Baekhyun se encontraba sentado en la sala mirando la televisión mientras comía unos buñuelos que recién había preparado. En ese momento había una novela pasando, la favorita de Baekhyun.
—No tonta, él te está engañando con tu hermana, —grita molesto al ver una acción de la protagonista que no le gustó. —Vete con Richard ¡Él si te ama! —lloriquea mientras da un mordisco ansioso a su bola de harina frita.
—¿Por qué ves esa novela si siempre te hace gritar? —dice Chanyeol mientras manda unos mensajes a Sehun.
—Tú siempre me haces gritar y no por eso me he divorciado de ti, —lo mira con un puchero para luego seguir viendo el televisor.
Chanyeol deja salir una corta risa al escuchar las palabras de su esposo, —tienes un punto.
—Sabes, Richard es un bonito nombre ¿Es extranjero, no? —Chanyeol asiente sin apartar su vista del celular. —Le pondré Richard.
—Uhm ¿A quién? ¿Nuestro hijo? —frunce el ceño mientras levanta la mirada ya que no le hacía gracia poner un nombre extranjero a su bebé.
—No, bobito, me refiero al conejo, —sonríe y extiende su mano libre para acariciar al conejo a un lado que estaba dormido. —Sip, Richard el conejo de ojos azules.
—Que nombre más largo, —susurra mientras vuelve a ver la pantalla de su celular. —Pronto es tu cumpleaños ¿No?
—Sip, espero que me den muchos, muchos regalos, —dibuja su particular sonrisa rectangular.
—Eres un niño, —se burla y el otro le saca la lengua.
Chanyeol finalmente se desocupo de su celular y se levantó para ir al sofá dónde se acomodó a un lado de Baekhyun y lo abrazó contra su pecho. El doncel metió un buñuelo mojado de caramelo en la boca de su marido quien lo comió contento, ambos se vieron sonriendose.
—Entonces ¿Diana aún no sabe que su marido anda con su hermana? —pregunta el alto y Baekhyun asiente para proceder a contarle los acontecimientos mientras pasan los anuncios.
A Chanyeol no le gustaban las novelas, en realidad no era muy amante de las series largas y menos de amor, era más de películas de pistoleros, pero le gustaba compartir algo que le gustaba a Baekhyun así que cada vez que podía se sentaba a ver lo que el doncel quería y ambos conversaban sobre la trama aunque más bien era un monólogo acelerado del doncel.
Después de un rato comienza a llover por lo que Chanyeol se separa de su esposo para poder ir a guardar a los animales. Baekhyun se abrigó y fue a preparar café para su marido, había empezado a hacer algo de frío.
Baekhyun fue a la regadera para colocarse luego su piyama ya que casi eran las ocho de la noche; algo tarde, ya que solían dormir más temprano. Estira sus brazos y luego escucha la puerta siendo abierta así que se gira viendo que era Chanyeol cubierto con un impermeable negro.
—Me muero de sueño, —dice Baekhyun mientras bosteza y luego se mete a la cama. —Hay café caliente en la cocina.
—Gracias, —se da cuenta de que no se había quitado su impermeable así que salió para ponerlo en la entrada de la parte de afuera.
Bebe su café y luego se cambia de ropa para ir a dormir junto a Baekhyun; ambos se acurrucan mientras cae la lluvia con fuerza afuera. Chanyeol besa el cuello cálido de su esposo mientras coloca una mano en su abdomen abultado.
—Channie, mañana hay que levantarse temprano, —sonríe mientras se relaja por los labios húmedos del mayor.
—Lo sé, no estoy haciendo nada malo, —rie un poco provocando que su aliento choque contra la piel sensible. —Sabes, el día del accidente tuve un sueño horrible donde estaba muy enojado contigo y me portaba muy mal haciéndote sufrir, —su voz decae. —Aún me siento mal, fue muy feo.
—Sea lo que sea, no deberías seguir mal por ello, fue solo un sueño, —besa su pecho. —Sé que cuando estamos enfadados no medimos nuestras emociones, ahora estamos bien, —se acurruca en su pecho.
