- Si señor - respondió un hombre, con su voz grave -
- ¿Que va hacer con ella mi señor? - hablo el otro hombre, un poco más alto que el anterior -
- Ya lo veremos, solo quiero tenerla para mí - habló Jimin -
- ¿Tanta obsesión por ella? - otro individuo se presentó, se encontraba en la esquina del sillón de la oficina. Se cruzo de piernas y espero la respuesta del recién nombrado.
- La quiero para mi, desde el primer día que la vi, me pareció una mujer hermosa - sin darse cuenta, su rostro se encontraba una pequeña sonrisa.
- ¿Cuantos años tiene? - preguntó él, un tanto curioso.
- Ella tiene 17 años - su rostro ahora estaba serio. - ¿Para que viniste? - preguntó, mirándolo -
- acomoda su corbata rápidamente - Vine para darte esto - entregándole una serie de papeles -
- Esta bien - resopló - lo firmare después, puedes retirarte Jade - el hace una pequeña reverencia y se retira del lugar, cerrando la puerta.
(...)
Hace semanas, siento como alguien me persigue por todas partes donde vaya, de hecho ayer, había una camioneta negra, parado enfrente de mi casa. Eso me aterroriza.
Trato de no salir tanto a la calle, puede que alguien demente haga algo conmigo, y no quiero eso. Me senté hacer a comer el desayuno que había preparado hace unos minutos. Comienzo a mirar por la ventada que estaba a unos centímetros de mi; para mi suerte, no había nadie.
Iba a comer el ultimo bocado que quedaba en el plato, cuando de sorpresa, alguien toca el timbre, pego un brinco del susto. Me paro de la silla, y me dirijo hacía la puerta.
- ¿Quién es? - pregunté al lado de la puerta; no hubo respuesta.
- ¿Quién es? - insistí, elevando mi voz un poco más. Tampoco hubo respuestas.
Suspiré, pues ya me cansaba que toquen timbre todos los días, creo que son los pequeños vecinos que juegan en la calle. No le dí importancia. Me dí la vuelta, para ir a la mesa, pero algo me detuvo. Escuché un pequeño sonido proveniente abajo de la puerta. Me dí la vuelta, para mí sorpresa, había un pequeño sobre de color blanco que decía "para mi baby".
Esto no lo había dicho, pero, también me mandan sobres con cartas abajo de mi puerta, o sino en mi ventana de mi habitación, al principio pensé que era una broma de mis compañeros de clase, pero después... ya nada era gracioso. Son escritas por un joven que se hace llamar "J". Eso me molesta demasiado. Abrí la puerta bruscamente y contesté...
- ¡Déjame de molestar, no quiero tus estúpidas cartas! - alzo la voz, casi gritando. Los pocos vecinos que estaban afuera, se quedaron viéndome, con rostros confundidos. Como si pensaran que estoy loca.
Me adentré a mi casa, obviamente, tiré a la basura la carta. Me fuí a mi habitación y me tomé un baño. Pues tenía que ir a la escuela.
(...)
Entré a la clase, me senté al lado de mi amiga y ella habló.
- Hola Tn, ¿todo bien? - preguntó preocupada, ella notaba mi rostro serio.
- Pues, otra vez las mismas cartas, Elena, eso ya me asusta - baje mi cabeza -
- De seguro, es una broma que te hacen tus vecinos, no te asustes, no tengas miedo - acarició mi melena - todo va a estar bien - aseguró -
- Gracias amiga, contigo puedo confiar - sonrió levemente -
- Cuenta conmigo cuando sea - sonrió alegremente. Ella es una amiga en las que se puede confiar, es muy agradable y tiene un buen corazón.
- Bueno alumnos, comenzamos la clase - dijo el profesor entrando al salón - les daré las calificaciones del examen anterior - dijo él, con su voz gruesa y su rostro serio.
