GATO: Deséalo y perderás [+18...

By thebabypes

256K 23.4K 5.7K

Una joven oficial de policía deberá entrar al mundo del boxeo clandestino en los suburbios lugares de Londres... More

S I N O P S I S
P R Ó L O G O
R E P A R T O
U N O | C A M I N O A L I N F I E R N O
D O S | P R E P A R A D A
T R E S | G A T O
C U A T R O | G O L P E S
C I N C O | D U L C E S S U E Ñ O S
S E I S | P R U E B A D E F U E G O
S I E T E | M O N S T R U O
O C H O | D E D O S
N U E V E | A M E N A Z A S
D I E Z | C O N F U S I Ó N
O N C E | B O C A
D O C E | C I C A T R I C E S
C A T O R C E | S O B R E L A M E S A
Q U I N C E | M A N O S L A R G A S
D I E C I S É I S | A F R O D I T A
D I E C I S I E T E | T R E S
D I E C I O C H O | T R O N O
D I E C I N U E V E | C R U D A R E A L I D A D
V E I N T E | D I F Í C I L
V E I N T I U N O | D E T E C T I V E
V E I N T I D Ó S | S E N T I M I E N T O S Y V E R D A D E S
V E I N T I T R É S | D I S C U S I O N E S
V E I N T I C U A T R O | S E R P I E N T E
V E I N T I C I N C O | S E C R E T O S
V E I N T I S E I S | ¿S I G U E S E N F A D A D A ?
V E I N T I S I E T E | U N I D O S
V E I N T I O C H O | C E L O S O
V E I N T I N U E V E | L O P E O R D E L S E R H U M A N O
T R E I N T A | H A B I T A C I Ó N D E S C O N O C I D A
T R E I N T A Y U N O | D E S T A P A N D O L A V E R D A D
T R E I N T A Y D O S | C O M O U N A F A M I L I A
T R E I N T A Y T R E S | N O Q U I E R O P E R D E R T E
T R E I N T A Y C U A T R O | A N T E S D E T O D O
T R E I N T A Y C I N C O | A P O C A L I P S I S
T R E I N T A Y S E I S | S O L O 1 0 M I N U T O S
T R E I N T A Y S I E T E | J U I C I O
EPÍLOGO
E X T R A

T R E C E | S I M U L A C I Ó N

5.7K 584 108
By thebabypes

«No contestaba a mis llamadas y eso me enfadaba bastante porque significaba que me preocupaba por ella cuando no debía hacerlo»

Gato.

El movimiento de la furgoneta me mareaba demasiado, hasta tal punto que casi vomitaba lo poco que había cenado con Gato hacía más de una hora.

Miré a los 3 hombres que se encontraban frente a nosotros en la furgoneta, cada uno con armas como si fuesen policías, pero los pasamontañas y la mirada de asesino que nos dedicaban, me hacía pensar que no eran de los nuestros y podía notar a Cronos más nervioso que yo. Al mirarlo vi en su mirada su nerviosismo, pero lo camuflaba como podía y empecé a creer que era porque no se esperaba para nada esto y porque yo era una novata, la cual no podría ayudarle tan bien para salir de esta los 2.

Nuestras manos estaban atadas y no podíamos movernos, ya que, tan solo el mínimo movimiento, todos ellos nos apuntaban a la cabeza.

En voz baja, pregunté a Cronos;

—¿Qué coño es esto?

Él me miró fugazmente antes de contestar y noté como en su mirada quería trasmitirme algo que se me escapaba.

—No tengo ni idea.

—Tu eres el experimentado y yo la novata —susurré mientras el sonido del móvil de uno de ellos interrumpía el silencio junto con los frenos de los neumáticos, que nos hacían movernos de un lado al otro—. Se supone que debes saber de que va.

—¿Tu te crees que soy el ojo que todo lo ve? —preguntó, cuando su mirada vio algo en mi cuello—. El collar. Hay que romper el collar —murmuró en muy baja voz.

—No sé como, ambos tenemos las manos atadas en nuestra espalda.

