Maldijo dejándose caer en el sofá de su oficina. Cuando se había asegurado de que no era seguido rasgó una parte de su camisa para vendar el corte en su brazo y tratar de hacer presión para que la sangre dejara de salir.
Tardó cuatro horas en poder llegar a la sede principal ya que había tenido que asegurarse de que nadie supiera a donde se dirigía y para poder perder su rastro por completo, eso causó que ya no sintiera su brazo por culpa de la sangre que había pérdido.
La tela que había usado para vendar el corte se había pintado por completo de color rojo. En ese momento no quería buscar las herramientas para tratar la herida por lo que solo tomó una botella de alcohol de su pequeño bar y la vació sobre la herida. Sintió el dolor penetrarse sobre su brazo por lo que apretó con fuerza su mandíbula para poder soportar el dolor.
—¿Qué demonios te pasó?—preguntó Inui viendo la escena frente a él.
Había entrado a la oficina para informar sobre sus tareas cuando vio una tela llena de sangre y Takemichi vaciando una botella del alcohol costosa sobre un gran corte sobre su brazo.
—¿Qué demonios sucedió?—preguntó el rubio sentándose a su lado para ayudarlo a tratar la herida.
Takemichi suspiró con cansancio.
—Subestimé un poco a Mikey.
Y era cierto, cuando lo conoció en persona creyó que era alguien tonto e infantil, eso hizo que se confiara demasiado que casi hizo que lo descubrieran.
El rubio le comenzó a relatar una versión corta de lo sucedido, desde que Naoto lo había visitado para avisarle que sus padres habían muerto y que Mikey los había mandado a matar todo con el objetivo de que saliera de su escondite para visitar a Hinata porque al parecer Mikey ya tenía una sospecha que alguien cercano a Hinata era quién está detrás de Black Dragon.
—Creí que eras una persona desconfiada en todos los aspectos—confesó Inupi terminando de vendar la herida del rubio.
Con esas palabras daba a entender que no esperaba que subestimara al líder de la organización criminal más peligrosa de Japón, incluso dio a entender que creía que Takemichi tuviera una cierta sospecha de que querían que saliera de su escondite al matar a los padres de su difunta novia.
—Yo también lo creí—dijo entre dientes maldiciendo mentalmente a Mikey.
Todo era por la forma en la que el pelinegro actuaba con él que había logrado olvidar con quién trataba. Mikey era el líder de Bonten, una organización criminal, era cierto que actuaba como un idiota y a veces como un niño infantil pero después de todo era un criminal.
—Ahora que me hicieron salir de mi escondite harán lo que sea para volver hacerlo.
Inupi guardando los materiales que había usado para ayudarle con la herida.
—De cualquier forma, ¿Qué necesitas?
Inupi rara vez iba a la oficina de Takemichi, eran muy cercanos casi como lo era con Chifuyu sin embargo preferían verse en un ambiente más agradable y a veces hablaban en la azotea del edificio o en la casa de Inupi.
—No había tenido la oportunidad de hablar contigo sobre lo que sucedió en el almacén—comentó con rostro serio—y logré descolocar a Koko con mi presencia, realmente no esperaba verme ahí.
Takemichi asintió lentamente dudando un poco.
—¿Realmente estás seguro de que quieres hacerlo? Una vez que te tengan no podré tener control sobre lo que te vaya a pasar.
Inupi lo sabía pero asintió con seguridad.
—No te preocupes, sé que Koko no sería capaz de hacerme daño.
Al menos daño físico porque emocional ya lo había hecho anteriormente y ahora sabía que había cambiado, si pelean sabrá que no sucederá como la vez que se golpearon, sabía que Koko esta vez trataría de calmar las cosas antes de que se golpearan.
—En cuanto las cosas se pongan peligrosas, te sacaré de ahí—afirmó Takemichi.
—Sé que lo harás—sonrió con serenidad.
Eso era lo que más le gustaba de Takemichi, siempre cumplía con sus palabras y preferiría poner a las personas que le importan por delante de él, aún sí es él quien está más herido, haría lo imposible para salvar a esas personas.
Esa había sido la razón por la que volvió a Black Dragon cuando se había dicho a sí mismo que no volvería a meterse en esa vida criminal.
