Enzo Vitale |Vitale 1|

By DoralisaTorres

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¿Qué harías si tu chica del servicio te propone matrimonio? La respuesta la sabrás con Enzo Vitale en esta... More

|Epígrafe|
|Sinopsis|
|Personajes|
|Prólogo|
|Capítulo 2|
|Capítulo 3|
|Capítulo 4|
|Capítulo 5|
|Capítulo 6|
|Capítulo 7|
|Capítulo 8|
|Capítulo 9|
|Capítulo 10|
|Capítulo 11|
|Capítulo 12|
|Capítulo 13|
|Capítulo 14|
|Capítulo 15|
|Capítulo 16|
|Capítulo 17|
|Capítulo 18|
|Capítulo 19|

|Capítulo 1|

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By DoralisaTorres


Marie Harrison

Vuela el tiempo, es increíble como paso en un pestañar. Cuyo período de 1 año 6 meses, fue difícil para mí, a pesar de la ayuda de mi amiga Alicia, tuve muchos esfuerzos por delante, sacar mi embarazo a flote fue arduo, conseguir un trabajo en mi condición de gestación se convirtió en una batalla, adaptarme a convivir sin mi única familia fue duro. Ese lapso aprendí a refugiarme en la pequeña criatura de mi vientre, debido a los tortuosos recuerdos de todo lo perdido por estúpida, eso sí, no derroche una lagrima a causa de ello.

Aquella hermosa pelinegra osada se volvió mi apoyo luego de rescatarme del parque, eso no me aproveche de su bondad, como lo prometió me busco un trabajo de medio tiempo, cuyo empleo consistía atender en una cafetería promedio, con la poca parte del salario que obtenía, le remunera su hospedaje. Hizo siempre acto de presencia en mis chequeos médicos, juntas nos conocidos mutuamente durante mi dulce espera, Alicia era una buena chica, eso sí se porta atrevida, trabajaba en un pent-house como chica del servicio, antes era en una mansión, pero los señores de la casa la trasfieren con su hijo, Alicia es sola, tiene familia, pero es otro asunto delicado referente a ella.

Mi embarazo evoluciono con normalidad, sin contra tiempos, más fueron mareos y nauseas, sin embargo, en mi séptimo mes de maternidad fui despedida de la cafetería, alegaron falta de presupuesto para mantener varios empleados, no hubo opción me quede varada nuevamente. Me tocaba quedarme en soledad Alicia trabajaba todo el día, pero llamaba constantemente en el transcurso del día, a saber, si me encontraba bien o solicitaba de algo, siempre tan bondosa conmigo. Mi bebé nació una tarde lluviosa, lo bueno era que Alicia tenía libertad del trabajo ese día, con lluvia vino mi pequeño Matteo, la iluminación de mi corazón, mi ancla de salir adelante, mi vida entera se volvió esa cosita tan frágil y tierna.

Permanecí 1 mes y medio después del nacimiento de Matteo confinada, al transcurrir ese período por fin conseguí trabajo, Alicia por medio de su jefe colaboro en conseguí el empleo, le agradezco infinito a mi hermosa Alicia, también indirectamente a su jefe. Trabajo como sirvienta, aquello no me molesta o pienso es una maldición conseguir el mismo oficio, no envolverme a con ello permanentemente en algún momento de mi existencia persiguiere mi sueño, mi hijo ni la decadencia de ingresos monetarios serán un obstáculo, mejor son un impulso, en especial mi pequeño Matteo.

En otra cuestión, no he sabido nada de Dereck, bueno no del todo, sin querer me entere se casó, fue 3 meses de nuestro último desagradable encuentro. Dereck se evaporo de mi corazón, hice una purificación de mis sentimientos de enamoramiento, ya no tiene valor su nombre en mi vida. Ni por ser el padre de mi hijo siento algún vínculo con él. Su jueguitos produjeron muchos daños en mí.

Sacudo de mi mente sus recuerdos, no valen la pena memorar lo que jama tuvo un significado especial genuino.

Despejo mis pensamiento, centrándome en atar la coleta en mi cabellera rubia, aliso con mis palmas mi uniforme, un último vistazo a mi vestimenta habitual salgo de mi habitación, con la dirección a la de Matteo. Sonrió llegando a la cuna de mi pequeño, me recibe con sus preciosos ojos azules bien abiertos, en vista de que esta despierto hace buen rato, lo cargo llenándolo de múltiples besos en sus mejillas regordetas, lo mimo como de costumbre. Proceso a darle un baño luego de sus mimos matutinos, una vez limpio y cambiado, salgo con Matteo de su pequeño cuarto, arribamos a la cocina, donde Alicia pica sandia junto con melones.

