Always you [Michaeng]

By Strxwrret

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❝Estoy perdiendo el tiempo, porque siempre fuiste tú. Buscando otras emociones, pero siempre fuiste tú. Nunca... More

00 ; Prologue
¡!
01 ; I love you Seoul, I hate you Seoul
02 ; Your name
03 ; Trance
04 ; Walls
05 ; Hide
06 ; "Love story"
07 ; Blue
08 ; The person who ever hurt me the most
09 ; An opportunity
10 ; Conversation
11 ; "We were too young"
12 ; "What are you thinking, Mina?"
13 ; Everything about her
14 ; Holding hands
15 ; A decission
16 ; Truth
17 ; Heartbeat
18 ; Eye contact
19 ; "If you only knew"
AVISO
20 ; Oportunity
21; Start it all over again
Epilogue ; Sweet creature
Explicación + agradecimientos

Epilogue pt. 2 ; Sweet creature

359 36 27
By Strxwrret

(2/2)

── "Me siento en un bucle de amor, enamorándome de ti.

Creo que hay un agujero de tu misma forma en medio de mi corazón.

Un espacio solo para ti.

Te amo, te amo. 

Esto puede sonar muy cliché, pero mi corazón tiene un agujero en forma de ti.

Como una dona, quiero probar este bucle sin fin, apuesto a que es el único en el mundo".

Retrocedió un paso al mirar con expectativa a Mina.

— ¿Acaso te tomaste un maldito segundo en todos estos años para detenerte a pensar en el cómo me he sentido? ¿El cómo fue que cambió la relación con Chaeyoung desde esa vez que me fui de Corea? ¿O mínimo el cómo sucedió todo cuando tenía dieciséis?

No le dio tiempo a su progenitor para que respondiera.

— No, no lo hiciste-. Hizo énfasis en la primera palabra, tanto así que consiguió que su novia se exaltara ligeramente.— Y tal parece que aún no lo haces.

Conforme pasó el tiempo, el tono de voz de la nipona intensificó respecto al volumen.

— ¿Sabes? Me resultó extraño. Desde el primer momento, nunca demostraste interés en lo que tenía con ella; no te lo dije porque realmente lo veía innecesario, la habías visto varias veces en la casa y supuse que habías deducido que era más que una amiga para mí por el cómo vino a casa en festividades importantes, pero... ¿Por qué, papá?-. La coreana divisó una lágrima recorrer la mejilla izquierda de la castaña.— ¿Tan fácil fue para ti el arruinar mi vida y alejarme de la persona más importante que tenía en el mundo en cuestión de segundos? ¿Mínimo trataste de pensarlo todo?

— Hija.

— No he terminado-. Alzó su mano, haciendo que Akira solo le mirase apenado.— Ya me has lastimado y arruinado lo suficiente. He guardado tantas cosas estos últimos años que ni siquiera me apetece el quedarme callada o "seguir al pie de la letra" tus peticiones. ¿De casualidad llegas a ser consciente de que eres la persona más mediocre e hipócrita del mundo, papá?

La tercera simplemente supo quedarse estática por lo que sucedía frente a sus ojos.

Mina soltó una risa corta, en la cual se alcanzó a percibir la mezcla de amargura y tristeza que llevaba consigo. La sensación no tan agradable que sentía en su pecho solo iba en aumento por la inmensa cantidad de pensamientos que tenían como objetivo atacar su mente.

Quería llorar por completo.

Pero no se rompería frente a su padre. Jamás.

— No tenías el derecho de alejarme de ella, nunca lo tuviste. Realmente no sé porqué rayos dejé que me manipularas de aquella forma. Por tu culpa...

Paró un segundo al volver a levantar su mano y señalar al mayor.

— Mira, ni siquiera me voy a gastar en esta conversación. No nos llevará a nada, ¿no es así?-. Suspiró y tomó la mano de quien le miraba aún con toda la atención del mundo.— Estoy cansada y Chaeyoung no merece que su primer día en Japón sea así. Con permiso.

Antes de salir por completo de aquella sala, paró y giró nuevamente hacia el más alto.

