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⚠️ADVERTENCIA: GENDER BENDER⚠️
SHINSOU X KAMINARI FEM
—Estaba pensando que podemos agregar un apartado en el cual se vea un enfoque moderno, incluso si no le dan la misma importancia, podríamos reflejar su importancia.
—Esa es una idea genial— dijo emocionado mientras buscaba en su mochila—. Espero que se pueda plasmar todo el día de hoy.
Un peli-violeta y un rubio conversaban frente al departamento de éste último, en búsqueda de ideas para desarrollar uno de los trabajos de fin de semestre. Cuando consigue abrir la puerta, invita pasar a su amigo primero.
—Denki —grita canturreando apenas da un par de pasos en el umbral— ya estoy en casa.
—Está bien, bastardo —respondió de la misma actitud y tono que lo hizo el rubio.
—¿Dónde estás, cerdo inculto?
—En el cuarto de lavado.
—Ya era hora.
—Solo es mi ropa. Lava la tuya.
—Aish, maldita bruja —voltea hacia su amigo—, ¿puedes creerlo? Le compro dulces a diario y no me puede hacer un favor.
—Yo...—el peli-violeta estaba algo sorprendido—¿Tu hermana volvió?
—Uhhh, sí. Volvió de Singapur hace un mes —restándole importancia—. También asiste a nuestra universidad, pero no en nuestra facultad.
—Neito, yo creo que deberíamos hacer el proyecto en mi casa, ya que-— pero fue interrumpido de inmediato.
—Wow, no, Hitoshi —cambió esa voz tranquila a una seria—. Oye, lo que pasó entre tú y mi hermana no me interesa. Hoy estás aquí para dar enfoque ese proyecto y este lugar, es el más cercano a la universidad y tú vives mucho más retirado dejándonos casi sin tiempo para si quiera plasmar ideas, así que, no tienes de otra.
El chico se preparaba para argumentar algo en contra, pero el rubio se adelantó.
—Además, será aquí abajo, ella normalmente no sale de su habitación.
Neito coloca el celular en la mesita de la entrada, dándose paso hasta la cocina sin importarle que su amigo haya quedado algo pensativo en medio del lugar.
No había muchas opciones, pero tenía razón sobre el tiempo y su actividad, por lo que, sin pensar más, se acercó hasta donde su amigo.
—¿Dónde está tu baño?
—Al fondo del pasillo lateral a las escaleras.
—Vuelvo.
Tan pronto la puerta del baño cierra, una chica rubia desciende por las escaleras hasta la barra de la cocina, donde una llamativa jarra con jugo le hizo ilusión. Poco a poco su mano se extendía hasta el aza, pero en lugar de sentir el cristal, recibe un manotazo.
—Ni se te ocurra. Es lo único que hay y es para mí y Shinsou.
—Pero yo quiero jugo —acercando la jarra a su lugar.
—Ya dije que no —arrebatándosela rápidamente.
Un silencio se instaló para dar paso a un forcejeo por el objeto de cristal. El movimiento produjo que el líquido se derramara, hasta que la presencia del peli-violeta hizo que la rubia perdiera resistencia, ocasionando que la camisa y el pantalón se mojaran.
—¡Denki, mira lo que le hiciste a Hitoshi!
—Shinsou, querrás decir —dándole una mirada con cierto rencor al mencionado.
—Como sea, lo que ha pasado lo vas a arreglar, ya que estás en el cuarto de lavado, vas a lavar sus prendas y antes de que él se retire las entregarás —voltea hacia su amigo—. Sube con ella y que te de ropa mía.
—¡Qué! Yo no soy una mucama —decía con un puchero a la par que el peli-violeta le interrumpía.
—Neito, no creo que sea necesario todo eso.
Frustrado de aquellos dos en tan poco tiempo les hizo frente —¡No son unos malditos adolescentes! —alzó la voz—No tenemos tiempo para tonterías. O se comportan estando en el mismo lugar o definitivamente terminaré amarrándolos.
Indignada, Denki hace una mueca demostrando lo enojada con ambos chicos. Neito no tenía derecho a obligarla y la sola presencia de Shinsou lo provocaba.
Desvió la mirada y apuró a hablar—Ven conmigo, te daré ropa y cumpliré con lo que dijo. El otro simplemente asintió con la cabeza y siguió a la chica escaleras arriba.
En la cocina comienza por dejar la jarra en el fregadero para después enfocarse en limpiar lo que se derramó en el piso.
—La puerta tiene seguro —grita Denki desde el sitio.
