Oven
—¿Tú estás seguro de esto? —le digo al alfa cabezón que me ha tocado.
Me lleva de la mano casi arrastrándome, vale que dos días ahí encerrado no es gusto de nadie. Pero yo lo veía seguro, qué quieres que te diga.
Hammer ha salido, ha entrado, ha gruñido, ha vuelto a salir, he visto al otro alfa, al que huele a lluvia, y tenía una cara... mira, yo esto no lo veo.
Pero estamos yendo a la zona del comedor, y es que este loco quiere que comamos con el resto de la manada.
Yo solo veo gamma linchado.
Pero de momento, nadie nos ha parado, ni nos persiguen con antorchas.
De momento, que aún es de día.
Cuando pasamos el umbral del enorme comedor donde alfas y betas vienen, me doy cuenta de que yo por esa puerta no he entrado en mi vida.
Yo voy por atrás, por la de los gammas, y las cosas se ven de un modo distinto, no sé yo decir si de un modo bueno o malo.
Hay algunos miembros de la manada ya sentados, y algún gamma sirviendo la comida. Todos se quedan callados y mirándonos entrar.
Hammer me lleva tan pegado a su cadera que voy a convertirme en su tercera pierna. Al otro lado tengo a Axe, el Segundo, y detrás de él una serie de alfas que no conozco, tampoco es que yo conozca a todos los alfas de la manada.
Como su tercera pierna me lleva hasta la zona donde suelen sentarse ellos, y ¡hala!, allí estoy, rodeado de enormes alfas que apestan a ansiedad.
¿Esperan que coma así?
Hombre, a mí el hambre se me ha quitado de golpe.
Pero Hammer me pone un plato por delante y gruñe.
—Come.
Vamos a ver, que no ha parado de decirme que me quiere, ¿y me habla así?
Estoy por mandarle a la mierda, pero teniendo en cuenta lo que estamos haciendo, mejor no joderle por mi lado.
Tomo una cuchara, y remuevo mi sopa, no va a desaparecer porque haga un remolino, pero Hammer parece conforme.
Miro a todos disimuladamente, bueno, en realidad, no soy nada disimulado, algunos betas están con la boca abierta.
Pero lo que me llama la atención son las cabecitas que se asoman por detrás de los mostradores, los gammas tampoco se quieren perder el show.
Normal, no es por nada, esto es único, y no te digo yo que no vaya a ser la última vez que me vean.
Veo sus sonrisas, y su cara de orgullo, como si yo hubiera hecho algo loable por una vez en mi vida.
Y estoy entre molestarme y levantarme, o saludar al público, pero lo que hago es comerme la sopa que han hecho mis compañeros y decir en voz alta lo buena que está.
Los alfas a mi alrededor me imitan y dicen que está muy buena, los gammas se retiran porque están a punto de colapsarles las cabezas del gusto.
Casta predecible la mía, la verdad.
Estoy casi cómodo ahora, la gente sigue mirándonos, cuchicheando, pero Hammer me tiene bien sujeto por la cadera, casi incrustándome en la suya mientras come. Yo sé que lo que quiere es subirme a su regazo y que coma ahí, pero hasta él se da cuenta de que es excesivo para el momento.
El ambiente, que no es que se hubiera relajado del todo cambia cuando entran Dagger, Blue y Honey.
Dagger nos mira fulminándonos con la mirada, pero es la reacción de Blue la más llamativa, evitando el contacto con su alfa.
Problemas en el paraíso.
En otro momento hasta me reiría y me regocijaría, pero qué quieres que te diga, le tengo apreció al bollito preñado, y si está enfadado con su alfa, es que este es un capullo, y punto.
Me cuesta mirar al otro, a Honey, es jodidamente bonito pero se ve muy triste.
Y yo tengo la culpa, bueno, en realidad, la culpa la tiene la Diosa y sus tonterías, pero oye, es que este alfa me ha elegido a mí, ¿qué quieres que yo le haga?
Pero después de un rato todo parece volver a la normalidad, es decir, Hammer me quiere fagocitar a su cuerpo, y todo apesta a alfa en tensión.
Lo normal, ya sabes.
Hammer
La idea ni siquiera ha sido mía, sino de Axe.
