Cacería - Saiouma oneshot

By blacklie09

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Cada 10 años se secuestra de entre 4 a 5 personas para alimentar al ultimo vampiro que queda vivo. Este se di... More

ACLARACIÓN

Cacería

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By blacklie09

Casi no podía recordar nada, su mente estaba apagada y su cuerpo apenas reaccionaba, no sabía dónde estaba ni porque, se dejó estar unos segundos antes de levantarse un poco más despierto y comenzar a ver su alrededor.

Era sin duda un lugar lúgubre, lleno de cortinas rojas y grandes ventanales, las paredes de un purpura muy oscuro y el suelo completamente negro, lo único que parecía tener tan solo un poco de color eran los gigantescos cuadros que mostraban los rostros de personas extrañas, todas de facciones alargadas y puntiagudas, piel blanca y ojos rojos, siendo lo que más destacaba, sus dos colmillos que sobresalían de sus labios.

Shuichi salió del salón donde estaba y se encontró con un pasillo de aspecto similar, recorrió este mismo mientras poco a poco recordaba cómo había llegado hasta ahí.

No era alguien que disfrutara de salir, más bien prefería quedarse solo en casa y no ver a nadie, aun así, no pudo salvarse cuando su único amigo, Rantaro Amami, se dispuso a llevarlo a una de sus expediciones.

Los dos tenían que recorrer un gran bosque para llegar a su destino, ignoraron todas las advertencias de los pueblerinos y se adentraron, continuando con su camino tanto de día como de noche, como era de esperarse, eso no salió muy bien.

A mitad del recorrido perdió a Rantaro y poco después perdió la consciencia.

Ahora estaba solo, vagando en un lugar desconocido, siguió caminando hasta que se encontró con dos gigantescas puertas de madera pulida, cuando las abrió, se encontró con una mesa exageradamente larga, llena de un enorme festín con todo tipo de comida, no tardo en acercarse y tomar un poco, sentía como si hubiera pasado días sin comer.

Cada platillo era delicioso y con sabor único que nunca había experimentado, eso hasta que escucho como los pasos de distintas personas se acercaban a él.

Eran 4 personas vestidos de trajes elegantes, se habían colocado frente a la mesa y quedado completamente helados, Shuichi se acercó a ellos con curiosidad.

Eran 2 hombres y dos mujeres, uno tenía el cabello completamente negro, largo y lacio, otro era muy bajito de grandes ojos, entre las chicas estaban una chica de pelo castaño y dos coletas con fuertes ojos rojos, quien parecía ser la única que le regresaba la mirada, mientras que la última era una mujer madura de cabello verde muy claro y que cubría una parte de su ojo con ese mismo cabello.

Trato de hacer que reaccionaran, pero ninguno se movía ni hablaba.

— Por favor — Termino diciendo la chica con el ojo cubierto — Tome asiento, el resto de huéspedes llegara pronto.

Shuichi no supo cómo responder así que simplemente siguió la orden, se sentó en una de las sillas y se dispuso a esperar, con el tiempo iban llegando más y más personas, hasta que ya estaban sentados 5 en total.

Finalmente, cuando todos los huéspedes estaban presentes, la misma mujer con el ojo cubierto dio un paso enfrente y hablo:

— Sean bienvenidos, adorados huéspedes, soy Kirumi tojo, ellos son mis compañeros, Korekiyo Shinguji, Ryoma Hoshi y Maki Harukawa — Conforme eran mencionados, los extraños sujetos daban una reverencia — Ustedes, Kaede Akamatsu, Himiko Yumeno, Miu Iruma, Tsumugi Shirogane y Shuichi Saihara son nuestros invitados de esta noche.

Shuichi noto que era el único hombre entre los huéspedes, pero todavía más extraño ¿Dónde estaba Rantaro?

— Nuestro amo está feliz por su visita — Continuo Kirumi — cada luna llena, él necesita ser alimentado, por ello traemos huéspedes que estén dispuestos a jugar con él.

— ¿J-Jugar? ¿alimentar? — Pregunto Shirogane nerviosa

— Él gusta de cazar a sus presas, así que les daremos la oportunidad de huir, solo si encuentran la salida, él esta hambriento, recorriendo los muros de esta mansión y no dudara en devorar a cualquiera que encuentre en su camino.

Nadie entendía nada de lo que pasaba, hasta que se escuchó a los relojes de toda la mansión llegar a las doce, los cuatro sirvientes dejaron el lugar sin dar ningún otra explicación y los huéspedes intentaron procesar lo que pasaba.