Después de separarse de Kokonoi después de tantos años juntos se sintió como un vacío y un dolor en su corazón, estaba pérdido vagando por el mundo buscando la forma de aprender a estar solo de nuevo ya que había pasado gran parte de su vida junto a Kokonoi y al separarse lo había afectado.
Poco después se enteró que Koko había vuelto a entrar a una organización y supo que él había continuado con su vida sin ningún problema y eso le afectó, ¿Por qué era él único que no avanzaba? ¿Por qué era él único que seguía vagando sin rumbo?
Tardó mucho tiempo en aprender a estar solo de nuevo, había comenzado con una vida tranquila, tenía un trabajo en un taller mecánico y ganaba lo suficiente para poder sobrevivir, era una vida tranquila pero vacía.
Fue entonces que casi un año después se enteró que alguien estaba reviviendo a los Black Dragon de las cenizas. Inupi había estado trabajando con Black Dragon durante años por lo que tenía curiosidad sobre quién podría ser el nuevo líder.
Cuando vio a Takemichi lo primero que pensó fue que alguien como él no lograría volver a lo que Black Dragon era antes pero cuando vio lo mucho que trabajaba para lograr revivir la organización sintió algo de curiosidad y admiración.
Takemichi tenía un objetivo en la vida y para ello tenía que hacer que los Black Dragon volvieran, lograndolo al poco tiempo. Era muy diferente a él que seguía sin tener un objetivo por el que seguir viviendo.
Entonces decidió que quería estar cerca de una persona así, trabajó con él durante ese tiempo y pudo saber un poco la razón por la que estaba haciendo eso, cuando supo que Bonten estaba involucrado recordó a Koko que trabajaba actualmente para ellos.
Cuando le comentó eso a Takemichi este confío en él en vez de echarlo por miedo que lo traicionara. Viendo como se esforzaba el rubio y como lo había ayudado mucho quiso devolverle ese favor y por ello propuso la idea de usarse de carnada usando su antigua amistad para Koko.
Al inicio Takemichi dudó pero tomó en cuenta eso e ideó un plan que creyó que sería muy efectivo pero seguía sin querer ponerlo en riesgo pero Inupi ya estaba seguro de lo que debía hacer.
Después de todo también quería ver a Koko para hacerle saber que no fue el único que salió adelante, también quería hacerle saber la clase de persona que ahora estaba a su lado.
—¿A dónde iremos?—preguntó Takemichi.
Ese día había llegado como era costumbre a la sede principal de Bonten pero en cuanto había puesto un pie dentro Draken lo había detenido junto a Chifuyu para que lo siguieran y se prepararan.
—Hemos recibido un informe de que Black Dragon planea atacar nuestro casino principal de Shibuya, iremos para allá para detenerlos antes de que hagan lo mismo que la otra vez—informó.
Takemichi frunció el ceño al escuchar eso, tuvo un mal presentimiento. Chifuyu lo miró confundido y Takemichi le devolvió una mirada desconfiada, entonces el menor entendió la situación.
O habían recibido información falsa y trataban de que la rivalidad entre Bonten y Black Dragon se descontrolara o había alguien que quería inculparlos.
Al poco tiempo habían llegado a un gran edificio en Shibuya con aspecto extravagante y elegante. Ese era uno de los tantos casinos famosos que tenía Bonten.
—¡Takemicchi!—sonrió el pelinegro en cuanto vió al rubio entrar por la puerta.
El rubio quiso hacer una mueca y separar al Mikey en cuanto se abalanzó sobre él, en especial porque aún sentía dolor en su brazo pero tuvo que mantener su papel frente a los demás por lo que se dejó abrazar, le sonrió a Mikey.
—¿Hoy no serás el Takemicchi agresivo?—susurró el peliblanco en su oído mientras a un lo abrazaba—es una lástima porque ese Takemicchi me prende mucho.
El aliento sobre su piel causó que una corriente eléctrica le recorriera sobre su espina dorsal hasta llegar a su espalda baja, se tensó por completo por la forma en la que su cuerpo comenzaba a reaccionar.
—No juegues con mi paciencia—respondió antes de separarlo.
—¿Nos explicarán la situación o solo tentaremos a nuestra suerte?—preguntó Chifuyu interrumpiendo a los dos chicos antes de que su compañero explotara.
Mikey comenzó a explicar un poco la situación.
