POKEMON X: LA GUARIDA DE FLAR...

By AlisonOropeza20

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Estoy plantada delante del que debería ser un monstruo, pero no se ve en absoluto como nada de lo que pude im... More

FUEGO
CAPÍTULO 2: EL PROGRAMA DE EXCELENCIA
CAPÍTULO 3: LA CARTA NEGRA EN EL BUZÓN
CAPÍTULO 4: LA CHICA DE LOS OJOS AZULES
CAPÍTULO 5: SKYLER CROWN Y LA POKEBOLA AZUL
CAPÍTULO 6: EL GATO DE LAS DOS COLAS

CAPÍTULO 1: OTRO DÍA DE ESCUELA

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By AlisonOropeza20


El golpe de la regla de madera de la profesora Jansen es lo que me saca del mundo de los sueños... en más veces de las que me gustaría admitir. Está mirándome con desaprobación por encima de sus gafas de montura gruesa que siempre se le caen hasta la punta de la nariz. Las arrugas de su frente se remarcan más cuando arquea las cejas para mirarme con desaprobación, mientras yo intento mantener los ojos abiertos.

—¿Se puede saber qué es más importante que su último año de preparatoria como para no dormir durante las noches y venir a faltar el respeto a mi clase, señorita Cobby?

Quisiera tener una respuesta, pero lo único que brota de mi boca es:

—Disculpe... ¿Cuál era la pregunta?

Mis compañeros ríen, como siempre. A decir verdad, creo que ya ni siquiera me afecta como cuando nos mudamos a New Jersey. Desde que papá aceptó ese nuevo empleo aquí, tuve que adaptarme a este lugar y... No, lo digo en serio. ¿Cuál era la pregunta?

—Ya que tanta curiosidad siente, tal vez pueda pasar a resolver las ecuaciones en la pizarra.

¿Son ecuaciones? ¿A quién en su sano juicio se le ocurrió que poner letras a las matemáticas era una buena idea? Las miradas de los demás ya están empezando a hacerme sentir incómoda.

—Yo... Es que no he tenido tiempo de estudiar...

Y eso desata más risas, porque todos son unos idiotas.

—¿Qué puede ser más importante que mi clase, señorita Cobby? —insiste ella.

—He pasado todas las tardes con el entrenador West. Apenas tengo tiempo de respirar. Me aceptaron en el Programa de Excelencia al principio de este curso, ¿recuerda?

—El Programa de Excelencia se llama así porque sus miembros son elementos destacados del cuerpo estudiantil —espeta ella—. Eso significa que depende del resto de sus profesores si usted permanece o no en él.

—Tengo las notas más altas de todo el colegio.

—Y eso puede cambiar de un momento a otro, así que le sugiero que deje de hacerse ideas extrañas y empiece a pensar en su futuro. —Y ahora mira a los demás, como si ellos también estuvieran en problemas—. ¡Y eso va para ustedes también! El Programa de Excelencia no representa nada. De los veinticinco elegidos que salen cada año de esta institución, ninguno jamás ha superado al menos la primera de las Tres Pruebas. Mucho menos serían capaces de pasar por la Iniciación. El único futuro que realmente debería preocuparles es el que les espera después de la graduación. Los Entrenadores Pokemon promedio terminan llevando vidas comunes y corrientes. No hay aventuras épicas ni sociedades secretas, ¡así que espero que todos estén a la altura! ¿Está claro?

Todos responden a la par con un simple:

—Sí, profesora...

Y ahora esa mujer sólo me mira con desaprobación una vez más, para luego avanzar de vuelta a su escritorio donde su Chansey, irónicamente, es quien le ayuda a calificar los exámenes del grupo anterior. La escucho repetir la letanía que no entiendo sobre cómo despejar las incógnitas, pero mi atención se fija únicamente en la luz que se desprende del móvil que tengo sobre la mesa. Un mensaje de Julie aparece en la notificación emergente. Contiene sólo un emoji de una cara con la lengua de fuera. Cuando volteo hacia ella, me está sonriendo. Sus mejillas siempre se pintan de un rojo natural que resalta sus pómulos altos y que resalta con su cabello de color paja. Se ve como toda una reina, pues acompaña el uniforme rojo con broches más costosos que la casa donde vivimos y que mi padre aún no termina de pagar.

