Más allá de este mundo (Libro...

By ZahiKing

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-------------------------------- Si algo tiene claro Maine Samuels en esta vida es que quiere morirse. Lo anh... More

Prólogo
• Antes de leer •
REPARTO
1. Inside
2. Next to me
3. Hello!
4. Smart Boy
5. Night
6. Secret
7. Run
8. Relief
9. Look
10. Movie
11. Fight
12. Friends
13. Party
14. Tomorrow
15. House
16. YES!
17. Kiss
18. What happened?
19. Broken
20. Nickname
21. Love
22. Sing, Bitch
23. Destruction
24. Revenge
25. Side Effects
26. Family
27. Make me yours
28. Cry
29. Birthday Surprise
30. Favino
31. Before
32. Blue Eyes
33. Guilt
34. True Love
❄️
36. Graduation and Fire
37. Myself
38. Goodbye
39. The last letter
Curiosidades+Anuncio
PLAYLIST DE MAINE
PLAYLIST DE EDMUND

35. Time

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By ZahiKing

MAINE

Playlist: 5sos-complete mess
Playlist de Edmund: Caravan.

《●》

-¡Ya sé, Ya sé! Eres Shakira.

-Brad, así no hace Shakira-discrepa Tai.

-Tai tiene razón, Shakira es más de mover las cadera así-y Will empieza a menear las caderas con tanta fuerza que por un momento juré que se iba a partir en dos.

Todos nos morimos de la risa.

-Will parece una licuadora descompuesta-se burla Cassie.

-¡Vamos, chicos! ¡Adivinen quién soy!-Bella vuelve a realizar ese extraño movimiento que tanto nos costaba adivinar.

-¿Eres Dua Lipa haciendo el paso de new rules dónde parece un lápiz al que le están sacando punta?-Pregunta Vivien-. Ya saben, el del meme.

-¡NO!-grita Bella, impaciente.

-Voy a terminar este juego-Edmund observa a Bella, analítico, antes de contestar-¿Eres una versión epiléptica de Beyoncé?

-¿Qué mier...? ¡No!

-Es que todos son idiotas-digo-Bella, ¿Eres Lady Gaga en Poker Face?

-¡Si, si!-Bella da saltitos de alegría-. Me alegra saber que hay alguien inteligente en esta habitación.

Me inflo, orgullosa de mí misma.

-Estoy segura de que ese movimiento demoníaco no era Lady Gaga-comenta Cassie por lo bajo.

-Yo sigo-Edmund se levanta y se queda tieso al menos un minuto.

No hizo nada en el minuto entero.

-¿Y?-pregunto, confundida-¿Qué eres?

Edmund responde un tono poético:

-Definirse es limitarse.

Brad se dobla en carcajadas.

-¡Edmund!-exclama Will-. Arruinas el juego, ¡Siéntate!

-O mejor sal de la habitación-dice Vivien, que nunca desaprovecha el momento para pelear con mi Chico Listo.

-Cállate-le responde Edmund-. Saqué la frase del Pinterest de Maine.

Will le hace un ademán para que se calle y se siente.

-Voy yo-Vivien hace el intento de levantarse del piso.

-¿Eres Naruto?-dijo Edmund.

Vivien se vuelve a sentar, roja de ira.

-¿No podías dejarme empezar?

A Edmund se le escapa el detonante antes de contestar:

-Careces de imaginación. Tai, creo que ya es momento de cambiar de novia.

-¡Te voy a matar, Bianchi!-y Vivien intenta asesinar a Edmund delante de todos.

-¡Vivien, no! ¡Lo necesitamos vivo para los exámenes finales!-Bella intenta salvar la vida de Edmund junto a Cassie, que jalaba a Vivien de los pies.

-¡Ahhhhh! ¡Un homicidio, un homicidio! ¡Policiaaaa!-gritaba Brad en tono de anciana asustada.