—Gracias, mi Baek, —acaricia su cabello mientras cierra sus ojos. —Por cierto, mañana no te asustes si no me encuentras, tengo que ir a las cinco al puerto, —murmura.
—Está bien, duerme entonces, Channie, —su respiración comienza a hacerse más lenta hasta que se queda profundamente dormido.
Al día siguiente, Chanyeol abrió sus ojos cuando escuchó el sonido de ollas chocando entre sí, cierra sus ojos nuevamente porque piensa que solo era el gato haciendo travesuras, así que se da la vuelta queriendo abrazar a su esposo, pero se asusta al no sentirlo por lo que se despierta de golpe.
—Baekkie, —llama, pero no obtiene respuesta así que se levanta colocándose sus pantuflas.
Mientras camina al exterior de la habitación para buscar a su esposo, un aroma a bollos inunda su nariz así que frota sus ojos para quitarse el sueño. Luego va a la cocina solo para encontrarse a su doncel cocinando.
—Oh, Chan, —Baekhyun se da la vuelta cuando lo vio de reojo. —Tu desayuno ya mismo está listo, —sonríe mientras prepara el café.
—No tenías que molestarte, muñequito, podía haber comido en el camino al puerto, —se acerca a Baekhyun para abrazarlo por la espalda mientras el doncel fríe unos huevos con tocino.
—Eres mi marido y me gusta hacer estas cosas por ti, no es molestia, —toma un trozo de ensalada para ponerlo en la boca de Chanyeol, —además no creo que sea bueno que comas mucha comida que no sabes cómo está hecha, —gira un poco su cuello para besar sus labios.
—Me saque la lotería contigo, —coloca sus manos grandes en el vientre de Baekhyun. —¿Y esa lonchera?
—Como aún es muy temprano, quizá te de hambre en el puerto así que estoy preparando comida para ti, —coloca un poco de arroz relleno, carne picada y dos sanduches rellenos de tocino, lechuga, huevos fritos y tomate, a un lado coloca la ensalada, —no quiero que te vayas a desmayar o algo así, —termina por poner un par de botellas de agua.
—Gracias, amor, —desliza sus manos a las caderas redondas. —Todo se ve y huele delicioso... cómo tú, —susurra con voz profunda lo último.
Baekhyun se sonroja y tiembla un poco, pero niega con su cabeza y saca los bollos del recipiente donde estaban al vapor para luego colocarlos en un plato.
—Ve a bañarte, no quiero que te retraces, —se aparta sonriendo al ver el rostro afligido de Chanyeol. —Si vuelves temprano, te esperará tu plato favorito, —le guiña un ojo y le da la espalda moviendo lentamente sus caderas de lado a lado.
—No digas esas cosas, me harás causar un accidente por venir muy rápido, —golpea levemente uno de los glúteos del doncel para luego sonreírle de medio lado cuando el otro lo mira sonrojado. —Iré a bañarme.
Después de que Chanyeol se vistió y desayunó con un Baekhyun semidormido, se despidió del pequeño doncel con un beso en los labios bajo el marco de la puerta de entrada.
—No manejes muy rápido, no quiero terminar viudo, —susurra Baekhyun mientras se frota un ojo y bosteza.
—No te preocupes, —deja un último beso en sus labios, —te amo.
—Yo también, te esperaremos aquí, —acaricia su vientre.
Baekhyun se quedó un rato en el marco viendo cómo el camión de su marido se perdía en el camino, pensaba que quizá cuando su pequeño naciera ya no se sentiria tan solo como cuando Chanyeol se iba.
Cuando pasaron un par de minutos, el doncel estira sus brazos y cierra la puerta para ir a su habitación; aun no salía el sol, además seguía teniendo sueño por lo que se acomodo debajo de las cobijas para seguir durmiendo.