—Lo siento, las tengo en mi mochila —menciona algo calmado—. Espera un poco, ya subo, solo prepararé primero un poco de jugo— responde alzando la voz lo suficiente.
—Ya escuchaste. Espera aquí parado —emite con tono burlón y se marcha.
Estando frente a la lavadora, escucha la apertura de la puerta, siendo sorprendida por cómo es que llega Shinsou.
—¡Qué diablos! —gritaba mientras extendía sus brazos al frente— ¿Por qué te paseas por ahí en ropa interior? ¡No es tu casa!
—¿Quieres calmarte? —dijo fastidiado—No lo hago darte placer visual, simplemente se está adhiriendo a mi piel y no quiero esa sensación.
El enojo la estaba invadiendo sin más. Desgraciado, era lo que su mente repetía constantemente.
Cuando se disponía de responder, el teléfono principal suena, siendo un poco opacado por un grito de su hermano,
—Puedes pasar a la habitación y tomar del jugo que dejé en la mesita de noche.
El peli-violeta se retira dejando sus prendas en la canastilla más cercana. La rubia suelta un bufido con clara irritación y a la vez de alivio al no tenerlo ya en su lugar.
Apenas se acerca nuevamente al sitio donde guardan los productos de limpieza, cuando una voz molesta le vuelve a interrumpir.
—Oye —grita alargando la última letra— no veo donde está su ropa.
—No soy una criada —refuta inmediatamente—. Busca bien, está en el lado lateral.
—Yo no veo nada.
Sin agregar nada más, con claro enojo en su rostro, va hacia donde se encuentra el chico, parado en medio del cuarto con vaso en mano.
—¿Te volviste más tonto con el tiempo?
Al no obtener más que un ligero levantamiento de hombros, dio un sorbo tranquilamente, haciéndola llegar a el límite de su tolerancia. No pudo soportar más, teniendo un arrebato de su temperamento deseando quitar esa expresión tan neutra como si su esfuerzo no valiera realmente.
Estaba dejando en claro que no estaba para juegos cuando el forcejeo por el vaso se hizo presente, por su parte, el peli-violeta no cedería ni un segundo hasta que su vista posó en las piernas largas y blanquecinas siendo apenas cubiertas por el short de cintura alto.
La siguiente imagen después de eso tuvo lugar en una blusa y short mojados que el inconscientemene había provocado al soltar el vaso. Refunfuñando, Denki abre una gaveta del armario estratégicamente colocado como parte de la pared, arrojándole al rostro una camisa y un pantalón algo desgastado.
—Póntelo y lárgate a la sala.
Sin pensarlo, se coloca la camisa y así continua con el pantalón, dejando la bragueta abierta cuando su mirada es distraída por la escena que ocurría frente a su nariz.
Denki había dejado en el suelo su short, reluciendo aquella lencería de encaje negro y toques azules que definían aquellas caderas contorneadas por el mismo hueso. No pudo evitarlo, tragó saliva fuertemente, aunque su garganta parecía en sequía. Siguiendo con aquellos ojos violáceos el próximo movimiento, capturó como los brazos eran elevados descubriendo su abdomen y pecho, tan solo protegido por aquel sostén negro siendo de forma automática el lanzarse inmediato e impidiendo que continuara.
—¡Qué mierda te pasa! —le dice claramente alterado.
—¡A ti que te pasa loco! —tratando de entender lo que sucedía.
—¿Por qué te quitas la ropa?
—Se está adhiriendo a mi piel y no quiero esa sensación —imitó burlonamente aquella frase.
—Ve a tu habitación y hazlo ahí— trató de ignorar lo anterior y convencerla.
—Solo tomaré una camiseta de Neito —comentaba mientras viraba los ojos—. Me cubrirá bien.
Estaba a punto de volver a descubrirse cuando las manos de Shinsou le hicieron detenerse nuevamente.
—Ni loco. Entra tu hermano y nos mata.
—Puedes terminar de subir esa bragueta e irte, idiota— le recriminó fuertemente.
¿Cómo sabe que la bragueta seguía abierta? Se cuestionó, aunque eso no era importante ya—Solo... no lo hagas.
No podían entenderse y una solución en un futuro cercano, no estaba siendo viable para satisfacer ambas partes.
Parecía que la lucha del poder a través del forcejeo, era la única opción de esos tres durante el día. La fuerza física era predominante en el peli-violeta, sin embargo, la resistencia de Denki estaba siendo rival digno ante aquella terquedad.