Cronos miró a los 3 hombres, el cual uno de ellos hablaba por teléfono en un idioma que desconocía mientras nos miraba. Vi como mi compañero hizo el más mínimo movimiento con las manos pegada a sus espaldas y los gritos de ellos hicieron que frenara.

—Como vuelvas a hacer el más mínimo movimiento meteré varias balas en tu boca —dijo con un acento bastante marcado, juraría que podría ser alemán, pero no estaba segura.

Tragué saliva al mirar como apuntaban a mi compañero y traté de tomar un anillo que tenía puesto en mi dedo índice y empecé a rasparlo sin que nadie lo viera en mi espalda para romper las bridas de mis muñecas. Pero era bastante complicado y tuve que parar al instante cuando ese hombre apuntó la pistola en mi cuello, se acercó a mi oído, oliendo como le apestaba el aliento.

—Suelta el puto anillo, puta.

Apreté la mandíbula y solté el anillo al suelo de la furgoneta y deseé estamparle mis puños en su rostro por llamarme puta, pero notar el frío metal de la pistola en mi cuello me hizo temblar y el hombre comenzó a apretar más fuerte en mi cuello y olvidé como respirar cuando noté como quería apretar el gatillo.

—Déjala, por favor... No les hemos hecho nada... No le hagas daño —suplicó mi compañero.

Miré los ojos del hombre, y deseé poder tener las manos libres para quitarle el pasamontaña, pero sería peor si hiciera eso, tanto para mí como para Cronos y solo miré los ojos negros de ese hombre, los cuales me observaban de una manera asquerosa.

Entonces, la seriedad de ese hombre cambió drásticamente y sus ojos se achinaron, sonriendo a través de sus ojos, pero el frío metal de la pistola seguía sintiéndola en mi cuello y, cada vez que tragaba, me hacía más daño por la fuerza que ejercía.

—Lo que me voy a divertir con la putita de Gato.

La voz y ese tono tan repugnante me hizo querer arrancarle toda esa sonrisa, pero mi miedo comenzó a ir más allá y cuando noté su mano sobre mi pierna, empecé a imaginarme que lo peor vendría dentro de poco, sin que nadie pudiera ayudarme, ni siquiera Cronos, aunque tratase de intentarlo.

—Ni se te ocurra tocarla, miserable —dijo Cronos y, por el tono de su voz, seguramente estaría apretando sus dientes al decirlo. Pero sus manos estaban atadas y no podía hacer nada.

—¿Quién es? ¿Tu perrito? —cuestionó nuevamente con ese acento tan marcado y que tratase así a mi compañero me hizo querer abalanzarme sobre él para quitarle esa sonrisa y esa lengua tan sucia.

—No le trates así —susurré con los dientes apretados.

—JM, déjalos. Nuestra misión es otra, no esa que estás pensando. —Escuché decir a otro con un acento diferente, francés quizás. Pero estaba tan inmersa y tensa en que no apretase el gatillo, que no me dio tiempo a pensar demasiado.

Moví mi cabeza lentamente, hasta llegar a pegarla a la pared de la furgoneta y ni siquiera supe porque hice ese gesto, quizás para no sentir tan fuerte como apretaba la pistola en mi piel, pero no sirvió de nada.

Ese hombre, un tal JM que estaba clavando su pistola en mi cuello, hizo un gesto cansino y luego, tras unos minutos eternos, retiró la pistola de mi cuello, volviendo a saber lo que era respirar y sus manos se alejaron de mi pierna.

—HN, no todos los días conozco a la ayudante de Gato... Si la eligió, por algo es.

—Si le haces algo más lejos de nuestra misión el jefe se enfadará y no solo eso... Gato irá a por ti como se entere que le has hecho algo a su chica. Y no quiero tener una diana en la espalda por tu culpa —advirtió ese tal HN, y el hombre que me estaba amenazando con la pistola arrugó su entrecejo, enfadado y se alejó de nosotros, aún sin retirar su mirada sobre mí.

