Las lágrimas impedían ver el camino al salir del elevador.
Caminé a toda velocidad para salir del hotel.
No estaba segura a donde ir, la mejor opción era ir a casa lejos de Rosé.
Sin embargo, la casa ya no se siente como una opción.
Ese ya no es mi hogar.
Con tantas cosas allí.
La gran cama.
Los cuadros.
El aroma.
Los recuerdos..
Tomé mi teléfono para comprar un vuelo de regreso, hasta que escuché una voz familiar.
—¡T/n!
Giré mi rostro.
Rosé venía a toda velocidad.
Negué y me alejé de nuevo.
—¡T/n, detente! ¡Déjame explicar todo, debes escucharme!
—¿Explicar qué, Rosé? —Ella sollozó nerviosa. —Vas a mirarme a los ojos y a explicarme por qué te encontré penetrando a otra chica, ¿eso vas a explicarme? —Reí sarcástica. —No existe una sola razón que justifique eso
—Yo solo... te extrañaba
—¿Y me extrañabas mientras la tenías encima? ¿Me imaginabas a mi o qué?
Asintió. —Lo sé... es que me sentía muy sola
—Pues ahora no debes preocuparte por estar sola porque ya tienes a esa chica que parece que le gusta mucho estar contigo, sin mencionar los cientos de chicas que conocerás en el camino
—¡Pero yo te quiero a ti! —Gritaba entre lágrimas. —Sé que lo arruiné--
—Más que eso —La interrumpí. —Todo lo que siempre quise eres tú, por eso diseñé el anillo para ti, por eso vine aquí
—Aún podemos hacerlo, yo te diré que si o incluso yo misma lo propondré —Suplicó.
—Ya no sucederá eso, no voy a arrodillarme ni a dejar que tú lo hagas para proponerme matrimonio —Negué. —Ya ni siquiera puedo mirarte y menos confiar en ti
Sollozó temblorosa, sentía que el mundo daba vueltas.
—Nunca pensé que llegaría el día que tuviera que cambiar un 'te amo' por un 'Te amé' —La miré con tristeza. —Pensé que te amaría cada día más pero ya no me siento así; estando aquí frente a ti solo veo a alguien que no vale la pena, alguien con quien no puedo pasar el resto de mi vida
Hubo un momento de silencio entre nosotras.
Ella se acercó sollozando.
—No quiero perderte...
—Pues ya lo hiciste —La miré. —Se acabó, volveré a casa y compraré un departamento para mi —Suspiré. —Me quedaré con alguno de mis amigos, para cuando regreses del tour, ya no estaré allí
—Te amo —Sollozó. —Lo siento mucho
—Pues yo no, me mostraste tu verdadero rostro —Ella bajó la mirada. —Por suerte fue antes del matrimonio —Intentó tomar mi mano pero la alejé al instante. —Adiós, Rosé; ten una buena vida
Por mucho que la amo, no puedo perdonarla.
Lo que dije, fue en serio...
No se debe perdonar a alguien infiel.