Llega el lunes, el comienzo de la semana. Las clases empezaban a las nueve de la mañana, pero siempre llegaban algunos minutos antes y empezaron a hablar sobre lo que ocurrió ayer...
Cristina: ¿Qué tal, chicos? Buena tarde la de ayer, ¿verdad?
Rubén: Si, ¡tenemos que repetir!
Jorge: ¿Os acordáis de eso que vimos ayer?
Andrea: Eso era la bombilla de la farola que se apagó... no nos cuentes tus rollos, Jorge...
Jorge: ¡P-pero si lo vimos todos!
{Toca el timbre}
Todos estaban en la misma clase y se fueron a la misma.
{Seis horas después, salen}
Cristina: Chicos, la profesora de lengua nos dijo que esta tarde teníamos que estar aquí para la charla.
-Andrea: Sí, Cristina. Yo me llego hoy a tu casa antes de la charla y nos vamos las dos al instituto, ¿vale?
Cristina: Vale, genial.
{Por la tarde}
Entra todo el grupo en el instituto. Era grandísimo y con unos pasillos muy largos.
Jorge, el chico más asustón de la pandilla, volvió a gritar y decir que vió la misma sombra al final de un pasillo. Sus amigos lo notaban raro, y no se lo creían, pero llevaba razón. Era una sombra muy similar a la que vieron el otro día. Jorge la observó y pudo verla entera y con máximo detalle.
Quedaban 10 minutos para la charla...