-¡La policía va en camino!-Will empezó a fingir que manejaba, dando vueltas por toda la habitación-¡Ya casi llego!

-¡Ya maduren, joder!-exclama Tai, grabando lo que pasaba con una sonrisa en el rostro.

Por mi parte, estoy al borde del colapso por tanto reírme.

Admito que los meses han pasado más rápido de lo que me gustaría admitir. Todavía recuerdo el esmero que le ponía a rezar para que estos ocho meses antes de la graduación pasaran tan pero tan rápido que apenas me diera tiempo asimilarlo. Sin embargo, ahora me hubiera gustado que pasaran tan pero tan lento que apenas me diera tiempo asimilar que mis andares con los chicos llegaban a su fin, que mi catastrófica vida como adolescente colgaba de un fino hilo pronto a quebrarse. Una vez que te gradúas de secundaria las cosas comienzan a tomar un rumbo diferente, un rumbo de madurez que te arrastra aunque no quieras, y es entonces cuando la infalible pregunta se formula: ¿Qué haré después de esto? ¿Qué carrera deseo estudiar? ¿A qué universidad voy a aplicar? ¿Qué mierda haré con mi jodida existencia de ahora en adelante?

Y yo, que le daba vuelta a todas las cuestiones de la vida más veces que alguien batiendo una torta, ya se imaginan como iba de agobiada por aquí y por allá. Incluso llegué a pensar que si me iba a otra ciudad, completamente sola y sin una madre que me cocine, terminaría asesinada por algún psicópata que años después tendría su propio documental en HBO.

Si, esta cabeza mía no se detiene por nada del mundo. Bueno, si se detiene por algo de este mundo.

O alguien.

-Meteorito Furioso, ¿Te importaría pensar en lo que harás el resto de tu vida más tarde? Tenemos cosas divertidas que hacer. Nos quedan varios meses para sentarnos a pensar en universidades, departamentos y trabajos de medio tiempo.

-Lo haces sonar sencillo.

-Es sencillo, sólo que tú lo complicas todo.

Chasqueo la lengua.

-Ok, ok, ¿Qué quieres hacer con el corto tiempo que nos queda antes de graduarnos?

Apenas me regaló una sonrisa, supe que su espontaneidad lo tenía todo fríamente calculado. Y fue entonces cuando un montón de cosas empezaron a ocurrir casi en simultáneo, entre esas, que nuestra guerra de hoy estaba ocurriendo un sábado.

Si, un sábado.

Desde mi cumpleaños las cosas han ido mejorando para mi Chico Listo. Decidió aceptar el cambio positivo que el simple hecho de estar vivo le ofrecía, y poco a poco fue haciendo bien las cosas. Empezamos a subir al bus sólo para ir a clases, hecho que sinceramente llenó de orgullo incluso al mismísimo Thomas; también acudió más seguido a las tumbas de su familia, logrando así hablar de ellos sin ese descontento nudo en la garganta y la bomba atómica de culpa que siempre le acompañaba. Les contó a los chicos la verdad sobre su antigua vida tal cual me la contó a mí, y como era de esperar los chicos (incluso Vivien) le mostraron todo el apoyo posible. Ahora cada sábado estábamos con él para que no tuviera chance de pensar en esas pastillas y todo lo que involucraban...funcionaba de maravillas nuestra estrategia. Cuando los chicos no podían reunirse me quedaba a dormir en su casa, y abrazándolo cuál una enredadera, le decía:

-Mi amor por ti va más allá de este mundo-le beso la frente-. Ahora duérmete, porque no voy a soltarte.

Claro que una vez dormida lo soltaba, y me movía tanto que lo terminaba sacando de la cama.

