"Ven Aquí y Ámame" (Adap.) «J...

By jjkkbunie

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A sus 19 años, Jungkook debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ro... More

━ Ven Aquí y Ámame ━
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte (Final)
Epílogo

Siete

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By jjkkbunie

Abre sus ojos, centrándolos en la nada. Aún es temprano y oscuro.

Suspira, alargando su brazo al otro de la cama, sintiéndolo vacío y frío. Agradece que el olor a coco-vainilla del omega siga en su almohada después de una semana. Aspira fuerte, para pararse y comenzar su día. Era día de clases y debía asistir.

Prepara su desayuno, en silencio, sin una pequeña voz a sus espaldas preguntándole cosas inecesarias y sin sentido. Tampoco hay suaves murmuros de canciones adolescentes, ni muchos menos caricias inconscientes en estómagos hinchados. Se había acostumbrado a tener al castaño cerca, aunque le costara aceptarlo.

Empaca todo y lo mete a su mochila. Después, se asea y se viste, con unos pantalones ceñidos, un suéter ligero y las botas que siempre usa. Camina hasta la escuela, nunca toma el autobús porque ahí desperdicia dinero, y lo necesita. Llega temprano, como siempre, pero tiene suerte de que Hoseok también lo hace. En su salón, el rubio está sentando en su lugar, y cuando lo ve entrar, le sonríe.

—Buenos días, Jin-hyung.

—Hola, Hoseok —le revuelve el cabello y se sienta a su lado.

El beta bufa.

—Odio que hagas eso.

—Lo sé —le sonríe.

—Y... ¿Has hablado con Jungkook?

Su sonrisa cae y hace una mueca, negando con la cabeza.

—No he podido, todo el tiempo está acompañado.

—Deberías intentarlo, Jungkook es bueno y apuesto a que te escuchará.

—Aún así, ¿qué le diría?

—Podrías empezar disculpándote. Deberías tratarle con cuidado. Es un omega embarazado y siente mucho las cosas. Además, hoy debes hablarle si o si, ¿para cuándo está programada la cita?

—Hoy.

—Entonces, ¿Qué esperas?.


Es el receso y sale caminando, con su mochila en el hombro y su desayuno en la mano. Entra a la cafetería, las omegas voltean a verlo, sonriendo y saludando de manera coqueta, como siempre, las ignora. Mira por sobre todas las cabezas buscando una especial, una lacia y castaña. Oye su risa no muy lejos. Está en una mesa con Yoongi, su primo y otra alfa, no conoce su nombre pero sabe que es alfa, es mejor amiga de su primo y ha asistido a varias fiestas "familiares".

Quiere ir y alejar al omega de ellos dos y gritarles en la cara que no volvieran a hablarle nunca. Pero se calma, necesita hacer las cosas bien y hablar con Jungkook. Así que, vacilante, camina hasta la mesa, quedándose parado a un lado del castaño.

Su risa para y aclara su garganta, poniéndose serio.

—¿Qué buscas, Seokjin? —Yoongi pregunta.

—Quiero hablar con Jungkook, ¿puedes irte?

—Se amable —pide el alfa rubio.

—¿Podrías, por favor, largarte?

—Pudo haber sido peor —recoge su basura—. Nos vemos después, Kook. Mañana tenemos la asesoría después de clases.

—Adiós, Yoongi-hyung. Nos vemos después, Soojin.

Los dos alfas se despiden y caminan a los basureros. Seokjin toma el antiguo asiento de su primo, dejando su mochila en el suelo y su desayuno frente a él.

—Y... ¿cómo estás? —Seokjin le pregunta.

Jungkook encoge sus hombros, con los ojos fijos en sus papas fritas.

—Bien, supongo —se mete una papa a la boca y la mastica.

—Hmm.

—Seokjin, mira, si estás aquí porque te sientes obligado por lo que te dijo tu papá, de una vez te digo que no va a funcionar —dice, sincero—. Preferiría que te vayas.

—No, está bien. No es por lo de mi padre, lo juro —contesta de manera rápida y desesperada.

Jungkook no contesta, sólo sigue comiendo su desayuno, lentamente.

—Yo... he pintado la pared ya —el omega no dice nada, sólo mira a otro lado, arrugando su nariz—¿No vas a hablarme más?

El castaño encoge sus hombros, mirando a su estómago y quitando una pelusa que tenía ahí.

—Mira, lo siento ¿Okay? Lo hago y mucho. De verdad estoy arrepentido, no me acuerdo de nada de lo que pasó ese día, lo juro.

Jungkook suelta una risita, sarcástica.

—¿Qué fácil, no?, así yo también podría ir por la vida, cagándola y después pidiendo disculpas. No es así, Seokjin. No funciona así.

—¡Ya lo sé, mierda! Pero lo estoy intentando.

—Yo también intenté aguantarte, pero no pude. No puedo, eres mucho Seokjin. Eres demasiado pesado y... no sé ni cómo eres.