— Ah, una última cosa-. Carraspeó.— No vuelvas a dirigirle la palabra a Chaeyoung-. Sentenció firmemente, mirando hacia los orbes de quien llevaba desconociendo hace años.— ¿Y sabes qué? Respondiendo aquella estúpida pregunta que le hiciste hace rato... Ella me conoce, demasiado. Lo ha hecho más que cualquier otra persona.

— L-Lamento lo que acaba de pasar.

Chaeyoung negó al mismo tiempo que se acercó a la nipona y pasó sus manos por los hombros que sentía un tanto temblorosos.— No pasa nada, está todo bien.

— Chaeng, es que... Estoy decepcionada.

— ¿De él?-. Soltó suavemente.

Asintió.

— De él y de todo lo que hizo para perjudicarnos en sí. Mira, sé perfectamente que hace apenas unos meses decidí ver por lo que a mí me apetecía hacer con mis cosas, pero realmente voy en serio con ello; me da una rabia horrible cada que recuerdo el cómo dejé que me manipulase-. Pausó y dirigió entonces su mirada a la coreana.— Perdimos tiempo valioso por mi culpa, no solo fueron un par de meses los que estuvimos lejos.

— Pero estamos bien ahora. A pesar de todo y todos, ¿no?

Mina no lo sabía, pero en estos momentos, por la mente de Chaeyoung solo había un solo pensamiento: tratar de no tocar tanto el tema de cuando se distanciaron.

No cuando aquella discusión con su padre había sido tan reciente.

— Sí, pero...

— Eso es lo importante. Nada más. El pasado ya aconteció y no se puede cambiar, Minari. Nadie dijo que algo como el amor era un tema sencillo. Es más, es uno de los aspectos más complicados que pueden haber actualmente. A ninguna persona se le entrega un manual en donde se les enseñe cómo amar, cómo sobrellevar una desilusión amorosa o cómo es que se debe de conquistar a la persona que te gusta. Una solo... siente-. Buscó mirarle de una forma más profunda a la par que su tono de voz se acoplaba a la situación.— Siente, sigue sintiendo y se aferra a esos sentimientos.

Mina se mantuvo en silencio. A causa de esto, la contraria pensó rápidamente en algo que podría agregar.

— Por cierto... Quisiera que sepas que realmente no tienes la culpa en esto. En nada. Y antes de que me digas algo, por favor deja que termine con lo que quiero decirte, ¿sí?-. La japonesa asintió con una sonrisa por el suave tono que llegó a sus oídos

Sintió la mano de su pareja rozar la suya hasta percibir el cómo estas se entrelazaran.

— Yo sé cómo fueron las cosas porque tú me lo comentaste cuando tuvimos la oportunidad de hablarlo. Pensando y repasando todo lo acontecido, en su momento me di cuenta que realmente no había mucho por hacer; obedeciste un par de órdenes de tus padres porque así siempre has sido con ellos, muchas personas hubieran hecho lo mismo en tu lugar-. Tomó una bocanada de aire a fin de seguir.— En ningún momento ellos tenían el derecho de hacer eso, pero lamentablemente así pasó. Y sí, ambas partes sufrieron, pero... -. Hizo un ademán en donde se señaló a su pareja y a sí misma.— La verdad, considero que somos realmente afortunadas porque de alguna u otra forma nos volvimos a encontrar. No solo eso, sino que los últimos meses los pudimos sobrellevar de buena manera a pesar de los altos y bajos.

La de cabello castaño logró articular un "tienes razón" que solo logró ser audible para su pareja.

— Tan solo mira dónde estamos ahora-. Mencionó en un tono más animado y Mina sonrió.— Te aseguro que la Chaeyoung de dieciséis probablemente no le hubiera hecho caso a la persona que llegara con ella y le dijera de la nada "no llores más, la vas a volver a ver", así que...

A consecuencia de su comentario, consiguió hacer que la sonrisa que se mantenía en el rostro de Mina aumentara.

— Eres maravillosa.

— ¿Lo soy?

— En definitiva. Gracias por siempre decir las palabras correctas en los momentos adecuados. Valoro mucho ello, demasiado, más de lo que podrías imaginarte y...-. La mirada de la mayor divagó por varios lugares antes de finalmente llegar hacia los ojos de la contraria; mantuvieron el contacto visual por un tiempo.

