Lo cierto es que su aventura no fue tan emocionante como se habían esperado. Cory y Brooke salieron de la casa de esta a primera hora de la mañana, preparados para encontrarse con respuestas, con algo que por fin pudiera resolver alguna de las cuestiones que habían estado tanto tiempo persiguiéndoles pero cuando llegaron a aquella dirección que había escrita tras la fotografía, lo único que encontraron fueron ruinas.
El viaje en coche había durado poco más de dos horas en las cuales ambos intentaron disimular lo nerviosos que realmente se encontraban; escucharon música, se lanzaron alguna que otra mirada disimulada cuando el otro no estaba atento y entonces llegaron tan solo para ver que aquel destino del que tanto habían esperado era tan solo una vieja y grande casa abandonada; tenía dos plantas, unas escaleras que crujían por cada escalón que subían, cortinas destrozadas y paredes blancas desnudas, sin ningún cuadro decorándolos. Parecía una residencia antigua; no había ni televisión ni ningún otro aparato que pudiera mostrar cualquier signo de tecnología moderna y el olor resultaba desagradable; quizás de llevar tanto tiempo cerrada o por la falta de limpieza. Contaba con cuatro habitaciones, dos totalmente vacías y otra con un simple colchón en el suelo y un gran salón donde destacaba el sofá con agujeros y dos estanterías sin nada en ellas.
－La verdad es que no esperaba encontrar cuerpos por todos lados ni un grupo de asesinos chiflados pero esto... esto es decepcionante. － Comentó Cory cuando entraron a esta y tan solo vieron muebles viejos y destrozados, polvo por todos lados y ni una sola muestra de que allí hubiese habido vida durante al menos los últimos treinta años.
－No puede ser. －Se quejó Brooke que también pudo sentir la decepción en cada parte de su cuerpo. －¿Por qué habrían escrito esa dirección?
－¿Estamos seguros de que estamos en el lugar correcto? －Preguntó el chico mientras aun seguían dando vueltas por la estancia, tratando de una forma desesperada de encontrar algo, cualquier cosa, cualquier pista o información.
Brooke asintió.
－Es aquí. －Recorrió el lugar con su mirada una última vez y entonces suspiró. －Pero aquí no hay nada.
Estuvieron allí durante al menos dos horas, pasando por el mismo sitio una y otra vez pero al salir, lo hicieron con las manos vacías. Era cierto que aquel lugar abandonado podía hacer que su piel se pusiera de gallina pero eso era lo único.
－Esto ha sido una perdida de tiempo. －Se quejó Brooke de vuelta en el coche.
－¿Acaso estás diciendo que un viaje conmigo ha sido una perdida de tiempo? －Preguntó Cory mientras conducía. －Eso duele.
－¿Acaso estás diciendo tú que te ha gustado este viaje conmigo? －Contraatacó Brooke, y cuando le miró pudo ver como él estaba tratando de no sonreír.
Cory se encogió de hombros.
－Bueno, resultas bastante entretenida para ser una pija con dinero. －Contestó él y ella no pudo evitar reír porque al fin y al cabo, podía decir que había disfrutado de esas horas a solas con él; porque quizás las había disfrutado demasiado teniendo en cuenta de que se trataba de algo que podría haber resultado siendo peligroso.
－Y tú, cuando quieres, resultas bastante agradable para ser un delincuente con mal humor.
－Pero solo cuando quiero. －Aclaró él, que había dejado de mirar a la carretera y ahora la miraba a ella. Hubo cierta complicidad en sus miradas y al final ninguno de los dos pudo evitar sonreírse, una pequeña sonrisa que hizo que el pulso de ambos se disparara.
Cory tuvo que volver a mirar a la carretera de nuevo porque estaba convencido de que sino lo hacía ya, entonces acabaría perdiéndose en el rostro de Brooke, aquel que de cierta forma siempre le parecía adictivo, que le atrapaba y no podía dejar de mirar. Y él se encontraba conduciendo, no podía arriesgarse a que ambos sufrieran un accidente.
