Las clases ya habían terminado y Louis buscaba a Liam con la mirada. Se acomodó los lentes y a los lejos pudo ver a su amigo rodeado de chicas.
Negó con la cabeza divertido. El ojimiel si había cumplido con lo que había dicho.
Liam solo ignoraban a las putas que le querían coquetear, se había olvidado que vestirse como antes atraía zorras.
–Aléjense de él –escucho una voz.
Se dio la vuelta viendo a Zayn con una ceja alzada. Todas las chicas bufaron y se fueron maldiciendo a su paso.
–No quiero que todas las perras andén detrás de ti –el pelinegro se cruzó de brazos.
Liam solo sonrió, besándolo.
–Iugh.
Ambos se separaron viendo a Louis que tenía cara de asco.
–¿Nos vamos, Liam? –Louis pregunto.
Liam jugueteo con su piercing del labio.
–Zayn me invito a salir –sonrió tímido.
–¿Alguien hablo de salir? –una voz ronca interrumpió.
Los tres miraron a Harry quien estaba con sus manos en los bolsillos.
–Bueno hablando de eso –prosiguió–. Louis ¿Te gustaría tener una cita conmigo?
Harry se rasco la nuca nervioso, él nunca le había pedido a alguien de esa manera que salieran con él.
Liam y Zayn también prestaron atención a la respuesta.
Louis miro de arriba abajo al chico alto y le sonrió con sorna.
–No, no quiero. Adiós.
Y se fue. Dejando a Harry con la palabra en la boca.
–Tranquilo, amigo –Zayn poso su mano en su hombro–. No puedes pedirle que cambie de un día para otro.
–Zayn tiene razón –Liam aporto–. Louis es muy cabezota. Antes en la otra universidad, tuvo muy mala racha con las citas. No tienes por qué perder las esperanzas.
Y así era. Harry lo seguiría intentando.