Solo sentía desesperación, el echo de que no se callaban y solo me asustaban haciendo que entrara en crisis me desesperaba.
- Callense- dije en susurros mientras lágrimas salían de mis mejillas- Callense- grite con todas mis fuerzas -
Todo había caído en completo silencio, los llantos ya no se escuchaban. Abrí mis ojos poco a poco, todo seguía en negro, a lo lejos pude distinguir un pequeño faro que alumbraba a un radio de dos metros, me pare de el suelo y camine a el, su luz era fría, tan fría como el hielo. Pase mis dedos por el faro, estaba frío, al instante un sendero apareció y a sus costados estaba alumbrado. Lo vi insegura pero camine por este, a los costados comenzaron recuerdos, pero estos recuerdos no eran míos estaba segura nunca había vivido algo así. La de los recuerdos era la misma que había matado al niño de hace unos momentos, por mi cuerpo paso un escalofrío para luego voltear, era la chica encapuchada, caminaba como si nada hasta que paro justo en frente de dos personas un científico y una señora de traje negro, el científico hablo.
- Lo hiciste muy bien experimento 3-2-5- hablo como si estuviera orgulloso-
Pude notar las manchas de sangre que abundaban el traje de la chica y sus manos había resto de sangre, la chica solo asintió ante las palabras del científico. A los segundos sus miradas de los tres calleron en mi, la chica tenía la mirada que helaba, esos ojos los reconocía.
De un momento a otro el piso se había abierto haciendo que callera. Al caer y tocar el piso me sentía extraña, en mis manos había una catana, quite el cubre bocas que portaba y la capucha, traía el mismo traje que la chica que mato al niño. A mis pies estaba agonizando una persona, estaba perdiendo sangre y bajo ella había un charco de sangre, su sangre.
- Ay no, no, No- dije mientras me ponía en cuclillas para tomar su cabeza en mis manos- ay No-
Mis manos se mancharon de su sangre y sus ojos me miraban fijamente ya sin vida, estaba muerta la persona, deje su cabeza en el piso para ver mis manos , su sangre estaba en mis manos y traje, me pare de golpe, tras de mi choque con algo, un espejo, me vi en el y ahí descubrí, era yo la chica que mato al pequeño niño, retrocedí con miedo, miedo de mi misma, como pude haberlo echo sin sentir remordimiento. Me senté en una orilla escondiendo mi cabeza en mis rodillas mientras me repetía a mi misma que era un sueño y nada fue verdad pero lo único que se escuchaba era "asesina", se escuchaba como una multitud lo gritaba con coraje.
- No!- dije mientras me sentaba de golpe en mi cama, todo había sido un sueño y nada más -
Mi corazón iba al mil por hora y mi respiración era rápida, cómo si hubiera corrido un maratón en menos de un minuto, gotas de sudor caían por mi frente y una que otra lágrima salía de mis ojos. Este sueño era raro...
CONTINUARA...
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