Maldijo en voz baja.
Había buscado por todas las habitaciones del primer piso pero no había logrado encontrar rastros de Mikey, la subasta había comenzado varios minutos atrás por lo que no había gente por los alrededores y tuvo que esquivar a todos los guardias.
Suspiró en voz baja decidiendo subir al segundo piso para probar su suerte. Cuando llegó a este comenzó a buscar por todas las habitaciones mientras llamaba por su nombre sin obtener ninguna respuesta.
Giró por el pasillo donde vió una habitación al final de esta, se acercó a ella abriendo la puerta.
-¿Mikey?-llamó entre abriendo la puerta.
La abrió de golpe cuando vió que dentro había varios hombres incluyendo a Mikey al que cargaban inconsiente.
-Sueltenlo-gruñó corriendo hacia uno de los tres hombres en la habitación.
De un rápido movimiento trató de darle una patada pero este apenas logró esquivarla con agilidad y atrapó su tobillo en el aire.
-Tienes agallas como para venir aquí-se burló el hombre.
El chico rió con burla al inmovilizar su pierna pero Takemichi aún tenía otras partes de su cuerpo con las cuál atacar. Pegó un pequeño salto y usando su otra pierna le dió una patada con un giro en el aire que el hombre no había logrado esquivar, el rubio era muy flexible y solía usar esa agilidad en peleas cuerpo a cuerpo.
El hombre cayó noqueado en el piso.
Takemichi se giró a los otros dos hombres que trataban de huir de la habitación con Mikey, al darse cuenta trató de ir tras ellos cuando un golpe en la nuca volvió su visión borrosa.
Lo último que pudo ver fue a los hombres llevándose a Mikey y al camarero de antes quitarse la máscara, este había sido quien lo había golpeado. Después de eso su visión se volvió negra.
No supo cuanto tiempo había pasado cuando logró recuperar la consciencia pero cuando despertó no podía mover ninguna parte de su cuerpo.
Parpadeó repetidas veces logrando estabilizarse, fue ahí que se dió cuenta la razón por la que no podía moverse. Estaba atado en una silla, sus piernas estaban atadas en las patas delanteras de la silla y sus muñecas al soporte de brazos.
-¿Estás despierto?-preguntó alguien en la habitación.
Takemichi abrió los ojos de golpe al escuchar esa voz, no había notado que había una presencia más aparte de la suya en la habitación.
Frente a él se encontraba sentado un chico de piel morena y cabello blanco vistiendo el característico uniforme rojo de Tenjiku, junto al chico había una cámara de vídeo documentandolo a tiempo real.
Takemichi supo que se trataba de Izana, el líder de Tenjiku.
-¿Dónde estoy?-le preguntó con frialdad-¿Dónde está Mikey y qué le hiciste?
Izana se levantó con una sonrisa y se acercó a él, sus gestos y forma de caminar era de cierta forma hipnóticos y elegantes.
-No te preocupes por Mikey-se inclinó hacia él-. En estos momentos te está viendo pero no te puede oír así que podemos hablar todo lo que queramos y no nos escuchará.
Hanagaki miró detrás de Izana a la cámara de vídeo frente a él, su mirada fría volvió al moreno.
-Fue muy fácil capturarlos-exclamó con aburrimiento-me pregunto si Mikey realmente merece ser el líder de las mejores organizaciones criminales de Japón ¿Cómo puede caer en manos del enemigos tan fácil?, ¿Tú qué opinas, líder de Black Dragon ?
El rubio lo miró sin decir nada.
Había tenido sus sospechas desde un inicio, algo en él le decía que Izana conocía su verdadera identidad sin embargo no sabía qué tanto conocía el moreno sobre él. Tenía que quedarse al margen si no quería cagar las cosas.
-¿Te preguntas cómo es que sé que eres el líder de Black Dragon?- intuyó el peliblanco-realmente me costó un poco averiguarlo pero después todo era muy claro.
Izana le comenzó a contar cómo es qué había logrado saber que era el líder de Black Dragon.
-Black Dragon renace de la nada y en poco tiempo logra una posición alta amenazando a Bonten pero su líder es un misterio para todos-se paseó a su alrededor como si estuviera contando un cuento de niños-Bonten se siente amenazado y comienza a buscar nuevos miembros de los cuales destacan dos de ellos, a su vez ambas organizaciones comienzan a meterse entre ellas pero solo Black Dragon es quien toma la ventaja, ¿Sospechoso no crees? Es como sí alguien supiera los movimientos desde el interior de Bonten.
Takemichi lo observó con atención. Realmente le parecía fascinante la forma en cómo Izana explicaba el cómo había descubierto su plan que le llevó tanto tiempo elaborar por detalles tan pequeños.
-Sin embargo una muerte es la que más destaca, la de un miembro de Bonten que había matado a una chica inocente tiempo atrás-se detuvo frente a Takemichi y le sonrió cautivado-solo hizo falta investigar quién había sido la chica que ese hombre había matado, no fue difícil encontrar que tenía un novio que se había suicidado cuando su amada murió sin dejar ningún rastro o cuerpo que compruebe al cien por ciento que se trataba de él, que romántico... Y sospechoso
El rubio apretó su mandíbula.