Cuando la dejó en casa, él se quedó deseando que el viaje hubiese durado más, había deseado haber cogido el camino más largo para así haber podido disfrutar un poco más de su compañía. No le importó no haber encontrado nada, no le importó el haber perdido esa mañana dos entregas a unos clientes de confianza... había merecido totalmente la pena.
Cory, Aaron y Paul se encontraban en la casa de Ezra, el mismo sitio donde se había estado quedando Cory los últimos días después del incendio.
－Se hace raro estar aquí sin él. －Murmuró Aaron; lo cierto es que ninguno de los tres podía apartar esa sensación de tristeza que los recorría cada vez que se encontraban allí. No pudieron evitar preguntarse si en algún momento su amigo volvería a ocupar aquel lugar.
－¿Sabéis que allí nos dimos el primer beso? －Comentó entonces Paul, mirando hacía la cocina, vislumbrando la escena como si pudiera estar viéndola; ambos habían bebido, pero no demasiado, no tanto como para que no fueran conscientes de lo que hacía, tan solo lo suficiente como para que les diese el impulso para hacer lo que llevaban años queriendo. Los dos abrieron la nevera, Ezra cogió dos cervezas, una para cada uno y entonces antes de tendérsela, le miró a los ojos y le preguntó con picardía:
－¿Cuantas más te hacen falta para darme un beso?
Paul, incrédulo por lo que acababa de escuchar, cogió la cerveza, la dejó en la encimera y sin previo aviso, agarró su camiseta con cierta fuerza y lo acercó hacía él, haciendo que sus labios chocaran.
Ahora, después de todo lo que había ocurrido, no pudo evitar sonreír al recordarlo y deseó con todas sus fuerzas que las cosas hubieran sido distintas. ¿Cuándo volvería a sentir sus labios de nuevo? ¿Cuándo volvería a saborear uno de sus besos? Él estaba dispuesto a esperar, sabía que podría esperar el resto de su vida si eso le garantizaba el volver a estar a su lado.
Aaron y Cory no pudieron evitar sonreír ante lo que había dicho su amigo.
－¿Lo siguiente será decirnos en que lugar lo hicisteis por primera vez? －Pregunto Cory, con cierto toque divertido, recordando también como Ezra había estado hablándole de aquel beso durante toda una semana entera. Una parte de él deseó poder hablarle ahora de Brooke y no pudo evitar preguntarse que diría su amigo... sería la primera vez que le hablaría de una chica.
Paul no pudo evitar reír a pesar de la tristeza.
－Eso no te lo podría decir, －comenzó a decir Paul y en su rostro se mostró una divertida expresión. －Ya que fue en tu casa.
El rostro de Cory cambió al asombro y a su lado, Aaron reía a carcajadas.
－Dime que es verdad. －Le pidió el segundo y Paul simplemente se encogió de hombros.
－Lo es. －Respondió y deseó que Ezra pudiese estar presente para ver aquella escena, sabría que reiría. －En el cuarto de baño.
Cory al final no pudo evitar soltar una carcajada; no estaba acostumbrado a reír de esa forma pero cada vez que lo hacía, por el cuerpo de Aaron y Paul recorría una agradable sensación. Se alegraban ver que, a pesar de todo lo ocurrido, él aun pudiera seguir riendo.
No les había dicho lo de su pequeña excursión con Brooke ya que al fin y al cabo no habían sacado nada interesante de esta. Sintió el impulso de comentárselo a lo largo de la tarde pero entonces se quedaba callado como si de cierta forma quisiera mantenerlo en secreto, su pequeño secreto. Y también sabía que de haberlo hecho, probablemente ellos habrían estado molestándole durante el resto de las horas acerca de como era un idiota cada vez que se encontraba a su lado.
...