Pronto se escucharon pisadas acercarse y detenerse en la puerta, todos estaban expectantes a quien iba a entrar esta vez, pero cuando las puertas se abrieron, no pudieron ver nada más que una oscura sombra, la cual no tardo en volar a toda velocidad hacia Kaede para jalarla y encerrarla junto con él en uno de los tantos almacenes que había.

Desde el exterior se logró escuchar como la chica gritaba llena de miedo y dolor, como si estuviera siendo devorada por una bestia, las chicas se asustaban cada vez más y les costaba reaccionar, hasta que la puerta se abrió.

Todo adentro era oscuridad, pero se podía ver como la puerta había sido ferozmente manchada de sangre y aquel horrible monstruo dejaba ir lo único que quedaba de su víctima, una mano ahora sin cuerpo y a medio comer.

Himiko vomito, Miu grito aterrada y Tsumugi se quedó helada, pero Shuichi... Lo que sentía era muy diferente.

Finalmente, aquella bestia había salido desde la oscuridad para presentarse ante sus presas, se trataba de un joven chico de largos colmillos, piel completamente blanca y cabello pintado de un fuerte purpura, para sorpresa de todos, era increíblemente atractivo, con facciones infantiles y dulces y una mirada hipnotizante, pero quien puede notar eso si toda su ropa elegante y boca están llenos de sangre.

Casi sin pensar las presas corrieron en todas direcciones, finalmente lo habían entendido, aquel monstruo no estaba satisfecho con devorarlos, también quería divertirse cazándolos, dándoles la falsa idea de poder escapar.

Shuichi también había corrido, pero a diferencia de las demás, se detuvo unos momentos para mirar atrás y ver como la bestia tomaba uno de los dedos de la chica y lo arrancaba para después devorarlo de forma lenta, demostrando lo mucho que le gustaba el sabor.

Shuichi volvió a correr, pero sorpresivamente no quería hacerlo.

Sonaba escalofriante y enfermo incluso dentro de su cabeza, pero sencillamente quería ser comido por aquel monstruo, no se podía mentir le emocionaba la idea de sobremanera.

Nunca había apreciado su vida de ninguna forma y siempre vio la muerte como un alivió que tardaba mucho en llegar, eso era lo que esperaba encerrado en su casa, simplemente morir, pero ahora estaba a mitad de una cacería donde su depredador era un chico sexy en su opinión que estaba ansioso por complacerse de su sangre y carne.

Tan solo la idea ya era increíblemente excitante, lo que le había atraído de ese chico, quizás era su hermosa pero espeluznante apariencia, o quizás que un encuentro con él era sinónimo de muerte, sea lo que sea, esperaba ansioso su encuentro.

No lo disfrutaba, lo que su familia llamaba "La noche de luna sangrienta" debería ser emocionante para todo vampiro, pero no para él.

No podía decir que la sangre y carne humana no sabían deliciosos, era parte de su naturaleza, pero tampoco se enojaría si alguna de sus presas lograra escapar, su poco interés en devorar humanos lo había hecho objeto de deshonra para toda su especie y todavía molestaba más el hecho de que aparentemente él era el único vampiro sobreviviente después de la masacre que los cazadores habían hecho los cazadores hace años.

Pero ni modo, la vida sigue, esta vez decidió darles más ventaja a sus prensas y pasar las primeras 2 horas encerrado en su estudió, leyendo todos los libros humanos que había recolectado en sus más de 400 años de existencia.

— Kirumi — Llamo en voz baja a su criada para que esta se apareciera justo detrás de él

— Dígame, amo Ouma

— La chica que devore hace poco ¿Quién era? — Pregunto mientras tomaba uno de los tantos libros y comenzaba a leer mientras flotaba

— Akamatsu Kaede, una pianista que comenzaba su carrera apenas, la encontramos cuando quería cruzar el río para llegar a su próximo recital

— Adorable

— ¿La chica, señor?

— ¿Uh? No, es la octava pianista que me traen

— Lo siento señor, no ha habido mucha variedad estos últimos 100 años

— Me lo imagino — Ouma había dejado de escuchar a Kirumi para meterse de lleno en su lectura.

Era un libro viejo y que conocía de memoria, pero amaba la historia, era algo diferente a todo lo que conocía, algo tan imposible pero que lo llenaba de ilusión.

— ¿Sabías que hay humanos que fantasean con nosotros?

