hazme un favor
En el momento en el que apareció frente a los extras, como los solía llamarlos, Katsuki fue rodeado por todos ellos. Momo y Kenji fueron los únicos que no se separaron de el en cuanto comenzaron sus quejas.
Lo tocaban en todo su cuerpo asegurándose que no le hubieran hecho daño.
- ¡¿Que te hicieron?!
- ¡¿Estás herido?!
- ¡¿Te duele algo?!
- Estás rojo de las orejas, ¿qué paso?
- ¡No me paso nada, suéltenme par de lunáticos!
Si bien, a excepción de sus colegas más cercanos, el resto no lo abrazaba, el cenizo estaba rodeado por ellos. Los únicos en tomar distancia era Todoroki e Izuku, este último lo miraba de una manera muy peculiar en él, como si quisiera leerle la mente. Fue el único, además de los cómplices de Kirishima, en presenciar el beso.
Se miraron unos segundos, con eso fue suficiente para comunicarse y entender que ninguno diría absolutamente nada de lo ocurrido.
Podrían pelearse todo lo que quisiesen, pero los años de amistad entre ellos los había hecho conocerse el uno al otro más de lo creían.
Después de lo ocurrido, Shoto le pidió tiempo para encontrar al socio de su hermano, el peliverde y momo se ofrecieron ayudarlo a lo cual Mitsuki acepto.
Katsuki perdió su tiempo ese día, todo para nada.
Ya eran las nueve de la noche cuando Eijiro arribo en el bar que Bakugo había indicado en la nota que dejo en el auto. No estaba seguro si esa era la noche en la que lo vería, pero dado que solo colocó la dirección y la hora supuso que no estaba equivocado.
Sus amigos, Sero y Kaminari no lo acompañaban, de hecho, no habían hablado con él después de que saliera con Katsuki del almacén esa misma tarde. Lo evitaban.
Su plan de matar a Bakugo había sido un fracaso la vez anterior, así que debía buscar otros métodos.
"Quizá drogarlo, pero no era muy varonil".
"¿Envenenarlo? Mismo problema, además que siempre supervisaba sus bebidas, lo noto la primera vez".
"Acostarse con él..."
"¿¡que?! ¡no!"
"Además, es virgen".
No diría que no era gay por que este se veía interesado en él. Puede ser que pudiera sacar ventaja de ello.
Al llegar por fin a la entrada del bar, el guardia pregunto por su reservación.
- ¡Viene conmigo, déjalo entrar, imbécil! - con su forma tosca de hablar, el cenizo apareció por detrás del hombre que, de inmediato, le abrió la puerta al pelirrojo.
- ¿Club privado? - fue lo primero que dijo cuándo se posiciono a su lado- si íbamos a salir en la noche, no me hubieras ido a buscar a medio día.
- ¡Yo te busco cuando me venga en gana!
Uno de los meseros abrió una cortina negra para que el par pasara. Dejándolos en un ambiente cómodo y privado.
- Se supone que yo te invitaría, es mi disculpa- dijo, "¿porque diablos se disculpaba?", pensó
- ¿Y por qué te disculpas, exactamente?
- Por... ¿avergonzarte? ... ya sabes
- ¡¿Aaah?! Que te hace creer que tu provoques eso en mi
"Bueno... presiento que, si lo hago", no lo dijo en voz alta, pero lo pensó descaradamente.
- ¡No he tenido sexo, ¿eso en que mierda te afecta a ti? - no pudo evitar sentirse avergonzado, por lo que no contesto- si quieres mi perdón entonces tiene dos opciones. Arrodíllate a mis pies o responde mis preguntas.
¿Arrodillarse? Ni porque su vida dependiera de ello. No lo haría ante él, ni ante nadie.
- Si tus contestas un par de las mías.
La tensión creció a cada minuto de silencio que transcurría, era como si estuvieran jugando a las miraditas, ni siquiera pestañeaban, era caso de ceder y ninguno quería hacerlo.
- Solo un par- dijo el cenizo- tu primero
- Debes jurar decir la verdad- Katsuki puso los ojos en blanco, sin embargo, él era un hombre de palabra.
- Bien.
Kirishima confiaría en él, solo esta vez.
- ¿Qué hacías realmente en mi propiedad? - Bakugo volvió a poner los ojos en blanco ya fastidiado, pero un trato era un trato.
- Fui a buscar a Touya Todoroki. - lo sospechaba, mas bien ya lo sabía, solo lo estaba poniendo a prueba su honestidad.
- ¿Porque?
- Quedamos en un par de preguntas, ¿de verdad quieres desperdiciar la última con eso? - mierda, no lo pensó. Por eso Jirou hacia los interrogatorios. - pero te la dejaré pasar. Tiene información que necesito, además de que su familia es importante para mi líder.
Dabi no solo había robado dinero, sino también datos. Puede ser que esta cita no fuera un desperdicio de nuevo, quizá si seguía fingiendo sacaría más de lo que esperaba.
- De acuerdo, entonces- analizo lo que quería saber, eran muchas cosas. Sin embargo, tenia curiosidad de lo que su acompañante buscaba en él- ¿por qué te acercaste a mí? ¿qué quieres?
