» 𝚝𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢 𝚏𝚘𝚞𝚛 «
𝚜𝚘𝚏𝚝
» • 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝 ;
Belos sabía que se arrepentiría de aquello una vez terminada aquella llamada. No sabía ni como ni por qué había ocurrido, ni de donde había surgido aquella necesidad de pasar más tiempo con el hombre, cuando hace a penas días no podía verle sin sentirse irritado. O al menos eso era lo que él creía.
El arrepentimiento volvió a mezclarse con los nervios una vez se halló ante la casa del profesor, un apartamento no demasiado grande pero bastante luminoso. Toco el timbre, y se aparto unos pasos de la puerta, asumiendo que ya no había vuelta atrás. A penas unos segundos después, el cerrojo emitió un leve sonido y esta se abrió, dejando paso a Gabriel. El hombre sonrió nada más verle aunque con expresión cansada.
- Hey, es bueno verte...Pasa - murmuró haciéndose a un lado para que Belos pudiera pasar. Este dudo unos segundos, pero finalmente acompañó al hombre al interior de la estancia, guiándole hacia un pequeño estudio. Este parecía incluso más claro por dentro, acompañado de la luz que entraba por la ventana medio abierta. Podría decirse que el ligero desorden que se apreciaba, de libros apilados en cualquier lugar, utensilios de costura desperdigados por la mesa y telas amontonadas en el respaldo de las sillas incluso parecía formar parte del encanto del sitio. - Siento el desorden, con todo el trabajo me cuesta mantenerlo organizado. - Gabriel rio - ¿Cómo has estado ? ¿ Qué tal el trabajo ?
- Bien, como siempre supongo. - hizo una pequeña pausa, sin saber muy bien como seguir con el hilo de la conversación - ¿ Qué hay de ti ? Te noto algo cansado.
El profesor se quedó un momento en silencio.
- Oh bueno, cosas de la rutina, supongo. Lidiar con niños nunca es tarea fácil. - se excusó restándole importancia.
- Aun así parece que se te da bastante bien. ¿ Llevas mucho tiempo dedicándote a lo mismo?
- ¿ A ser profesor ? Podría decirse que si. Tuve que dejarlo durante un tiempo después de... lo de mi marido. Necesitaba algo de tiempo para mi.- pudo sentir como su voz se hacía algo más tenue al murmurar estas palabras.
- Es comprensible...
- Pero me alegra haberlo retomado ahora. Me gusta mi trabajo, aunque a veces me gustaría que todos los adolescentes con los que trato fueran tan agradables como lo es tu sobrino. - rio, mientras que Belos apartaba la mirada. - ¿ Que tal está el, por cierto?
- Algo mejor, creo. - murmuró, aunque reconocía no tener ni idea de que era lo que pasaba por la cabeza de Hunter. Aquel fin de semana se había hecho incluso más incomodo y largo de lo normal. Si bien empezaba a reconocer que tal vez había actuado mal en varios aspectos seguía sin tener idea de como actuar acorde a lo que estaba sucediendo. Se había alejado tanto de su propio sobrino que ya no sabía como volver a tomar el contacto con él - Está siendo difícil para él.
- No lo dudo... - Gabriel suspiro, sintiendo de nuevo esa sensación de remordimiento que le provocaba recordar las palabras de Odalia.
Tal vez si hubiese estado ahí antes eso no había ocurrido. Y ese chico no tendría que estar sufriendo de nuevo por algo que, otra vez, no era su culpa.
- ¿ Ocurre algo? - la voz de Belos le sobresaltó, haciéndole regresar de sus pensamientos. - Estás... ausente.
- Oh... Es solo el cansancio, no te preocupes. Voy a la cocina ¿ Quieres té o café? - dijo tratando de cambiar el tema.
- Café está bien. Y te acompaño, si no es molestia. - Replicó el contrario, quien había empezado a sospechar de nuevo de su comportamiento. De nuevo, la ausencia de aquella chispa casi coqueta que tenía hacia él había desaparecido, dando lugar a una actitud más abstraída, poco propia del hombre que creía conocer.
Una vez en la cocina, Gabriel puso a calentar el agua en total silencio, todavía sumergido en sus propios pensamientos y reflexiones.
