-ADVERTENCIA -
Consumo de alcohol excesivo, por
ningún motivo realizarlo.
Narración +18
Tema delicado :
Suicidio, anciedad, problemas de
ira y depresión.
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𓏲 Decir que se sentía raro era poco para Hajime, desde aquella semana había estado mandando cartas para Seishu mientras el trabajaba, así no se daría cuenta que iba directo a su casa a dejarlas, cada carta que le daba relataba cómo se sentía y cuánto lo amaba y apreciaba.
Intentaba ser mejor cada día, se preguntaba a si mismo en que momento se fue pudriendo.
— ¡ Mierda ! — aventó aquel baso con alcohol haciendo que la pared se manche
Hajime se sentía tan insuficiente, desde hace días no paraba de tomar y maldecir-se, quería morirse, se preguntan en qué momento callo tan bajo, por qué inupi si podia seguir adelante y el no, todo era tan confuso.
— ¡ Se supone que me pertenece ! ¿¡ Por qué pasa esto !? — apretó su cabeza con fuerza
Solo quería dejar de pensar, ya no quería sufrir, todo iba tan bien y ahora era tan mal, las botellas de alcohol eran su única compañía en aquella casa solitaria.
Se sentía nervioso, ansioso, desesperado, molesto, tristes, no sabía cómo se sentía era demaciado confuso, solo quería matarse en esos momentos.
— Tengo que recuperarlo — dijo con voz agitada
Su respiración cada vez se aceleraba más y no sabía por qué, solo se abrazo a si mismo y comenzó a pellizcar su cuerpo con desesperación mientras lloraba.
¿ Que debía hacer ?
— Necesito tenerlo aquí, el me pertenece — apretó con fuerza sus brazos
Sentía como su respiración fallaba, quería tomar aire pero le costaba demaciado, puso su mano en su pecho y con la otra recargo su cuerpo para no caer al suelo, su vista comenzaba a nublarse y seguía sin poder recuperar del todo el aliento.
— ¿¡ KoKo !? ¡ Koko ! — llamaba aquella voz
— ¿ Inupi ? — respondió con dificultad al llamado, no lograba escuchar bien la voz y su vista se comenzaba a apagar
— ¡ KoKo ! — se acerco aquella silueta
— ¿ que dice ? — dijo en su mente mientras intentaba mantenerse conciente
Todo paro ...
Solo escuchaba una voz a lo lejos pero no veía a nadie, no sabía en qué momento su cuerpo lo traicionó, tal vez fue por tanto alcohol, después de todo su cuerpo no estaba acostumbrado a beber en grandes cantidades y menos si eran más de 4 botellas diarias, si no mal recordaba exactamente empezó a beber desde la partida de inupi, solo así podía escribir con detalle sus cartas.
Sentía como movían su cuerpo, quería despertar pero le pesaban demaciado los ojos, se encontraba muy débil como para despertar, tal vez ese era su fin, no lo sabía bien pero si fuese así, el no quería morir, aún no era su momento no podía partir de este mundo sin antes ver a su querido inupi.
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© B O T E N.
Por otra parte Seishu se encontraba en su departamento, buscando que ponerse antes de meterse a bañar.
— Blanca ... — miro la playera blanca holgada que tenía en su mano izquierda — ¿ o la gris ? — giro su vista a la otra mano donde se encontraba una playera gris — Mejor me pongo una sudadera sin playera — aventó las dos playeras y fue por una sudadera delgada y holgada que le quedaba grande
Tomo su ropa y se metió a bañar como si nada, pero al salir e ir a la sala donde dejó la carta que le envío KoKo hace unos horas mientras el trabajaba sintió una extraña punzada en el pecho, sentía que algo estaba mal, que algo malo pasaría o estaba pasando, ¿ Draken ? ¿ Shinichiro ? ¿ Takemichi ? ¿ O KoKo ?
Sentía que algo le pasó a alguien pero no sabía a quién, tal vez solo sea una simple punzada por respirar mal o algo por el estilo.
— Mejor veo que comer — dijo ignorando a sus pensamientos, no quería matarse pensado cosas demás y que no eran posibles
Fue a la cocina y se preparo una maruchan, no quería hacerce algo más elaborado por que tenía flojera, tomo una lata de refresco del refrigerador y se fue a la mesa para leer la carta.
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© B O T E N.
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De: Kokonoi Hajime
Para : Inui Seishu
01/08/xxxx
Hola de nuevo, espero te encuentres muy bien inupi.
Sabes, últimamente no puedo sacarte de mis pensamientos, eras tan raro y especial, no se que me hiciste pero siempre te recuerdo, cada vez que te pienso me enojo conmigo mismo por no haberte cuidado bien.