Tener a Julie cerca siempre hace que los días sean más llevaderos. Y en momentos como éste, me ayuda a dejar de pensar. Sé que la profesora Jansen tiene razón, pero mi objetivo es más importante y no permitiré que nada ni nadie me distraiga. Tengo mis sueños casi en la palma de mi mano. No puedo rendirme ahora.

~ ∞ ~

La campana anuncia el final de la clase y finalmente puedo respirar en paz. Mi mente todavía se encuentra aturdida entre la identidad secreta de X y las risitas que soltaba el Chansey de la profesora Jansen mientras leía el examen de Patrick Stuart. Al menos ahora tengo cincuenta minutos libres para almorzar. En mi casillero lleno con fotos de mis Pokemon me esperan los exquisitos sándwiches de mantequilla de maní y jalea de durazno que mi madre calienta en la sartén con mantequilla y que luego les deja una barra de chocolate encima para que se funda y...

—Eres un asco para las matemáticas.

Julie siempre me hace sonreír con sus llegadas de improviso. Aparece de la nada a mi lado siempre que sabe que la necesito. Lleva la billetera de piel en una mano y con la otra está acicalando su larga cabellera. Me hace sentir desaliñada. En el Instituto Roosevelt hay una regla no escrita sobre siempre parecer como si incluso los becados perteneciéramos al círculo de élite del que forman parte los otros privilegiados que se pavonean con su joyería fina y las Pokebolas de última generación. Y pensar que yo sigo usando las básicas que compré por veinticinco centavos en una tienda de segunda mano...

—Soy un asco para cualquier cosa que requiera hacerme pensar —respondo—. La profesora Jansen debería rendirse. Espera demasiado de mí.

—Espera lo mismo que cualquiera que te haya visto competir para entrar al Programa de Excelencia —dice Julie—. Esa vieja bruja no tiene idea de lo lejos que puedes llegar. Y cuando estés en la cima y puedas estrechar la mano del líder de la Elite, estoy segura de que nada volverá a interponerse en tu camino.

La nube de ilusiones viene a recogerme justo a tiempo, a la par que cierro el casillero y vamos juntas a la cafetería.

—Eso es lo que más deseo —le digo—. Te juro que no he pensado en otra cosa desde que recibí la carta negra en el buzón. Desde que me admitieron en el programa de excelencia, lo único que me importa es saber que puedo lograrlo.

—Ya tienes un pie dentro de la Elite, Perla. Lo único que tienes que hacer es esforzarte un poco más.

—Lo sé... Haré todo lo que sea necesario. Mis padres se sentirán orgullosos de mí y antes de cumplir los veinticinco, me habré convertido en líder de gimnasio. Eso es lo único que quiero hacer por el resto de mi vida.

—Entonces debes seguir entrenando. Las Tres Pruebas son brutales, aunque no son tan terribles como la de las otras organizaciones alrededor del mundo.

—¡Lo sé! —exclamo tomándola del brazo—. No puedo creer que la PKM-Jameiat Sirria hace que sus reclutas pasen por un entrenamiento militar. Y los Scotland Trainers hacen pruebas psicológicas a los novatos para saber si son aptos... Pero creo que la peor de todas es la Peulo Ligeu Kochi. El hecho de que te envíen a Corea del Norte durante dos años para entrenar suena... aterrador.

—Pues será mejor que no te confíes —sonríe Julie—, porque la Elite lleva a sus reclutas a Sudamérica para la Tercera Prueba. ¿Sabes por qué?

—¿Por la cantidad de Pokemon y Entrenadores exóticos que hay allá?

—No. Los llevan a Sudamérica porque es una tierra sin ley donde todo está permitido. Y para demostrar que eres digna de formar parte de la Elite, tienes que desprenderte de todo lo que te hace humana.

—Eso suena tanto a Men in Black... ¡Te juro que me muero de ganas!

Julie sonríe.

—Debes sentirte orgullosa —me dice—. Eres la primera recluta de sangre latina desde que abrieron este colegio. El Programa de Excelencia no suele dejar entrar a nadie como tú. Y si lo consigues, Perla, te convertirás en la inspiración de los novatos de primer año. ¡Incluso podrías entrar a las grandes ligas!

