Temblaba, caía y crepitiaba a un fin, a un lugar vacío y hostil.
Felicidad, tristeza, una montaña rusa, un remolino, se formaba en mi interior pues aunque la tormenta amaine y el huracán pase , siempre queda en el interior una pizca de algo indescriptible, algo que la desata de nuevo, lenta y dolorosamente.
Y fingía ser una muñeca de carne y hueso cuando relmente era de porcelana, frágil y fracturada.
Solo tus palabras me salvan como también me hunden, puedes ser mi salvavidas, te daré el mecanismo de mi corazón.Te regalaré mis besos y pensamientos.Y la sonrisa sincera de la que siempre fue una sonrisa rota, pues solo explotan fuegos artificiciales en mi contigo.