Myoui estaba tan absorta en observar los detalles en el rostro que estaba a unos centímetros de ella que olvidó lo que iba a decir a continuación.

—¿Y...?

Sacudió su cabeza.— Lo siento, olvidé lo que iba a...

— Decir-. Completó la que aún acariciaba su mano.

Sonrió aún observándola.

— ¿Sabes? Creo que nunca antes había estado tan segura sobre el estar con alguien.

Sus ojos alternaron entre los orbes marrones y los labios de la de cabello negro.

— Oh, ¿de verdad?

Asintió acercándose un poco. Chaeyoung supo con facilidad qué era lo que estaba haciendo.

— El simple hecho de estar junto a ti es tan...

— ¿Tan...?

— Tan... único-. Pausó.— Pero demasiado único, al punto en el que de ninguna manera puede llegar a ser explicado.

— Hay una palabra para eso.

— ¿Sí?

Asintió.— Inefable.

— ¿Inefable?-. Repitió al seguir alternando su vista e ir acortando aún más la corta distancia que había entre ambas.

— Inefable. Muy inefable.

Unos cuantos segundos bastaron para que concretaran ese beso que estaban esperando.

Pasaron una cantidad de minutos considerables en donde no sucedió demasiado. Simplemente estuvieron charlando mientras se miraban entre sí y soltaban una que otra caricia hacia la otra inconscientemente.

— ¿Chaengie?

— ¿Mmh?

— Estuve pensando un poco todo y llegué a una especie de conclusión.

La menor le indicó que siguiese con un ademán que logró ver fácilmente.

— Bueno, toda esta situación es tan... ¿Triste? Es decir, el hecho de que tus propios progenitores no estén de acuerdo con algo tan normal como lo viene siendo tu orientación sexual, que te obliguen a alejarte de la persona que amas y que tengas que reiniciar tu rutina de un día para otro porque debes de mudarte a otro país lo más pronto que sea posible es... cruel.

La nipona solo se mantuvo en silencio luego de aquella última frase. Chaeyoung dejó que esos momentos le ayudasen para reflexionar un poco.

Para su suerte, nunca le había tocado estar en esa posición, mas sabía bien que más de una persona en el mundo pasaba por ese tipo de situaciones injustas. Y por más que lo intentaba, no entendía el porqué alguien sería tan despiadado como para imponerse ante algo que no venía siendo una decisión propia.

¿Tan malo era amar?

— Es mucho, Minari.

— Demasiado. Encima lo que más me duele no es el recordarlo todo con tanta exactitud, sino el saber que esta situación es algo que ocurre con frecuencia. Hay miles de personas que se privan de algo tan hermoso y único como lo es el amor por la falta de apoyo o pensamientos retrógrados que hay por ahí.

Suspiró antes de recargar su cuerpo sobre el de la chica que estaba a su lado.

La coreana se encargó de envolverla en un abrazo de lado tan pronto y le fue posible el sujetar a Mina.

— A veces es inevitable.

— Pero no significa que debe de ser así.

— No. Jamás debería.

— ¿Crees que las cosas algún día cambien?

— Confío que sí-. El tono de su novia le hizo animarse un poco.— Es decir, los cambios no se logran de la noche a la mañana, pero pueden ir poco a poco; en los últimos años se han observado gran cantidad de progresos, así que...-. Hizo una pausa.— Todo es un proceso. Y como todo proceso, los resultados vienen con el tiempo.

La castaña dio un suave apretón hacia la mano derecha que le sostenía.

— Cierto.

Se sonrieron mutuamente.

— Bueno. Pasando ahora hacia otro tema... ¿Qué quieres hacer ahora?

— Uhm...-. Lo pensó un poco.— Oh, ¡ya sé!-. Le miró con ilusión al levantarse de la banca donde estaban sentadas.— ¿Quieres que te muestre un par de cosas de la ciudad? Es tu primer día y realmente quiero que termine bien a pesar de todo.

El rostro de Chaeyoung se iluminó al escuchar la propuesta. No tardó en aceptarla y dejar que la más alta le ayudase a ponerse de pie.