El silencio volvió a hacerse y Cronos acercó su rostro para quedarse a pocos centímetros del mío y me susurró;

—Voy a sacarte de esta. Te lo prometo —murmuró y podía notar como su voz estaba mal por no poder hacer nada después de todo lo que me estaba haciendo ese tal JM.

Y negué con la cabeza, tratando de aguantar las lágrimas.

No pude contestarle, ni siquiera lo miré y cambié mi mirada para observar mis piernas algo desnudas y ver como había dejado la marca de su mano sobre mi muslo.

De pronto, la furgoneta frenó y tras escuchar varios pasos, los otros hombres que nos secuestraron, abrieron las puertas de la furgoneta y los 3 que estaban dentro con nosotros salieron y nos apuntaron con las pistolas.

—De rodillas —dijo el que llevaba callado todo el trayecto y ambos hicimos caso a lo que nos pedían.

Nos llevaron fuera de aquel garaje y nos metieron en un cuarto bastante grande y abandonado, pero oscuro, tirándonos al suelo y sintiendo como me raspaba mis rodillas por ese gesto.

Frente a mis ojos, tanto yo como Cronos, vimos una bañera llena de agua con hielo y al mirarnos, supimos que significaba todo aquello. Que es lo que nos harían y ya me esperaba mi final. Sabían que éramos policías y nos harían sufrir antes de matarnos. Querían que agonizáramos antes de que ellos acabasen con nuestra vida y ahí escuchamos de nuevo como uno de ellos hablaba por teléfono con alguien en lo que creía que sería alemán.

Entonces vi en la mirada de Cronos como quería hablar con ellos y se hizo el chulesco frente a ellos, lo que me hizo enfadar más.

—Venga... ¿Ahogo simulado? ¿Solo ven películas policíacas o que? —cuestionó con un tono irónico Cronos.

—¿Te puedes callar, idiota? —dije a mi compañero.

Al mirarnos, podía ver que me pedía perdón con la mirada y juraría que él estaba peor que yo.

No entendía nada de que iba todo esto, como habían descubierto que éramos policías. Quizás Cronos y yo nos descuidamos en algún punto. O incluso yo misma al no estar experimentada en la filtración.

La voz manipulada de alguien que desconocíamos, apareció, escuchándose por todo el lugar y Cronos y yo vimos una pantalla. Solo podíamos la llamada y la palabra en otro idioma, pero gracias a una serie que llegué a ver hacía muchos años, sabía que esa palabra significaba "jefe". Y apreté la mandíbula al descubrir que debía tratarse de Magnus.

—¿Cómo se llaman? —preguntó esa voz distorsionada, pero ninguno respondimos. Noté la pistola en mi nuca y como alguien me daba un fuerte empujón en mi hombro derecho y el hombre volvió a hablar—. Vuestros nombres reales. No tengo toda la noche.

Miré a Cronos, el cual nos entendimos con la mirada y le di mi nombre falso.

—Lisa Campbell.

—Reece Butterfly.

Miré a mi compañero, el cual no había conocido su nombre de infiltrado hasta ahora.

—¿Por qué habéis decidido ser ayudantes de Magno y Gato? —volvió a hablar Magnus y yo apreté la mandíbula.

No sabía como saldríamos de esta, cuando ni siquiera podíamos arrancarnos el collar que ambos portábamos y daba gracias a que Cronos no se le veía ese collar. Aunque diría que el estilo sería diferente al mío.

—Dinero —decimos ambos y nos miramos nuevamente al ver lo irrealista de la situación.

El silencio se hizo presente nuevamente y comencé a escuchar como el viento se colaba por las ventanas entreabiertas, haciendo un ruido espeluznante.

La pistola se pegó nuevamente en mi nuca y supuse que el hombre de antes que me estaba apuntando, se estaba pegando mucho a mí al notar su mano sobre mi hombro, disfrutando de ello.

—No me lo creo —contestó aquella voz—. ¿Quién os envía?