—Bueno días, Ali —dejo en beso en su mejilla, se vuelve a quitarme a Matteo dejando de lado su actividad de cortar.

—Buen día, Mari. ¿Cómo amaneció la cosita preciosa de la casa? —sonrió con ternura en el instante, Alicia ama a mi bebé muchísimo, aquello pone en pecho una bella sensación, es una ironía como alguien no consanguíneo brinda amor por doquier a mi pequeño, en cierto modo es triste, puesto los extraños no tienen una obligación de querer a quien no le nazca, no obstante, la vida es así de paradójica.

—De maravilla, hasta mejor que nosotras...

—No contradigo verdades —procedo a cortar la fruta que abandono Ali por juguetear con Matteo —por cierto, Marie, el portero me comento que en estas semanas ha visto hombre circulando cerca de nuestro departamento —me vuelvo con Alicia, con mi rostro entre preocupado e interrogante.

—¿Te dijo más detalles de supuesto extraño? —niega.

—Tengamos cuidado, sobre todo por Matteo —me queda cuestionándome quien puede ser, bueno en si tengo una leve sospecha, la cual desecho. Decido no alarmarme de momento, con calma indagare del asunto.

Termino de cortar la fruta, Alicia deja a Matteo en su silla para terminar de preparar el restante desayuno, de mi parte le hago su biberón a mi bebé. Termino la rutina primera rutina de mi inicio de la mañana sin contratiempo.

—Marie, se me hace tarde me debo ir. ¿Regresas temprano?

—No lo creo —digo mientras arrullo a mi cielo —mi jefe por fin vendrá hoy, lo probable requiera de mis servicios durante todo el día o hasta que me avise, por su recién llegada —hoy supongo vere en persona a mi jefe Enzo Vitale, uno empresario joven de decendencia italiana, con un excelente promedio en los negocioso siendo joven, creo que va de los 25 a 27 de edad. Hasta el instante solo hemos conversado por teléfono, por hoy solo limpiaba y ordenaba su departamento.

—¿Cómo le harás con Matteo? —suspiro.

—Cuando lo busque en la guardería me lo llevare, espero no se enoje mi jefe y me despida por atrevida...sin embargo opciones no cargos, la alternativa seria que lo cuidaras tú, pero hoy estarás ocupada —fue una irresponsabilidad descuidarme con aquello, medio me justifico alegando que soy en demasiada desconfiada desde que nació Matteo. Al elegir la guardería, un suplicio por mi desconfianza, en los primeros días me proporcionado ansiedad no saber del estado de mi cielo, con el paso de las semanas me calme un tanto, debido a que Alicia para que esfumara mi angustia nos adentrándonos cuan ninja en las instalaciones, con ello obtuve la tranquila necesaria así me concentraba en mi trabajo.

Sin mi pequeño cielo me convertiría en una completa desquitada, Matteo es mi mente, corazón y alma.

Dejo un beso profundo en su frente.

—Con placer me quedaría con mi cosita linda... —rosa sus mejillas, provocado en Matteo una leve sonrisa preciosa —ni modo, ya entre ambas nos encargamos de buscar una niñera adecuada, descuida ella pasara por mi sala de interrogatorios tipo NCIS, además de múltiples referencias diferentes—suelto una risa.

—Perfecto, vamos o se nos hará tarde ... —fuera del departamento procedemos pedimos un taxi, dejamos a Matteo en su guardería, posteriormente de llenarlo de muchos besos por fin cada una se destinó a su empleo correspondiente.

Descendiendo del taxi una vez pagada mi ruta, me adentro con mi copia de la llave al pent-house, como de costumbre no puede evitar extasiar mis orbes azules con la belleza del lugar, con estilo industriar, decorado al estilo minimalista, los matices que añaden morbidez son blanco, gris y negro.

Todo grita pulcritud y ostentosidad. Unos de anhelos frustrados por decirlo de algún modo es tener una casa de este estilo, no me desanimo con ese sueño porque no me he muerto aun, por ellos cumpliré muchos de mis anhelos los cuales veía resguardados en un baúl en las penumbras al descubrir mi embarazo, no obstante, al instante en que mi cielo ilumino mi vida mi voluntad de cumplir mis metas regreso cuan resplandor sobre mi baúl casi olvidado, por él y por mi consumiré propósitos.