Cuando volvió a despertar fue porque su pequeño gato salto encima de él y comenzó a golpear su boca con su cabeza peluda. Sus ojos comienzan a abrirse solo para toparse con los dientes del mínimo quien estaba bostezando. Suspira cuando ve el sol saliendo por la ventana así que decide levantarse, pero es asaltado por sus náuseas así que corre de inmediato al baño.
—Espero que ya me pase pronto, —dice para sí mismo mientras se lava los dientes.
La mañana paso rápido y cuando Chanyeol regresó del puerto, Baekhyun ya había alimentado a sus animales tanto domésticos como de granja, además lavo la ropa y se preparó para la fiesta de embarazo; maquillo ligeramente su rostro, planchó su cabello y se coloco un terno color salmón de tela ligera.
Chanyeol tuvo que irse de nuevo, está vez al pueblo, solamente dejo su camión para irse en la camioneta. Necesitaba seguir con el asunto de Seunghyun, pero no quería meter demasiado a Baekhyun ya que no deseaba perturbar su embarazo, cuando sea necesario le informaría todo.
Cuando Chanyeol estuvo de regreso, se tuvo que frotar los ojos cuando vio a su esposo ya que lucía radiante con su cabello liso, sus ojos ahumados y aquel brillo rosa en sus labios, además el pantalón se ajustaba bien a sus caderas anchas y la camisa ancha daba una bonita forma a su abdomen.
—Te vas a llevar toda la atención, —sonríe mientras va hacia Baekhyun para empezar a besar sus mejillas y su cuello. —Hueles muy bien.
—Amor, me estás desarreglando, —lo empuja levemente y sonríe con picardía mientras peina su cabello con sus dedos. —Vamos, ve a vestirte. —Camina hacia la cocina, —prepare una canasta de pastelillos con crema de varios sabores para la fiesta.
—Se acabarán en un instante, —le lanza un beso y camina a la habitación.
Finalmente fueron a la fiesta donde los recibieron gustosos; la cuñada de Chanyeol, Jessica, era muy amable. También lo fue el hermano menor de Chanyeol. La familia Park lo lleno de elogios y felicitaciones por unirse a la familia, aunque sin dejar de lado a Jessica en ningún momento.
Baekhyun se divirtió mucho ya que la familia de su marido no era tan entrometida como la suya, además hubieron algunos juegos como una competencia de cambio de pañales con bebés de juguetes donde ganó llevándose de premio un precioso toldo de color perla para cunas y un biberón.
—Felicidades, —le dio un abrazo a Jessica cuando al final hicieron la revelación del bebé sabiendo que se trataba de un niño. —Espero que se lleve bien con el mío.
—Yo también lo espero, —ella le sonríe para luego atender a sus otros invitados.
Aunque los días anteriores habían sido horribles y llenos de llantos, ahora ambos estaban disfrutando el ambiente; había más donceles y chicas de la familia que estaban en cinta por lo que probablemente habrían más fiestas pronto. La de Baekhyun estaba lejos aún.
En un momento, Chanyeol tuvo que dejar a Baekhyun con los otros portadores de la familia ya que su padre y algunos tíos lo llamaron para que los acompañe a hablar a otro lado. Baekhyun era muy parlanchín por lo que no tardó en llevarse bien con el resto mientras hablaban de bebés.
—¿Qué ocurre? —pregunta mientras menea su vaso de ponche.
—Sabemos lo que ocurre con tu esposo, —empieza su padre. —¿Por qué no nos dijiste nada?
—Supongo que ya saben todo lo que sucede, —mete sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. —Es mi esposo así que quería hacerme cargo yo.
—Sobrino, sabemos que eres lo suficientemente capaz, pero podemos echarte una mano, —le dice uno de sus tíos, Jaejoong. —No nos ha gustado que él y Hyorin hayan querido ensuciar el apellido Park, —se cruza de brazos mientras suspira.
—Si ustedes quieren, está bien, —acepta pensando en que mientras más ayuda obtenga sería mejor. —Se los agradezco.
—Tranquilo, ese par no se va a salvar. Byun está hirviendo en ira por como han hablado de su hijo menor, —dice Saewoo, otro tío.
