Salí de la ducha, recordé que en ningún momento, Jimin me haya dado ropa. ¿Que hago? ¿Salgo del baño con la toalla? No, no...
Me coloqué la toalla en cuerpo y abrí una hendija en la puerta y ahí estaba Jimin, en su celular, con su rostro serio; como siempre. Idiota. Llamé la atención de el, deja su celular a un lado de la cama y se acerca.
- ¿Que pasa, muñeca? - preguntó, mirándome -
- Primero, no me diga muñeca y segundo, ¿Hay ropa para ponerme? - alcé la ceja derecha, molesta por su comentario -
- Ah - recordando - esta allí - señala con su dedo indice, al mueble blanco a la esquina del cuarto. Habia una bolsa muy linda.
- ¿Me lo puedes alcanzar? - pregunto, haciendo una mueca en mis labios -
- No - dijo fríamente - ve tú, ¿No eras que te hacías la difícil conmigo? - sonrió y a la vez rió, causándole gracia -
- Estúpido, te estoy haciendo un favor - dije molesta -
- Si sigues insultándome, verás que no seré nada gentil contigo - habló seriamente -
- Esta bien - bufé y salí en toalla hasta la bolsa. Mientras que Jimin observaba todos mis movimientos, que vergonzoso, encima lo peor es que estoy en toalla. Tomé la ropa y caminé hacia el baño, pero el me lo impide tomando de mi brazo.
- ¿Que quieres? - cuestioné, rodeando mis ojos ligeramente -
- Te espero en el comedor, no demores - replico seriamente, mirando mis ojos -
- De acuerdo - me zafo del agarre bruscamente y me voy al baño rápidamente -
Me encerré, deje soltar un gran suspiro y comienzo a cambiarme. A los minutos estoy lista, me miro al espejo y una lágrima resbala por mi mejilla, seco mi lágrima y abro la puerta. Jimin no estaba; por suerte. Abrí la puerta, salgo de la habitación y veo un pasillo con largura y un tanto ancho. Mientras pasaba el gran pasillo, veía cuadros de pintura por todas partes; eran bonito.
Pasé todo el pasillo y vi unas escaleras, supongo que aquí era el comedor, baje los escalones y habían unas mujeres limpiando los muebles, la mesa y la cocina. Las miré por segundos, hasta que Jimin se aparece detrás mio.
- Llegaste - sonrió levemente. Que bipolar.
- Si - contesté fríamente y desvié mi mirada hacia otro lado -
- ¿Sabias que es mala educación no mirar a la persona que te esta hablando? - asumió con su voz grave, creo que esta enojado. No me importa, que se enoje, la que debería enojarse soy yo.
- El que debería tener educación eres tu, imbec... - me interrumpe, con un grito inesperado -
- ¡CIERRA LA BOCA! - contestó furioso -
Mis lagrimas no tardaron en salir, me sentía débil ante el. Las mujeres nos miraron asustadas, ante el grito de Jimin.
- Váyanse todas de aquí, ahora - ordenó a las mujeres que estaban mirando la escena. Su voz estaba calmada. Ellas asintieron y se fueron.
- Escucha, Tn - volteó su rostro y me miró - no me grites y obedeceme - tomando de mi mentón, quien inmediatamente quité su mano - No querrás que tu amiga Elena, termine herida -
Abrí mis ojos como plato, ante el comentario reciente de Jimin, no quiero que mi única amiga le hagan daño. No sé los permito.
- Est... esta bien - mi voz se entre cortó, por mis nervios. Mi corazón latía a mil.
- Buena chica, linda - sonrió, me atrae hacia el, tomando de mi cintura - ahora, ve a tu cuarto y espérame - yo asentí tímidamente -
Subí los escalones, llegue a la habitación y cerré la puerta. Caminé hacia la cama pero algo me hace detener mis pies; la ventana estaba abierta. Perfecto para escapar.
Corro hacía la ventana y miro cuanta distancia es para bajar. Para mi sorpresa, estaba demasiado alto para saltar, abajo había un techo, era la primera planta, será un poco difícil. Pero eso no me detiene, de alguna u otra manera tengo que escapar de aquí, cueste lo que cueste. Estaba preparada para saltar a la parte del techo, pero escucho abrirse la puerta; Jimin. Pero ese Jimin estaba completamente enojado. La cagué.
- ¡¿Que haces ahí?! - alzó la voz -
El se acerca a mi rápidamente, toma de mi brazo fuertemente y me empuja hacia la cama. Ahora si estaba más que asustada. Jimin cerró la ventana y volteó a verme; estaba furioso, su cara lo decía todo.
- ¿Que hacías? ¿Escapar? - asumió, mirando mis ojos como se cristalizaban - ¡Contéstame! - alzó la voz, casi gritando -
- Yo... quiero salir de aquí, Jimin - mi voz sonó muy bajo -
- Linda - se acerca a mi y se pone a mi altura - sabes si escapas, te encontraré de alguna u otra forma, no tienes salida - acaricia mi mejilla con delicadeza -
- yo asentí y agache mi cabeza -
- Bien, me alegro que lo entiendas, no lo volveré a repetir - caminó hacia el baño y se adentró -
Me senté en la cama. Creo que sería una perdida de tiempo escapar, Jimin me encontraría en menos de una hora, me tiene vigilada todo el tiempo. Desde hace meses y ahora peor; estoy en su casa.
Pero no me rendiré...
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