[Mericcup] Teach me how to Lo...

By MarySueSanders

41K 3.2K 1.4K

Mérida Dunbroch tiene que mudarse a Nueva York con su familia debido a una nueva oportunidad laboral que se l... More

Prólogo: Fucking Big City
Capítulo 1: The new girl in town
Capítulo 2: Needing help
Capítulo 3: Secret feelings
Capítulo 4: Give me some
Capítulo 5: A little sweetness
Capítulo 6: Secret lovers
Capítulo 7: Game rules
Capítulo 8: Silence
Capítulo 9: The red queen (Parte 1)
Capítulo 10: The red queen (Parte 2)
Capítulo 11: The red queen (Parte 3)
Capítulo 12: Strongest Love
Capítulo 13: Ocean siren
Capítulo 14: Your spell
Capítulo 15: You earned it
Capítulo 16: White man
Capítulo 17: Storm clouds
Capítulo 18: Problems
Capítulo 19: Drink to forget
Capítulo 20: Change for you
Capítulo 21: Seduction tricks
Capítulo 22: Threats
Capítulo 23: Heart demons
Capítulo 25: Suicide
Capítulo 26: One more chance
Capítulo 27: Irrational
Capítulo 28: The perfect housewife
Capítulo 29: Old friend
Capítulo 30: Goodbye
Epílogo: Last words
Remind me how to love

Capítulo 24: Not a love story

953 87 55
By MarySueSanders

Me desperté al día siguiente con los ojos hinchados. Había pasado la noche en casa de Hiccup y ahora él se encontraba detrás de mí, rodeándome con sus brazos. Nos habíamos quedado dormidos en el sofá, luego de habernos tirado en cara todo lo que despreciábamos del otro. Me moví lentamente, liberándome de su agarre.

Caminé por el apartamento hasta llegar a mi bolso, mientras me frotaba perezosamente los ojos; y saqué mi teléfono. Cinco llamadas perdidas de 'Mamá'. Suspiré preocupada, para luego retirarme de la habitación, bajar por las escaleras del recibidor y salir a la calle.

-¿Mamá?- Pregunté, pegando mi oreja al móvil.

-¡Mérida! ¡Gracias a Dios!- Gritó ella, exaltada.- ¿Te das cuenta de lo preocupada que estaba por ti, jovencita?- Me preguntó.- Por poco llamo a la policía.- Advirtió.

-Lo siento.- Contesté, agachando la cabeza.

-¿Lo sientes? Oh, sí... vas a sentirlo. Estás castigada. ¿Oíste?- Sonaba furiosa y la entendía completamente. No sabía dónde estaba ni con quién, puesto que no tenía idea de quien era mi 'amigo'.

-De verdad lo lamento, ma.- Me disculpé nuevamente, con la voz cargada de tristeza. Pero, ¿por qué estaba triste?

-¿Cuando volverás a casa?- Preguntó, más calmada.

-Supongo que en unas horas. Mi... Em, amigo... Aún no despierta.- Se escuchó un silencio cargado de incomodidad.- ¿Mamá?- Pregunté.

-¿Dormiste con él, Mérida?- Me quedé helada, para luego soltar una leve carcajada vergonzosa.

-No, mamá. ¿Que te pasa?- Estaba completamente avergonzada. Quizá no había dormido con Hiccup la noche anterior, pero sí lo había hecho al fin y al cabo.- Solo me quedé dormida en su sofá mientras él terminaba algunos detalles de la tarea.- Ella dudó.

-Está bien.- Afirmó luego de unos segundos, aunque no sonaba muy convencida.- De todas maneras, eso no te salva de tu castigo.- Sonreí, aunque ella no podía verme. Agradecía que mi madre siguiera preocupándome por mí a pesar de la pésima hija que había sido todo ese tiempo.

-Llegaré en un par de horas.- Le dije, conteniendo la risa.- Te amo, mamá.- Y procedí a colgar.

Me quedé observado mi teléfono con melancolía. Miraba aquella B grande en su parte trasera, a la vez que me recostaba por la pared del edificio. ¿Qué demonios estaba haciendo? Amaba a Hiccup, pero al mismo tiempo temía que me lastimara nuevamente como lo había hecho. De todas formas, ¿por qué él estaba conmigo cuando podía estar con cualquier otra chica más hermosa que yo? Es decir, él lo tenía todo: Personalidad, belleza, dinero... ¿Por qué se interesaba en mí?