—Realmente espero que la gente deje de hablar tanto de esto y Baekhyun, no quiero que su embarazo se vea afectado, —tuerce la boca en una mueca.
—Es cierto, tuvimos que enterarnos del embarazo de Baekhyun por otra gente y en chismes asquerosos, —el señor Park frunce el ceño mientras lo mira enojado.
Chanyeol tembló ligeramente cuando vio a su padre molesto, después de todo aún era un adolescente y temerle a sus padres no sería cosa rara. Aunque siguió con su expresión de seriedad.
—Pasaron muchas cosas y no tuve oportunidad, pido disculpas. —Muerde el interior de su mejilla ya que lo que él hizo se consideraba grosero.
—Bueno, no se puede hacer nada, pero deja de ocultar cosas importantes como esa, —levanta la mano para golpear la cabeza de su hijo.
—Bien, —soba el área afectada. —Lo siento, —suspira cuando sus tíos se ríen y asienten.
Después vino una prima de Chanyeol diciéndole que Baekhyun se sentía un poco cansado y mareado así que lo habían sentado a tomar algo de ponche de frutas. Chanyeol se preocupo por lo que se despidió de su familia al ver a su esposo tan pálido.
—¿Te sientes mejor? —pregunta Chanyeol cuando están de camino a la casa.
—No mucho, de repente comencé a sentirme débil y todo me daba vueltas, —toca su frente y abre la ventana para sentir la brisa fresca del ocaso.
—Supongo que es porque estuvimos muchas horas ahí y no estás tan acostumbrado a estar tantas horas fuera de casa.
—Supongo, también tu bebé me causa muchos estragos, —bosteza mientras cierra sus ojos. —Luhan me dijo que así eran los primeros tres meses.
—Entonces no hay porque preocuparse, cuando lleguemos puedes ir a descansar. Mandaré a pedir una pizza, —le dice amablemente.
—Está bien, no tengo ganas de hacer la cena, —susurra.
—Lo sé, además por ahora creo que estamos llenos con la carne asada de la celebración, —toma la quijada del menor para acariciar su mejilla.
—Sí y los pasteles, los bocadillos y los batidos, —acaricia su abdomen que parecía de un embarazo de cuatro meses aunque recién iba a cumplir los tres.
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Los días transcurrieron entre algunos problemas y el azúcar de Baekhyun. Chanyeol junto a los demás, se aseguraron de que se empiece a investigar a fondo tanto a Hyorin como a Seunghyun.
Los hermanos de Seunghyun vinieron al pueblo en cuanto se enteraron de lo que había hecho su hermano por lo que ya cansados de su actitud, se llevaron a sus padres para que no se involucraran en los problemas de él.
—Baekkie, ¿Te pasa algo? —pregunta cuando ve un día a Baekhyun en el jardín de sus lirios.
—No mucho, solo que la mayoría están muriendo, —dice con tristeza mientras riega a las flores.
—Tranquilo, —se toca la quijada, —dejame ver, ayer fui a casa de tus padres y tu mamá me dió un sustrato que dijo que eran para los lirios, —se va al granero para coger el pequeño costal y vuelve.
—Gracias, —dice Baekhyun emocionado mientras empieza a colocar el sustrato. —Espero que mejoren, —susurra colocando sus manos sobre su pecho para luego caminar hacia Chanyeol para apegarse a su pecho.
—Tranquilo, seguro que lo hace, —besa la corona de su cabeza. —Ahora debemos ir dormir porque mañana tenemos que ir a la clínica para la revisión del bebé. —Toma su cintura mientras lo lleva a la casa luego de regar las flores.
Baekhyun no había ido a casa de sus padres últimamente, pero su marido si había ido en muchas ocasiones, le daba curiosidad saber que tanto hacia, pero pensó que quizá solo era algo aburrido como hablar sobre las cosechas o trabajo de granja así que cada vez que le iba a preguntar se terminaba olvidando.