— Solo puedo imaginar masoquistas, señor

— Lucan tiene tanta suerte... — Después de decir esto, su sirvienta se acercó para ver que estaba leyendo.

— El beso de media noche, es la novena vez que lo lee en lo que llevamos de año, señor

— ¿Qué? Es divertido, Lucan y Gabrielle creen que pueden estar juntos

— ¿Ya se dignó a leer el final?

— ...Nah, no es necesario

— Creo que es momento de que vuelva a la cacería, señor

Solo basto caminar un poco, fácilmente encontró a su próxima víctima, Tsumugi quien trataba de abrir la puerta más grande de la mansión.

— Todos creen que la puerta más grande y hermosa es la salida ¿Sabes por qué? Me encantaría saber — Hablo con tranquilidad asustando a la chica y colocándose justo enfrente de ella.

— ¡Espera! ¡Por favor! — Suplico la mujer, pero él no la escucho.

Tomo su suave mejilla y la acaricio, teniendo que flotar para poder estar a su altura.

— ¿P-Por qué haces esto? — pregunto la chica mientras comenzaba a llorar

Ouma se quedó callado por un momento y luego respondió.

— ¿Por qué los humanos huyen?

No tardo más, saco sus colmillos y mordió la cara chica mientras esta gritaba de dolor, ni siquiera espero para arrancar su piel mientras ella quedaba inconsciente y poco a poco moría.

Fue veloz en destrozarle los brazos y saborear su estómago, le pesaba y remordía la culpa, pero su sangre de sabor metálico y su piel tan carnosa eran exquisitos, sin darse cuenta, había comenzado a llorar mientras masticaba por la combinación de sentimientos.

De nuevo su boca y cuerpo eran cubiertos de sangre ajena mientras en su mente pensaba "Si hubiera durado más ¿Hubiese sido mi Gabrielle? ...Imposible"

Sin embargo, su escena se vio interrumpida al sentir una fuerte mirada sobre él, lentamente volteo y pudo ver a otra presa, Shuichi quien solo lo veía, no corría ni pareciese que quisiera hacerlo, pero parecía emocionado y a la vez confundido.

El depredador lamentándose de la pérdida de su presa, era algo que no esperaba y al verlo por primera vez se preguntó "Yo quiero ser comido ¿Pero él quiere comerme?"

Ouma camino lentamente hacía Shuichi preparándose para atacar otra vez, el contrario podía ver los colmillos y las garras crecer junto al hambre en su mirada, pero no se asustaba, no corría, no gritaba, al contrario, sonreía.

Una sonrisa que Ouma nunca había visto en un humano y que no entendía, simplemente no entendía, se colocó enfrente de Shuichi, pero en ese momento pudo ver detrás de él posicionada en el balcón a una de sus sirvientas apuntándole con una ballesta y una estaca como munición.

Shuichi también volteo y al verla jalo a Ouma justo antes de que la estaca lo atravesara, la misma chica salió corriendo al ver que había fallado su tiro y a la vez Ouma se volvió esa sombra negra de antes y salió del lugar a toda velocidad, dejando a Shuichi completamente confundido.

Parecía que al fin había encontrado a su Gabrielle.

Ouma llego hasta un armario y completamente asustado llamo a Kirumi quien no tardo en materializarse frente a él.

— Diga, amo Ouma

— C-Cazadores

— ¿Disculpe?

— ¡Hay cazadores en la mansión!

La expresión de Kirumi cambió completamente, miro su reloj de bolsillo notando que eran las 3 de la mañana y luego a su amo.

— No se ha alimentado lo suficiente, no podemos cancelar la cacería, usted concéntrese en sus presas, nosotros nos encargamos de los indiciados

Y una vez dicho esto, se desvaneció. Lo único a lo que un depredador le puede tener miedo, es a un cazador.

La casa era gigantesca, algo de esperarse la verdad, pero parecía ser demasiado repetitiva, Shuichi había perdido la cuenta de cuantas habitaciones había visto que fueran exactamente iguales, lo cual lo aburria bastante.

Cualquiera lo llamaría loco, mientras las otras dos chicas huían, él estaba buscando al vampiro, revisaba cada corredor y cada habitación, pero simplemente no había nada.

Finalmente llego a la cocina y en esta misma una puerta vieja de madera, cuando la abrió encontró el bosque, al parecer sin querer había encontrado la salida y ahora era completamente libre de escapar, pero en lugar de eso, sonrió por la ironía y cerro de nuevo la puerta sin notar los ojos rojos que lo miraban desde la sombra.