Explicó que habían recibido la información de que Black Dragon trataría de destruir esta vez ese casino por lo que decidieron que esperarían infiltrados por el lugar para detenerlos a tiempo, también dijo que quería aprovechar la oportunidad para acabar con todos ellos porque comenzaban a molestarlos.
Takemichi no se sorprendió que decidieran esperarlos para detenerlos directamente ya que este casino era muy popular en Shibuya, sumando que fuera había muchas personas caminando y no sería bueno que otra masacre ocurriera en un lugar tan concurrido, no tendrían como cubrir ese suceso así que decidieron optar por enfrentarse directamente a ellos.
El rubio no se quejaba del plan, incluso le beneficiaba ya que debía encontrar que organización trataba de inculparlos y crear una guerra entre ellos.
El casino era muy grande, había muchos juegos de apuestas y maquinas de perder y ganar, el interior era poco iluminado y el ambiente algo parecido al de un club con luces neon iluminando levemente el lugar.
—Varios estaremos dispersos por el lugar para poder detenerlos antes de que la masacre se extienda—explicó Draken mientras les entregaba una clase de comunicadores—con esto pueden contactarse con todos para alertarnos.
Le extendió un audífono a ambos.
Takemichi miró a su alrededor y confirmó las palabras que acababa de escuchar, pudo visualizar a Sanzu hasta el fondo del lugar, a Baji cerca del segundo piso y a Kokonoi a varios metros de ellos, supuso que los demás también estaban dispersos y haciéndose pasar por personas normales.
—Takemichi cubrirá el segundo piso y Chifuyu cubrirá el primer piso, en el área de Blackjack—indicó Draken.
—Yo quería estar con Takemicchi—se quejó el pelinegro tomando el brazo del rubio.
Draken suspiró con cansancio.
—Tu estarás cerca de mi, no puedo permitir que hagas una tontería.
El pelinegro bufó soltando al rubio para irse junto a Draken.
—Nos vemos después Takemicchi—se despidió el chico siguiendo a Draken.
No entendía por qué era que Draken era quién estaba liderando la misión en estos momentos pero podía notar que se debía a que Mikey estaba un poco más fanfarrón de lo normal.
—¿Quién crees que esté queriendo hacerse pasar por nosotros?—preguntó en un susurro Chifuyu mientras caminaban hacia sus posiciones.
—No estoy del todo seguro pero hoy lo descubriré—le respondió con seguridad.
No sabía lo que harían hoy así que supo que era algo que planearon a puerta cerrada para que nadie lo escuchara y no se corriera el rumor de que tratarían emboscar a los "Black Dragon" esta noche. No sabía si lo estaban haciendo porque querían acabar cuanto antes con ellos o porque sospechaban que había un espía en la organización.
Si la respuesta era esa última entonces tenía que ser más precavido y cuidadoso para no exponerlos ni a Chifuyu ni a él.
—Sé lo que eres capaz de hacer Chifuyu—comenzó diciendo—pero si las cosas se ponen feas quiero que salgas de aquí.
Chifuyu le asintió como respuesta y continuó su camino, por su parte subió para el segundo piso donde se encontraban mayormente las máquinas tragamonedas.
Mientras caminaba hacia una de esas maquinas para empezar con su actuación vigiló la situación a su alrededor, buscó cualquier movimiento extraño y vigiló a todos los miembros de alto rango que estaban escondidos entre las personas, se memorizó todas sus posiciones.
Los minutos pasaron lentamente y no parecía que había nada extraño fue entonces que una idea comenzó a cruzar por su cabeza.
No había forma de que planearan esto porque sabían que ellos eran los infiltrados en Bonten y los llevaron ahí para encerrarlos, no habían hecho nada que pareciera sospechoso.
Pero ese presentimiento de que algo andaba mal seguía en su pecho. Se levantó rápido para dirigirse al primer piso y asegurarse de que Chifuyu estuviera bien pero en ese momento su hombro chocó con la de un hombre que pasaba a su lado.
—Permanece en tu posición—escuchó decir por parte de ese hombre.
Takemichi detuvo su paso y volteó hacia ese hombre, Kakucho le dio una mirada de advertencia mientras se alejaba.
No recordaba verlo a su alrededor cuando estaba memorizando las posiciones de cada uno. Había algo que estaba fuera de lugar pero no lograba saber el qué.
Mientras maquinaba en su cabeza todas las posibilidades de lo que podría suceder escuchó un disparo y al segundo siguiente estaba en el suelo con Kakucho encima de él.