Ahora mismo su marido se había ido al pueblo diciéndole que tenía unos asuntos de los cuales tratar. Suspira y recoge su cabello en una coleta ya que desde que se casó con Chanyeol no se lo había cortado. En cuanto termina de vestirse, escucha el motor de la camioneta de su marido así que se levanta para irse a la entrada.
—¿Podemos comprar pasteles en la panadería nueva de Kyungsoo? —pregunta mientras se sienta y ajusta el cinturón de seguridad.
—Sí, cariño, —toma su quijada para besar sus labios. —Me alegra que tú amigo este progresando.
—Soo siempre nos dijo que algún día quería poner un negocio de comida, —sonríe mientras cierra la puerta.
—¿Tú quieres también hacer algo así? —pregunta mientras empieza a conducir.
—No, estoy bien siendo mantenido, —bosteza y estira sus brazos. —Aunque una de las cosas que me gustaría es aprender a conducir.
—¿En serio? No es muy común que los portadores conduzcan, —se pone pensativo y ve como la mirada de Baekhyun decae. —No te preocupes, te voy a enseñar, aunque por ahora estoy ocupado así que será después, —levanta la mano para acariciar la mejilla de Baekhyun.
—Gracias, amor, —se sonroja contento.
Ese día en la revisión, el médico le dijo que su bebé estaba muy bien y en el tamaño correcto, pero que aún era pronto como para conocer su sexo. Le mando de receta vitaminas y una dieta con más hortalizas lo cual Baekhyun odio.
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Después de dos meses, Baekhyun estaba frente a su espejo de cuerpo entero y se puso de lado tocando su vientre que ya estaba más grande. Sonríe pensando en que su bebé había empezado a moverse un poco de vez en cuando.
—Solo no empieces a golpear demasiado, —susurra mientras se mueve de lado a lado mirando la curva preciosa.
Chanyeol llegó con un ceño fruncido esa tarde y Baekhyun le sirvió su comida. Se sentó para empezar a almorzar y se fijó en que su marido no hablaba, ni siquiera lo veía.
—Mi amor ¿Sucede algo? —pregunta un poco tímido.
—No, es solo que estoy algo estresado, —hace una mueca.
—Has estado así desde hace unos días ¿Qué sucede? —con una servilleta limpia la mejilla del alto.
—No te he dicho nada para no causarte molestias, no me perdonaría que algo malo les pasará a ti y a mi bebé, —recién levanta su mirada hacia Baekhyun. —Todos estos meses he estado ocupado porque junto a mi familia, la tuya, Sehun y Jongin, hemos estado trabajando en el asunto de Seunghyun, —toma un poco de agua y suspira.
—¿Qué? No sabía nada sobre eso, —frunce el ceño.
—Ha sido un tema muy complicado y quiero que tú estés tranquilo, —su ceño fruncido se transforma en pena, —el lunes será el día para el juicio, así que tienes que hablar con el abogado para testificar, —mordisquea su mejilla interna. —Siento no habértelo dicho antes.
—Supongo que está bien, sé que no haces algo para dañarme, —lame su labio mientras baja la mirada sintiéndose un poco molesto de no haber sido incluído en todo. —Aunque no te hubiera venido mal decirme algo, —suspira y sigue comiendo.
—Todo esto ha sido tan abrumador que no quise que pasarás por ello, el abogado que tenemos es muy bueno y se encargará de todo, solo debes hablar con él para saber cómo testificar, —acaricia su cabello para luego besar su frente.
—Está bien, lo haré. —Asiente.
Baekhyun estaba algo nervioso, pero pensaba en que finalmente su nombre sería limpiado y su pesadilla terminaría. Finalmente podría caminar tranquilo por el pueblo sin tener el temor de que en cualquier esquina aparecería Seunghyun para hacerle daño. Además que su bebé no cargaría con la duda de su padre, él siempre sabría quién era.
Cuando el día llegó, Baekhyun estaba temblando un poco, pero en cuanto Chanyeol le sonrió y tomo su mano para ingresar, se llenó de seguridad para finalmente afrontar lo que vendría. Solo esperaba no ponerse a llorar o tartamudear en pleno juicio.