Pongo a un lado mis pensamientos sobre mis objetivos, procedo a poner en marcha mi trabajo.

***

Son alrededor de las 10:12 A.M, por lo que decido ir a realizar unas compras para el almuerzo de recibimiento que le ofreceré al jefe, ni idea del porque el interés dar buena impresión a mi desconocido jefe. Con una bolsa reciclable emprendo el camino a el supermercado.

Determino ir a pie, no queda a una gran distancia considerable, por ello no me cansare, al regresar abordo un taxi eso si no pesa en demasiada mi futura compra.

Estaciono mi andar cuando un semáforo se situar en rojo, paciente espero los minutos corran.

—Marie... —ese llamado de mi nombre por aquella voz altera mis nervios, en el proceso se me seca la boca con un sabor amargo en mi paladar. Más estática de la cuenta de hace unos segundos quedo. Reaccionado volteo brevemente confirmando si cabía una dura de quien era —Marie —gracias al cielo el semáforo cambia, cruzo trotando la calle, escuchando el clamor de mi nombre con insistencia.

Ante de llegar al rumbo el cual me desviaría toman mi brazo.

—¡Suéltame! —grito enérgica —¡no te atrevas a tocarme, mucho menos seguirme, infeliz!

No lo creo aun teniendo frente de mí. El hombre que una vez "ame" ahora odio con igual intensidad.

—Tranquila —levanta sus manos —te he estado buscando, necesitamos hablar —blanqueo los ojos con irritación.

—Tú y yo, no hablaremos nada, nuestra conversación finalizo tiempo atrás, permiso —prosigo mi camino. Cuál es la maldición que me persigue para que el maldito de Dereck aparezca calmado como si nada, como que nuestro último encuentro no me rompió el pesado y aniquilo con sus erráticas palabras mi amor por él, mis nervios subieron de nivelas debido a que supuse su repentina manifestación, esto no es un augurio propicio.

—Es urgente, escúchame será rápido —se cruza en mi camino, juro estoy tentada a gritar como trastornada para ahuyentar a este fastidioso de mí.

—¡Fuera de mi camino! O grito con más fuerza, entiende el significado de no quiero escucharte.

—Marie —agarra el puente de su nariz el señal de estar a punto de estallar de molestia, conozco ese gesto, pero simplemente no me interesa, él no se atrevería a pegarme ¿no? —me estas irritando —dice en gruñido.

—Fíjate que es mutuo, primera vez en tener un sentimiento en conjunto —indico irónica.

—Eres demasiado orgullosa, bájale de decibeles a tu rencor y conversemos será rápido, no tomara mucho tiempo —vuelvo a darme la vuelta, pero como soy Marie la de la suerte de mierda, Dereck otra vez frena mi andar cogiéndome del brazo, esta vez suelto la bolsa y lo empujo con todas mis fuerza, provocando que casi colisione con una pared tras de él.

—¡Déjame en paz! Entiende no me apetece escucharte, necio. Vete atender a tu esposa, ¡no acudas detrás de mí! —recojo la bolsa.

—Vas a llamar la atención innecesaria, parece una loca, deja de gritar como tal —es obvio se iba reunir la gente, sin embargo, no evitare gritarle con tal de sacarme de encima.

—Poco me importa, no soy la que anda detrás de alguien como un acosador, no te quiero ver cerca nuevamente de mí, no respondo, Derek. La chica la cual obedecías si chasqueabas los dedos se esfumo —retomo nuevamente mi camino con más prisa, dejándolo parado inexpresivo, asegurada de que no me siguió, reclino mi cuerpo en una pared suspirando con vigor. ¿Ahora que busca Dereck? Debo tener precaución su aparición presenta un aura de problemas, sobre todo deber estar a miles de kilómetros de mi hijo. Tiento mi pecho percibiendo mi corazón retumbar de adrenalina, ver de nuevo a Dereck me afecto no puede mentirme con ello, no obstante mi estomago no danzo de alegría como era tiempo atrás, mi piernas no se tambalearon, y mi corazón no bombeo con esa enorme fuerza invisible que provoca miles de emociones positiva, logre erradicar ese amor que jamás debió existir, supongo solo quedan las secuelas de aquel enamoramiento, unas las cuales pronto las eliminare para siempre, para Dereck mi único sentimiento es el desprecio, además ni eso debería sentir por él.