Otro detalle importante de resaltar es la relación de Edmund con su batería. Era increíble como el apego de Edmund a su instrumento podía aumentar hasta rebasar lo imposible, y sentarme a verlo tocar "Caravan" se ha vuelto mi nuevo pasatiempo favorito. Además, sus vídeos en YouTube han ido en ascenso, ahora su canal tiene dos millones de suscriptores, y honestamente no puedo estar más orgullosa de él por todo lo que ha logrado este mes. Edmund dice que este cambio en su vida se debe mayormente a mí, pero no me doy mucho crédito. Mi trabajo como novia fue darle un pequeño empujón...el resto lo ha hecho por su cuenta.

《●》

De un día a otro ya era treinta y uno de diciembre. Estaba nevando a tal punto que los autos se volvieron cubos de hielo y los coloridos Santa Claus que decoraban las casas de los vecinos tenían los bigotes plásticos congelados. La banda de los chicos, Fuego Griego, fue contratada para tocar en un club hasta la madrugada del primero de enero, así que pasé el último día del año bailando con Vivien, Bella y Cassie al ritmo de las canciones de nuestros novios. Admito que ya me adapté a este ambiente nocturno lleno de cervezas, sudor y gloria adolescente, de modo que fue un buen último día.

Cuando la banda terminó de tocar, Edmund me encontró esperándolo en la desolada terraza del club.

-¿No tienes frío?-me preguntó, abrazando mi cuerpo mientras apoyaba su cabeza en mi hombro. Ambos mantuvimos la vista fija en el congelado paisaje.

-Ya no-respondo, contenta con su presencia-. Hoy se lucieron, de verdad.

-Siempre dices eso, Maine.

-Porque siempre lo hacen increíble.

-Pero hoy se sintió diferente, casi como si fuera la última vez que tocaremos juntos. Brad se echó a llorar hace un momento.

-Entiendo a Brad. Es decir, ustedes siempre están juntos.

-Y lo seguiremos estando, no creo que la distancia vaya a cambiar algo.

-Lo cambia todo, Edmund.

-¿Eso crees?

Asiento.

-Entonces nunca me voy a alejar de ti.

-No me gustaría que lo hicieras.

Me gira, y al encontrarme de frente con sus ojos de venado, descubro que mi reacción ante su profunda mirada sigue siendo la misma: fascinación ante su belleza, felicidad por tenerlo cerca, nerviosismo...

-Apliquemos a la universidad de esta ciudad, Maine. No hay necesidad de irnos tan lejos. Seguiremos viendo a nuestras familias, tú podrás estudiar literatura como querías y yo puedo estudiar economía o cualquier carrera que me mantenga cerca de ti. Nos irá bien, creo que podremos hacer todo lo que queramos con tal y estemos cerca uno del otro.

Le sostuve la cara entre mis manos.

-Dios mío, si te dijera que justo eso tenía pensado, ¿Me creerías?

La verdad era que no aspiraba a estudiar en ninguna universidad sobresaliente. Sólo quería estudiar, graduarme, y poder enviarle un montón de manuscritos a Haiden justo después de obtener mi título. También quería estar cerca de Edmund, y me daba terror pensar que él no deseara permanecer en la ciudad, que sus sueños si incluyeran estudiar en una universidad prestigiosa donde su dedicación a la batería pudiera adquirir un enfoque más profesional. Me alivió saber que no era así...que se quedará conmigo.

Él sonríe, y apoya sus manos sobre las mías.

-Meteorito Furioso, somos tal para cual.

Me incliné hacia adelante para besarlo, pero...

-¡Interrumpiendo un acto amoroso parte mil doscientos treinta y cuatro!-exclama Brad, invadiendo la terraza con Bella sosteniendo su mano-. Doy clases los jueves, no cobro mucho.

Vivien, Tai, Cassie y Will se hacen presentes detrás de ellos.

-Brad, eso es tan piscis de tu parte-argumenta Cassie.

-Cassie cállate, no sabes nada sobre el horóscopo-replica Vivien.

Edmund, luego de pegarle a Brad en la cabeza, dice:

-Díganme que al menos trajeron cervezas.

