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Una vez recuperado, Metawin volvió a la Universidad, retomó sus clases, pero lo que más ansiaba, lo que más añoraba, era volver a la industria con Bright.
Su tutor, Mr. James se reunió con el joven esa tarde, para ver los avances.
Entraron en la oficina, estantes llenos de libros le daban la bienvenida, hacía semanas que no entraba ahí, no desde su ingreso a la industria Chiva-aree inc. Tomó asiento en ese sofá de cuero, algo roído por el paso de los años, aun así, era cómodo.
Conversaron largamente, discutiendo temas laborales y salariales. Mr. James intentaba darle algunas directrices, mientras un distraído Metawin pensaba en que en unos instantes estaría con él, pero también en cómo se darían las cosas en unos días más.
¿Les agradarían las mejoras? ¿Dejarían que se implementaran en las otras industrias y sucursales? Su mente divagaba, cuando un coscorrón fue a dar a su cabeza.
- Le estoy hablando – dijo enojado Mr. James.
- Lo siento, no quise ser irrespetuoso, me disculpo – apenado el joven respondía.
- ¿Hay algo que quiera compartir conmigo? Si puedo sacarlo de sus contrariedades que, por lo que veo, lo tienen más entretenido que las palabras de este pobre viejo – le sonrió.
- Estaba pensando – dijo - en si la junta vería con beneplácito lo que hemos hecho - los ojos de su tutor se abrieron y ladeó su cabeza.
- "Hemos hecho" – cuestionó – me podría explicar joven.
- Me refiero, a que el señor Chiva-aree – eso se sintió extraño, hacía tanto no le nombraba de esa forma - ha implementado algunas medidas que le propuse y está a la espera de que las aprueben, eso me tiene acongojado -soltó.
- ¿A qué medidas exactamente se refiere joven? – se inclinó hacia él.
- Ahhhhh bueno, un poco más de descanso, una ración más de comida... - fue interrumpido.
- ¡Válgame! ¿Qué ha hecho? ¿Cómo pudo? ¿Cómo lo dejó? ¿En qué estaba pensando? ¡Que no le he dicho que...! – gritaba mientras se paseaba por el estudio.
- Pero Mr. James, usted no entiende – interrumpió – esos niños, sus cuerpos frágiles....
- ¿Cuántas veces le he dicho joven? Por favor, deje de meterse en problemas, yo estoy seguro que usted posee un corazón noble, pero esta sociedad no verá con buenos ojos, espere ¡La junta! ¿Qué le dirán al señor Chiva-aree! Nos culparán – seguía gritando casi sulfurado y se agarraba la cabeza.
El joven Metawin bajó su cabeza, apenado, no por sus ideas, si no por sentir que avergonzaba a su mentor. Suspiró.
- Lo siento mucho, sé que no debí entrometerme, le pido disculpas si en alguna forma le hice sentir vergüenza.
Su mentor lo miró, posó su mano sobre su hombro y negó con la cabeza.
- No es su culpa joven, es esta sociedad la que es tan injusta y nos hace creer que las cosas están bien porque unos pocos, los poderosos así lo dicen. Me alegro de que usted vea más allá, pero recuerde, prudencia y juicio, ante todo – se sentó en su silla tras el escritorio para descansar. Sacó un pañuelo y secó su frente.
Esa tarde, después de discutir otros temas más con su tutor, recibir consejos que, estaba seguro, le ayudarían a hacer defensa de sus acciones ante la junta que se llevaría a cabo unos días posteriores.
Al llegar a la oficina de Chiva-aree inc. Arregló su corbata, respiró profundo, como si fuera la primera vez allí y no, un par de meses. Caminó hasta la recepción y saludó a la señora Grace. Ella le señaló la entrada de aquella oficina como siempre, golpeó suave y desde el interior se escuchó esa voz, su voz.
- Pase – una voz grave se oyó.
Abriendo la puerta, sus ojos se fijaron en aquel hombre vestido de un perfecto y elegante traje, sintió que no respiraba, caminó lento como si flotara. Ese hombre se puso de pie mientras la puerta se cerraba tras de sí. Se deslizó a paso lento dentro de la oficina y aquel hombre de labios tentadores caminó hasta su encuentro, sin despegarse la mirada, acudieron ambos a su encuentro.
- Bienvenido la mia luce. Cuénteme por favor ¿Cómo se siente usted hoy? – su mano acarició la mejilla del joven y un suspiro se le escapó.
- Buenas tardes il mio Paradiso – respondió tomando con la su mano aquella que acariciaba su mejilla – Estoy bien, gracias por preguntar ¿Y usted?
Su mejilla se hundió más en aquella caricia, la había extrañado todo el día, como si eso fuera posible.
Ambos se miraron un instante, fue como si el tiempo se detuviera, pero lo que ambos ignoraban es que en ese breve instante pensaban en lo mismo, pero no se atrevían a llegar a más, no ahora, no cuando recién esto empezaba...
- Estoy bien, ahora mejor que veo la luz de mi vida – dijo – tome asiento mientras nos traen el té y revisamos unos documentos, necesito su opinión en algo.