—Y eso es lo que más deseo... Pensar que Skyler Crown estreche mi mano como si fuéramos iguales es como un sueño para mí. Y conocer a la legendaria Jacqueline Roosevelt sería como tocar las estrellas.

Ambas reímos esta vez y Julie sólo me abraza por los hombros mientras no dejamos de avanzar.

La cafetería nos recibe junto con los Pokemon que aprovechan el momento para estirar las patas. No tenemos permitido liberarlos mientras estamos en horario de clases, pero también tenemos limitaciones en nuestros ratos libres. No podemos liberar a ningún Pokemon de fuego, pues todavía no terminan de reparar el gimnasio que quedó destruido cuando Jake Dawson le dio una patada al Torchic de Amanda Smith. El incendio por poco quemó todos los jardines de esa zona del colegio. Así que yo no puedo liberar a mis amigos, pero Julie sí aprovecha para que su majestuoso Arbok salga a estirarse. ¡Se ve tan adorable con la pañoleta roja que lleva atada en la punta de su cola!

Mi almuerzo siempre termina repartido en dos. Julie toma la mitad para luego deslizar hacia mí su teléfono. En la pantalla desbloqueada está el perfil de Instagram de Skyler Crown. Su último post pone que la venta de boletos para su próximo concierto empezará dentro de doce horas.

—¡Será a media noche! —le digo y tomo su mano con fuerza—. ¡Por favor, dime que me ayudarás a conseguirlo!

—Tú déjale todo a la tía Julie —responde con media sonrisa cargada de malicia—. Mi padre siempre consigue todo lo que yo le pido. ¿Ya has pensado lo que le dirás a tu madre?

—A decir verdad, pensaba decírselo sólo hasta que tuviera los boletos en la mano... —le digo rascando la punta de mi nariz—. No puedo perder esta oportunidad. Necesito verla en carne y hueso. ¡Es que no puedo creer que sea apenas unos años mayor que nosotras y que ya haya amasado una fortuna! Trabajar para la Elite debe ser un absoluto paraíso...

Y en ese paraíso es donde yo quiero estar.

—Además es la heredera de Crown Corners —dice Julie—. Es el Gimnasio de Agua más grande y famoso del sur de Estados Unidos. Jessica Crown es una verdadera diosa. Junto con Skyler, son dos de las Entrenadoras más poderosas del mundo. ¡Imagínalo! ¡Están por encima de Entrenadoras como Leona Lively, Victoria Levitt o Regina Keynes! Además, los Crown son uno de los linajes más antiguos en la larga estirpe de miembros de la Elite, tanto como los Mawson y los Roosevelt. Si conseguimos esos pases para el backstage y el meet and greed, Skyler Crown podría compartirte un poco de lo que sabe. Y con el carisma que tienes, Perla, fácilmente podrías convertirla en tu aliada. Es mucho más fácil y posible entrar a la Elite cuando ya tienes un contacto adentro.

—Lo sé... Y siento mariposas en el estómago sólo de pensarlo.

—Pues será mejor que dejes de imaginar e ilusionarte, porque ahora ésta es tu realidad. Estás a punto de entrar a las grandes ligas. Tienes que prometerme que no te detendrás.

—¡Por supuesto que no! Cueste lo que cueste, ¡entraré a la Elite y seré la Entrenadora más poderosa del mundo!

Volvemos a reír y el pacto se cierra cuando chocamos las palmas y nos tomamos de las manos con fuerza.

Teniendo a Julie a mi lado, realmente me siento invencible. 


Así es, mis amores. Así termina este nuevo inicio. He sacado a Perla de la tumba y tuve que coser sus pedacitos, pero no encontré su cerebro y se lo tuve que cambiar. Al menos por ahora, ninguna Perla ha sido lastimada para la creación de este fanfic... Énfasis en el "por ahora".

Les dejo una pregunta por aquí: ¿De qué crees que se trata el Programa de Excelencia?

Nos vemos el miércoles con el capítulo 2. ¡No olviden que les amo con toda mi alma!

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