Tenía miedo de que nos descubriesen, aunque si ya lo sabían, estábamos perdidos. Entonces Cronos habló y parecía saber manejar la situación, como si ya hubiese vivido momentos así antes de esta misión.

—¿Qué? ¿Quién nos va a enviar? —preguntó él haciéndose el sorprendido.

—La policía está metida hasta la mierda en este sitio. Me aseguro que los ayudantes de mis luchadores no sean infiltrados.

Comencé a notar como me latía demasiado el corazón y ya no recordaba como se respiraba.

El frío metal de la pistola no me dejaba pensar y estaba por perder la compostura. Pero no ayudaba en nada ver una bañera llena de agua y hielo. Temí mucho por lo que me podría pasar, tanto a mí como a mi compañero. Pero nadie nos salvaría de esta situación.

Tras varios minutos de silencio, Magnus dijo;

—Adelante.

Dejé de sentir la pistola en mi nuca, pero lo sustituyó con las manos de JM agarrándome el cabello y metiéndome la cabeza en el agua helada. Traté de hacer lo posible por salir, pero no conseguía nada y el hombre que tenía a mis espaldas tenía mucha más fuerza. Empecé a notar falta de aire y tragué agua fría, notando como se me metía en la nariz y en la boca, ardiéndome los pulmones y, cuando empecé a notar la agonía, que esta sería mi final, JM me sacó.

Cogí todo el aire que podría acaparar mis pulmones y Cronos, quien había visto todo eso y había gritado que parasen, fue él el siguiente. HN metió la cabeza de mi compañero en la bañera y lo ahogó lo suficiente como para sacarlo completamente asfixiado.

—¿Quién os envía? —preguntó nuevamente Magnus, aunque su voz no era la misma por la distorsión.

—¡No nos envía nadie! —grité, pero no serviría de nada.

—Mis hombres pueden seguir así toda la noche, hasta que sus pulmones estén cubiertos de agua y ya no puedan continuar —dijo Magnus.

—Decimos la verdad, Poeta. —Volví a hablar.

Y una risa amarga sonó, para luego contestar;

—¿Quién os ha dicho que yo sea Poeta? Poeta solo es uno más de la familia, una marioneta más. Yo soy el que manda.

Miré a Cronos y luego a la pantalla, mientras Cronos decía sorprendido.

—¿Qué?

—Sigan.

Volvieron a meter mi cabeza en la bañera. Grité dentro del agua, aunque aquello no me ayudó para nada debido a que tragué más agua de lo que creía y luego volvieron a sacarme para continuar con Cronos.

Noté como mi frente se había hecho daño, pero no supe con qué y me dio igual, tratando de coger todo el aire posible y volvieron a meterme de nuevo en la bañera, una y otra, y otra vez. Pero ninguno hablábamos, por mucho que nos preguntasen. Sabíamos que sería peor si lo admitíamos, que podrían torturarnos de la peor manera posible y que nos hicieran ahogo simulado no iba a ser nada comparado con lo que podrían hacernos si dijésemos que éramos policías.

No supimos por cuanto tiempo estuvimos así, pero fueron los momentos más largos de mi vida.

Ya apenas conseguía respirar bien y notaba los pulmones pesados, hasta que aquel jefe supremo habló;

—Parad... No son policías.

JM me tiró al suelo y me noté lo suficientemente cansada como para no sentir nada.

Ninguno de los 2 dijimos nada, solo buscábamos aire y ese hombre desconocido que todo el mundo buscaba, dijo;

—Felicidades; habéis pasado la segunda prueba.

Levanté mi cabeza para mirar la pantalla.

—¿Qué? —cuestionó Cronos, quien estaba cerca de mí.

—A mi nadie me dijo nada de esto —susurré, recordando la prueba de fuego con Gato y me enfadé mucho al ver que habían más pruebas y que ni Cronos, ni Gato me hubiesen advertido sobre esto.

Pero al mirar a Cronos, vi la misma sorpresa que tenía yo en su rostro, a la vez que estaba completamente ido por la tortura.