Los siguientes seis días fueron tensos en la casa de los Myoui. La principal -y si se podría decir mejor, única- razón de esto, era la discusión que había tomado lugar el primer día que llegaron. Mina trataba de hacer lo posible para no cruzar palabra con su progenitor; lo había hecho bien hasta el momento, ya que conseguía salir con éxito junto con Chaeyoung cada ocasión que quería hacer que visitase lugares de la ciudad en donde se había criado la mayor parte de su vida.

Y trataba de no demostrarlo tanto, pero estaba un tanto... ¿Frustrada? La causa de esto era por el hecho de que su subconsciente le repetía continuamente el que cada vez estaba más cerca el momento de regresar a Seúl. Aquello no solo le tenía frustrada, sino también decepcionada y con infinidad de pensamientos que había almacenado aún dentro de ella misma.

Todo por esa pelea.

No esperaba una primera reacción completamente amigable, mucho menos quería globos o alguna fiesta por parte de quienes eran sus padres. Tan solo quería comprensión.

— Mina.

Parpadeó dos veces para después observar a quien recién había terminado de arreglar su cabello en el tocador de su habitación.

— ¿Sí?

— ¿Estás bien?

— Uh... Sí, sí-. Asintió.— ¿Por qué? ¿Pasa algo?

— Te he notado un tanto distraída-. Mencionó en tono bajo, casi como si pareciese que lo realizó a manera de que su pareja no lograse escucharla.— Pero si dices que todo está bien, entonces todo está bien-. Finalizó con una sonrisa.

Hizo un amague en volver a hablar al señalar la puerta que estaba a unos metros de ella, mas Myoui fue quien le interrumpió.

— Chaeng.

— ¿Mmh?

— Es por papá.

Aquellas tres palabras fueron suficientes para que realizara su camino hacia la cama en donde su pareja se encontraba sentada.

Un sutil pero notorio silencio se presentó brevemente.

Chaeyoung había tenido el presentimiento de ello desde el primer momento en que comenzó a notar ciertos cambios en la actitud de su novia. Y no lo demostraba demasiado, pero los últimos días se había estando comiendo la cabeza para poder tener alguna idea que pudiera ayudar con la situación.

— Amor, yo... -. Suspiró.— Realmente no tengo idea de si soy la indicada para decir algo acá, ya que estamos tratando concretamente con tu papá, pero...-. Negó al buscar otra forma de llevar la conversación, ya que no quería meterse con el mayor; le tomó un tiempo el volver a articular alguna oración.— Es que no tengo idea de qué se puede hacer. Es decir, la única opción que se me ha venido a la mente es el hablar con él y ver si escucha, pero...

Dos golpes hacia la puerta bastaron para que ambas dejasen de mantener su atención sobre el tema actual.

Y pareció mera coincidencia, ya que el señor anteriormente mencionado se encontraba ahora en el marco de la puerta. Como acción inmediata, la coreana se puso de pie y realizó una rápida reverencia que el contrario correspondió.

— Hola...

— ¿Qué haces aquí?

El tono de Mina no fue para nada cálido.

— Chaeyoung, ¿podrías dejarnos un momento?-. Soltó el señor Myoui con cautela, mirando apenadamente a la contraria.

Volteó a ver a su novia, cuestionándole con su mirada si estaba bien el acceder ante la petición del mayor; a la nipona le tomó un tiempo el asentir finalmente.

— Bien, entonces los dejo-. Soltó.— Eh... Con permiso.

Entre movimientos hábiles, consiguió salir de la zona. El sonido de la puerta siendo cerrada fue el que dio inicio a un ruidoso y expectante silencio que llenó rápidamente la atmósfera de las dos personas que estaban en la habitación en ese preciso instante.

— Quisiera hablar contigo.

— Si vas a hacer lo mismo que hace unos días, t-

— No lo haré.

Se detuvo.

¿Era una opción el creerle? ¿Podía hacerlo?

Meditó unos segundos. No era como si realmente tuviera opción, el mayor ya estaba dentro de la habitación.

— Primero que nada, no te pregunté... ¿Cuándo es que se van de acá?-. Cuestionó.— Lo digo como una pregunta simple y sin querer resultar ofensiva.

— En tres días.

— Bueno, aún tengo algo de tiempo.

¿Tiempo?