Era evidente que, a pesar de caer en la gran cama, rodar y caer del otro lado en aquella peluda alfombra, no les hizo entender que eso aparentaba una escena mucho más difícil de explicar.
Ambos siguen en su demostración de poder, siendo interrumpidos únicamente por la voz del chico rubio y un portazo en la habitación.
—No quiero excusas —se oía molesto—. Ese maldito trabajo debe llegar hasta el profesor antes de las cinco de la tarde.
Cuando toda su atención se coloca en la conversación ajena, pueden darse cuenta que Denki está debajo con las manos atrapadas en la camiseta por encima de su cabeza mientras él, las sujeta firmemente y su rodilla se encuentra en medio de las piernas de la rubia. Shinsou quiere alejarse y decir algo, pero ella aprovecha deshaciendo el agarre y acercándolo por la camiseta procurando que no rebase el alto de la cama, además le pone una mano en la boca, repitiendo varias veces un gesto negativo con la cabeza.
Al no dejarse y querer liberarse, comienza a removerse, haciendo que la rubia mueva la pierna izquierda y roce en la zona genital, dejándolos congelados al segundo con un rubor intenso en todo su rostro y orejas.
—No me interesa, iré para allá.
Se limitan a escuchar como revuelve algo dentro del armario seguido por las pisadas sobre la escalera al descender.
—Denki,Hitoshi, vuelvo en un rato. Tengo que salir —se despide seguido de la puertaprincipal siendo cerrada.
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Pasaron varios minutos, pero ellos dos seguían en la misma posición. Era el momento y el magnetismo los cuales se habían apoderado de mantenerlos en esa cercanía.
Suavemente Denki quita la mano permitiendo liberar un suspiro de alivio. Aquella mirada ámbar contemplaba la profundidad de la contraria, preguntándose qué misterios ocultaba después de tantos años.
Las respiraciones se hacen profundas y pausadas; relajarse estaba siendo parte del momento, siendo reflejado en el agarre de camiseta, siendo menor. Shinsou poco a poco se acerca, dejando que el aliento de ambos se colocara encima del otro, dando paso a un lento roce de labios.
Comienzan a besarse y las manos de la rubia se colocan alrededor del cuello para atraerlo y generar una mayor profundidad. Posicionan mejor sus cuerpos, haciendo que la rodilla quede justó frente a los genitales de la rubia. Ésta última dirige una de las grandes manos del chico hasta la pantorrilla derecha, incitándole a que le acaricie, dejándose llevar sin más.
Los chasquidos de saliva, los pequeños suspiros que se escapaban y el calor que comenzaba aumentar invadían el cuarto sin piedad. Todo seguía en curso aparente, pero fue un gemido lo bastante fuerte para que Shinsou recuperara la poca compostura restante.
—¿Qué sucede? —dijo algo desorientada.
—Perdona Denki, no sé qué pasó.
—Pero...
Shinsou se levanta rápidamente y toma una camiseta dejándola en la cama para que se cubra. Quiere salir del cuarto rápidamente, pero es detenido cuando una suave mano está alrededor de su muñeca, deteniéndolo en el umbral. Voltea y lo que encuentra es el rostro, ruborizado, con un ceño fruncido y un puchero adorable en sus labios. Contempla su figura y traga saliva, pues un cuerpo ejercitado y contorneado era realmente incitante cuando se añadía un plus: era el de Denki.
—Quiero hacerlo —musita suavemente—. Siempre quise hacerlo contigo —desviando la mirada.
Las alarmas en la mente de Shinsou se encendieron a la par colapsando en microsegundos, dejándose llevar y ahora se encontraba con la chica en la pared gimiendo descontroladamente al ser estimulada en su zona intima con la misma lengua que le quitó el aliento en la habitación contigua.
—Sigue, Hitoshi.
Al escuchar su nombre, se detuvo y sonrió inocente.
—¿No era Shinsou? —pregunta tiernamente mientras se coloca justo al frente de ella.
Al no tener una respuesta que pueda dar, el peli-violeta le toma del trasero y la carga, haciendo en automático que enrosque las piernas alrededor de su cintura.
Continúan un fogoso beso mientras que ambos rozaban lascivamente sus partes íntimas.
—Vamos a mi cuarto —susurraba mientras hacía un movimiento pélvico bastante estimulador.
Deshace el enganche con sus piernas y con leves empujones, lo dirige hasta tenerlo sentado en la cama, comenzando a quitarle la ropa, escondiéndola debajo de su cama
—¿Por qué es eso?