—Pero les advierto; como me entere de que envían noticias o cualquier cosa relacionada sobre mi o mis hombres, lo que les haré en persona será digno de ser grabado —dijo con aquella voz que era imposible descifrar quien era—. Nadie juega conmigo. Llévenselos.

Noté las manos de JM y comenzaron a arrastrarnos hasta volver a la furgoneta y no ver a donde nos dirigían.

🥊

Tras habernos revisado un médico que conocía Cronos y que no diría nada a nadie, habíamos llamado a nuestro jefe para reunirnos en un lugar seguro, sin policías de por medio, ni en una comisaría.

El aparcamiento que habíamos elegido estaba alejado de la ciudad y ni siquiera sabíamos que hora era. Sabíamos que era de madrugada, pero el rostro que teníamos ambos era de esperar tras lo que habíamos vivido los 2 juntos.

Tras esperar al capitán, este, vestido de una manera diferente, nos esperó en su 4x4 y tanto Cronos como yo nos sentamos en los asientos traseros. El capitán nos miró asombrado y sabíamos que teníamos el peor rostro, aún algo mojados y con heridas en la frente por las quemaduras superficiales del hielo.

Tras explicarle todo lo que había sucedido esa noche, por cada momento y cada frase, parecía cambiar su expresión hasta que dijo;

—A ver si lo he entendido bien; Quedan en un puente para hablar del caso, les secuestran y les hacen ahogo simulado para saber si sois policías.

Miré a Cronos fugazmente para susurrar;

—Esta muy enfadado...

—¿No me digas? —cuestionó Cronos.

—¡Claro que lo estoy! ¡He podido perder a 2 de mis agentes en un caso complicado! Ustedes no lo saben, pero ahora mismo sois las personas más protegidas de Londres. Y removeré cielo y tierra para que no les ocurran nada —dijo cabreado y dudé bastante de su palabra tras pasar por todo aquello esa noche—. Voy a descubrir quienes son esos cabrones, empezando por ese jefe que tiene a todo el mundo atemorizado.

—Es solo una voz. No lo vimos, no sabemos nada de él —contesté.

—Ese hombre debía ser el mandamás, el que buscamos —continuó mi compañero.

—Ahora mismo eso me da igual. Quiero saber como era esa furgoneta, matrícula, altura de esos hombres y como era la voz de cada uno de ellos, y así enviar a Brown y Santana a investigarlo —dijo. —Alguna cámara los habrá grabado y podremos saber la trazada que utilizaron y que lugar hicieron esa tortura para detener a esos hombres encapuchados.

—Lo mejor es no pisar la comisaría hasta que pase unas semanas. Nos estarán vigilando cada paso que demos —anunció Cronos y yo asentí, de acuerdo con él.

El capitán nos miraba, esperando alguna idea, y luego asintió tras varios segundos.

—Si los vigilan, mis hombres les vigilarán a ellos. Mientras, sigan con vuestro trabajo y la próxima vez utilicen el puto collar.

Apreté la mandíbula porque ese hombre parecía no entender que no pudimos utilizarla, por mucho que lo intentásemos.

Pero era el capitán y asentimos, sin decirle nada más.

—Si, señor.

Fui a abrir la puerta, pero el capitán volvió a hablar.

—Cronos... ¿La nariz se lo hicieron ellos también?

Me mordí el labio y Cronos carraspeó.

—Si, capitán. Así es.

El capitán nos miró a ambos y luego asintió, sin creérselo demasiado, pero prefirió no seguir por ese camino.

—Vale. Mientras, solo podréis hablar directamente con los agentes Santana y Brown. Tienen muchos amigos en este lugar y muchos chivatos, podéis fiaros de ellos.

Nos bajamos del coche y mi compañero Carlo, tras meternos en su coche, me miró, como si estuviese preocupado por mí.

—¿Santana y Brown? —cuestioné mientras él arrancaba el coche para dejarme en mi piso.