Will señala una pequeña torre de cervezas que iban organizadas como soldados dentro de una caja.

-Por supuesto.

Entonces nos quedamos en la terraza, bebiendo y muriéndonos de frío a pesar de los pesados abrigos que llevábamos puestos, reímos hasta obtener gratuitos dolores de estómago, cantamos y recordamos momentos que nos marcaron este alocado año hasta que la cuenta regresiva empezó a resonar entre las calles y las personas.

Edmund me sostuvo por las caderas, y yo envolví mis brazos alrededor de su cuello. Así, eufóricos, con las miradas fijas uno en el otro, empezamos la cuenta regresiva:

-Diez...nueve...ocho...siete...seis...cinco...cuatro...tres...dos...uno...¡FELIZ AÑOOOO!

Los fuegos artificiales envolvieron el cielo, llenándolo de colores. Las risas de la gente que se abrazaba, los gritos entusiasmados, la presencia de mis mejores amigos, el amor que sentía por mi novio...la verdad, nunca pensé decir algo como esto:

Al fin, soy auténticamente feliz.

-Feliz año, Meteorito Furioso.

-Feliz año, Chico Listo.

Sus labios buscaron los míos con desenfreno, y el beso llegó con la potencia de un relámpago. Por mi cuerpo corrió esa potente electricidad, y no podía parar de pensar que podía besarle por siempre a través de los siglos, porque Edmund era para mí la piedra filosofal, era el inicio carente de un fin, la razón por la que mi pecho ardía en imparables llamas y a la vez por el que dormía incontables noches. Es el motivo por el que ya Depresión ha dejado de visitarme, y también el motivo por el que Ansiedad y Estrés me consideran su más grande enemiga.

Es el motivo por el que además de ser feliz, me siento enamorada.

《●》

Comencé el nuevo año abriendo una nueva cuenta de frases en Instagram con el mismo nombre, pero renovada en calidad de contenido. Mis frases a la medianoche poco a poco volvieron a reavivar el impacto que causaban en las personas, y rápidamente me empapé nuevamente de mi amor por la escritura.

-¿Tengo la ventaja como novio de saber las frases que vas a publicar a la medianoche antes que los demás?-me pregunta Edmund mientras caminamos por los pasillos pegando carteles en los casilleros sobre el maltrato animal y como evitarlo.

-Mi frase de hoy tiene que ver con cosas que me hacen muy feliz, como mi familia, mi gato, mis amigos...y tú, claro.

-¿Yo? Dijiste que nunca escribirías sobre mí.

Me encogí de hombros.

-Que te digo, soy una mentirosa-le beso la mejilla y le pego un cartel en la frente. Nos reímos, pero la risa se apaga cuando Penny y James se nos plantan delante.

Los cuatro nos teletransportamos a un campo de batalla, y ese aire de Edmund versus James y Maine versus Penny nos asfixia.

-Maine.

-Penny.

-Edloco.

-James.

La tensión me respira en la nuca, pero de repente, Penny me sonríe de medio lado.

-Me gustó tu frase de ayer, a sido mi favorita.

-Oh...-bajo la guardia-. Gracias.

-Edlo...Edmund-James estira su mano hacia la de mi Chico Listo-¿Necesitas ayuda con esos folletos?

Edmund, con el ceño tan fruncido que parecía un viejo, le entrega a James la mitad de sus folletos sin decir nada. James se rasca el tatuaje en la frente con la mano desocupada, le guiña el ojo a Edmund y se va, sosteniendo la mano de Penny, que también me sonrió de nuevo antes de irse.

-Van a matarse, ¿Deberíamos impedirlo?-dijo Edmund, asombrado.

-No seas así-le golpeo el hombro-. Fue raro, pero liberador. Al fin lo entendieron.

Edmund asiente, y seguimos nuestro camino por la secundaria pegando volantes.