- Hay algo que te preocupa - afirmo entonces el rubio. Esto hizo que el profesor se quedara estático, dejando de hacer lo que sea que estuviera haciendo. Por un momento Belos temió haber dicho algo que le hubiese molestado, pero entonces este se le miró, sonriéndole aún con expresión lastimera.
- Oh...No es nada, en serio. Solo fatiga. - trato de convencerle. Se giró hacia la alacena para agarrar una de las tazas en esta, mientras por dentro hacía su mejor esfuerzo para suprimir el nudo de su garganta. - No he estado durmiendo demasiado últimamente y eso...
- Tiene que ver con algo que paso hoy en la reunión ¿ Verdad ?
Gabriel dejó caer la taza.
- Mierda. - maldijo por lo bajo mientras se agarraba para recoger los trozos de esta de manera descuidada. Belos se aproximó a él para ayudarle, pero se quedó quieto, contemplando la frustración de su contrario, quien miraba fijamente al suelo.
- Te estas lastimando... - murmuró, señalando como el hombre apretaba tan fuerte los pedazos de porcelana en su mano que se habían empezado a formar finas líneas de sangre carmesí escurriéndose por esta. Cuando este se dio cuenta aflojó su agarre, sintiendo ahora el escozor de los cortes.
- Oh... Perdona, no estoy... - empezó diciendo, pero fue interrumpido por la mano del rubio posándose sobre la suya para coger los fragmentos de la ahora despedazada taza. Levantó la vista del suelo, mirando a los ojos azules que ahora se hallaban más cerca que nunca de él.
- Yo me encargo, tranquilo... - murmuró. Gabriel asintió con resignación y se acercó al grifo de la encimera para limpiar el rastro de sangre en su palma. - Lo siento si dije algo fuera de lugar.
- No es eso. Solo me pillaste por sorpresa. Eres algo directo ¿ sabes ? - rio, aunque con algo de amargura aún latente.
- Perdona... No quise ser inoportuno.
- No tienes que disculparte, en serio.
Hubo unos segundos de silencio en los que Belos se atrevió a volver a mirar hacia el profesor.
- Pero, si no te molesta que lo pregunte. Si es cierto que fue por algo de lo que pasó esta mañana ¿ Cierto?
El aludido exhaló un suspiro, mas no dijo nada.
- No te preocupes, de verdad...
- No puedes pretender que yo no me preocupe por lo que te pasa después de que tu hayas insistido tanto en estar tan... pendiente de mi. No sería justo. No soy el mejor consejero, pero al menos dame una oportunidad.
Porque también me importas. Aunque no añadió esa última frase. Quizás por orgullo. Quizás por vergüenza.
Gabriel sonrió con dulzura, provocando que el rubio volviera a encogerse por los nervios. De nuevo le acompañaba aquel extraño sentimiento de vulnerabilidad.
- Tienes razón...
- ¿ Quieres contarme que es lo que pasó ?
Hubo otro pequeño silencio.
- Se que parece una estupidez... Pero no puedo evitar seguir sintiéndome responsable de lo que pasó con Edric y Hunter. Tal vez... si tan solo hubiese llegado un poco antes... No se si podría haberlo evitado, pero al menos podría haber hecho algo más. _ cada vez las palabras se atropellaban más en su mente - Quiero decir... es tu sobrino, y el pobre... no se merece nada de esto.
- Gabriel... - el aludido se volvió hacia Belos, quien a su vez le miraba con seriedad. No una mirada fría o indiferente, como solían ser. Si no compasiva. - Escúchame... No se si esto te sirva de algo, pero nada de lo que paso es tu culpa. Ya te dije que no puedes culpabilizarte de algo que no sabías que iba a pasar, y que por lo tanto tampoco podías evitar. - con delicadeza cogió la mano del contrario, para volver a lavar la herida con más delicadeza. - Es más... Estás haciendo mucho más de lo que crees. Te agradezco todo lo que estás haciendo por Hunter. Sé lo mucho que cuidas de él, y lo mucho que te aprecia.
"Todo lo que yo no fui para él"
Gabriel esbozó una sonrisa de nuevo.