Recompongo mi postura, Dereck no afectara mi jornada, suficiente que por su culpa voy atrasada.

Llego a fin al super, procedo a ejecutar mi compra.

Por fin regreso con los requerido del supermercado, la hora va avanzando rápido.

Termino de beber una botella de agua, deposito el envase en un bote de basura cercano, verifico sin evitarlo el camino, Dereck deposito nervios en mi cuerpo, no creo tranquilizarme hoy. Dereck es obstinado, no descansara así de fácil por mis insultos o gritos. Recuerdo lo manipulador que fue para persuadirme de tener una "relación", recuerdo toda su manipulación bien estructura en la que caí como estúpida, alta supuesta relación clandestina toxica viví, pero ahora logre ver la falsedad de sus palabras pasadas que me derretían o me decía cuando indirectamente me ofendía.

Sacudo mi mente, evocar memoria dañinas no me concebirá bien justo en este instante.

Suspiro de alivio al encontrar la vía para el paso peatonal, los atrasos de los minutos del semáforo me los escatimare, culminando de cruzar la calle un auto frena a escasos centímetros de mi cuerpo, respingo callándome en el duro concreto con el corazón desbocando del espanto, logro sostener la bolsa de suerte, a los breves segundos se abre la puerta del copiloto, un sujeto corpulento me levanta por el brazo sin darme tiempo de procesar nada, forcejeo, pero es en vano no consigo , sin vacilaciones valiéndole un carajo mis duras luchas abre la puerta trasera lanzándome sin esfuerzo como una muñeca de trapo, cierra de golpe la puerta, intento salir, no obstante unos brazos me detienen, por desgracias se de quine procede aquel agarre.

Me lleva el demonio con todo infierno, no puede ser.

—¡Suéltame desgraciado! —me volteo a enfrentarlo, de una mordida en su ante brazo logro que me desenganche, gruñe blasfemando mi nombre, eso me interesa muy poco—giro otra vez abril la puerta del maldito auto, sin embargo, la mala suerte se significa mi nombre, tiene seguro mi escape.

—¡Ordénale a tu matón que me abra!

—A mi no me das órdenes —gruñe jalándome de mi coleta, chillo del dolor mezclado con la impresión, suelto la bolsa de las compras que aferraba con vigor, para pellizcar los dedos de Dereck, pero eso es en vano.

—Te vas a calmar —gruñe enojado, jala con más fuerza mi pelo, dominando mi cabeza, dejando mi vista nublad al frente, mis intentos de quitar su mano fallan, las lagrimas surcan de mis ojos como un rio, pequeños sollozos empujan de mi pecho —hablaremos por las malas... ya que a la manera amable decidiste rechazarla, tu obstinación te trajo a esto —suelta de mala mi pelo, controlo mi sollozos —Herson, arranca... —limpio mis lágrimas, no lo volteo a ver, menos intento salir seria en inútil.

Dereck me sorprende, no supuse con certeza que se atrevería maltratarme, su verdadera naturaleza no teme ocultarla delante de mío. Permanezco callada mirando por la ventana, mientras avanza el camino incierto. Pasados unos minutos eternos con el silencio que no ayudaba, de hecho, mejor así, se detiene el motor del vehículo, el sujeto baja, dándonos privacidad.

—Vez no era difícil, obviando el cómo me hiciste traerte...

—Ve al grano sin rodeos, algunas personas tenemos trabajos, no todo somo jóvenes ricos malcriados parásitos —lanzo con rabia esa oración... o mejor le pongo freno a mi boca, ya fui testigo de los arranques de ira de Dereck que jamás había visto en su esplendor de furia.

Tenso mi cuerpo cuando acaricia mi pelo... trago saliva esperando un nuevo ataque de su parte, por inercia vuelco a verlo, solo está sonriendo sin gracia.

—Por bien de ambos ignoraré lo acabado de escuchar —carraspea —se denota de que sigues como una simple empleada de limpieza, por lo menos me supuse ibas a escalar un poco tu nivel de trabajos corrientes —una pulsada de dolor abarca mi pecho, no puedo evitar sentirme mal con sus agrias palabras, quiero bajar mi rostros, pero no le brindo la satisfacción, con gusto fingiere que sus humillantes frases no colaron un efecto negativo en mí.

—El empleo que porte o no, no es tu incumbencia, metete en los asuntos de tu esposa, para ello tienes una...