Quizás le causaba gracia y placer jugar con mis sentimientos como lo hacía.

Observé a lo lejos el muelle, a penas amanecía. Suspiré para llenar mis pulmones de fresco aire matutino de sábado. Allí, el aire olía ligeramente a sal.

Me di cuenta de que no sabía absolutamente nada del hombre que decía amar. Solo sabía que era profesor de física, que venía de una familia con gran fortuna, que su padre había muerto en un accidente y que ahora su madre estaba a cargo de Empresas Berk. No sabía nada de su pasado, ni de sus intereses salvo su pasión por los coches caros.

¿Por qué estaba con Hiccup?

-¿Mérida?- Su voz llegó a mis oídos de repente, aunque no me moví de mi lugar ni aparté la vista.- ¿Que haces afuera, cariño?- Me preguntó, rodeándome con sus brazos y acariciando uno de mis brazos para trasmitirme calor.

-Pensaba.- Confesé, aún observando el horizonte.

-¿En qué?- Quiso saber, cambiando de posición para abrazarme desde atrás y apoyar su mentón sobre mi cabeza.

-En ti. ¿En qué más podría pensar?- Hiccup guardó silencio por unos segundos, en los que la campana de un barco zarpando llenaba el ambiente.

-Deja de pensar tanto.- Me advirtió, susurrando.

-No puedo.- Admití de forma casi inaudible, aunque él me escuchó de todas formas.

-Entonces dime qué te preocupa para poder aclarar tus dudas.- Dijo, para luego besarme la sien derecha y mantener su cabeza apoyada en mi hombro.

-Siempre me dices que soy tuya, y es completamente cierto. El problema es que yo siento que tú no me perteneces.- Confesé, con la voz vacía.

-Soy tuyo.- Susurró, sobre mi oreja.

-¿Cómo puedo estar segura?- Pregunté con algo de ironía.

-Mierda Mérida, si no lo notas es porque estás ciega.- Comenzó, en lo que me volteaba para que yo lo mirara a los ojos.- Nunca creí que me enamoraría de alguien, pero luego apareciste tú y todo mi mundo se puso de cabeza. ¿Sabes que fue lo primero que pensé el día en que apareciste en mi salón de clases?- Negué levemente la cabeza, hipnotizada por el color verde.- Pensé, 'Hiccup, estás jodido, porque de ahora en adelante no podrás quitarte a esa chica de tu cabeza'. ¿Y qué crees? Así pasó. Pensaba en ti a cada momento, como si te hubieses adherido a mi mente. En todos mis sueños, allí estabas tú, con tu hermosos ojos celestes mirándome fijamente. Desde el día en que te vi, fuiste mía y yo fui tuyo.- Pronunció, acercándose a mis labios.- Olvídate de toda duda, nos hicimos daño, pero me da igual. Podrías sacar un cuchillo y apuñalarme pero yo aún así te seguiría amando. ¿Por qué? Porque eres todo lo que quiero, necesito y deseo. Todo de ti es perfecto para mí. Tus días buenos y malos, tus caricias y golpes, tus sonrisas y tus llantos... Cualquier cosa que tenga que ver contigo, lo amo por ser parte de tu ser.- Para cuando Hiccup terminó de hablar, yo ya estaba llorando como una idiota.- No llores.- Pidió, con una sonrisa.

-Lo lamento, es que... me alegra mucho oír eso.- Confesé, soltando una risa mezclada con un sollozo. Hiccup rozó sus labios con los míos, para luego darme un largo y profundo beso.

-¿Sigues pensando que no te pertenezco?- Preguntó, sobre mis labios. Yo negué levemente, rodeando su cuello con mis brazos para atraerlo más a mí.

Hiccup era el único que podía encender mi corazón y apagarlo con un soplido. Me volvía loca y furiosa no poder controlarme cuando él estaba cerca. Cuando el me acariciaba, cuando nuestras miradas se conectaban; había algo en mí que cambiaba para bien o para mal.