- Espero aprobemos - susurró Elena en mi oído -
- Eso espero - ansiosa -
- Michael, tienes un 6, tienes que esforzarte un poco mas - dándole su examen al recién nombrado y el asintió tímidamente -
- Sophia, tienes un 8 en tu examen, buen trabajo señorita - contestó -
- Tn, tienes un 9 en tu examen, felicitaciones - sonrió levemente -
- Muchas gracias profesor - sonrió emocionada -
- Y... Elena, tienes un 5, tus respuestas estaban muy mal contestadas, para la próxima estudia un poco - hace una mueca en sus labios y prosigue a darle las calificaciones a los demás compañeros.
Elena se puso un poco triste, pero trate de animarla.
- Ey, no te preocupes, te ayudaré a estudiar, quédate en mi casa - sonrío y la tomo de sus manos delicadamente -
- Gracias Tn, bien, me quedaré, así tu me ayudas a subir mi nota - me abrazó -
- Bien, cuando salgamos de la escuela y lleguemos a mi casa te ayudaré -
Después de tantas horas de clases, por fin finalizó. Con Elena caminamos hacia mi casa, no quedaba tan lejos de aquí. Por suerte, quedaba cerca.
Llegamos y nos adentramos a la casa. Elena se sacó su abrigo y la puso en el perchero, mientras que yo me dirijí a la nevera para tomar un poco de jugo. Mi garganta estaba seca.
- Amiga, no sé como colocar este numero en la ecuación - hizo una mueca en sus labios, mostrando un pequeño hoyuelo en sus mejilla.
- Bien - me acerco hacía ella - lo que tienes que hacer, es bajar éste número, para después resolverlo - le explico -
- Ajá - tratando de entender - ¿Porqué está éste nu... - alguien toca la puerta -
- Yo voy - camino hacían la puerta y abro. No otra vez.
Otra vez había una carta, rodeé mis ojos fastidia. Lo tomo y comienzo a abrirlo. ¿Cómo sabía de ésto?... Pues decía lo siguiente.
_ Hola Tn, hoy me moleste un poco. Ya que tú tiraste el sobre a la basura que te había dejado en la puerta al mediodía. Estoy tan cerca de tenerte.
De "J". ♡
- ¿Cómo sabe que tiré el sobre a la basura hoy? - hablaba en mi mente -
- ¿Tn? ¿Qué tanto tardas? - preguntó Elena, sacándome de mis pensamientos -
- No, nada - cierro la puerta. Mientras que el sobre lo hice a mil pedazos y lo tiré nuevamente a la basura como la otra vez. No me importa que le molestara, no quiero tener cartas escritas por un sujeto completamente demente en mi casa.
- ¿Qué pasó? - dijo ella -
- Nada, me dijo que era un nuevo vecino - sonreí falsamente -
- Ah, bueno - me miró y desvío su mirada, para después ver la hoja de matemáticas.
- Elena - me acerco tímidamente -
- Dime - sin mirarme -
- ¿Puedes quedarte en mi casa ésta noche? - preguntó mirándola con mi rostro nerviosa -
- ¿Tienes miedo? - contestó ella, con cara confundida. Es obvio ¿No? Mi cara lo dice todo. Que te manden cartas un idiota, y encima que sepa mi dirección. Eso da miedo...
- Si - respondí tímida -
- Bueno, me quedaré durmiendo contigo, hasta mañana - sonrió alegre. A ella le encanta dormir conmigo. Siempre nos divertimos, y nos dormimos a las 3 de la madrugada.
Horas después:
- Apaga la luz, tonta - rió Elena. Apague la luz de la habitación y corrí hacia la cama.
- Ahí viene slenderman - tratando de asustarme, y lo logro. Maldita, sabe que soy miedosa.
- ¡Elena, basta! - me tapo rápidamente con las cobijas, hasta mi cabeza. - Idiota - susurré a lo ultimo.
- Solo estaba bromeando - rió a carcajadas. Ella estaba al lado mio, la cama por suerte era de dos plazas, cabían dos personas.
- Pues, no da risa - finjo estar enojada, y ella me abraza. Después de minutos, pudimos conciliar el sueño.
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CONTINUARÁ...