El mundo le temia y su reputación le precedía, ahora mismo estaba muerto de miedo mientras hablaba con la mujer más peligrosa de todo el mundo
- La gente le llamo Frost, eso es verdad
- Ellos me llamaron así - dijo secamente
- Quienes son ellos - dije con curiosidad
- Mis demonios, los que me convirtieron en lo que soy
- Un monstruo - dije sin pensar y al momento de decir eso me arrepentí
- Los monstruos no nacen, son creados...
- Los rumores dicen que eres una asesina, que mataste a personas inocentes
- Esas personas fueron daños colaterales, el fin justifica los medios, no es así
- Que medios serían esos
- Hacer justicia
- Entonces eres una justiciera, ¿Te consideras una heroína quizás?
- No soy una heroína, y no quiero justicia, ya no...
- Que quieres entonces
- Venganza, vengarme de los que me condenaron, de los que me quitaron todo y me conviertieron en un monstruo, vengarme de mis demonios y hacerlos sufrir
- Quienes son tus demonios - dije con duda
- Nadie sabe mi historia y nadie nunca lo sabrá, está entrevista los puede alertar, entenderá que no puedo dejar que esto salga a la luz - dijo sonriendo, su sonrisa me ponía nervioso
- le juro que lo que me cuente no saldrá de estás cuatro paredes
- Verás, ya conté todo lo que podría contarle y se perfectamente que nada saldrá de estás cuatro paredes - se levantó y se acercó a mi, estaba muy cerca, demasiado cerca, podía sentir su aliento a menta llegarme a la cara - Verás el fin justifica los medios
Aquel reportero quedó de hielo, el beso de la muerte, un beso que te congela por dentro hasta quedar de hielo, ese era su habilidad manejar el hielo, lo que la hacía un monstruo, la llamaron Frost, la reina de hielo