Me siento realmente mal por todo lo que te hice, lo único que hago es esconderme cobardemente en vasos y botellas de alcohol, quisiera olvidar pero me es difícil, tengo ganas de matarme aveces para dejar de lamentar, se que soy un estúpido y no canso de pedirte perdón por lo que hice, en verdad me doy tanto asco ...
Quisiera saber desde que día comencé a volverme una persona de mierda, alguien repugnante, en qué momento comencé a ser alguien repulsivo, siempre creí en el dinero, pensaba con el dinero, fue que caí tan bajo que después de enterarme de tu relación con Draken me dije a mi mismo.
" ¿ No se supone que siempre sería tuyo ? "
Me enoje tanto que decidí llevarte conmigo a la fuerza y hacerte todo eso.
Últimamente he estado tomando como un idiota, las medicinas se convirtieron en una bebida, escribo antes de perder al conciencia borracho, no leo las cartas para no arrepentirme de mandarte-las ...
Inupi, ¿ Tú crees que soy alguien patético ?
¿Por qué me seguiste tanto tiempo apesar de que yo no te valoraba ?
Ah ...
Solo de pensar eso regresan mis ganas de matarme.
Sabes jaja ... También intente quitarme la vida, pero cuando estaba por hacerlo por mi mente cruzaste tu, cruzaron aquellos bellos momentos donde estaba contigo, aquella noche ...
Aquella noche donde tú y yo nos hicimos uno solo, cada esquina de tu cuerpo la recuerdo bien, tu cuerpo era tan bello y delicado sentía que en cuálquier momento se rompería, tus labios eran tan dulces y extrañamente adictivos, cuando estaba dentro de ti me sentí tan jodidamente bien, eras tan estrecho y cálido, si tú cuerpo fuera un droga creo que te consumiría diario.
Mierda, ya no se que estoy diciendo, creo que mejor dejaré de escribir.
Espero verte pronto inupi, si es que no me mato, te amo.
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© B O T E N.
Sabía muy bien que su amigo era tonto pero con aquella carta había quedado más claro.
— Idiota ... — susurro sonrojado
Después de un rato inupi entro en un pequeño trance que lo hizo volver a leer la carta sobre todo aquella parte donde Hajime relataba que había estado bebiendo y que su medicina se volvió en una bebida.
— ¿ KoKo estaba enfermo ... ? — dijo preocupado — El no toleraba el alcohol, la última vez que lo vi borracho se desmayó — dejo la nota en la mesa y se levantó rápido — Algo no están bien ... —
Sin darse cuenta inupi ya se encontraba en dirección a casa de koko, debía ver si estaba bien, si seguía vivo, le preocupaba que algo le pasara, bajo rápido de la moto y tocó rápido la puerta de aquella casa donde una vez estuvo encerrado.
— ¡ KoKo ! — tocó con fuerza — ¿¡ KoKo estás ahí !? ¡ Abre KoKo ! — dijo desesperado sabía bien que algo no estaba bien
— Disculpa, ¿ tu eres familiar del muchacho que vive aquí ? — dijo una señora de avanzada edad
— ¿¡ eh !? — vio a la señora — si, ¿ sabe si está en casa ? —
— Bueno, verás hace como media hora la ambulancia llegó por el muchacho, alguien lo encontró según muerto en su habitación por una sobredosis, o eso dicen las vecinas — dijo nerviosa la señora
— ¿¡ Que !? — sus ojos se abrieron como platos no podía procesar bien lo que había escuchado.
¿ Estaba alucinando?
¿ Escucho bien ?
¿ Koko murió ?
— Eso es lo que se dice, la verdad nadie sabe bien — río nerviosa
— ¿ Sabe de que hospital era la ambulancia ? ¿ O a dónde se lo llevaron ? — dijo preocupado
— No lo sé, pero creo que fue al hospital que queda algo cerca de aquí — respondió
— Gracias — se subió rápido a su moto y fue en dirección a aquel hospital debía y quería ver a koko
El no podía estar muerto, no claro que no.
Al llegar al hospital inupi corrió por todo el lugar hasta encontrar la habitación de koko, entraba y salia sin pedir permiso o perdón, solo quería ver a koko, después de un rato por fin lo encontró.