Shuichi se sentó en una de las sillas de la habitación para descansar un rato notando que eran las 3:30 de la mañana, ese monstruo ya se había tardado en matarlo.

"¿Dónde está Rantaro?" — Pensó

El chico no estaba entre los huéspedes por lo que era de esperarse que estuviera relativamente a salvo, seria cuanto menos triste para él, su amigo desaparece en la excursión en la que él lo obligo a ir, la culpa no lo dejaría dormir por las noches.

— ¿No estas siendo un poco egoísta entonces? — Escucho detrás de él

Shuichi volteo rápidamente y ahí estaba, aquel apuesto pero aterrador monstruo.

– ¿E-Egoísta? — Pregunto Shuichi

– Los humanos tienen una vida corta, hacerla todavía más corta es triste

– Tú te dedicas a eso

– Sigue siendo triste

Shuichi pensó por un momento, luego se levanto del asiento y fue hacía Ouma acercando su mano.

— ¿Qué haces? — Pregunto Ouma viendo la mano

— Vas a comerme ¿No?

— ¿No vas a correr?

Shuichi solo negó con la cabeza, Ouma se vio confundido, pero sobre todo extrañado, miro al chico quien se veía incluso emocionado, algo que lo asusto un poco.

Debe haber una razón por la que quiere ser devorado, era el primer humano que veía en cientos de años que pedía ser comido... Y también era la primera vez en cientos de años que veía a un cazador en su mansión... ¿Y si estaba envenenado?

— ¡No eres tú, soy yo! —Grito el vampiro con nerviosismo, lo había leído en un libro

— ¿eh?

— ¡Q-Quiero decir...! Ya sabes... hay muchos sapos en el mar y...

— ¿No querrás decir "Peces en el mar"?

— ¡S-Si! Quiero conocer más víctimas y eso...

— ...Estoy... ¿Estoy siendo rechazado por un vampiro para ser comido de manera no irónica? — Pregunto Shuichi más sorprendido y confundido que otra cosa

— Sí... ¿Felicidades?

Después los dos se quedaron quietos un momento hasta que Ouma finalmente salió corriendo, Shuichi estaba demasiado confundido con lo que acababa de pasar, pero no dejaría que se fuera tan fácil por lo que lo persiguió.

Todos los sirvientes fantasmales del lugar presenciaron como su amo era perseguido por su presa mientras esta gritaba "¡Cómeme!" siendo una anécdota que nunca olvidarían.

— Señorita Kirumi... — Llamo Ryoma desde las escaleras presenciando como Ouma era jalado de la capa por Shuichi

Kirumi no tardo en hacer aparición quedando también helada ante esa escena.

— ¡S-Solo una mordida! — Pidió Shuichi sin dejar la capa

— ¡Estás loco!

— ¡Una chiquita!

— ¡Ya déjame en paz, chamaco depresivo!

Los dos sirvientes pensaron en si deberían ayudar, no existía protocolo para algo así, pero Ouma se canso y volteo hacia Shuichi para luego tirarse hacia él mostrando sus dos colmillos como si de verdad fuera a cumplir su demanda.

Shuichi tirado debajo suyo, por el contrario, enrojeció y soltó una pequeña sonrisa, cosa que hizo que Ouma parara para mirarlo también sonrojado, pero a la vez asustado.

— ¿No vas a seguir?

Ouma ni siquiera respondió solo volvió a huir dejando a Shuichi en el suelo, quien otra vez fue a perseguirlo dejando a los otros dos sirvientes intentando entender que acababa de pasar.

— Así que... — Trato de hablar Ryoma

— Déjalo, tenemos cosas más importantes de las cuales preocuparnos

— ¿Cuáles?

Justo en ese momento Kirumi sintió como una estaca atravesaba su figura fantasmal y terminaba al otro lado de la habitación, los dos sirvientes voltearon asustados viendo al responsable de aquello.

— ¿M-Maki?

— ¡H-Hey! ¡Señor vampiro! — Grito Shuichi al corredor

Había perdido de vista a su acompañante, pero sabia que no estaba lejos.

— ¿¡Por que quieres que te coma!? — Se escucho gritar entre las sombras

— ¡Es mi problema! ¿Sí?

— ¡Pues no soy tu terapeuta!

— ¿¡Por qué te cuesta tanto comerme!?

— ¿¡Por qué odias tanto vivir!? — Justo en ese momento, una de las puertas del corredor fue azotada con fuerza revelando sin querer la ubicación del chico.