- Gracias... Realmente si que eres bueno dando consejos.- El rubio también sonrió de manera inconsciente. - Y belos, Hunter también te quiere. Me alegra que hayas decidido acercarte algo más a él. Eres su familia y se que sigues significando mucho para él.
El mencionado solo pudo desear que tuviera razón.
- Gracias por tu ayuda. - murmuró bajando la mirada. - Y entre tu y yo, si es Odalia quien mencionó algo al respecto, que no te importe demasiado lo que esa mujer tenga que decir. Puede ser bastante... Cansina, a veces.
El profesor parpadeo un par de veces, perplejo.
- ¿ Como supiste que ella...?
- Lo supuse. Se como es, y no fue precisamente amable contigo aquella noche en el hospital. Por eso no dejes que te afecte lo que sea que haya dicho ¿ Tienes algo con lo que pueda cubrirte esto ? - dijo refiriéndose a los cortes.
- Oh, por supuesto, doctor - rio
.⋆。⋆ ༶ ⋆˙⊹ع˖⁺ ☁⋆ ୭ .⋆༶⋆˙⊹❀☆˖⁺ ☁⋆ .⋆。
Una vez la herida estuvo cubierta, no tardaron en instalarse de nuevo en el pequeño estudio. Gabriel volvió a sumergirse en su trabajo, volviendo a las telas e hilos, mientras que Belos observaba la destreza con la que se desenvolvía en esto, sin saber demasiado bien como ayudar.
- Lo siento si no hay demasiado en lo que pueda ayudarte, realmente no se demasiado bien como funciona todo esto.
- Oh, no te preocupes. - respondió el profesor, concentrado en reparar la vastilla de uno de los vestidos- Te agradezco que estés aquí, si no esto se me haría más pesado.
- Eso parece, aunque se te da bastante bien, por lo que veo.
- No es tan difícil, solo práctica. Aunque puedo enseñarte si quieres. - sonrió levantando la vista de la tarea.
- No creo que tenga tu misma destreza, pero no pierdo nada por intentarlo.
Gabriel se dio por satisfecho, levantándose de la silla para cederle el lugar frente a la máquina de coser a su acompañante. Este se acercó, estudiando la perfección del trabajo hecho hasta el momento que seguía de manera impecable una línea recta de costuras trazadas a través del satén.
- Dame un minuto. - murmuró el profesor, para que acto seguido Belos sintiera como este le retiraba con suavidad los mechones rubios que caían desordenados, dificultándole la visión. Sus manos le acariciaban la nuca a medida que seccionaba el cabello, trenzándolo con habilidad.
- Tienes el pelo muy suave. - comentó Gabriel mientras seguía su labor con cuidado. El aludido no respondió. Se mantuvo estático durante todo el proceso, demasiado nervioso como para tan siquiera moverse. - Listo - murmuró una vez hubo terminado, resultando en una bonita trenza de espiga.
- Uhm... Gracias. - susurró, todavía atrapado en la sensación de los dedos del contrario acariciando su cuello. ¿ Desde cuando tenía las manos tan suaves ?
- No es nada, te queda linda. - el hombre sonrió, inclinándose más sobre él. Belos dio un respingo al sentir el rostro del moreno a escasos centímetros del suyo, tan cerca que podía oler su fragancia, tanto que podía sentir su respiración rozándole los labios.
Fue en ese momento cuando el arrepentimiento de hace unas horas volvió a invadirle.
Sabía que aquel recuerdo estaba destinado a quedarse grapado en su memoria, y sin duda alguna sería algo que le daría que pensar aquella noche cuando fuera a dormir.
.⋆。⋆ ༶ ⋆˙⊹ع˖⁺ ☁⋆ ୭ .⋆༶⋆˙⊹❀☆˖⁺ ☁⋆ .⋆。
N/a:
Capitulo un poquito corto porque el autor esta troste.
Anyways, entramos en la ✨ tensión ✨
Y si.
Tenia hartas ganas de meter lo de la trenza HSJSHDJDH
Also, si me ven actualizar varias veces la semana que viene es porque estaré de vacaciones y tendré mas tiempo sisi.
Espero que les haya gustado, besis de fresis