Podía soportar cualquier cosa menos que se burlaran de Hitana o su muerte y ahora le costaba mantenerse inexpresivo, lo último que quería es que Izana se diera cuenta que comenzaba afectarlo.
-Solo tuve que investigar a los nuevos reclutas en Bonten para lograr saber qué el novio muerto en realidad estaba tratando de buscar venganza.
-Si sabes que soy el lider de Black Dragon y quiero destruir a Bonten, ¿Por qué no has dicho nada?
Cualquier otro líder del mundo bajo al enterarse ya hubiera comenzado a circular la noticia sobre esto o lo habría amenazado con contarle a Mikey que el líder de Black Dragon estaba infiltrado en su organización.
-Por que sé que quieres acabar con Bonten-el moreno se sentó en la silla frente a él cruzándose de brazos en una postura relajada-y yo también quiero acabar con ellos, pensé en una manera de reunirme contigo y coperar para unir a Tenjiku y los Black Dragon para lograrlo.
Hanagaki parpadeó hasta que soltó una carcajada, Izana borró su sonrisa del rostro al escucharlo.
Takemichi había trabajado tanto para destruir a Bonten, había planeado cada detalle para llevar a Mikey al infierno y cualquiera que estuviera involucrado con la muerte de Hinata. Lo último que quería es que alguien más le arruinara los planes.
Él acabaría personalmente con Mikey y toda su organización.
-Lamento decepcionarte pero yo personalmente me encargaré de destruirlos.
Izana soltó un suspiro de fingida tristeza mientras se levantaba, en ese momento la puerta se abrió y los mismos tres hombres que habían tratado de llevarse a Mikey entraron.
-Es una lástima, me pregunto cómo reaccionará Mikey cuando vea que su preciado corderito es devorado por los lobos.
Takemichi se tensó cuando los tres hombres se acercaron a él.
-Tú y yo juntos pudimos ser imparables, Takemichi-le dijo Izana mientras se dirigía a la puerta-a partir de ahora seré yo quien destruya y tome control de Bonten.
El moreno salió de la habitación dejándolo solo con los tres hombres. Maldijo en voz baja cuando estos le acariciaron el rostro con lujuria, ser tocado de esa manera le daba repulsión. Quería tomar a cada uno y romperles el cuello.
Izana observó por la otra pantalla la habitación donde se encontraba el líder de Bonten, este estaba en otra habitación diferente atado de igual forma que Takemichi y por medio de un proyector se podía ver lo que sucedía en la habitación de Takemichi.
Mikey comenzó a forcejear tratando de desatarse sin éxito.
-Relamante parece que tropezaste, Manjiro-sonrió mientras tomaba un sorbo de su copa de vino.- acabaré con lo que más aprecias cómo tú lo hiciste conmigo.
Volvió su mirada a la cámara que se encontraba en la habitación del rubio, había llegado un momento que esta se había caído del soporte y no podía ver qué pasaba exactamente en ese momento pero podía escuchar a Takemichi maldecir.
Pasaron cerca de media hora cuando Izana entró a la habitación.
Se había esperado encontrar a un Takemichi muerto en el piso que incluso sentía lástima por no haber podido unir fuerzas pero lo que vió dentro de la habitación fue diferente a lo que creyó.
En el piso se encontraban sus tres hombres muertos con un corte justo en sus cuellos y antes de que siquiera pudiera reaccionar sintió como le quitaban la pistola escondida de su pantalón y lo apuntaban por la espalda.
-¿Te gustó mi actuación?-preguntó con voz fría Takemichi-¿Realmente creíste que me podrías tener en tus manos tan fácil? Creí que eras más inteligente al descubrir que yo era el líder de Black Dragon y lo que planeaba hacer con Bonten.
Izana sonrió divertido. No había esperado que las cosas dieran ese giro.
-Mikey predijo cada movimiento tuyo y me aproveché de ello para tenerte de esta manera.
Desde que habían interrogado al chico supo que había algo detrás y comenzó a sospechar, Tenjiku nunca hacía subastas sin que Mikey se enterara semanas antes porque tenía el control de todos y sobre todos así que decidió seguir la corriente.
En el momento que el camarero se acercó a ellos con dos bebidas en su bandeja supieron que la actuación había comenzado. Mikey se había dado cuenta que trataban de dejarlos inconsientes metiendo una especie de droga en el champagne y este se había ofrecido como cordero.
-Creí que querías muerto a Mikey-cuestionó Izana
-Creeme que quiero muerto a Mikey más que tú, pero todo a su tiempo.
-¿Planearon todo esto?
-Utilizamos tu propia trampa para llevarte a la boca del lobo-sonrió ladino, lo que más amaba Takemichi era tener el control- Y yo... Soy el lobo.
Sabían que querían separarlos por lo que Mikey siguió al sospechoso camarero para que así fuera pero antes de irse le había dado un dulce. Cuando Takemichi lo abrió había una pequeña navaja, esa parte Takemichi no tenía idea de lo que Mikey quería hacer pero cuando vió el contenido del dulce supo qué era lo que trataba de hacer.