—¡Te dije que estuvieras en tu posición!—lo regañó.
Al parecer Kakucho había notado un movimiento fuera de lugar detrás de Takemichi cuando chocaron y cuando se giró para comprobar que todo estuviera bien, vio a un hombre detrás de Takemichi sacando un arma.
Sus piernas apenas habían sido lo suficientemente rápidas para derribar a Takemichi antes de que le dispararan.
—¿¡Qué sucedió!?—gritó Draken por el audífono.
—Están atacando en el segundo piso—respondió Kakucho sacando su pistola para dispararle a ese hombre, seguido de eso varios hombres sacaron sus armas y comenzaron a dispararles.
Ambos corrieron para refugiarse entre las máquinas tragamonedas.
—En el primer piso al Sur también empezaron atacar—informó Chifuyu con la respiración agitada, de fondo se podía escuchar los disparos.
Takemichi sacó su pistola para comenzar a defenderse, Kakucho lo cubría por el lado derecho. En el fondo vio que Baji también se estaban encargando de varios de esos hombres pero parecía que eran más de los que podía manejar en especial porque parecía querer salir de ahí para llegar a un lugar en especial y estaba más preocupado para lograrlo que por deshacerse de esos hombres.
Sabía qué quería hacer y no quiso preocuparse por ello pero cuando volvió su mirada al pelinegro parecía que fallaba todas las balas, si seguía así moriría.
Maldijo por debajo.
—¿Puedes encargarte de aquí?—le preguntó al chico a su lado.
—Esto no es nada para mí—respondió bufando.
Entonces Takemichi le disparó a dos hombres que estaban por el pasillo al que debía ir y corrió hacia donde el pelinegro se encontraba, le disparó a los cuatro hombres que le daban.
Seguido de eso rodó por el piso para asegurarse que ninguna bala por detrás de él le diera si continuaba corriendo recto. Durante ese movimiento quitó el cartucho vacío de la pistola y le puso uno nuevo con balas. En segundos llegó a lado de Baji que de cubría en un pilar, el quedó del otro lado del pasillo.
—Morirás si no te concentras—le dijo.
—Cállate—gruñó el pelinegro.
Enserio no le agradaba mucho ese chico.
—Chufuyu es más fuerte que tú—empezó a decir, el nombre del otro rubio hizo que le prestara atención—pero si estás tan desesperado por llegar con él entonces concéntrate en los enemigos frente a ti, de lo contrario morirás antes de llegar a él.
Baji no respondió porque supo que tenía razón y eso lo enojó más de lo normal. Salió para disparar antes de volver a cubrirse.
Habían más enemigos que hace unos momentos y era imposible poder salir de ahí con facilidad.
—Si quieres salir de aquí entonces toma el camino más corto—hizo un ademán.
Baji se giró detrás de él y entendió a que se refería. Para poder salir de ahí entonces tenía que saltar al primer piso.
—¿Cómo sé que la caída no me matará?
—Hay una altura de cinco metros entre el primer piso y el segundo, si caes en la mesa de las ruletas americanas amortiguará tu caída sino te rompes el tobillo.
Baji frunció el ceño, no sabía cómo es que estaba tan seguro de la altura que había entre ambos pisos pero por la seguridad con la que lo decía sabía que decía la verdad. Lo pensó durante unos segundos y esa era la única salida rápida que podía usar.
Con suerte las personas corriendo hacia la salida será una buena distracción en el primer piso para tener suficiente tiempo para cubrirse con algo después de caer.
—Chufuyu es fuerte, concentrate en llegar con vida antes que preocuparte por él—le dijo— o sino Chifuyu se pondrá triste si llegaras a morir.
Baji lo miró una última vez sintiendo un calor en su pecho por esas últimas palabras, no le agradecería y Takemichi tampoco quería que lo haga así que solo lo vio saltar al primer piso. Confió en que no era tan inútil para caer mal y romperse el tobillo.
Volvió toda su atención a su alrededor, en algún momento Sanzu también había subido al segundo piso ya que lo vió a la lejanía cortar a los hombres con su Katana, se sorprendió de que aún no recibiera un disparo.
Por otra parte había perdido de vista a Kakucho pero no tenía tiempo para preocuparse de ello.
Tenía que descubrir quienes eran esos hombres que se hacían pasar por ellos.