Enarcó una ceja antes de cuestionarle con su mirada y hablar.— ¿Aún tienes tiempo para qué?

Le escuchó soltar el aire que sus pulmones habían almacenado.

— Para tratar de arreglarlo todo.

El mayor se puso de pie y comenzó a andar sin rumbo alguno por cada rincón de la habitación. Él no lo sabía, pero la frase que recientemente había soltado había dejado a su hija con una duda que solo iba creciendo conforme aquel silencio se iba alargando.

Sabía que le correspondía hablar para aclararlo todo, mas la situación tenía un aspecto bastante complejo dentro de su subconsciente.

"¿Cómo?". Aquella era la principal pregunta que le acecha y se mantiene dentro de sí.

— Papá.

Giró para observarla. Mina no soltó alguna otra palabra, probablemente solo le había llamado para que hiciera su camino de regreso al mundo real y pudiese continuar con la conversación que él mismo comenzó.

— Yo... Yo quería...

Otra pausa.

Luego de diez segundos, finalmente lo dijo.

— Lo siento. Lo siento mucho-. Empezó a decir, cortando entonces el gran y pronunciado espacio de silencio que se había creado.— Lamento todo lo que hice y la manera en que sucedieron las cosas desde ese día. No fui un buen padre, ni un poco. Actué mal, lo hice desde los meses previos a ese día: no te di la atención necesaria, llegué a dejarte de lado, casi no hablábamos por la forma en que el trabajo llegó a absorberme completamente.

¿Estaba soñando acaso?

— No supe hacer las cosas como se debían-. Escuchó cómo la voz de su progenitor se llegó a quebrar un poco, lo cual le sorprendió.— La forma en que la traté a ella hace unos días...

Nunca lo había visto llorar. Jamás.

Sin embargo, tal parecía que hoy eso cambiaría. O mejor dicho, ya había cambiado. Estaba llorando frente a ella. No sollozaba, pero se podía notar.

Durante varios años, Mina se había preguntado si Akira llegaba a tener sentimientos; era una misión imposible el conseguir observarle distinto a como ya estaba acostumbrada. Una expresión seria predominaba en aquel rostro la mayor parte del tiempo, por no mencionar que siempre.

Era algo completamente distinto.

No sabía qué era lo adecuado para responder. No tenía idea de absolutamente nada.

— Uh...

Varias preguntas pasaron por su mente. Realmente no sabía por cuál comenzar para aclarar entonces sus dudas. Es decir, ¿por qué ese cambio tan repentino?

— Lo siento, es solo que-. Mencionó nuevamente y volvió a quedarse en silencio.

¿Por qué era complicado?

— No estas segura de si estoy siendo del todo honesto, ¿verdad?

Asintió.

— Mina... Luego de haber tenido esa discusión hace días, lo estuve analizando todo de mejor manera. Traté de cuestionarme sobre lo que hice y dejé de hacer, la forma en que realicé las decisiones que tomé y...-. Llevó una mano hacia su frente y mantuvo la cabeza gacha; suspiró.— Te lastimé, lo hice de una forma cruel y se podría decir que opté por descargarme contigo a causa del trabajo y cuestiones externas de las que no tenías la culpa, lo cual fue inhumano; lo seguí haciendo a pesar de los años y estuve tan cerrado al simple hecho de que fueras capaz de amar a alguien. Y no justifico que todo fue a causa de "lo que sucedía en el momento", porque si hubiera sido así...

Negó.

No completó la oración. La nipona observó cómo el que estaba de pie secó ligeramente su mejilla derecha y alzó su rostro hacia el techo de la habitación.

— A lo que quiero llegar, es que fui un estúpido. Un estúpido que no supo manejar su vida y que, a causa de ello, lastimó a quien menos debía de lastimar... Estoy dispuesto a enmendar mis errores y a tratar de comprender lo que viene siendo tu orientación sexual-. Hizo una pausa y buscó mirarla.— Porque mira, yo sé que puede ser difícil para que tú lo comprendas, pero esto es algo nuevo para mí; crecí en un ambiente sumamente conservador, en donde solo estaban "las cosas buenas, lo puro y correcto" y "lo malo, repugnante e impuro".

La miró.

