A las 48 horas de aquel encuentro en la oficina de la discográfica, aquello que habían pedido llego a casa. Ambas se sorprendieron por como habían aceptado aquello, pero se alegraron. Antes de firmar nada, fuero a una abogada laboralista con la que tenían confianza para que revisara que todo estaba bien. Una vez que Cristina les dio el visto bueno, lo firmaron y lo mandaron de vuelta. Miriam mentiría si no dijese que no sintió un poco de pena. Ese equipo que había formado parte de su andanza desde el principio, iba a desaparecer. Pero es que tenía que ser así. Tenía que romper las cadenas que le ataban a ellos porque no podía mas. Desde ese mismo instante comenzaba una nueva andadura, una nueva etapa. Tenía miedo, claro que lo tenía, pero también se sentía liberada. Invitó a la granadina a comer para celebrarlo y cuando llegaron a casa recibieron una llamada de Aitana.
-¡Enana! ¿Qué tal estás?
-Muy bien Miriam, ¿y vosotras?
-Pues mira, ahora bien.
-¿Cómo que ahora?¿Que ha pasado?
-Te cuento el sábado mejor. Os lo tengo que contar a todos- notó por su voz que era importante.
-Vale, pero si necesitas hablarlo antes ya sabes.
-Gracias peque.
-A ver rubias, que el sábado al final quedamos en mi casa. Que con la situación no es plan de estar por ahí. A demás hay varios que no pueden venir y los ponemos en la tele grande de videollamada.
-¿Quien no va a venir Aitana?- dijo Mimim hablando por primera vez.
-¡Anda, creía que ya no me hablabas!- dijo riendo.
-No seas cabrona Aitana...
-¡Que no le hables así a la niña!-Miriam le dio en el hombro
-Niña dice... Esa sabe mas que tu y yo juntas- y las tres se echaron a reir.
-Miri, es que ya no cuela ¿eh?
-Para mi siempre serás la niña- y sonrieron las tres sabiendo la relación de protección que tenían.
-Que eso, el sábado a las cinco en mi casa ¿vale?
-¡Vale! ¿Hay que llevar algo?
-Todos van a traer algo pero nada de alcohol que luego tenéis que volver y encima es para hablar del reencuentro. A demás, viene Juan Antonio con el enano que su mujer tiene reunión.
-Joder, pues sin alcohol. Va a parecer una fiesta escolar- chistó Mimi.
-Que ya habrá tiempo de rememorar nuestras noches Mimi. Tu no te preocupes.
-Bueno, vale. Pero a Amaia la controlamos cuando rememoremos ¿eh? que todos sabemos que no sabe controlar.
-Le dijo la sartén al cazo Mimita... que tu tampoco controlas- la miró y le sonrió.
-Yo no voy comiéndole la boca a la peña tenga pareja o no- le hizo un gesto de obviedad.
-Tranquila Mimi, no le volverá a dar un beso a Miriam que yo la controlo- dijo Aitana desde el otro lado del teléfono riéndose por haberse acodado de la escena.
-Beso, beso... que me metió la lengua hasta la campanilla Aitana. Fue una comida de boca en toda regla- y las tres rieron.
-Se le va la cabeza a esta chica. Pero ya le dejaré claros yo los límites.
-Cuidado Mimi, a ver si te la va a comer a ti ahora.
-Me va a comer el co...-y Miriam le tapó la boca.
-No lo digas que a lo mejor dice que si- aquella conversación estaba arrancándoles muchas risas.
-Bueno rubias, que lo dicho. Sábado a las cinco en casa.
-Vale peque, nos vemos entonces.
-Hasta el sábado Aitana.
-Adiós chicas.
Aquella conversación les había dado un rato fantástico. Con sus compañeros siempre había estos momentos de olvidarse de todo. Eran como una pequeña familia en la que, como en todas, había gente mas y menos afín, pero todos se querían, se apoyaban y se respetaban.