Era el tercer día de "trabajo" de Brooke, si es que a eso se le podía considerar un trabajo. Había estado ayudando a la madre de Aaron en esa pequeña tienda de alimentación que llevaba pero al final la mujer no la había dejado hacer nada; simplemente le pedía que se sentara a su lado y entonces comenzaba a hablar con ella, contándole cotilleos del barrio, anécdotas de los chicos y haciendo alguna que otra pregunta de su vida.
Disfrutaba de las horas con ella; se reía en ocasiones mucho más de lo que se había reído con su grupo de amigos y sentía que podía escucharla hablar durante horas, incluso de la cosa más simple.
－¿Cómo se conocieron? －Le preguntó en un momento, curiosa por escuchar la historia. La madre de Aaron, Anisa, sonrió con dulzura y cierta nostalgia.
－Paul y Cory se conocen desde bien pequeños, fueron juntos al colegio y desde el primer momento se hicieron amigos; la gente me contó que los dos eran unos auténticos bandidos, siempre metidos en líos y haciendo trastadas por todo el barrio. Nosotros nos mudamos un poco más tarde, cuando Aaron acababa de cumplir trece años y los padre de Cory acababan de... bueno, supongo que ya conoces la historia. A mi Aaron al pobre le costó mucho adaptarse al cambio; un colegio nuevo, una casa nueva, un vecindario nuevo... y ya sabes que no podemos presumir de que sea el más seguro del mundo. －Puso una pequeña mueca en la cara y Brooke, avergonzada, bajó la mirada porque al fin y al cabo ella nunca podría entender lo que era eso, no desde la posición privilegiada en la que se había encontrado toda la vida. －El tercer día de clase Aaron vino a casa con la cara ensangrentada... al parecer unos chicos algo más mayores habían estado metiéndose con él desde el principio y al final habían acabado pegándole y robándole su pequeña consola. El pobre lloraba y lloraba diciendo que no quería volver a ese lugar y yo al día siguiente lo dejé en casa para que descansara y se tranquilizara un poco; su padre y yo estábamos dispuestos a ir a ese maldito colegio a recuperar la consola y a que hicieran algo con esos chicos. Pero entonces, esa misma mañana, llamaron a la puerta de casa y cuando abrí me encontré a un pequeño niño bajito con una mirada dura, los nudillos llenos de sangre y sujetando la consola de Aaron. A su lado estaba Paul, algo más tranquilo y sin signos de haber peleado.
－¿Está Aaron en casa? －Me preguntó el pequeño Paul y yo, sorprendida sobre todo por la rabia que destilaba el rostro de Cory y las heridas de su mano, tan solo pude asentir.
Aaron apareció tras de mi y se los quedó mirando también con sorpresa y entonces Cory le tendió la consola, aun sin decir nada pero de eso ya se encargó Paul.
－¡Tendrías que haber visto como ha dejado la cara a esos tres tíos! Uno de ellos seguro que tiene la nariz rota, Cory ha acabado con todos y bueno, yo también he ayudado, claro. Pero él ha ido hacía ellos y les ha robado la consola, ha sido increíble y... －Comentó a relatar él, probablemente exagerando mucha de las cosas pero provocó que Aaron sonriera y desde ese día... no les he vuelto a ver separados.
Brooke no pudo evitar sonreír al imaginarse a un Cory más pequeño, peleando con unos chicos por robar la consola a un pequeño niño indefenso y es que eso hizo que su afecto por él creciera aun más.
－Son unos chicos increíbles, los tres. －Añadió y en su rostro se formó otra triste sonrisa. －Y Ezra también lo era, a pesar de lo que sucedió... es una pena, la verdad.
Se imaginó que la mujer no conocería la autentica historia, que la versión que ella tenía era la que la policía sabía y la que Ezra se había procurado de difundir.