— A pesar de todo, estos días estuve buscando a personas con las que me pudiera apoyar respecto a ello y conseguí a alguien. Justo acabo de llegar de la primera "sesión" que tuvimos. Y me falta mucho por decir, pero...-. Se encogió de hombros y sonrió ligeramente.— No lo sé, supongo que me puede tomar algo de tiempo el poder llegar a decirte todo lo que quiero y tengo pendiente, pero espero y me puedas esperar un poco.

Más de un minuto sin que ninguno soltase palabra alguna.

Buscó leer la expresión de la menor, pero la conocía bien para saber que, por más que ella demostrase alguna especie de pista acerca de lo que pensaba a través de sus expresiones faciales, al final podía llegar a responder con algo totalmente distinto.

— Entiendo.

Consiguió hacer contacto visual con el mayor.

— ¿Lo haces?-. Un tono de esperanza llegó a los oídos de la japonesa.

— Lo hago, papá-. Soltó bajando su mirada.— Sé que a veces las cosas no son como lo esperamos y que, en este caso, esta noticia no fue fácil de digerir. Pero... ¿Sabes? Yo en verdad no te pido que de un día a otro seas un activista de la comunidad o algo por el estilo-. Negó dos veces.— Solo... Solo quiero que seas capaz de respetarme a mí y a la persona con la que quiero estar, ¿me explico?

Asintió.

— Estoy tratando, Mina-. Respondió honestamente.— Y créeme cuando te menciono que realmente espero y trataré de dar lo mejor de mí para poder hacerlo algún día.

— Está bien.

— De hoy en adelante las cosas van a ser distintas-. Acercó su mano a la de la contraria mientras le miraba y agregaba.— Te lo prometo, hija.

Y a pesar de que aún no podía caer en cuenta de lo que estaba sucediendo, asintió.

¿Estaba soñando acaso? ¿Acaso era real todo lo que había dicho su padre?

Le era imposible el creerlo.

Un sentimiento distinto comenzó a invadir varias partes su cuerpo, era uno que se asemejaba demasiado a la tranquilidad. En realidad, era una mezcla de sensaciones: estaba tranquila, menos tensionada y a la vez podía experimentar cómo la alegría aumentaba dentro de sí misma por las palabras y disculpas que había escuchado recientemente.

Las cosas no cambiarían de un momento a otro, lo sabía. A pesar de eso, el hecho de saber que su progenitor trataría de comprender aquel tema le animaba y le daba cierta esperanza.

— ¿Puedo abrazarte?

— Claro que puedes, papá.

Sonrió.

— Entonces... Chaeyoung, ¿no?

La mencionada asintió hacia la mujer que yacía en el sillón de la sala principal.

— Sí.

— ¿Gustas sentarte?

Avanzó con algo de duda. Consiguió tomar asiento luego de unos segundos.

Se removió algo incómoda. No era como si la madre de su novia fuera quien causara eso, sino que era el no saber qué hacer o decir en esta clase de situaciones.

— Nunca tuvimos la oportunidad de hablar entre las dos... ¿O sí?

Negó con una corta sonrisa.— No que yo lo logre recordar.

Un corto silencio se posicionó entre ambas. Afortunadamente, la mayor fue quien lo cortó.

— Creo que eres una linda chica.

— ¿De verdad lo cree?-. Soltó a la vez que denotó la sorpresa en su voz.

Una ligera risa se consiguió escuchar.

— Claro que lo hago. Es decir, no te conozco bien, pero... Bueno, si tengo en cuenta la sonrisa que Mina ha tenido estos días a pesar de todo-. Le miró y realizó un movimiento de arriba a abajo con su cabeza.— Sí, en definitiva eres buena para ella.

Chaeyoung no sabía cómo manejar bien los cumplidos. Lo único que consiguió hacer fue dar un breve gracias que fue prácticamente opacado por la forma en que el color carmesí invadió sus mejillas.

— Por cierto, ¿puedo preguntarte algo sin que suene demasiado invasivo?

— Claro.

— ¿Cuál es su historia? Es decir, ¿cómo llegaron a donde están ahora?-. Hizo una pausa.— Porque no ha sido fácil, ¿verdad?

Asintió.

Un par de palabras fueron suficientes para que Chaeyoung se encontrara inmersa en sus pensamientos. Habló tan pronto y pudo.