El joven se iba a sentar a su escritorio cuando sintió una mano en su muñeca, se volteó, amos se miraron.
- Podría usted – miró su mano en la muñeca del joven y la quitó rápidamente – me disculpo por eso yo...
- No se preocupe, dígame qué desea – su rostro se iluminó junto con su sonrisa.
- Podría usted, tal vez, sólo si lo desea... sentarse junto a mí – bajó su mirada al suelo.
- Por supuesto, nada me gustaría más que acompañarlo... de cerca – caminó hasta su escritorio, tomó la silla que, si bien era pesada, fue arrastrada hasta quedar frente al señor Chiva-aree.
Bright estaba feliz, podía sentir sus mejillas sonrojarse y no pudo evitar pensar en lo que le había solicitado al joven, por un momento se avergonzó, pero luego, alejando aquel pensamiento, sonrió y caminó hasta la puerta para hablar con la señora Grace.
Despejó un poco su escritorio para proporcionarle espacio, ordenó sus documentos y se sentó frente al joven. Su corazón amenazándolo con salirse.
- Estos son los documentos que quisiera que revisara – le alcanzó unas hojas.
Se tomó unos momentos para leerlos detenidamente, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos producto de la emoción.
- ¿Usted cree que la junta lo apoyará? – se secaba las lágrimas. Lo que enterneció más al señor Chiva-aree.
- ¿Está usted viendo lo mismo que yo? ¿Ve ese informe? Es usted un genio, tenía toda la razón, siempre la ha tenido la mia luce.
Un golpe en la puerta los sacó de la burbuja que se había formado en ese momento.
- Disculpe señor Chiva-aree – dijo Grace entrando con la charola de plata, los tés y las galletas.
Puso todo sobre la mesita tallada de madera fina al centro de la oficina y caminó al escritorio, no sin antes, notar la extraña ubicación de ambas sillas, pero no dijo nada.
- Esto llegó para usted – entregó una carta – ¿Desea usted algo más?
- No señora Grace, muy amable, puede dejarnos solos – dijo el señor Chiva-aree.
Pasemos a beber el té y luego seguimos, se puso de pie esperando al joven, juntos caminaron hasta el sofá frente a la mesita. Una mano fue puesta en la parte baja de la espalda del joven, quien al notarlo sintió su cuerpo estremecerse.
Se sentaron uno junto al otro, mientras tomaban el té, Bright se acercó más, dejando que ambas piernas se rozaran.
- Vi que usted se emocionó al leer los documentos – le tomó una mano al joven suavemente,
- Discúlpeme usted, pero no pude evitarlo, el informe es muy revelador ¿No le parece? – miraba su mano siendo acariciada.
- Es usted una persona con un gran corazón, no conozco a nadie poseedor de tal generosidad, cada día me sorprende más – lo tomó de los hombros y lo acercó a su pecho.
- Me impresiona ver esos números, siento que usted ha hecho lo correcto – su cabeza se hundió en el cuello de Bright.
Bright sintió su ser, su cuerpo estremecerse, una corriente invadió su pecho llegando hasta su corazón, sus manos ardían por acariciar más, pero debía esperar, no podía dejarse llevar.
- Hemos hecho, todo esto es gracias a usted – la mano que tenía en el hombro la llevó hasta el cuello del joven y se detuvo a acariciarlo.
Cual tierno minino, el joven se acurrucaba cada vez más hacia el cuerpo de Bright, probablemente sin darse cuenta de lo que provocaba al otro.
- ¿Qué pasará ahora? ¿Usted cree que la junta lo apruebe? – preguntó el joven.
- Le seré honesto, no estoy seguro de nada, pero confiemos en que verán lo que yo vi, los números hablan por sí solos.
Se quedaron abrazados hasta terminar de conversar, volvieron para terminar el té y regresaron a revisar más documentos. De vez en cuando, el señor Chiva-aree rozaba la mano del joven.
Al terminar el trabajo de esa tarde, Bright no pudo evitarlo, ya no podía controlar lo que sentía, y antes de cruzar la puerta, se giró hacia el joven, lo abrazó y besó su mejilla. Pensó en que quizás, había cruzado la línea y que, el joven se lo reclamaría o al menos lo rechazaría, pero no fue así.
Metawin le devolvió el abrazo y el beso en la mejilla, se miraron a los ojos y cuando el señor Chiva-aree iba a decir algo fue interrumpido.
- Yo también siento lo mismo.
~Miss Winita 🐰
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Hola a todxs!!!
Es que casi grité de amor por ellos!!! Ustedes no???
Qué pasó con el informe? Ideas?
Se viene la junta... tengo susto! 🙈
Bright es todo lo que está bien 🤧
Dónde hay uno así??? Tan tierno 🥺
Win ya lo soltó 🙈❤ no se aguantó...
Les está gustando??
He podido actualizar poco 😭 sólo estudio y leo... y para colmo debo entrar a trabajar 😂 así no se puede. Es fome ser adulta y mamá. Necesito un sugar jajajaj
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Lxs amodoro!!! 😘❤