Fue entonces, después de un par de horas sin que nadie entrara en la tienda, cuando Anisa le pidió si podía quedarse unos minutos en la caja para que así ella pudiera ir a sacar algo de dinero al cajero que había al lado.
－Voy a aprovechar ahora que no hay nadie. －Dijo la mujer con cierta ironía. －Estarás bien tu sola, ¿verdad?
－Si, no te preocupes.
La mujer salió por la puerta y tan solo un minuto después, un hombre entró por esta. Brooke le observaba de reojo mientras él hacía su pequeño recorrido por la tienda, observando las estanterías pero sin llegar a coger nunca nada. Recordó como Anisa le había aconsejado ofrecer su ayuda cuando alguien se viese algo indeciso y entonces ella desde la caja, preguntó:
－¿Puedo ayudarle en algo?
El hombre levantó la vista y sin decir nada comenzó a acercase hacía ella, a paso lento, sin apartar sus ojos de Brooke que comenzó a sentir cierta incomodidad, cierta sensación de temor. ¿Por qué la estaba mirando de esa forma, por qué se estaba acercando hacía ella? Cuando tan solo estuvieron separados por el mostrador de la caja, el hombre paró... había algo en su mirada que la hizo sentir que no estaba a salvo.
－En realidad si que puedes ayudarme, Brooke. －Murmuró y sintió como la piel se le ponía de gallina.
－¿Có-mo s-sabe ústed-d mi nombre-e? －Balbuceó, mirando a la puerta esperando que alguien entrara pero nadie lo hizo. Comenzó a dar pasos hacía atrás, alejándose todo lo posible de él pero rápidamente su espalda dio contra la pared donde había chucherías colocadas.
－Se muchas cosas sobre ti. －Contestó con una voz fría. －Y respondiendo a tu anterior pregunta, me serviría de mucha ayuda si tú y tus amigos dejarais de meteros en las cosas que no os convienen. Estamos siendo muy buenos pero te aseguro que nuestra paciencia tiene un limite y vosotros estáis a punto de agotarlo.
Comenzó a temblar, ¿la estaba amenazando? Sí, por supuesto que lo estaba haciendo y no solo a ella sino también a Cory, Paul y Aaron.
－Ll-llamaré-é a la p-polici-ia. －Odió que sus palabras salieran de esa forma, odió no poder controlar el tono de su voz y que este demostrara lo asustada que se sentía. No creía haberse encontrado tan asustada nunca, ni si quiera esa vez en la cabaña porque ahora estaba sola, totalmente sola.
Sintió como sus ojos comenzaron a arder, conteniendo unas lagrimas que sentía que no tardarían en salir. El hombre sonrió; sus ojos eran muy azules, tanto que parecían estar a punto de salírsele de las órbitas, el pelo rubio y su piel muy blanca, algo colorada en los mofletes y con ciertas marcas de un acné que había cicatrizado mal. Debía de tener unos cuarenta años y su rostro se le hacía extrañamente familiar aunque no pudo averiguar donde le había visto.
Y este tan solo sonrió ante el temor de Brooke como si de cierta forma le divirtiese.
－Estás avisada.
Salió por la puerta tras esto, dejándola a ella temblando, lanzando pequeños sollozos y con la mano en el pecho, sintiendo como por este estaba a punto de salir su corazón.
Ahora tenía clara una cosa y es que, yendo a esa dirección quizás se habían acercado mucho más de lo que habían creído.
Cogió el teléfono y llamó a Cory.
* * * * *
¡¡Hola!! Aquí os dejo el nuevo capítulo :) Espero que os haya gustado mucho y que estéis disfrutando de la historia !
Os voy a hacer un pequeño spoiler y es que dentro de poco... habrá un beso entre dos personajes que se que todas estáis esperando bastante ;) No puedo esperar a que lo leáis!
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Muchas gracias a todas esas personas que estáis leyendo la historia y que me apoya en cada capitulo, sois las mejores!!
Un beso
xx