-dile...dile a baji...
Mierda-no podía decirlo, le costaba mucho.
Tomó aire e intentó limpiar su garganta.
-Dile a baji...que me espere para jugar...
Volteo a todos lados intentando no ver a su hermana menor. Era más difíciles de lo que pensó.
-Y...no te preocupes...yo...-se tapó su garganta
¡Carajo!-se insultó así mismo. Era muy difícil, no dejaba de llorar y su garganta se tapaba cada que quería decir algo.
-senju...no te preocupes...y-yo estaré del lado de la puerta...esperando verte...
Abrazo a su hermana con mucha fuerza, no podía ver su rostro.
-...regresaré a casa...regresé con...takeomi...y...y contigo.
Intentó sonar lo más tranquilo pero su voz lo delataba, su voz estaba ronca y sus ojos hinchados.
En sus planes jamás llegó a imaginar que estaría llorando la muerte de su hermana, pero ahí estaba, llorando esperando a que alguien los viera y lo ayudarán.
No se lo imaginó pero la forma de ver a su hermana cambió por completo en unos minutos y ahora se arrepentía de todo. Ya no quería verla muerta.
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Ya no quería...