《●》

Con el permiso del director, Edmund y yo faltamos a clases todos los viernes durante el resto de los meses. Según el director, era lo que Edmund se merecía por dejar de ocasionar desastres en la escuela y por, como no, cuidar al gato de su hija cada que el director lo requería, de modo que los viernes se convirtieron en nuestros días de aventura personales.

Salíamos a pasear por la ciudad con los pies aprisionados en patines que apenas nos quedaban, siendo perseguidos por el potente sol, pero protegidos por el fresco clima del día. La música corría una maratón en nuestros oídos mientras tratabamos de lucir como unos expertos en el arte del patinaje.

-Mira esto-Edmund dió un giro en el medio de la carretera, pero sólo consiguió estar a punto de caerse cuando perdió el equilibrio y, para disimular, empezó a hacer twerking en plena calle.

Me caí en la carretera por el exceso de carcajadas que brotaban sin control. Ver a Edmund haciendo twerk fue lo más gracioso pero sexy que mis ojos han visto.

El siguiente viernes viajamos a un lindo restaurante boscoso que encontramos en internet. Era más bonito en persona que en fotos. Cada uno pidió un plato de pasta, y después de jugar un poco a la dama y el vagabundo con nuestra comida, dejamos el plato limpio. En consecuencia, pedimos otra ronda de pasta porque si, nos han pillado, somos unos tragones. En el restaurante había un karaoke, de modo que después de comer, descansamos cantando Complete mess de 5sos a todo pulmón.

Vimos dos fines de semana seguidos las películas antiguas que a mi Chico Listo tanto le apasionan, y cuando fue mi turno de escoger lo obligué a ver las dos temporadas de Euphoria. Edmund se mostró reacio al principio, pero apenas la finalizamos lo primero que dijo fue:

-De nuevo.

-Veamos ahora Peaky Blinders.

-No, ¡De nuevo!

Le miro, muy seria.

-Ya te dije que no y punto.

Edmund se encoge de hombros.

-Como diga la jefa.

Sonrío, complacida con la respuesta.

Otros viernes salíamos a bailar o íbamos al parque de diversiones a subirnos en la montaña rusa.

-¿De verdad quieres subir?

-Claro, será pan comido-Edmund asiente-. A menos que no quieras y en ese caso podríamos...podríamos....

Me cruzo de brazos, dirigiendo a él una mirada retadora.

-Tienes miedo-aseguro.

-Lo tendrás tú-contesta, odioso-. Yo no le temo a nada.

Cinco minutos después de eso la adrenalina de la montaña rusa me corría por la espalda, aunque para Edmund la historia era diferente.


-¡SEÑOR, SEÑOR, PARE ESTA COSA, ME QUIERO BAJAR!

-Edmund, tranquilo, sólo nueve de diez personas mueren en las montañas rusas-bromeo, maliciosa.

Y vaya error. A mí Chico Listo se le salen los ojos.

-¡AYUDAAAAAA!

-Cálmate, solo era una bro...

-¡AYÚDENME! ¡ESTA COSA SE VA A CAER! ¡SE LE ACABA DE SALIR UN TORNILLO!

-Edmund, para que esto se caiga hace falta que se suelte más de un tornillo.

-¡AYUDAAAA!

-Ed...

-¡ME MUEROOOO!

-¡DEJA DE GRITAR!

-¡AHHHHHHHH!-Edmund cerró los ojos y se agarró fuerte de la barandilla.

Su pánico no tardó mucho en causarme gracia, y mientas yo reía emocionada, Edmund gritó todo el recorrido. Apenas pisamos tierra, le dije:

-¿Estás bien?

Él asiente.

-Te lo dije, fue pan comido.

Y acto seguido se desmayó.

Nota mental: no traerlo de nuevo a un parque de diversiones.