- Información. - contestó frunciendo el ceño más- ¿eso es todo? Eres un desperdicio en el arte de interrogar
Era obvio que la risa que emanaba de sus labios era de burla y superioridad, algo masculino para Eijiro, pero también muy ofensivo para él.
- ¿Vas a preguntarme algo o no?
- ¿Qué tienes que ver Monoma Neito con los Kirishima? - muy directo
- Solo te contestare dos preguntas acerca de esa familia. - el rubio asintió malhumorado- quiso de hacerse el poder con su padre, no funcionó por lo que ya no transitan en nada, por lo que sé trabajan con una mafia extranjera. No sé cuál.
- ¿A qué te dedicas realmente?, sé que no eres traficante.
- Formo parte importante en la familia de los Kirishima- no mentía, solo se saltó el detalle de ser parte de ella.
Más tarde la primera botella de alcohol llego a su mesa, no habían hablado mas que intentar sacarse información, pero siempre terminaban evadiendo las preguntas.
Paso casi una hora y ya se había aburrido, no sé qué lo que paso exactamente la vez anterior que se había sentido hasta agradable por la compañía.
A lo mejor necesitaba embriagarse como la vez pasada.
Al cabo de un rato decidió mejor retírate, así que se levantó sin mucho ánimo.
- Yo pago, se supone que yo te invitaría así que...- se detuvo cuando contempló que Katsuki tenía el ceño bastante fruncido y miraba por una de las ventanas, ligeramente sonrojado- ¿tienes algo que decirme?
No contesto, lo había percibido un poco distraído en el tiempo que conversaron.
- Tenía un par de preguntas por hacerte- murmuro, casi y no oía lo que decía por la música del lugar.
Eijiro volvió a sentarse con curiosidad. Estaba cansado de las preguntas, más bien el bombardeo de estas. Que más daba responder dos más.
Al darse cuenta que el pelirrojo regresó a su asiento, el rubio dudó en decir lo que quería, no deseaba hablar de ese tema con ninguno de sus amigos, era vergonzoso para él y eso que era difícil que lo hicieran sentir así. Y ya que el idiota de enfrente fue quien inicio con ello era justo que terminara con eso.
- ¿Cómo lo hiciste por primera vez? - su cara de imbécil lo hizo enojar, era obvio que era estúpido- el sexo- aclaró.
Las mejillas del chico adoptaron el mismo color de su cabello, comenzado a tartamudear ligero.
- ¡Creí que ya habías olvidado ese asunto!
- ¡Solo es una maldita pegunta!
Debatió internamente en si debería responder o no, se sentía culpable por lo sucedido. Sin embargo, solo fue una noche con besos robados lo que lo había llevado a ese punto incomodo en el que se encontraba, eso y... puede que ... algo indebido que no debió hacer.
- No contestaré eso.
- Bien, entonces- habló- ¿Qué edad tenías?
¡¿Era enserio?!
- Yo...
- Solo dame un número, pelos de mierda- quería que la tierra se lo tragase.
- ¿16? - mierda, que todos los adolescentes eran unos pervertidos, pensó Katsuki. y como si le hubiese leído la mente- ¿qué importa la edad? Solo es cuando te sientes listo, uno puede ser virgen hasta los cuarenta, puede serlo toda la vida.
- Pero yo no quiero serlo- en cuanto lo gritó enojado se cubrió la boca con la palma de su mano.
Parecía que le daría un ataque de ira en cualquier momento, la expresión en su cara daba mucho que decir, y sin más, el pelirrojo rio.
No podía parar, en verdad lo intentaba, pero no lo hacía, le daba realmente gracia la situación que había provocado y no paro de reír incluso cuando el cenizo lo cogió de las solapas con ademán de golpearlo.
- ¿Veremos que tanto ríes con el hocico partido! - volvió a intentar para y nuevamente fue imposible. El cenizo era un tomate. - ¡hijo de...!
- ¿Ok ok, ya me callo! - dijo apaciguando sus carcajadas y sostenido el antebrazo del contrario- y que se supone que haga yo, ¿quitártelo?
Estaba a punto de golpearlo cuando el mesero que los había estado atendiendo asomó la cabeza por la cortina.
- Mi señor - llamo a Bakugo- el señor Midoriya lo busca
- ¡¿Que?!
- Kacchan- lo escucho a lo lejos
- ¿Por qué demonios lo dejarte pasar? - al joven no le dio tiempo contestar cuando Izuku volvió a llamarlo más cerca de la estancia- dile que me he ido o te matare con mis propias manos.
El camarero, ya pálido por la orden se apresuró a salir del sitio. Kirishima iba hacer otro chiste hasta que el rubio lo arrastró con él aun por las solapas hasta detrás de una columna al mismo tiempo que una cabecilla de cabellos verdes se asomó atreves de las cortinas.
- Que- y la mano del cenizo atrapo su boca para callarlo.
Midoriya rebuscó con su mirar al su amigo. Negó con su cabeza decepcionado y volvió a la zona del bar. Kacchan estaba haciendo sus tonterías y no comprendía la razón.
- Sí- dijo aun con la mano sobre sus labios, pero el dientes de tiburón no comprendió el "sí" a qué- tú me vas a quitar lo virgen.