Shuichi no dudo en entrar encontrando finalmente una habitación que era diferente, se trataba de un salón con forma de sarcófago lleno de cortinas negras y un suelo purpura, alrededor de todo el lugar había todo tipo de muebles rústicos muy viejos y lo que más destacaba, varios cuadros con distintas personas.

— ¿Por qué te importa tanto la vida? — Pregunto Shuichi más calmado mientras veía los cuadros

— Un mortal no lo entendería — Se escucho por el lugar

— No, no lo entiendo

— Es que ya morí, de alguna forma...

— ¿Y eso qué?

Cuando conoces la muerte, sientes que ya nada puede superarlo, y es verdad, no existe mayor sentimiento que el de saber que tu vida se acaba.

El miedo, la desesperación, la duda, la tortura del tiempo, es insuperable, pero yo no tengo el don de simplemente irme, yo me quedo y veo como otros se van.

Cada 10 años llegan personas para alimentarme, pero no se merecen eso, yo daría lo que fuera por vivir un rato más, cualquier cosa por volver a respirar, comer cosas normales, mirarme en los espejos y salir de día a hablar con las personas. Tan solo sentirme vivo.

Salir de este lugar sin que me tengan miedo, estar vivo fue la cosa más emocionante y dulce que me ha pasado.

Que simplemente quieras abandonarlo así de fácil... Es de aterrar.

Shuichi no supo que responder, no sentía lo mismo, su vida no era emocionante ni dulce, hace años que había perdido a sus padres, a su tío y su hermana, desde ese momento la vida se volvió insignificante, pero antes de eso... No.

— Existe algo que supera el sentimiento de morir — Termino contestando mientras se acercaba a uno de los muebles y removía la sabana dejando ver al pequeño vampiro que ahí se ocultaba — Daria lo que fuera por ver a mi familia otra vez

Ouma lo miro por un momento y rápidamente entendió dónde estaba su familia.

— Mierda, si termine siendo tu terapeuta — Respondió el vampiro con sarcasmo sacando una pequeña risita de Shuichi — ¿¡De que te ríes!?

— Un vampiro sarcástico no se ve todos los días

Ante esto Ouma solo saco la lengua infantilmente ganándose otra sonrisa curiosa de Shuichi, simplemente sus acciones resultaban extrañas para el otro considerando el contexto.

Pero... No podía decir que le molestaba, realmente era emocionante y dulce.

Después de todo, Ouma soltó una tierna sonrisa.

Shuichi no respondió, solo miro los cuadros y luego al vampiro.

— ¿Cuánto necesitas comer? — Termino preguntando el más alto

— Tres humanos mínimos, cada luna sangrienta

— Llevas dos

— Tú serias el tercero...

— Puedes hacerlo

— Eres el primer humano que habla conmigo ¿No puedes durar un poco más?

Shuichi lo miro sorprendido y después asintió para luego pararse y ayudar a Ouma a hacer lo mismo.

— Enséñame la casa, cada habitación suya y cuando el recorrido termine, podrás comerme

Ouma solo asintió y los dos caminaron hacia la salida de la habitación, Shuichi ya conocía la mansión después de pasar la noche ahí, pero algo era diferente en el lugar, cada salón había cambiado, cada vez eran más vivos y llenos de color, como si finalmente cobraran vida.

— Viniste a tiempo — Hablo Maki

Lo había conseguido, kirumi, Korekiyo y Ryoma ya estaban en el suelo profundamente dormidos, no podían matar a alguien que ya estaba muerto, pero no despertarían en un largo tiempo.

— ¿Cómo llegaste? — Pregunto Maki a su acompañante

— Una chica pelirroja me encontró esperándote afuera y me dejo entrar a cambio de que la sacara

— ¿Así de que una logro escapar? Bien hecho, Kaito

— ¿Qué hacemos con los sirvientes?

— Déjalos, nuestro objetivo está en la mansión

— Puedo oler la sangre en su ropa

Maki cargo su ballesta y luego miro a Kaito — Llévame a él

— ¿¡Puedes leer libros en esto!?— Pregunto Ouma asombrado mientras veía el celular que Shuichi le había mostrado

— También puedes hablar con él, ver internet, calcular cosas...

— Los humanos inventaron esto... Es increíble...

— Los humanos no son tan grandiosos

Él solo quería ser comido, pero termino conociendo quizás al vampiro más tierno, ignorando la sangre en su ropa claro, se asombraba con cualquier mínima cosa y su moral era sorpresivamente contraria a lo que uno esperaría, decir que no se le había agarrado un cariño especial seria mentir.

