Han estudiado medicina hasta la barriga de un perro!? La transfusión de sangre entre familiares directos no es un juego de niños, ¡se está jugando con la vida del paciente!" La cara del Director Zhao estaba azul.
El médico agachó la cabeza como si fuera un estudiante que habia hecho algo malo, hasta que Geng Meng entró con ellos, y se apresuró a decir: "Director, director, es él..." Señaló a Geng Meng, "El chico del uniforme escolar no tiene nada que ver con el paciente, lo dijo él mismo."
Geng Meng no sabía lo que pasaba y se llenó de dudas: "Así es, lo he dicho, no están relacionados".
"¡Tonterías!" El director Zhao tenía un temperamento violento y no era nada cortés: "¡Tu madre tiene ahora una severa reacción de transfusión debido a una transfusión de sangre con su familia inmediata!"