Mikey confió en él y él confió en Mikey, no estaba orgulloso de admitir aquello pero no podía negar que todo pasó según lo planeado.
-Camina-ordenó el rubio.
Izana no tuvo otra opción que acatar su orden y caminar hasta la silla donde anteriormente Takemichi había estado, ahora los papeles se habían invertido y era Izana quien se encontraba atado.
-¿Entonces solo me matarás y seguirás con tú papel en Bonten?-se burló el moreno.
-Pareces muy tranquilo para estar en esta situación-arqueó la ceja.
Izana sonrió al darse cuenta de qué lo habían descubierto.
-En realidad si estoy tranquilo-dijo el moreno-porque pasaron por alto algo.
En ese momento la puerta de la habitación se abrió de golpe y un chico delgado y alto entró apuntándole con el arma. Takemichi sabía de quién se trataba pero al momento de querer encararlo sintió un pinchazo en el cuello, su mirada se oscureció y apuntó al recién llegado mientras llevaba su mano a su cuello.
-Baja el arma, Takemichi-advirtió el chico.
-¿Qué me inyectaste Kakucho?
El chico tenía la misma ropa que el camarero sospechoso de hace minutos atrás. Izana frunció el ceño ya que el rubio no lucía sorprendido, parecía como sí hubiera estado esperando a Kakucho.
-¿Lo sabías?-preguntó Izana.
-¿El qué? ¿Qué Kakucho estaba infiltrado en Bonten?-Hanagaki soltó una carcajada-me pareció muy sospechoso el día que trataron de hacerse pasar por nosotros.
Le había parecido muy extraña la actitud de Kakucho ese día puesto parecía que quería ganarse la confianza de él y al siguiente segundo no había rastros de dónde se encontraba por lo que durante ese tiempo lo observaba desde lejos, examinando y estudiando cada movimiento.
-Pero eso no responde mi pregunta, ¿Qué me inyectaste?-cuestionó de nuevo.
Lo que sea que le haya sido inyectado había comenzado a hacerle efecto, comenzaba a sentir un hormigueo en sus manos y pies, era una sensación que no le agradaba.
-No te preocupes, no te matará-respondió Kakucho-es solo un tipo de sedante, hará que sientas tu cuerpo adormecido y hará que no tengas mucho control sobre él.
Mientras decía eso avanzó hacia él, Takemichi al sentirse adormecido retrocedió sin atreverse a hacer un movimiento que le pudiera asegurar su muerte.
Kakucho le quitó el arma de sus manos y a la fuerza lo ató en una de las sillas que había en la habitación, justo como había sido atado momentos atrás.
Se sentía muy relajado, como si hubiera tomado una droga que hiciera que todo su cuerpo se calmara y que todas sus defensas bajaran. Observó a Kakucho desatando a Izana del amarre que le había hecho en la silla.
La situación había dado de nuevo un giro.
La droga no era fuerte, aún podía moverse un poco pero eso no quitaba el hecho que debió haber esperado eso.
-Lamento tratarte de está manera Takemichi-se disculpó en un tono que no podía distinguir si era sarcasmo o era sinceridad-lo digo de verdad, realmente te admiro.
-Lamento que perdieras de nuevo el control de la situación-se disculpó Kakucho esta vez.
El rubio negó con una sonrisa para después comenzar a reírse a carcajadas, realmente disfrutaba de todos los giró que estaban dando estos momentos.
Kakucho e Izana se miraron con el ceño fruncido sin entender por qué reaccionaba de esa manera.
-Me encargaré de ti cuando mate a Mikey-dijo Izana ya cansado.
-Fue un grave error dejar a Mikey sin vigilancia-Takemichi levantó su mirada hacia ellos.
Probablemente era a causa de la droga el que todo le pareciera divertido, no lo sabía con certeza.
-Dejé a diez de mis hombres vigilandolo-respondió Kakucho con seguridad.
-Debiste dejar a mil de tus hombres.
Y justo en ese momento la puerta se abrió de una patada y esta vez quién entró había sido Mikey con un arma, su actitud parecía tranquila hasta que vió a Takemichi detrás de Izana y Kakucho que su mirada se oscureció.
-¿Cómo es qué...?-Kakucho estaba sorprendido.
-Diez hombres no son suficientes para detenerme-bufó el pelinegro apuntándole con la pistola-. Ahora será mejor que sueltes a Takemicchi.
Izana aplaudió cautivado, realmente todos estaban llenos de sorpresa que sentía que era el día más feliz de su vida.
-Parece que planearon todo, ¿No es así?
-Fue fácil descubrirlo-respondió Mikey-sospechabamos que había infiltrados entre nuestros hombres por lo que mandamos a investigar a cada uno-miró a Kakucho-fue muy fácil descubrir que era Kakucho quien estaba infiltrado.
Izana miró a Takemichi, ambos chocaron miradas.
Al parecer Mikey había seguido a cada uno de sus hombres ya que sospechaban que tenían espías entre los suyos pero al único que habían encontrado había sido a Kakucho y no a Takemichi.
En esos momentos Izana tenía el poder de echar a perder todo el plan del rubio.