Elizabeth : ¿Hernán? - pregunto al sentir su perfume.
Hernán : aquí estoy ángel - dice y en segundos ya siento sus brazos a mi alrededor.
Elizabeth : ¿Que haces aquí? - pregunto.
Hernán : nada, simplemente esperando te - contesta pero se que es mentira, hay otra perfume en el aire, muy conocido para mi.
Elizabeth : uhm...bien ¿Nos vamos? - pregunto sabiendo que el se encuentra aquí.
Hernán : si - dice simple y me hace andar hasta el auto y como siempre se asegura que lleve el cinturón.
Omito decir palabra y es cuando arranca que hablo.
Elizabeth : se que estabas con el. - murmuro y solo me escucha en silencio - no quiero saber que hablaban o que hacían, simplemente quería decirte que lo sentí que estaba ahí, su perfume lo delató - cuento pero el omite decir palabra.
(...)
El sonido de algo callendose me despierta de mi hermoso sueño, gruñó para levantarme, Zeus llega a mis pies avisándome que está despierto.
Elizabeth : llévame donde Hernán pequeño - le pido terminando de atar mi bata.
Sigo el sonido de sus patas hasta que se detiene, palpó la pared hasta llegar a la puerta, tocó y en segundos es abierta, haciéndome llegar el perfume de Hernán a mis fosas nasales.
Hernán : ¿Que haces tan tarde despierta, ángel? - pregunta y levanto una ceja, osea el me despertó.
Elizabeth : el sonido de algo cayéndose me despertó - acuso y se escucha su risa.
Hernán : si, por eso lo siento, fue la emoción - habla y ahora que lo pienso su voz suena emocionada, ¿que pasó?.
Elizabeth : ¿Porque tan emocionado? - le pregunto curiosa y la carcajada que suelta me confunde.
Hernán : lo encontré, dios por fin lo encontré - agarra mi rostro y lo acerca al suyo ya que siento su respiración en mi rostro, pero ¿Que encontró? - por fin encontré la operación ideal para tus bellos ojos, ángel - por un momento escucho un sonido permanente pero nada claro, ¿Podré ver pon fin?
Agarro sus manos y sin poder evitarlo las lágrimas llegan a mis ojos mientras sonrió presa de la emoción también.
Elizabeth : ¿De verdad? - le pregunto aún sin poder creerlo.
Hernán : si, dios sabe que si - exclama.
Y por primera vez en días hay una esperanza en su corazón, está arta y se entiende, ella simplemente quiere ser feliz pero la vida le pone siempre todo en contra, cuando está apunto de tocar el punto más alto de la felicidad el destino viene y la tira al suelo recordando le lo miserable que es la vida para ella.
Pero esta vez se siente todo diferente, aún si la cirugía no tuviera éxito, porque tiene a Hernán a su lado y oh dios, el es todo lo ella que necesita ahora, su amor hacia esa pequeña rubia es tán puro que la hace sentir única y especial.
Dos simples palabras que para una persona significa mucho, ya que al verte reflejada de esa manera en los ojos de tu pareja es inolvidable.
Así eran sus momentos con Hernán, inolvidables.
Justamente dos días después Elizabeth ya se encuentra en el hospital lista para la cirugía, acompañada por su hermana mayor, la cual intentaba relajar los nervios de la menor hablando de cualquier cosa que se Ocurre.
Norma : Elizabeth quería agradecer te por ayudarme con Juan - dice sincera, ya que gracias a la encerrona de su hermana puedo aclarar todos y cada uno de los malentendidos acerca de Dinora rosales - y quiero pedirte que seas mi madrina de bodas ya que me pidió matrimonio - la emoción en notable en su voz y es que es lo que lleva soñando desde que conocío a Juan.
La rubia agarra su mano palpando el anillo de compromiso para así hacerse una idea de cómo es.
Elizabeth oh dios - exclama sorprendía - norma me alegro mucho, y por supuesto que seré tu madrina - la sonrisa de la rubia alegro mucho a su hermana, ya que la encanta verla feliz.
Norma : por lo que yo veo te va muy bien con el doctor - habla en un tono divertido ocasionando una carcajada de la menor.
Elizabeth : si es todo lo que necesito, es mi felicidad en este momento, lo quiero mucho norma - se sincera.
Norma : me alegro mucho, te lo mereces... - antes de que puedan seguir su charla la puerta es abierta por el doctor Hernán.