— ¡ KoKo ! — dijo preocupado y se acerco rápido a el
— ¿ Inupi ? — Dijo mientras hacia una mueca por el dolor de cabeza
— Idiota — se acerco a el deprisa y lo abrazo con fuerza — ¿ Que estabas haciendo ? ¿ Que intentabas hacer ? — cerro sus ojos con fuerza para evitar llorar
— No me dejas respirar inupi — dijo adolorido y palmeó su espalda
— Eres un grandísimo estúpido Kokonoi — se alejo de el y lo tomo de los hombros — ¿ Dime que estupidez intentas hacer ? ¿ Que mierda estabas haciendo ? — lo sacudió molesto
— Creí que estabas preocupado — río con cierto dolor
— ¡ Contesta ! — lo miro molesto
— Solo se me pasaron las copas ... — desvió la mirada
— Idiota, estúpido, maldito lagarto adinerado, cerebro de 50 centavos — lo aventó levemente
— Eso dolió — dio una pequeña risita y se acomodo mejor en la cama
— Me asusté, creí que habías intentado quitarte la vida o algo así — se recargo en la pared y dejo caer su cuerpo poco a poco hasta sentarse en el suelo — Creí que habías muerto — dijo con la voz quebrada
— Inupi ... — lo miro sorprendido ya que era muy raro verlo llorar — yo ... No, no haría algo así — se levantó de la camilla sin importar su dolor y se acerco al rubio
— Por que eres así, solo haces que me preocupe por tus estupideces — limpio sus lágrimas
— Se que dije que quería morir, pero no lo decía tal cual, quiero seguir viviendo por qué tu aún sigues aquí — se agachó a su altura y lo tomo de la barbilla — Si muero muchos se te acercarían y eso no me gustaría — sonrió levemente
— Cállate ya — desvió la mirada
— Eres tan lindo incluso cuando lloras ... — le dio un corto beso en los labios — Tus mejillas se coloran rosas y tus ojos húmedos brillan más — volvió a darle un beso
— Cállate ya — dijo nervioso — mejor regresa a la camilla o nos regañaran las enfermeras — quitó la mano de Hajime de su cara
— Dudo que vengan a verme, les dije que descansaría, así que regresarán más tarde — se acomodo entre las piernas de Seishu y lo volvió a tomar del rostro
Aquella cara que reflejaba inocencia era tan bella para Hajime, sus labios rosas entre abiertos por el agarre lo hacían querer besar al rubio y nunca separarse.
— Es-espera KoKo — dijo nervioso
— ¿ Por que ? —
— Podrían entrar en cualquier momento, aparte aquí no es lugar para esto —
— No entrarán y segunda, cualquier lugar es bueno — saco la punta de su lengua
— Estúpido —
— Soy tu estúpido —
Hajime volvió a besar a Inupi quien con torpeza y nervios correspondió el beso, sus lenguas peleaban por tomar el control mientras las manos de cierto pelinegro recorrían el cuerpo de Seishu, KoKo cargo al otro y lo llevo hasta la camilla para estar un poco más cómodos.
— No se ve que te sientas tan mal — dijo burlón el rubio mientras se deshacía del cinturón de Hajime y desabrochaba su pantalón
— Y tu molesto —
Hajime quien se encontraba parado bajo el pantalón de inupi junto su ropa interior dejándolo desnudo de cintura a pies, lo acomodo en la camilla y el se acomodó entre sus piernas.
— Ah ~ — hizo su cabeza hacia atrás y apretó las sábanas mientras dejaba salir un gemido al sentir el miembro del otro entrar en el
— Sigues siendo tan estrecho — gruño y termino de introducir su miembro
— Mgh ~ — mordió su labio inferior y dejó salir unas pequeñas lágrimas de placer y dolor
— Mierda inupi — lo tomo de la cintura y comenzó a embestirlo con fuerza
— ¡ A-ah ~ ! — cubrió su boca con su mano y dejó salir las lágrimas
— Esa cara tan inocente me hace ponerme duro — dijo agitado
La camilla rechinaba un poco y los gemidos de inupi se escuchan lo suficientemente alto como para que KoKo los escuché, el sonido de sus pieles chocando no era en lo más mínimo discreto, los gruñidos de Hajime y los besos que dejaba por el cuerpo del rubio también se escuchan con claridad en aquel cuarto.
— Ah ~ ah ~ — se aferró al cuello del pelinegro quien lo cargo y recargo en la pared — Ko~Koko ~ ah ~ —
El cuerpo del rubio subía y bajaba, sus espalda chocaba y rozaban en la pared de aquel hospital.
— Más rápido ~ — suplico
Después de un rato regresaron a la camilla donde ambos terminaron por correrse y besarte otro rato, el cuerpo de Seishu nuevamente estaba marcado por mordidas y chupetones que le hizo el mayor quien también tenía uno que otro chupetón y rasguños por sus brazos y espalda.
— Tengo que irme, ya es tarde — dijo inupi mientras se vestía
— Ve con cuidado — respondió el otro mientras abrochaba su cinturón
— Si, bueno, ya me voy, espero sigas escribiendo — sonrió y salió sin más de la habitación donde justo estaba por entrar una enfermera para ver a koko.