—Ni loca pienso hacerlo contigo sabiendo que traías la ropa de mi hermano —haciendo una expresión de horror—. Qué asco.
Sonríe dulcemente y reinicia aquellos besos franceses que ya podía decir era adicta. Logra acostarlo en la cama sin perder un solo segundo de contacto corporal. Con leves movimientos, se acerca hasta la entrepierna despierta de Shinsou, deslizándose feliz en su recorrido dejando lengüetazos y saboreando justo donde cayó el jugo.
—¿Será así de dulce tu sabor? —Pregunta algo juguetona haciendo que el otro se sonroje.
Suelta una risita al contemplar la única prenda del chico y comenzar a retirarla. Observa el miembro erecto y no puede evitar dirigir una mano hasta su zona íntima y estimularse por encima de la tela que le cubría.
—Mierda —deja escapar Shinsou.
Solo tenerla en frente hacía que su erección pidiera ser atendida, pero aquel momento donde ella misma se tocaba le provocaba presión constante y podía apostar que con solo verla dándose placer, sin tocarse, le daría el orgasmo de su vida hasta ese día.
Denki estaba orgullosa de que ese gemido se debía a ella, comprobando visualmente que el cuerpo del contrario se encontraba completamente tenso, con los ojos cerrados, fruncidos y una línea de sudor recorría su frente y sienes, a la par que las mejillas se encendían. Su lado ególatra no podía estar más feliz.
Era momento de continuar, dejando que la suave palma rodera la longitud del endurecido pene y darle un poco de atención con un delicado masaje por unos segundos, hasta que lo cambio por aquellos suaves y rojizos labios. Se limitó en la zona del glande y de vez en cuando la lengua le ayudaba a su labor.
Se imaginaba un fresco, cremoso y delicioso cono de helado con sabor natural de Shinsou. Succionaba, lamia lo desbordante de las orillas y algunas veces trazaba una línea desde la base hasta la punta.
El chico definitivamente estaba en un trance corporal y espiritual. Todo lo que ejecutaba le estremecía por las sensaciones que le originaban, dejándose llevar solo con el sentido del tacto. Buscó con la mirada cuando las sensaciones desaparecieron de un momento a otro, siguiendo los movimientos de la rubia encima de su abdomen, acercándose para crear un roce de labios. Dedicó toda su atención, disfrutando como desabrochaba el sostén sensualmente, deslizándolo por uno de sus brazos hasta perderse en el suelo de la habitación.
Podía sentir como aquella prenda inferior estaba humedecida y traspasaba la lubricación vaginal hasta caer en la punta del miembro erecto. Aproximó ambas manos en cada lado de las caderas huesudas, para deslizar esa última prenda en ella, provocándole un sonrojo inmediato.
Era el turno del peli-violeta ser arrogante y demostrarlo con una sonrisa socarrona; le gusta verla sonrojada y deseaba hacerlo mucho más. Ahora, él quería tener el mando.
Toma la pierna derecha con delicadeza y le hace doblarla para que la rodilla quede a un lado de su muslo derecho, le indica que la pierna izquierda debe doblarla para que la planta del pie izquierdo quede colocada encima de las sabanas y suavemente la gira para dejar que sus partes íntimas se junten. Denki siente un escalofrío cuando nota como su clítoris es estimulado solo por el roce de las pieles, dejándola liberar un gemido en forma de suspiro.
Cuando ve que la rubia está en la posición correcta, el desliza la pierna izquierda hasta estar completamente recta y la derecha es doblada para que la rodilla le sea útil a ella. Toma la erección y le incita a montarse.
Sin palabras emitidas, acata la orden y empieza a penetrarse en primera instancia con un ritmo lento, pero las sensaciones de placer y algunas otras que se acumulaban en su interior le provocaron aumentar la velocidad.
—Mmh... ah.
La mezcla de fluidos y los gemidos de ambos se estaban volviendo cada vez más ruidosos y lujuriosos.
La vista para Shinsou era completa con la espalda y traseros expuestos a voluntad, mientras que este último hacia perder de vista como toda su extensión era devorada por la vagina caliente y cremosa de la rubia, no pudo evitar darle nalgadas de vez en cuando y apretar esas pantorrillas cuando deslizaba sus manos en toda la pierna.
—Así, nena. Sigue así.
Denki sentía arder todo su cuerpo y estaba segura que no podía dejar de hacerlo, aunque quisiera, pues parecía que estaba hipnotizada para continuar durante toda la eternidad, siendo interrumpida cuando le hace recostarse de espaldas.
—Denki— emite con voz ronca— me estas enloqueciendo.