-Vamos arriba.- Susurré entre nuestro beso. Él se separó, me tomó de la mano y comenzó a caminar hacia su apartamento, en donde ambos nos expresamos todo ese amor que habíamos tenido que esconder por nuestro egocentrismo.

-.-.-

Las semanas siguientes fueron como volver el tiempo atrás y regresar a cuarto, cuando el señor Haddock y yo nos comportábamos como un par de niños que jugaban a esconderse del mundo. Como mamá no me dejaba salir salvo para ir al instituto, Hiccup y yo tuvimos que vernos allí mismo.

Esa mañana estaba con Nod, platicando dentro de un aula vacía. Todo el mundo ya estaba en sus clases, pero nosotros decidimos faltar a la de Francés por carencia de ganas. Él aún tenía el ojo algo marcado por el golpe. Cada vez que lo miraba, se me partía el corazón y mi odio hacia Hiccup revivía.

No podía evitar sentir algo por Nod. Era demasiado bueno, siempre dispuesto a ayudarme. Quizás no lo amaba, pero lo quería en serio. Me hacía sentir un poco más humana y real, a diferencia de Hiccup que volvía todo como un sueño o una pesadilla.

-Estás radiante hoy.- Agregó Nod, refiriéndose a mi alegre humor. La verdad era que Hiccup y yo nos habíamos visto minutos antes; y aún deliraba con sus besos. De allí mi maravilloso comportar.

-Gracias.- Le sonreí.- Tu ojo se ve mucho mejor.- Comenté, tomándolo de la barbilla para girar su rostro y tener una visión mejor de su moretón.

-Ya era hora.- Suspiró.- Con el día de hoy iban tres semanas. Debía mejorar.- Hice una mueca de disgusto.

-Lo lamento, en serio. Todo fue mi culpa.- Él me sonrió.

-Basta, llevas diciendo eso desde que ese idiota me golpeó. A propósito, ¿qué ocurrió entre ustedes después de eso?- Yo suspiré... era una larga historia.

-Bueno, seguimos viéndonos.- Comenté, resumiendo todo el asunto. Él rió.

-¿Ves? ¿Que te dije? Sabía que funcionaría.- Presumió.- Aunque debo admitir que estoy en desacuerdo con esa relación. Él está loco y no me termina de convencer con su aspecto de niño bueno.- Bufé. Nod tenía razón, Hiccup era misterioso. Todo el tiempo aparentaba ser alguien increíblemente decente, aunque en realidad era todo un actor. Recordemos que estaba saliendo con una alumna.

-Lo sé.- Acordé.- Pero es como si a pesar de que intentara alejarme, al final siempre termino volviendo a él.- Mi amigo me miró con lástima. Podía descifrar la tristeza en mis ojos.- No sé cómo explicarlo, a decir verdad. Todo es demasiado confuso.- Nod abrió la boca para decir algo, pero justo en ese momento, se escuchó cómo algo chocaba contra los casilleros. Ambos salimos al pasillo rápidamente, pensando que alguien podría estar lastimado. Sin embargo, nos encontramos con un panorama muy distinto.

Allí estaba Hiccup, acorralando a la directora Arendelle contra los casilleros mientras la besaba con intensidad. Sentí mis piernas temblar y ceder. Si Nod no hubiese estado detrás de mí para sujetarme, habría terminado desplomada en el suelo.

¿Por qué, Hiccup?

¿Qué hice mal?

Yo no merezco esto...

Continue Reading

You'll Also Like

131K 13.8K 45
Mérida está cumpliendo 18 años y es hora de que se case. Sin embargo, ella no quiere hacerlo, pero no ve otra forma de salir de eso. Entonces su padr...
59.5K 6.6K 14
¿Que hubiera pasado sí los fuegos fatuos hubieran guiado a la pequeña Mérida hacía un pequeño dragón débil, de grandes ojos azules? El destino fue m...
157K 12.7K 29
En la isla Berk llega un barco con grandes vikingos buscando a alguien, dicen que buscan a un chico con un furia nocturna, que son peligrosos ya se q...
271K 28.6K 40
WTTF | ❝Ven a volar conmigo hasta una fantasía, donde tú puedas ser lo que sea que quieras ser. Ven conmigo, caminaremos a través del fuego❞ Donde do...