—Veo que los meses de gestación te desbloquearon el modo valiente... —ríe, y quiero golpearlo —debo admitir tienes cierta razón, pero me importa porque tememos un hi... —lo corto.

—No te atreves a decirlo —gruño molesta.

—Pues me atrevo, es mi hijo y exijo derecho sobre —quedo perpleja de indignación, como se atreve con sus cinismo a comentar abiertamente esa oración que le queda muy enorme.

—¿Disculpa? De mi hijo —enfatizo con agudeza hijo —no tienes ni el derecho de nombrarlo como tal, deberías haberte olvidado del "error" —le recuerdo sus ofensas de esa vez.

—Marie borra lo de aquella vez, eso es pasado.

—Fíjate no olvido nada, además deja de rellanar la plática dime lo que vayas a decir de una vez, no tengo tu tiempo —me esta dando asco estar en este espacio encerrada con él, la hiriente conversación del día que le confese mi embarazo resuena en mi cabeza, sumándole potencia al odio que le siento a este hombre cínico.

Bufa y procede hablar —Corina no puede tener hijos...

—¿Y qué culpa tengo? —pliego mi ceño.

—Puedes no interrumpir... por ese motivo le converse de que tengo un hijo contigo, ya que pronto me nombrar presidente de la empresa, pero mi padre quiere que ya tenga un hijo preferiblemente varón como requisito, luego de ello le dije el secreto a mi familia, entre todos nos pusimos de acuerdo y queremos a Matteo con nosotros, para que Corina sea su madre, por tu parte te recompensaremos con la cantidad que pidas sin problemas, de esa manera todos ganan.

Mis ojos de quieren salir de su lugar, quedo con la mandíbula en el suelo, todo lo expresa sin anestesia por Dereck produce un coctel de dolor, colera, recelo entre demás emociones negativas. Me pican los ojos, no obstante, me almaceno mis lágrimas.

Incrusto con fuerza una bófeta a Dereck.

—¡Basta de lastimarme! acaso no te fastidias, ¡cómo te atreves hijo de puta a decirme tal barbaridad!

—¡Te calmas! —exclamas intentándome zarandear, lo empujo con todo el vigor de mi enojo, logrando que se golpe en la frente.

—¡No me calmo! ¡Haz lo que te plazca! —verifico que el seguro no este puesto y salgo. Siento que el aire me falta, sostengo mi pecho llenando mis pulmones de oxígeno ¿Cómo es capaz de plantear algo tan ruin? Para mi un disparo hubiera dolido menos. Una vida sin mi pequeño cielo no la veo, prefieren antes que me maten.

Escuchar pretenden quitarme a mi hijo es una cuchillada a una herida abierta.

Duele mucho, solo yo que soy su madre entiende el profundo dolor de pensar perder a un hijo.

Me giran de golpe, golpe en el pecho a Dereck para que se aleje.

—Apártate maldito, no te atrevas a tocarme... eres una escoria de lo peor, como le dices a una madre que venda a su propio hijo... a mi me vale una mierda el problema de tu mujer, adopten o busquen un vientre de alquiler a ¡mi hijo déjelo en paz!

—Marie entiende, necesito de mi hijo...

—Que ironía necesitas del error, como lo bautizaste cabrón...

—Ya te dije que olvides eso. Deja esa sensibilidad maternal de lado, permite a tu hijo crecer con beneficios y buena posición, regale la vida la cual tú nunca le podrás dar ni esta vida o en otra, mientras de forma pacífica hazme caso —mentalmente cuento del 1 al 10, inhalando y exhalando, o de lo contrario Dereck saldrá con algo roto de su cuerpo.

—Mi hijo jamás tendrá tu apellido, ya es muy lamentable lleve tu sangre...

—A mí me desafíes... porque si busco de un juez, perderás. Soy un Clark y tu Harrison, vago mucho con solo mencionar mi apellido —rio, para evitar desatar mi ira

—¿Desafiarte? Tu mejor no me retes a mí, soy su madre, su única familia, la única que lo ha amado desde antes de nacer, por el amor infinito a mi hijo soy capaz de lo que sea, intenta quiéramelo, pero juro que me atrevo sin pesar vender mi alma —Dereck se muestra sorprendido por la determinación de mis palabras, yo misma admito que lo estoy.

Mi hijo es mío y absolutamente nadie me lo quita.


***

Sorry por los errores

Mañana actualizo otro sera el pov de Enzo  y digo los dias de actualizacion.

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