La toma de la cintura y arrastra hasta que las nalgas chocan con la parte interior de sus muslos, desliza sus manos por ambas piernas y muslos, escaneando visualmente todo el desastre que tenía debajo de él, terminando con un par de nalgadas. Se cuela entre ellas y se acerca a darle un beso apasionado, solo para que abruptamente volviera a erguirse y elevara las piernas blanquecinas, haciendo que las pantorrillas queden encima de sus hombros. El detalle que le encantaba era ese tono rojizo y las marcas que le había dejado.
Concentrado en su siguiente movimiento, dirige la punta hasta la entrada vaginal y lentamente lo introduce. Denki siente como está llegando a su punto clave de forma más profunda y placentera, dejando manifestar esto con una expresión en su rostro y las sabanas sostenidas al momento.
No tardó mucho en darle ritmo rápido, provocando que ambos sintieran una conexión orgásmica que estaba llegando a ellos; sintiendo el acelerar de su corazón a mil por hora, sus respiraciones cortas y cada vez menos profundas, el control era imposible a esas alturas, la piel erizada y esos pechos hinchados delataban el orgasmo inminente.
—Hitoshi, yo —suelta un gemido largo y aparentemente doloroso— no puedo, Hitoshi.
—Vamos, Den— acelera sus movimientos y trata de llegar más profundo— puedes llegar, hazlo.
Un par de estocadas más fueron suficientes para que la rubia se convirtiera completamente en un ser tembloroso y humedecido por sus fluidos recientes acompañados por un ceño fruncido y un gemido sensual que escapaba sin piedad de su garganta. Aquél espectáculo erótico era solo para el peli-violeta y no podía estar más complacido.
Se retiró de la cavidad vaginal y apenas sentir estar completamente fuera, esparció su blanquecino semen en las sabanas, muslos y abdomen de ambos.
Cansados por finalizar, tratando de controlar cada acción involuntaria de su cuerpo, miraron a través de la ventana, solo para darse cuenta como la noche había llegado.
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Ambos amigos están en la sala trabajando en la última parte de aquel informe. Después de su salida repentina, Neito volvió más tarde de lo planeado, pero los acontecimientos que pasaron en ese lapso, hicieron que Shinsou presionara con el poco tiempo que tenía, ya que quería ir a casa pronto.
La visión periférica es captada por el chico rubio cuando su hermana aparece descendiendo las escaleras acercándose a la salida.
—¿Saldrás esta noche?
—Sí, con mina —hace una pequeña pausa—. Me quedaré con ella.
—Vale —continúa tecleando—. Llama cuando llegues con ella.
Neito no sabía que su hermana más allá de informarle a él, estaba interesada en que el mensaje se entendiera para su acompañante sexual de ese día, sin embargo, jamás despego su vista de la laptop.
Sin mucho escándalo, se limitó a dar media vuelta, marchándose sin pensarlo más.
—Voy por más galletas —interrumpió el silencio.
Cuando se encontró solo en el sitio, dejó de teclear, dejando una mirada en dirección ala puerta, soltó un suspiro y restregó la palma de su mano en todo su rostro sin saber que, por fuera del lugar, Denki, recargada en la puerta mira sus pies por unos segundos con lágrimas cayendo en mejillas, sabiendo que debe elevar la mirada y continuar con su vida.
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Hola mis queridos ángeles, ¿cómo han estado?
Yo espero que muy bien en todo este tiempo que me he tardado en actualizar.
Aclaraciones y curiosidades.
*Este OS se me ocurrió justo este fin de semana y no pude dejar pasar la idea sin plasmarla. La idea fluyó tan rápido que lo terminé sin pensarlo mucho.
* El misterio de la historia detrás de ellos seguirá de esa forma –inserte risa malvada- Lo siento mis pequeños, pero querría agregarle algo que les intrigara un poco.
* Originalmente el lugar de donde venía Denki era de Tailandia, pero quizá algunos podían pensar que había tenido una cirugía de reasignación de sexo, por lo que quise descartar completamente la probabilidad. Denki nació con el sexo femenino en esta historia.
* Aunque no fue mucho, quise recalcar que no tenían esa confianza al nombrarse por sus apellidos, aunque solo se utiliza el apellido de Hitoshi ¿lo notaron?, jamás use monoma o Kaminari para los hermanos. Ustedes dejen volar su imaginación.
Y bueno, espero lo disfrutaran y que en el futuro nos volvamos a leer.
Sin más qué decir, cambio y fuera.
24/04/2022