Serokami week 2022

By Tori_Lovegood

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¡Cuarta edición de la serokami week! Dedicada por completo a Hanta Sero y Denki Kaminari, de Boku no Hero Aca... More

『Introducción』

『Día 01』

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By Tori_Lovegood

Fake dating / College AU

Contexto: Sero y Denki son amigos con derecho, esta es una continuación de un os de la week del año pasado. No hace falta leerlo para entender este.

Sero nunca pensó que llegaría a esos extremos con tal de que su madre le dejase en paz. Nunca había ido a visitarle a su casa, desde que comenzó la universidad se independizó y se mudó a otra ciudad para poder estudiar en una buena universidad. Siempre hacía llamadas con su familia, pero no esperaba que su madre quisiese ir a verle por fin.

—Viejo, tienes que relajarte —escuchó la voz de su compañero de piso.

Kaminari se sentó en el sofá, viendo divertido a su amigo, y Sero le gruñó al ver que lo estaba disfrutando. Se conocían desde hace años, y al empezar la universidad se fueron a vivir juntos sin dudarlo un solo segundo. Todos sus amigos estaban con sus respectivas parejas o en el campus universitario, pero ambos preferían tener más independencia.

Denki estaba estudiando arte, y trabajaba de medio tiempo en un taller de coches que había cerca de su casa, por lo que estaba obligado a ir a la ducha en cuanto llegaba. Hanta fue muy claro, no iba a dejar que pusiese el departamento lleno de aceite y lo manchase.

Él en cambio estudiaba psicología; podría haber hecho esa carrera en una universidad cercana a su hogar, pero necesitaba perder de vista a su madre. La quería, por supuesto, pero a veces era demasiado protectora con él, especialmente cuando llevaba chicas a su casa. Esa fue otra razón para irse, quería llevar a alguna cita a su apartamento sin riesgo de que su progenitora le avergonzase.

—No lo entiendes, está obsesionada con mi vida.

—Como todas las madres, tío.

—La mía está a otro nivel —suspiró, se quedaría en el sofá y esperaría la muerte. Sí, eso haría.

Había estado toda la mañana limpiando para que estuviese todo decente, incluso Kaminari había recogido su cuarto por si acaso. Le dijo que podía irse si lo prefería, pero Denki insistió en quedarse para apoyarle, con la excusa de que tras tantos años de amistad no había conocido a sus padres. Ese era el único consuelo de Hanta, su mejor amigo sin duda era genial.

No esperaron mucho hasta que unos toques se escucharon en la puerta, y estuvo a punto de caerse del sofá. No, no estaba preparado para ese momento, pero se levantó con un esfuerzo y abrió la puerta, viendo a sus padres allí.

—¡Hanta! Qué grande te has puesto, mi niño. Aunque estás algo flacucho, ¿comes bien? —la mujer apretó sus mejillas cariñosamente, y Hanta se separó respondiendo a su pregunta nervioso.

—Te lo prometo mamá, comemos bien.

—¿Comemos? ¡Ah, claro! Tu pareja y tú, ¿te cocina ella?

La pregunta dejó desconcertado a Sero y, antes de que pudiese contestar, Kaminari se asomó por la puerta del salón y su madre entró sin que Hanta tuviese tiempo de evitarlo. La adulta sonrió viendo a Denki, y luego volvió la vista a su hijo.

—¡Es chico! Y es muy lindo, aunque no sabía que te gustasen, Hanta. Siempre has llevado jovencitas a casa. ¿Cómo te llamas, cariño?

—Kaminari... Denki. —Su amigo estaba incluso más confundido que él, mirándole y pidiendo explicaciones, mientras estrechaba la mano de la mujer.

Sero trató de acercarse a su madre, para decirle que Kaminari era solo un amigo. No quería ponerle en ese compromiso, y menos cuando sus padres iban a estar varios días de visita en la ciudad.

—¿Hace mucho tiempo que sois pareja? Espero que hayáis tenido cuidado, Hanta no se dejó aconsejar en cuanto a estos temas, ¿sois cuidadosos? —Pregunta tras pregunta, Denki solo podía murmurar alguna mentira, hasta que por fin el pelinegro pudo intervenir.

—Mamá, ¿quién te dijo que vivía con mi pareja?

—Una vecina, no teníamos el número de tu piso y nos lo dijo —le sonrió feliz, y siguió hablando—. Me alegra mucho que tengas a alguien que te cuide y esté contigo. Temía que tuvieses compañeros de piso con los que no desarrollases algún vínculo. Pero vives con tu novio, me hace muy feliz cariño. —Sero no sabía cómo decirle la verdad, pero tenía que hacerlo. Sin embargo, Kaminari se le adelantó.