La semana fue pasando y con ella las rutinas volvieron. Miriam se había dado un tiempo para asimilar lo ocurrido y así poder hacerse un esquema de lo que quería. Por supuesto seguía componiendo y cada tarde ensayaba con su banda para tener lo mas pulido posible los conciertos que tenía en agenda. Mimi por su parte seguía ensayando con las chicas para empezar los conciertos. La siguiente semana tenían uno después de mucho tiempo, y la verdad es que estaba bastante nerviosa. No sabía como la iba a recibir de nuevo el público y eso la tenía en vilo. La gente creía que era una persona muy segura, pero se alejaba un poco de la realidad. Tenía miedos dentro y uno de ellos era que su música dejase de gustar. Muchas de las tardes, al salir del ensayo, Miriam la esperaba para ir a tomarse algo con las chicas. Esa semana no fue una excepción ya que la menor notaba que algo no iba del todo bien en su chica y quería estar con ella el mayor tiempo posible para apoyarla como lo había hecho ella. La tarde del viernes la gallega fue a por Mimi al estudio. Cenaron con las lolas y se fueron para casa. Miriam notó la tensión que tenía encima la mayor y al volver de desmaquillarse y verla en la cama boca abajo solo con su camiseta, no dudó en sentarse sobre su culo y hacerle un masaje. Lo que no sabía la gallega es que aquello consiguió tensionar mas a la granadina. Miriam se esmeró en darle el masaje y cuando la sintió mucho mas relajada, no pudo evitar preguntarle.
-Mimita...- dijo muy bajito.
-Mmmmm- Mimi no podía ni hablar de lo relajada que se estaba quedando.
-¿Que te pasa esta semana?- su tono seguía siendo suave.
-Nada reina, estoy como siempre- intentó mentirle.
-Se que no. ¿Es por el concierto de la semana que viene?- Mimi se dio la vuelta bajo Miriam haciendo que le pudiese ver así la cara.
-Emmmm si, es por eso si. Pero que se me pasa- le sonrió y le acarició los costados- ¿Vas a venir a verme?
-No se si voy a poder- y ahí si que se puso triste la mayor- pero al próximo voy ¿vale?
-Me tendré que conformar- levantó los hombros e hizo un puchero.
Miriam no se pudo resistir a aquello y, con las manos de Mimi aún en su cintura, se agachó y le dio un beso tierno. El problema es que Mimi lo profundizó y profundizó el agarre. Tanto fue, que se estaban empezando a quemar la una a la otra con tanta mano y lengua de por medio. Pero algo hizo click en la situación y los besos fueron a menos. Volvieron a ir de pasionales a tiernos. Miriam se dejó caer a un lado se acurrucó en el pecho de Mimi y suspiró. Pasado el momento y con la relajación en sus cuerpos, supieron que era hora de dormir ya que el día siguiente sería largo.
-Buenas noches Mimita- dejó un beso en el cuello de la rubia mayor y se colocó bien sobre la almohada.
-Buenas noches reina- dejó un beso en su frente y se colocó en posición fetal mirando a su chica.
El sueño no tardó en hacerse con ellas y al día siguiente se levantaron tarde. Eran conscientes de que necesitaban una cura de sueño por lo que no dudaron en hacerla. A las once de la mañana estaban desayunando. Enseguida se arreglaron y fueron a comprar cosas para el encuentro de la tarde. Mimi insistía en colar un poquito de alcohol, y Miriam se negó en rotundo. Aitana había dicho que no y así sería que para eso era la anfitriona. Comieron pasta con verdura y pollo y enseguida se arreglaron para ir a casa de Aitana. Llegaron las primeras por la puntualidad que siempre debía tener Miriam, y poco a poco fueron añadiéndose sus compañeros. Aquello fue un festival de abrazos y alguna que ora lágrima. Cuando llegó Juan Antonio con el bebé todos se deshicieron. Para ellos era su sobrino y quería tenerlo un ratito todos. Tras un buen rato llegó a los brazos de Miriam y le cantó para que se durmiera ya que se notaba que tenía sueño. Ana le había dado un biberón y ahora tocaba dormir. Se apartó a una zona un poquito apartada del bullicio y lo acunó. Mimi desde cierta distancia estaba viendo la escena y se derretía. Esa forma que tenía la gallega de proteger a los suyos, con el pequeño se veía incrementado. Era una escena preciosa que quería guardar para siempre en su memoria. Estaba tan absorta en la escena, que no vio a su amigo Ricky acercarse por la espalda.