—Son mis compañeros. Inspectores de homicidios, pero que ahora trabajan en este caso. Tienen buenos contactos y son los únicos en los que podemos fiarnos.

Asentí y, tras bastante rato, Cronos aparcó frente a mi edificio y yo me tapé el rostro.

—Esto no puede estar pasando —susurré.

—Investigaré si esto de la segunda prueba es verdad o una falacia —respondió él, para saber si realmente sospechaban de nosotros o era cierto esa segunda prueba.

No contesté a lo que él me decía y, cuando fui a abrir la puerta, él me frenó.

—¿Cómo vas?

Lo miré sarcástica y respondí;

—De maravilla.

Podía ver su preocupación en su mirada y no sabía que decirme, hasta que contestó;

—A partir de ahora vamos a hacer esto juntos —susurró, sabiendo que, aunque nos diéramos información, no estábamos trabajando juntos y yo asentí—. Entre ayudantes nos podemos llevar bien. No debí dejarte sola, la culpa es mía... Pero debemos ser discretos y no hablarnos en público, como lo hemos hecho hasta ahora y menos tras la disputa de la otra noche. —Tomó mi mano y comenzó a escribir una dirección en el dorso de ella—. Esta es mi dirección. Mañana por la mañana te espero allí.

Me quedé callada antes de salir y mi compañero me dio todo el tiempo del mundo.

Lo miré a los ojos y me decanté por pedir perdón y decirle lo que había pasado antes de quedar ambos en aquel puente.

—Cronos, creo que la culpa de lo de esta noche, fue mía. Cuando salí del restaurante en el que me dijo Gato que fuéramos, noté que alguien me seguía. —Negué con la cabeza y continué. —No le di importancia.

Él arrugó su frente y negó con la cabeza.

—No te preocupes por ello, pero la próxima vez no lo dejes pasar por alto. Es un consejo que te doy para futuras misiones. —Tragó saliva y siguió. —No sé si están sospechando de nosotros, pero sigamos por la misma línea. —Asentí y, cuando me bajé del coche, él me susurró—. Ten cuidado, Felina.

Nos despedimos y subí a mi piso solitario. Cerré la puerta con todos los pestillos que tenía, completamente asustada tras lo que viví y me senté en el suelo, echándome las manos en la cabeza y lloré fuertemente.

Supe que no estaba preparada, ni lo estaría nunca, para este trabajo.

Tomé el móvil desechable y vi varias llamadas perdidas de Gato. Negué con la cabeza, avergonzada, mal y sintiéndome la peor agente que existía. Apegué el móvil y no supe por cuanto tiempo me quedé sentada en el suelo, llorando, sola.

Completamente sola.

***

Y hasta aquí el capítulo de hoy viernes.

¿Que piensan sobre todo lo que ha ocurrido en este capítulo?

¿Realmente es una prueba o sospechan de ellos?

¿Les descubrirán pronto?

¿Quien puede ser ese jefe del que todos hablan?

Me alegro mucho como está quedando esta novela y todo lo que queda por saber. Tengo muchas ganas de que lean algunas partes que he escrito y que las dejarán sorprendidas y con ganas de más ;).

Solo les diré que el de la semana que viene será largo y muy caluroso ;) ;) ;).

Nos leemos el viernes :3

Patri García

Continue Reading

You'll Also Like

20.7K 1.1K 11
Cuando tenias 8 años tenias una vecina de tu misma edad en tu vecindario pero ella no paraba de hacerte bullying y cuando te mudaste a otra ciudad, E...
6.8M 686K 22
Tercer libro en la Saga Darks (2021) Portada: BetiBup33 design studio.
391K 22.6K 57
Vera García acaba de vivir el peor momento de su vida, tal es así que acaba desmayándose en plena calle de noche. Al despertar conoce al chico que la...
12.3K 283 22
Hay un Dicho muy conocido "𝘏𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳𝘭𝘦 𝘮𝘢́𝘴 𝘮𝘪𝘦𝘥𝘰 𝘢 𝘓𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘰𝘴" pues el hombre es el...