Hablando del rey de Roma...
Hernán : bueno espero no estar interrumpiendo pero el quirófano está listo - habla entrando completamente preparado para la operación - ¿Estás lista Elizabeth? - le pregunta a su amada detallando la.
Elizabeth : sabiendo que estaré en tus manos, si - le sonríe, incrementando los nervios en el doctor ya que no se trataba de cualquier paciente, por supuesto que no, ella es el amor de su vida.
Hernán : espero no decepcionarte - habla con un deje de miedo.
Elizabeth : yo sé que no sin importar los resultados - la tranquiliza.
Norma : bueno mucha suerte Eli y te estaré esperando al salir junto con Sara y Jimena - besa su frente para salir.
Hernán comienza a llevar la cama al quirófano donde ya lo esperan tres enfermeras, preparan a Elizabeth y cuando están por dormirla el moreno se acerca a ella.
Hernán : te amo ángel - habla poniéndole la mascarilla de oxígeno.
Y aunque la rubia no lo haya dicho uno de sus deseos por recuperar la vista es poder ver los ojos de Hernan cuando le dedica estás palabras tan hermosas : te amo. Ella desea mirar lo a los ojos para ver cómo expresan ese sentimiento.
La oscuridad llega a la mujer mientras que el temor de cometer un error hace presencia en Hernán.
...
Son cinco largas horas en las que la tensión es palpable en todo el quirófano, Hernán es el encargado de la operación por lo cual gran responsabilidad recae sobre el.
Pero largas fueron las noches que estuvo con insomnio solo para poder encontrar una cura para los ojos de su amada, miles de libros y miles de emociones a sentido para cometer ahora un error, asi que toda su concentración y experiencia la deposita en esta intervención siendo consciente que si funciona miles de personas podrán volver a ver.
Las cinco horas pasan y la operación termina, culminando así unas tensas horas.
Enfermera : fue un éxito doctor - felicita.
Pero aún que la operación fue un éxito hay que esperar para ver si hay resultados, si sirvió de algo.
Hernán : gracias, ahora preparen a la paciente y llévenla a planta - ordena mientras quita sus guantes llenos de sangre.
Las enfermera no tardan en llevarse a Elizabeth, la cual duerme por los efecto de la anestesia con una venda alrededor de sus ojos.
Esperemos y esta vez el destino le dejé tener un regalo.
Los negocios y la hacienda se han vuelto mis dos prioridades, necesito olvidar. Llegué a la conclusión que nuestro amor es único e inigualable pero dañado por los errores.
Así que he decido dejarla volar, dejarla brillar y ser feliz así no sea conmigo, se que suena pesimista pero deseo que tenga todo lo que conmigo no pudo. Así eso me condene a estar solo por el resto de mis días, por qué se que como mi amor hacia Elizabeth jamás lo volveré a sentir por ninguna, por nada ni nadie.
Decido dejarlo todo en el olvido aún cuando también derrame miles de lágrimas, aún cuando también sufrí, prefiero que los dos sanemos aunque eso sea dejarla en brazos de otro.
Ricardo : Franco - llama mi atención así que desvío mis pensamientos para mirarlo - vengo a decirte algo - habla serio así que decido dejar la silla de montar a un lado e ir hacia el- hoy operan a Elizabeth para devolverle la vista - habla una vez estoy a su lado.
Sonrió sin poder evitarlo, se lo merece.
Franco : eso me pone muy feliz la verdad, ella merece volver a ver - me sincero y el palmea mi espalda - ¿Crees poder hacer algo por mi? - le pregunto cuando una loca idea cruza mi mente.
Ricardo : sabes que si - contestá y sonrió.
Franco : necesito que dejes un ramo de rosas azules en su cuarto, especifícamete rosas azules - pido y me mira sonriendo.
Ricardo : ¿Sin una nota ni nada? - asiento - ¿Porque no vas tú? - me pregunta y suspiro.
Ella es mi debilidad.
Franco : porque necesitamos sanar por separado, y se que si la vuelvo a ver no la quedre soltar jamás - y el asiente pasando si brazo por mis hombros.
Ricardo : no te preocupes hermano que ahora mismo me voy a por un hermoso ramo azul - se despide.
Franco : simplemente dejalas sin que te vean - pido y el asiente mientras se va.
Sonrió al aire por los recuerdos que avasallan mi mente.