-Sécate la cara que la baba te está chorreando- dijo con una sonrisa en la cara.
-Pues si Ricky, pero es que quien no se enternece con esa escena amigo- al mallorquín le sorprendió que no le pegase o insultase.
-En unos años te veo así con ella a este paso- le acarició el hombro.
-¿Sinceramente? no me importaría- y eso si que le sorprendió a su amigo- Yo nunca he pensado en formar una familia y eso, pero es que con ella no me importaría. Lo quiero todo con ella.
-Joder Mimi, estás hasta las trancas ¿eh?- Mimi sonrió sin apartar la vista de Miriam y esta hizo contacto visual con ella haciendo que sonriese también.
-Hasta donde no había estado nunca- se levantó y abrazó a la gallega por detrás- Que bien te queda el enano reina- le susurró.
-Anda ya Mimi, eres tu que me miras con ojos de enamorada.
-No. Sale tu instinto de leona y se nota- estaban tan absortas que no se dieron cuenta de que todos sus amigos observaban la escena.
-Rubias, hacéis una familia preciosa ¿eh?¿Para cuando el bebé?-dijo Roi rompiendo el momento. Miriam iba a contestar pero Mimi se adelantó.
-Algún día de estos seremos una familia así- Miriam giró la cabeza con ojos de ilusión y le dejó un tierno beso en los labios.
-¿De verdad nos ves de mamás?- los ojos le brillaban como nunca.
-Claro que si reina, iría contigo al fin del mundo. Me encantaría tener nuestra familia en un futuro- se besaron de nuevo y todos las vitorearon bajito para no despertar al niño.
Tras la escena Miriam dejó al niño en el carro y se fue con sus compañeros. Estuvieron un buen rato todos juntos hablando de giras, discos y demás cosas, y a Miriam le pareció buen momento para contar que se había marchado de la discográfica. No era la primera y todos sus compañeros la apoyaron. Le tendieron la mano para ayudarle a encontrar nueva discográfica y management. Se iban a poner todos en marcha para encontrar algo decente para la gallega. Después del momento emotivo, se pusieron de acuerdo para esos días juntos en Ibiza. Sería a finales de septiembre para que todos estuviesen descansando de las giras y para que no hubiese tanta gente en la isla. Roi se iba a encargar de alquilar la casa ya que era el que conocía al dueño, y el resto buscaría vuelos y demás. Con el ambiente mas tranquilo, se fueron separando en grupos. Mimi estaba hablando de nuevo con Ricky y él, que conocía a su amiga como la palma de su mano, supo ver que algo pasaba.
-A ver maricona, ¿Qué te pasa?
-A mi nada, ¿Qué me va a pasar?
-No se, dímelo tú.
-Pues chico, como no sea por la gira...
-Ah no, a mi no me la pegas. A la rubia se la puedes dar pero a mi no.
-Joder Ricardo... Es que no quiero hablar de esto que me da cosa.
-¿Tu con cosa?¿Desde cuando?- se hizo el sorprendido.
-Desde que no es algo solo mío.
-Ah coño... ya se lo que te pasa...- se acercó al oído de Mimi y se lo soltó- tu todavía no has tenido sexo con la rubia y estás que revientas.