《●》

Un fin de semana nuestras familias se reunieron en casa de Edmund a comer asado. Mi hermano Jonah se llevó bastante bien con Emma, y mi madre descubrió que tiene incontables cosas en común con la mamá de Edmund. Para mí grata sorpresa, mi padre también estuvo presente en esta reunión familiar, de modo que el papá de Edmund tuvo con quién platicar. A eso de las tres de la tarde mi familia se fue a casa, pero yo me quedé con Edmund un rato más. Estábamos acostados en la cama, mirando el techo aburridos hasta que una pésima idea cruzó por mi cabeza.

-Chico Listo, me quiero cortar el cabello.

-¿Estás loca?

-Sólo me gustaría cortar un poco las puntas. Lo tengo muy largo, ¿No crees?

-Me gusta así.

-Pero a mí no...¿Me lo cortas?

-¿Qué?

-Corta mi cabello, sólo las puntas.

-Algo está muy mal en tu cabeza...pero acepto. Buscaré las tijeras.

Y si, me dejé cortar el cabello por Edmund...me arrepentí apenas las tijeras empezaron a cortar.

Casi me deja calva el muy desgraciado, y entonces empecé a llorar.

-¡Te dije que sólo las puntas!-le grito, sollozando.

-¡Calculé mal!-me grita de vuelta, no sin el tono culpable-. Deja de llorar...¡Mamá, mamá!

La mamá de Edmund aparece como si todo este tiempo hubiera estado escuchando a través de la puerta.

-¿Si, Eddie?...¡Santo Jesucristo! Maine, ¿Qué te pasó en el cabello?

Lloré más fuerte con esa reacción.

-¡No está tan mal!-Edmund le entrega las tijeras a su madre-. ¿Puedes arreglarlo para que deje de lloriquear?

-Eddie, le arruinaste el cabello, es normal que quiera llorar.

-Mamá, no estás ayudando.

Y entonces la discusión pasó a darse en italiano. No entendí una mierda, Pero finalizó con las siguientes palabras por parte de la mamá de Edmund:

-L'ho provato sulla mia pelle.

Edmund no dijo nada más.

-Ve a la sala, hijo. Yo arreglaré este desastre.

¿Desastre? Oh, Dios mío.

Edmund obedeció, y entonces su madre hizo magia conmigo. Mi cabello, que antes llegaba a mis caderas, ahora lucía un nuevo look sobre mis hombros que, para ser honesta, me gustó mucho.

-Gracias-le dije, encantada con el reflejo que me mostraba el espejo.

-Gracias a ti por devolverme a mi hijo-me dijo, con ojos llorosos y sonrisa melancólica-. En serio te lo agradezco mucho.

Como respuesta sólo pude abrazarla.

《●》


Y de la nada, ya los ocho meses habían transcurrido. Un día antes de graduarnos Edmund y yo recibimos la respuesta a nuestra solicitud para estudiar en la universidad local. Ambos fuimos aceptados.

Yo estudiaré literatura inglesa y Edmund economía.

Todo marchaba como se esperaba, y al día siguiente ya estaba sosteniendo mi título, graduada de blanco, dando el discurso en nombre de todo mi año. Desde la tarima veía a todos mis compañeros...no extrañaré a ninguno de esos idiotas.

Y ¡Zas! Estoy con las chicas, Jonah y mamá escogiendo el vestido que usaré esta noche en el baile.

Y ¡Zas! Es de noche. Ya estoy lista, esperando a Edmund mientras juego dominó con mi padre, mi madre y mi hermano. Entonces Jonah se levanta para asomarse por la ventana y decir:

-Ya está aquí.

Me encamino a salir para encontrarme con mi Chico Listo pensando una cosa: todas las sensaciones de estos últimos meses, sin duda han ido más allá de este mundo.

Después de hoy, se cierra un ciclo, pero gracias al cielo, empieza otro mejor.

《●》

Si llegaste hasta acá, tienes mi eterno agradecimiento.

Puedes encontrarme en instagram como @zahiurda






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