Me ha costado más de dos días, pero tiene razón, si no nos exponemos no vamos a ver el resultado de nuestra decisión. No puedo esconderme.
Pero que yo voy a estar donde esté este gamma del demonio, lo saben ya todos, queda muy claro que lo he elegido y que es mi pareja.
Lo quiero subir a mi regazo y protegerlo con mi cuerpo. Pero una mirada de Axe me retiene.
Miro a lo alfas sentados a nuestra mesa, Bow, Spear, Arrow y Aze, junto a Axe y a mí.
Estos son mis apoyos.
Y me parece bien, ya son más de los que esperaba tener.
Pero lo que ocurra en los próximos días será lo que determine todo, estar encerrados ya no es una opción, si al final soy repudiado, nos iremos; pero si existe una posibilidad de que podamos seguir formando parte de la manada, resistiré.
Es mucho más seguro para Oven que podamos quedarnos, más si algo más que una horda está amenazando fuera de nuestro territorio como dice Axe.
Dagger tiene sus ojos clavados en nosotros, pero hasta yo me he dado cuenta de la incomodidad de Blue, y eso sí que es extraño, nunca había visto a un omega enfadado, aunque también es verdad que nunca habíamos tenido omegas en la manada, y desde que Blue llegara todo era felicidad.
El otro omega, es otro cantar, parece completamente deprimido. No tengo nada en contra de él, y en otro momento, me hubiera sentido dichoso, seguro.
Pero ahora...
Aprieto más a Oven a mi lado, y él bufa molesto, pero se deja hacer.
Le miro hacia abajo, ¿en qué momento pensé que podría renunciar a él?
Alfa estúpido, tú ya estabas vendido, me digo a mí mismo.
Pero un pequeño aguijón que llevo clavado estos días me inocula de nuevo su veneno.
Desde que le dije que le quería, no he parado de hacerlo, pero Oven no ha dicho nada, no ha repetido las mismas palabras, solo se pega a mí, me busca y se la pasa viviendo contra mi cuerpo, pero no suelta ni una palabra.
No debería sorprenderme, esta pequeña criatura solo sabe insultar y blasfemar, pero ¿puede que no sienta lo mismo que yo?
He sido quizás demasiado prepotente al pensar que si yo le quiero, él también me quiere a mí. Más allá de la necesidad que ambos obviamente tenemos.
¿Me quieres? Estoy tentando de preguntarle muchas veces, pero ¿y si la respuesta no es la que espero después de este show que estamos montando?
Esto del amor es una locura, porque estoy casi seguro de que me dará igual, que le mantendría a mi lado aunque solo fuera una pequeña concesión por su parte.
Me caza mirándole, y hace algo que me calma, me acaricia la mano que tengo alrededor de su vientre.
Y son esos gestos, y nos sus palabras, con los que siempre me quedo, tienen que valer.
Como en un acuerdo tácito, el comedor es zona neutral, pero cuando salimos comenzamos a recibir las primeras reacciones sinceras.
El escupitajo que mancha mis botas ha sido lanzado por uno de los alfas a los que yo he dirigido en tantas ocasiones.
Aze recibe un empujón, y esas van a ser las primeras muestras del descontento por parte de los alfas.
Lo que vamos a tener que ver es si escala hasta el punto en el que alguien me rete a una pelea.
Estoy casi seguro de que solo hay dos personas que podrían derrotarme, una es Dagger, y la otra es Saw.
Pero si comienzan a retarme uno detrás de otro, acabaré herido, cansado y entonces sí me vencerán.
Le he pedido a Axe que si llega a pasarme algo, proteja a Oven, que lo lleve con la manada de Blue, a Sweet Watter, y que no diga quién es, será lo mejor para él.
Mi Segundo, mi amigo, me lo ha prometido por su vida, y sé que él me es completamente fiel y cumplirá con su promesa.
Beso la cabeza de mi gamma mientras duerme esta noche.
—Te quiero —digo sabiendo que no voy a recibir ninguna respuesta, ni aunque estuviera despierto, pero Oven se remueve buscando más contacto con mi piel y suspirando de alivio en sueños.
Me vale, definitivamente me vale.
Nos leemos.
Besos
Sara