-Pues si Ricky. Pero yo no la quiero presionar. No quiero que piense que es lo que me interesa de ella, pero es que hay veces que siento que no aguanto mas.
-Siempre está la opción manual Mimi...
-¡Que no quiero eso! que lo que quiero no es echar un polvo para que me baje el calentón tío. Lo que quiero es hacer el amor. Unir nuestras almas. Dar un paso mas. Enseñarle que la quiero y la deseo como no lo ha hecho nadie. Pero es que me da cosa presionarla joder- se echó las manos a la cabeza- No quiero que huya. Y lo peor es que nota que me pasa algo y me escudo en el concierto. Pero cuando pase a ver que hago.
-Mimi, creo que todos protegéis de más a la leona creyendo que es mas bien un gatito indefenso, pero no es nada de eso. Habla con ella o intenta provocarla.
-¿Crees que no intento provocarla? Pero es que la cabrona me lo sigue y la que se queda con el cuerpo a punto de estallar soy yo.
-Y ella.
-No lo se.
-Si lo sabes... pero tendrá miedo. Háblalo y déjale claro que no va a pasar nada que no quiera que pase.
-Pfff no se Ricky. Voy a reflexiónalo estos días y a ver que hago- Ricky la abrazó
-Venga anda, que en unos días estás ahí pim, pam con la leona- Mimi se deshizo del abrazo y le dio un manotazo.
-De verdad, eres idiota- rieron y cambiaron de conversación.
Lo que no sabían es que la gallega sin querer lo había escuchado todo y se le había encogido el corazón. Es cierto que ella tenía muchas ganas de llegar a ese momento en su relación, pero también era cierto que tenía miedo. No estar a la altura le daba pavor. Sabía que era una tontería porque Mimi se lo haría todo fácil, pero no podía evitar que algo se le agarrase al estómago. Estaba es sus pensamientos cuando Ana se acercó a ella y le tocó el hombro.
-¿Que te pasa Miri?- por la cara que tenía la morena se preocupó un poco.
-Nada, mis cosas Anita- le sonrió- ¿y a ti?
-¿Y a mi que?
-¿Que qué te pasa?
-¿Por que lo dices?
-Porque ya no quedas con nosotras ni nos llamas para hacer planes.
-Ya... es que no quiero molestar. Sois una pareja y no quiero estar en medio- agachó la cabeza.
-Ey Ana- le levantó la barbilla- tu nunca molestas. Te echamos mucho de menos
-Y yo a vosotras. Mucho- se abrazaron y se emocionaron por todo lo que decía aquel abrazo.
-No te vuelvas a apartar, ¿vale?- la canaria asintió- Vamos a hacer una cosa, dentro de dos semanas Mimi tiene concierto, ¿vamos a darle una sorpresa juntas? Así pasamos un finde las tres.
-¡Si Miri! Jo, que me apetece mucho- dijo con un acento marcado- Pero ¿por que no al de la semana que viene?
-Es que en ese tengo cosas que resolver- le guiñó un ojo y Ana la entendió a la perfección.
Para el siguiente fin de semana lo prepararía todo para que fuese romántico. Mimi le había dado todo y ahora le tocaba a ella. Le tocaba dar el paso y olvidarse de los miedos. Porque si, ella también lo quería todo con su rubia favorita.
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¡Hola a todos!
Perdón por la tardanza pero no he podido ponerme antes.
Las dudas, los miedos, las inseguridades están en este capítulo, pero también hay algo de esperanza con ese "lo quiero todo con ella". No se van a casar y a tener un hijo ya, no sería relista. Tienen que pasar muchas cosas buenas y malas, pero espero que sigamos esta historia juntos.
Espero que os haya gustado aunque sea un poquito. Gracias por seguir ahí siempre.
Recordad que las ⭐ y los comentarios siempre son bien recibidos. Me encanta leeros y saber cual es vuestra opinión. Y si queréis también la podéis recomendar, seria de mucha ayuda.
¡Hasta pronto!