Te amo Elizabeth, pero amo más verte feliz.
Despierto en oscuridad como es costumbre desde hace semanas. Y pido a Dios que tenga compasión de mi y me permita tener mi vista otra vez.
Hernán : ¿Elizabeth? - habla en un punto la habitación así que giro mi cabeza hacia el sonido pero mi cabeza duele - ¿Como te sientes? - pregunta.
Elizabeth : bien solo tengo como un común dolor de cabeza - hablo con la voz pastosa de tantas horas dormida.
Me acerca un vaso a mis labios así que bebo quitando la sequedad de mi garganta, acomoda mis almohadas para que tenga una mejor postura.
Hernán : bien, te digo que la operación fue un éxito pero aún hay que esperar dos días para sacar las vendas y ver si funcionó - cuenta y asiento - siento tener que irme pero tengo mas pacientes, pasaré a verte en un rato de mientras dejo pasar a tus hermanas - habla y escucho como sus pasos se alejan, así que lo detengo.
Elizabeth : gracias, gracias por se que esto es gracias a ti y a tu esfuerzo, aún si no funciona te lo agradeceré toda la vida - agradezco de todo corazón.
Hernán : por ti daría mi vida Elizabeth, esto no es nada - habla para depues no escuchar nada solo la puerta.
Esta vuelve a sonar segundos después y el ambiente se llena de varios perfumes conocidos. Norma, Sarita y Jimena.
Jimena : hola, hola - saluda alegre y sonrió.
Sarita : ¿como se siente nuestra hermana más loca? - pregunta y río levemente.
Elizabeth : bastante bien la verdad - estar rodeada de ellas me hace sentir en casa, como cuando éramos niñas.
Norma : uy, que flores más bellas - habla - seguro las dejo Hernán - afirma pero niego confundida.
Elizabeth : ¿Hay flores? - pregunto y se escucha un si de su parte- pero Hernán estuvo aquí y no me comentó nada - hablo.
Jimena : pues están muy bellas eli, algún admirador tendrás - comentá burlona y deja en mis manos lo que parecen ser las flores.
Solo hay un hombre aparte de Hernán que me puede traer flores.
Elizabeth : ¿Como son? - pregunto acariciando las delicadamente.
Sarita : es un hermoso ramo de rosas azules - contesta y eso confirma quién me las trajo.
-Recuerdo-
Franco : el día que tengamos nuestra propia casa te haré un hermoso jardín para que tú y nuestros hijos pasen las tardes - habla mientras estoy acurrucada en su pecho.
Hace días que estoy viviendo con él y sus hermanos.
Elizabeth : con muchas rosas porfavor - pido ya que son mis flores favoritas, beso su pecho mientras el acaricia mi espalda.
Franco : con muchas rosas - acepta - pero sobre todo azules porque me recuerdan a tus bellos ojos - habla y sonrió antes de levantarme un poco y mirarlo.
Elizabeth : te amo Franco - murmuro sobre sus labios.
Franco : no más que yo a ti Elizabeth - contradice con una sonrisa.
Nuestros ojos se encuentran y se transmiten tanto que me es imposible describirlo con palabras - cada vez que recibas una rosa azul seré yo - habla seguro y río.
Es un momento tan mágica que deseo guardarlo por siempre en mi memoria junto con sus brillosos ojos al mirarme.
Lo amo.
El recuerdo suena en mi mente y se que fue el, no tengo duda. Y sin poder evitarlo sonrió acercando mi rostro a las rosas para asi poder oler las.
Nuestro amor fue bonito aunque no duradero y tuvimos miles de baches pero eso no quita que vivimos momentos únicos que solo se pueden vivir con una persona, con la que amas.
Después de un tiempo sonrió al recordar a Franco, puede que duela el no estar con él pero me destroza más estar junto el. Así sea por culpa de nuestro alrededor o nuestra.
Solo se que en otra vida el y yo estaríamos juntos hasta la muerte, pero aveces es mejor ver a tu amor lejos. Aunque la distancia y el tiempo no puede con nuestro amor, ya lo intente y no tuvo éxito.
Lo que si me hace olvidar esa espinita en mi corazón es Hernán, dios el están contrario a Franco y eso es justo lo que necesito ahora en mi vida para ser feliz.
Te amo Franco, pero más me amo a mi.
El ramo
Cambie el nombre de la historia por la nueva descripción de esta, vayan a verla❤️