— Verá, señora Myoui-

— Por favor, dime Sachiko

— Sachiko-. Sonrió, recordando al mismo tiempo el primer momento en que conoció a la chica que actualmente estaba provocando un aumento en su ritmo cardíaco sin la necesidad de estar presente.

Volvió a hablar.

— Mina y yo nos conocimos en preparatoria. La primera vez que cruzamos palabra fue a causa de un profesor que en un curso de inducción nos pidió formar pareja para contestar ciertos ejercicios. Ella lo respondió todo de un momento a otro y solo me pasó las respuestas; tuvimos tiempo libre y... Bueno, para no hacer esto tan largo: de la corta conversación que tuvimos, supe que no era de aquí. Volvimos a coincidir a causa de mi amiga, Jeongyeon, quien en ese entonces era novia de ella. Y nada, de ahí llegamos a estar en el mismo círculo social... Nos fuimos conociendo y eventualmente formamos una especie de amistad. Lo que en definitiva nos hizo cercanas, fue el que yo me ofrecí para ayudarla con el idioma coreano los sábados y ella a cambio me ayudó con un par de materias, principalmente matemáticas.

Tomó una pausa para observar a la mujer que solo asentía con una sonrisa.

— No sé desde qué momento fue, pero empecé a sentir algo por ella. Sin embargo, estaba todo lo de Jeongyeon y...-. La coreana sonrió ligeramente al recordar todo lo acontecido.— En fin, pasaron cosas. Pero bueno, cabe mencionar que yo estuve con dos personas antes de comenzar formalmente una relación con ella. Aunque... Le seré honesta: realmente siento que el estar con Mina era algo que debía de pasar de una manera u otra.

Con el pasar de los segundos, la madre de Mina fue conociendo un poco de Chaeyoung. No pudo evitar el hecho de que, de alguna forma, cierta pregunta se colase sobre sus pensamientos al mismo tiempo que le escuchaba finalizar el cómo fue que se volvieron a encontrar ambas hace unos meses.

¿Cómo es que su esposo fue capaz de separarlas?

Por más que lo intentara comprender, no podía.

Y como si fuera obra del destino, no tardaron en llamar su atención un par de pasos que se escucharon desde la escalera que estaba a unos metros de distancia. Fue cuestión de segundos para llegar a observar cómo bajaban a la par.

Hubo una especie de silencio incómodo e inclusive expectante, mas el mayor de todos fue quien habló.

— Uh... Son Chaeyoung, ¿crees que podamos hablar?

— Siéndote honesta, creí que iba a salir todo mal.

— ¿En serio?

Asintió riendo ligeramente por la cara tan divertida que Mina mantenía en ese momento.— Es decir... Lo que había pasado hace unos días no fue una de las mejores cosas, así que.

— Lo entiendo.

— Igual, aprecio que se haya tomado el tiempo para pedir disculpas. Al menos lo hizo a unos días de que tuviéramos que regresar.

Las comisuras elevadas de Chaeyoung llegaron a descender de un momento a otro al observar cómo la que se mantenía a su lado había cambiado su expresión rápidamente.

— ¿Pasa algo?

— No... Bueno, sí-. Suspiró.— No lo sé, Chaeng, me resulta difícil todo esto. Tuve que estar tanto tiempo sufriendo por algo en lo que nunca tuve la culpa y... aún lo recuerdo todo. Quisiera no hacerlo, pero no es como si pudiera elegir lo que me atormenta y deja de atormentar. Solo puedo pensar en el "¿por qué?"-. Hizo un breve silencio.— ¿Por qué tuvimos que pasar por todo esto cuando no estábamos haciendo nada malo?

La de menor estatura trató de acercarse lo más que pudo a su pareja. Realizó sus acciones en completo silencio y no articuló palabra alguna hasta que consiguió tomar una de las manos de la castaña.

— Fue demasiado para las dos, Mina.

— Solo teníamos dieciséis años.

— Sí-. Buscó hablar en un tono aún más suave.— Pero mira el lado bueno de esto: parece que tu papá está realmente arrepentido. No lo conozco bien, pero puedo decir que hubo un cambio entre el señor Akira de hoy y con el que hablé por primera vez al llegar aquí.