Finalmente llegaron al último salón de la mansión, esta vez un salón de baile, Ouma explico que cuando su familia estaba viva, solían hacer grandes fiestas ahí, nunca le agrado la gente que iba, pero era divertido arruinar los vals con sus elaboradas bromas.

— Nunca le encontré sentido a este lugar hasta que me volví inmortal y solo quedé yo, los libros tienen cierta fascinación por contar con grandes bailes... Pero nunca baile con nadie, suelo comerme a las personas antes de si quiera pensar en bailar.

Shuichi al escuchar esto se puso enfrente de Ouma y le extendió la mano — ¿Bailamos antes de que me comas?

Esto último ruborizo a Ouma quien termino aceptando yendo así los dos al centro, Shuichi tomo la mano y cadera de Ouma mientras este algo confundido se agarraba de su hombro.

— Me estas sosteniendo como mujer

— Eso no tiene nada de malo

— ¿Ya no es malo? En mi tiempo nos hubiesen ejecutado...

— Pues... Ya no...

Los instrumentos comenzaron a sonar, una de las maravillas en esa mansión y parte de su escalofriante magia, era música tranquila que se guiaba con cada sentimiento.

— ¿Y esa música?

— S-Soy yo — Respondido Ouma mirando al suelo mientras bailaba — Cada parte de esta casa soy yo, es así como sé dónde están mis presas

— Eso es... Increíble

— ¿No te asusta? — Pero Shuichi negó con la cabeza y una sonrisa.

Repentinamente la música comenzó a ir más rápido tratando de seguir el latido del corazón de su dueño que se intensificaba cada vez más con cada paso que lo hacía estar más cerca de aquel humano tan increíblemente extraño.

El baile era a su estilo, a veces lento, a veces rápido, pero siempre parecían estar de acuerdo en que hacer, algo que ni uno ni el otro había conocido antes.

De pronto, la idea de morir ya no era tan fuerte en la mente de Shuichi, pues él había conocido a alguien diferente y quizás eso era lo que necesitaba.

Pero, aunque lo negaran, aunque se forzaran a olvidarlo, Cuando el baile acabara, sería la muerte de Shuichi, ese era su destino y era algo por aceptar.

Las campanas del reloj comenzaron a sonar, el baile ya debía terminar, pues el día estaba por llegar.

Con esa señal, los dos se detuvieron y se miraron con tristeza.

— Ya es hora — Hablo Shuichi en lo bajo mientras Kokichi se alejaba un poco de él.

La mirada de Ouma se entristeció más que nunca, quería seguir bailando, quería seguir charlando, había encontrado a su Gabrielle finalmente, simplemente no era justo.

Pero Shuichi acerco su mano a Ouma y este se dignó a tomarla para acercarla a su boca mientras su cuerpo temblaba.

Incluso si no lo dijera, quería que algo, cualquier cosa, lo detuviera, pero se equivocó al desearlo.

Cerro los ojos mientras sacaba sus colmillos, pero Shuichi se abalanzo hacia él gritando "Cuidado" Una estaca que era dirigida hacía él atravesó el pecho del chico, el cuerpo de este cayó sobre Ouma dejándolos en el suelo.

Ouma casi instintivamente abrazó el cuerpo del chico mientras sentía sus ojos llorosos y miraba a sus cazadores entrar en la puerta, la chica tomo otra estaca y volvió a apuntar hacía Ouma, pero... Nunca debes enojar a un vampiro en la noche de luna sangrienta.

Su mente no reaccionaba, había quedado estático ¿Por qué nada dura? ¿Por estos finales son tan comunes para ellos?

Esa noche hubo 5 víctimas, pero dos personas lograron escapar cuando el sol salió.

Todas las cortinas yacían cerradas, la única luz existente era la chimenea donde Ouma arrojaba aquel libro que tanto se negaba a terminar, sus sirvientes habían despertado, pero ninguno tuvo el permiso de hablar con su amo. No hasta que él la llamo a ella.

— Kirumi

— ¿Si, amo Ouma? — pregunto apareciendo desde atrás como de costumbre

— ¿Conoces un sentimiento más fuerte que el miedo a la muerte?

Porque pudo sentirse vivo, incluso si fue por unas horas.

Algo emocionante y dulce, lo que realmente extrañaba.

El único sentimiento más fuerte que el miedo a la muerte, es el amor.

Fin

4089 palabras

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