—Nos cuidamos mucho, y siempre procuro que coma bien y tome descansos, su hijo está obsesionado con el estudio. Por eso decidimos vivir juntos, podríamos estar más atentos el uno del otro.

Se le notaban los nervios en la voz, y aunque Hanta trató en varias ocasiones más contarle a su madre lo que en realidad había pasado, no fue capaz. Su progenitora no dejaba de hablar, y Denki se la llevó a un tour por la casa, mientras Hanta se quedaba con su padre en el salón.

—Tu novio... era el chico del que nos hablabas siempre, ¿no? De tu grupo de amigos en la preparatoria.

—Sí, ha dado un estirón hace poco, ahora sólo nos llevamos nueve centímetros —sonrió levemente al recordar lo feliz que estaba Denki por no ser tan bajito.

—Me alegro de que por fin hayáis acabado juntos, se nota que te gustaba mucho cuando nos contabas algo de él. Aunque no mencionaste que viviríais juntos, solo que tenías alguien para compartir piso.

Las palabras de su padre le sorprendieron, a pesar de que no dejó que se viese. A él no le gustaba Kaminari, era su mejor amigo. Tal vez el haber mencionado que iba a vivir con su mejor amigo le habría ahorrado esa situación incómoda con sus padres, pero ya no había nada que hacer. Pronto escuchó la vos de Denki, indicando que ya habían visto todas las habitaciones, y se acercó a él una vez llegó a la sala de estar.

—¿Ya habéis terminado? Será mejor que salgamos a comer a algún sitio, luego podríamos ir al campus y os lo enseñamos.

Prefería distraerse para no pensar en lo que su padre le había dicho, y por suerte su madre estuvo de acuerdo con la propuesta. Decidieron ir en coche hasta una zona con buenos restaurantes, y en todo momento Sero sintió incomodidad.

Iba en la parte de atrás con Kaminari, y su madre no dejaba de mirarles de reojo. Cada contacto visual que hacía con su amigo le llenaba más de nervios, porque no sabía cómo mantendrían esa mentira el tiempo necesario.

Por suerte la comida fue bien, al igual que el resto del día. Sus padres parecían muy contentos con la vida universitaria que estaba llevando, y quedaron encantados con su campus. No fue hasta por la noche, cuando su padre dijo que ya era hora de irse, que pudo estar a solas con Denki.

En cuanto entraron al apartamento, se dejó caer al sofá y permitió que todo el cansancio que había acumulado se fuese. Kaminari fue a la cocina, y volviendo con un paquete de patatas se sentó a su lado.

—¿Quieres que mañana les digamos la verdad? Omitiendo el hecho de que nos acostamos.

—Tu madre parecía feliz, es mejor que no se lo digamos. —Parpadeó confundido por lo que dijo su amigo, pero supuso que era para que sus padres no se sintiesen mal.

Le miró mientras se comía las patatas, parecía estar sonriendo pero se encontraba demasiado cansado como para intentar si quiera averiguarlo. Por lo que, tras un momento se acomodó mejor, y empezó a comer también. No tenían la necesidad de hablar de nada, porque siempre se entendían con una sola mirada, pero esa ocasión era diferente.

Hanta quiso bromear en algún momento sobre lo que le había comentado su padre, pero las palabras no le salieron. "Mi padre pensaba que me gustabas en preparatoria", quería decirle. Claramente no era así, tan solo tenía una conexión más fuerte con Kaminari que con el resto de su grupo. Por eso acabaron viviendo juntos, y por eso habían hecho ese acuerdo.

Ambos estaban sin pareja y tenían confianza, ¿por qué no?, habían dicho. Pero ahora las dudas empezaban a invadirle, cuando no debería ser así. No tendría por qué tenerlas solamente porque sus padres pensasen cosas que no eran.

Observó detenidamente la nariz respingona de su amigo, y algunas pecas que le habían salido por el calor. El rayo negro que siempre estaba pintado en su cabello necesitaba un retoque, seguramente se tintaría el pelo en un día o dos, o le pediría a él que se lo tiñese porque le daba pereza hacerlo.

A Sero no le importaba, le gustaba ver cómo Kaminari se relajaba, a veces hasta se había quedado dormido mientras él trabajaba con su cabello. Confiaba en que no le haría nada raro, y Sero sentía que también podría fiarse completamente de él. Era Denki.

—Tú tranquilo, Han. Tus padres no van a descubrir nada —se levantó del sofá, y Sero le imitó, asintiendo mientras le acompañaba fuera de la habitación.

Viendo la espalda de Kaminari, no pudo más quecontinuar mirándole hasta que entró a su cuarto. Quedándose fuera y, con lo queSero llamó al momento "un nudo en el estómago".

***

Es muy cortito pero, me gusta porque luego va a haber algunos días bastante largos, así que compenso ^^. Bored le dio el visto bueno así que lo publico tranquila.

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