— Eso sí, pero...

Consiguió realizar contacto visual con quien estaba a su lado.

— Pero...-. Chaeyoung intentó que siguiera con lo que iba a decir por el cómo Mina dejó de hablar.

— Pero me es inevitable el no estar completamente tranquila-. Se mantuvo en silencio durante un par de segundos.— Toda mi vida he tenido miedo de lo incierto que es el futuro. No hay nada asegurado, nada que dure para siempre. Las cosas tienen un fin y nunca sabes cuándo es que se va a acabar algo.

— Creo que eso hace interesante el vivir.

— ¿Lo crees?

Soltó un sonido afirmativo.

— Es como un incentivo a vivir cada momento con todo lo que tengas. Por ejemplo, en este preciso instante están pasando muchas cosas-. Comenzó a decir.— Estoy viéndote-. Le miró, sonriendo casi al instante.— Estoy...-. Entrelazó sus manos lentamente.— Tomando tu mano-. Y con su diestra, la cual estaba libre, hizo que la mano izquierda de Mina fuese dirigida hacia su pecho.— Mi corazón está latiendo como loco y vaya que solo hay una explicación para eso.

Una dulce sonrisa se plasmó sobre el rostro de la nipona.

— Estoy sintiendo y experimentando el amor de la forma más única y hermosa que alguna vez me haya podido imaginar. Y te admitiría que de igual forma tengo miedo por el futuro, ya que ninguna persona en este planeta tuvo o tiene idea de lo que será su mañana, pero no quiero pensar en eso. Si hemos pasado por tanto y hemos vuelto a la vida de la otra a pesar de todo, seguramente es por algo-. Hizo una pausa.— Mina, yo...

No fue capaz de soltar palabra alguna a consecuencia de perderse momentáneamente en la mirada de la chica que estaba frente a ella. 

Era verdaderamente hermosa.

— Yo creo que esto estaba realmente predestinado. Llámame loca o ríete de mí, pero ninguna otra persona me ha hecho sentir esto; ni siquiera la mitad de lo mucho que tú me haz dado la oportunidad de experimentar. No sé qué clase de hechizo me pusiste, pero no me quejo.

Su comentario hizo que la sonrisa de Mina aumentara aún más.

— Y sí, pasamos por mucho, más de lo que me gustaría reconocer. Sin embargo, no cambiaría esto por nada en el mundo-. Afirmó con seguridad.— ¿Sabes por qué?

— ¿Por qué?

— Porque estoy segura de que, si tuviera que volver a nacer y fuera estrictamente necesario el tener que pasar por todo lo que nos trajo hasta este momento, lo haría sin lugar a dudas. A pesar de los altos y bajos, todo valdría la pena por el simple hecho de que te he amado más que a nadie en este mundo y quiero seguir haciéndolo.

Lo había dicho.

"Te amo".

Mina fue quien lo notó antes que la pelinegra.

— ¿Qué fue lo que dijiste?-. Preguntó sonriente.

Igualó el gesto de la contraria.— No esperaba decirlo tan rápido, siendo sincera-. Admitió un tanto apenada.— Te amo-. Repitió.

— Yo también te amo, Chaeyoung-. Respondió al instante, haciendo que el contacto visual se prolongara aún más.— Mucho.

— ¿Mucho, mucho, mucho?-. Fue acercando su rostro inconscientemente; la nipona no tardó en realizar lo mismo y humedecer previamente sus labios.

— Demasiado.

— ¿Qué tanto?

— Lo suficiente para saber que te daría todos los años de mi vida.

— ¿Todos y cada uno de ellos?

— Todos y cada uno de ellos.

Se sonrieron mutuamente antes de poder concretar aquel beso. Uno en el que, a pesar de no ser el primero, siguió significando demasiado para las dos por todo lo que había sucedido aquel día.

Fue uno de los que más perduró en la memoria de ambas. Era la forma en que se decían mutuamente que se querían sin necesidad de articular palabra alguna.

El mañana era incierto, pero ambas estarían bien.

Chaeyoung amaba a Mina.

Mina amaba a Chaeyoung.

Y eso era más que suficiente para que todo lo demás pasara a segundo plano.

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