—¿Piensas volver?

—¿A dónde?

—A... ¿casa?

—Mamá quiere que me quede con ellos un tiempo, y no sé... no creo.

—¿No?

Jungkook niega.

—Okay —asiente, lentamente—. Yo... saqué una cita para ti con el médico, es hoy.

—No estoy enfermo.

—Es por el bebé.

Del bolsillo exterior de su mochila, saca un paquete pequeño de chicles de menta y se los pasa al omega.

—¿Tu celo es éste sábado? —Mueve la caja, oyendo las gomas chocar.

—¿Qué?, no. Sé que te gustan.

—Y... ¿a qué hora es la cita? —Pregunta, metiendo dos chicles de color verde a su boca.

—Debemos estar ahí antes de las dos.

—¿Debemos?

—Si prefieres ir sólo está bien.

—No, está bien. Tu también eres el papá y no puedo negarte eso —el omega le sonríe de lado, acariciando su pancita.

Seokjin muerde su labio inferior, mirando a otro lado; sintiendo como su alfa aullaba en su interior, viendo al omega hacer eso.

Caminan por la acera, con el sol chocando contra sus cuerpos. Jungkook va adelante, mirando todo a su alrededor. Él está detrás, cargando las mochilas de ambos. Tienen suerte de que el consultorio donde era la cita no estuviese a más de tres cuadras lejos de la escuela. El médico que los atendería era amigo de sus padres, así que Seokjin supone que es de confianza, su misma mamá se lo recomendó.

—Es aquí —el alfa dice, indicando una entrada de color blanco.

Jungkook entra, empujando la puerta de cristal. Dentro está adornado con cosas para bebés, hay sillas para esperar y un escritorio para una secretaria. Hay niños pequeños, bebés en brazos de sus madres y gente en embarazada. El castaño toma asiento en una silla y Seokjin se sienta a su lado, pero en el suelo porque no había otro lugar disponible.

Quince minutos después, ya están entrando a la sala donde un hombre canoso les espera. Parece ser beta, ya que no tiene ningún olor.

—Buenas tardes, chicos. Me presento, soy el doctor Choi Yang Seo y antes que nada, soy beta —aclara—. Tengo que decirlo, a veces los alfas son muy celosos y creen que soy otro alfa, tocando a su omega. Como sea, por favor, recuéstate aquí.

El doctor le indica a Jungkook y él obedece. Seokjin se abstiene a gruñir cuando el doctor sube la camiseta del omega hasta la altura de su pecho.

La barriga de Jungkook es saltona, su tez luce estirada y suave. Los dedos del alfa pican por posarse ahí y acariciar toda la piel expuesta.

—Empecemos —el hombre mayor unta un gel en la panza del omega, oyendo como éste suelta un pequeño gemido—. Oops, olvidé decir que estaba frío, mi culpa.

Seokjin toma su labio inferior entre sus dedos y lo aprieta, mirando la pantalla y tratando de entender algo. ¿Eso servía o está averiada?

—Aquí está —el doctor dice—. Veamos... diecisiete semanas, ¿bien? —El omega asiente en acuerdo—Parece medir unos... Trece centímetros, muy buenos, pero se ve algo delgado, ¿comes bien?, parece que no —se contesta sólo.

Aún así, Jungkook niega. En el tiempo que vivió con Seokjin, nunca tuvo una comida buena o nutritiva. Seokjin traga saliva y su mirada se desvía al suelo.

—¿Lo has sentido moverse? —Vuelve a negar—Está bien, apuesto que en estos días debes empezar a sentirlo.

El doctor siguió explicando y sinceramente, Seokjin no prestó mucha atención, estaba muy ocupado mirando la grande sonrisa en el rostro de Jungkook y sus ojos brillando de alegría de al fin "ver" a su bebé. El señor YangSeo le recetó unas vitaminas al omega para reforzar la salud y peso del bebé.

—¿Ahora qué? —Jungkook pregunta, jugando con el borde de su camisa y mirando al suelo.

—¿Tienes hambre? —Seokjin patea una piedra.

—Sí, un poco.

—Quieres... ¿Quieres ir a comer algo?, tengo algo de dinero y-

—No, tranquilo. En casa de mi mamá puedo comer bien, ¿quieres venir? —Le sonríe, tomando un sorbo de la botella de agua que le regalaron ahí dentro.

—¿Seguro?, pensé que estabas molesto.

—Ah, sí. Lo estoy pero mamá dice que un plato de comida no se le niega a nadie.

—Está bien, entonces —acepta, mirando su reloj. Su hora de trabajo ha pasado ya y sabe que cuando vaya, su jefe le gritaría.

Antes de tomar el autobús, pasan por una farmacia a comprar las vitaminas para Jungkook, él lo agradece, olvidando su gran enojo y abrazando a Seokjin. El alfa se deja abrazar por cuanto el omega quiere. Después de soltarse, tomaron camino a casa del más bajo.

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