Lobo Perdido Libro 2

By AlexKiaw

29.4K 4.5K 828

Ranshaw Lennox, Mike Denner, Amatis Stevenson y Kris Larsson están dispuestos a dejarlo todo para vivir la vi... More

Notas
Las manadas
1
2
3
4
5
6
7
8
Parte 1 | DENNER
9
Parte 2 | Dankala
10
11
12
Parte 3 | Müller
13
14
15
16
17
Parte 4 | Dankala
18
19
20
21
23
24
Parte 5 | Lennander
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38

22

484 98 16
By AlexKiaw

Con más gentileza de la que se esperaba, Miden fue depositado sobre un cojín frente al fuego. Amatis esperaba caminando de un lado a otro como si estuviera preocupado. Al escuchar el estrépito de la criatura se alarmó. Apenas los vio entrar, detuvo sus paseos frente al fuego. Al ver la transformación a medias intentó decir algo, pero Miden le pidió silencio con un gesto.

La bestia parecía indecisa entre seguir cuidando a Miden o alejarse de la vista de los dos. No le gustaba ser ese monstruo. Muy pocas veces había perdido el control de su ira. Nunca frente a tantas personas. Le avergonzaba tanto como  sus otros defectos; no poder formar frases completas y sentir asco por la misma sangre que a su padre y hermanos les parecía un manjar divino. Hasta Rubí disfrutaba de la alimentación, pero él no podía.

—¿Qué fue lo que ocurrió? —preguntó Amatis en voz tan baja que Miden se vio forzado a inclinar el rostro en su dirección. El chico estaba desencajado y su mirada tenía un destello de terror. Su sonrisa era falsa. Le tomó una mano y la tenía húmeda. Pero su voz no tembló cuando respondió en voz alta y clara.

—Nada, todo está bien. Y yo estoy a salvo; nadie me hará daño. Mírame. Soy feliz —. Sonrió—. Estoy tan bien, que ahora voy a sentarme aquí, por un rato. Para disfrutar.

Más que tomar asiento, pareció derrumbarse.  Se acomodó en uno de los cojines más grandes, cerró los ojos y suspiró.

Amatis contempló al muchacho con asombro.

—Entiendo. No tienes nada de que asustarte. ¿Verdad? Porque estás bien.

—¡Estoy tan increíble cómo no podrías creerlo! Además, voy a quedarme a vivir aquí con ustedes. ¿No es maravilloso?

Esa última frase hizo que Madow perdiera parte de su ímpetu. La bestia olvidó su propósito. Nada más sucedió y nadie llegó a arrebatar al muchacho de los dominios del Alfa. El silencio era pacífico, roto solamente por los ocasionales suspiros de Miden.

Con todo en calma, se alejó con la intención de llevar su repugnante presencia lejos de la vista de ellos para no asustarlos más. Se escondió en la penumbra de la gruta donde estaba su cama y se dejó caer, igual que había hecho Miden. Hasta suspiró de la misma forma. Sus ojos ya habían perdido el tono amarillo y las garras se retrajeron, pero él apenas notó eso.

—¡Lo calmaste! —susurró Amatis, asombrado—. ¿Cómo supiste?

—Ya había visto algo así antes —respondió en voz muy baja, sin abrir los ojos. Parecía al límite de sus fuerzas—. Cuando mi Alfa me reclamó la primera vez, o intentó hacerlo, porque nada más me mordió el muy condenado. Se puso igual de agresivo.

Inclinó el cuello y mostró la cicatriz de su mordida. Una media luna irregular más pálida que el resto de su piel.

—Gracias a esta, nos creyeron que él era mi Alfa y por eso nos dejaron estar juntos.

—¿Querían impedírselo? —preguntó Amatis. Poco a poco se había acercado hasta que terminó sentado al lado de su hijo.

—No... o sí. La verdad es que no lo sé. El Alfa Mayor queria todo conmigo. Hadrien hizo lo que pudo para... ¡Cielos! ¡Es que es una historia muy larga!

—Cuéntame, quiero saberlo.

—Vale, pero deja que respire un rato. Aún me siento aturdido. Esa vez Hadrien se transformó y lo destruyó todo pero me dio tiempo de huir. Meses después me dijo que primero moriría antes de hacerme daño. Ellos se ponen así cuando lo que quieren está en riesgo, creo. Y sospecho que Madow me considera de su propiedad, aunque no sé de qué forma.

—Ahora formas parte de su manada. ¿No lograste soportar la marca?

—¡Arde muchísimo! Mira—. Apartó la ropa y bajó un poco sus pantalones para mostrar el vientre afeitado y líneas estilizadas de lo que parecían quemaduras que comenzaban a ponerse moradas—. Creo que me va a quedar una cicatriz.

—La ventaja de nuestro color es que el tatuaje apenas se nota. Las marcas se desvanecerán pronto.

—No importa. De todos modos, nunca me gustaron las ombligueras.

—Te llevarán a las minas, entonces.

Madow desde su cama volvió a gruñir al escuchar el tono sombrío de Amatis.

—No, eso no va a pasar —explicó en voz alta y agregó con un susurro—. Y a él no le gusta escuchar nada al respecto.

Amatis asintió. Cerró los ojos con alivio. Parecía estar rezando o algo parecido. Miden aprovechó el momento para observarlo.

Sentados, podían mirarse a los ojos. Tenían casi la misma estatura, Miden era apenas unos centímetros más alto y la complexión de su cuerpo también era muy similar, como nunca lo fue con Carissa o con sus hijos. ¿Cómo fue que nunca se dio cuenta de ese detalle?

—Bien —abrió los ojos y sonrió—. Pues no vamos a preocuparnos más. Dudo que vengan a molestar. Te has librado de dos peligros. Por favor, continúa. Háblame  sobre tu Alfa Hadrien, ¡hay tanto que quiero saber de ti!

Desde su cama, Madow reflexionaba. Amatis tenía razón. Aunque Fetore dijo que podía conservarlo, si Besmirtan decidía otra cosa, la segunda cosa se haría. A pesar de estar tan agotado y avergonzado, tenía que asegurarse. Habiendo recuperado su aspecto de hombre, se levantó y pasó de nuevo por donde los dos estaban sentados, charlando. Llevaba la cabeza gacha y rehuía la mirada.

—¡Eh, Madow! —dijo Miden—. Gracias. No sé cómo decirlo mejor, pero me salvaste la vida.

El enorme muchacho se atrevió a levantar el rostro. Contempló al hermano que sabía que existía, pero al que jamás soñó en conocer.

—Cuando yo muerto, tú bajo tierra.

—Le comprendes, ¿verdad? —susurró Amatis, con una sonrisa de orgullo —. Dice que primero morirá antes de permitir que te lleven a las minas.

Miden asintió. Su sonrisa era breve, pero la gratitud resplandecía por todos sus poros. Madow asintió. Se acercó a Amatis y lo abrazó con un amor tan grande, como plenamente correspondido. Entonces se fue.

—Irá a buscar a Besmirtan para que ordene que no se te haga nada y entonces estarás bien —explicó Amatis, mientras agregaba algo más de leña al fuego—. Es lo que siempre hace. Lo respeta y Besmirtan lo consiente. Si no fuera por su defecto, seguramente Madow dominaría este lugar. Pero cuéntame, ¿cómo ha sido tu vida? Carissa te trató bien.

—Fue amorosa, aunque se casó con un imbécil. ¿Qué fue lo que pasó con mi padre? ¿Y por qué Madow puede transformarse, si se supone que es un híbrido? —Debajo de la careta de tranquilidad que había mantenido todo el tiempo, bullía un sentimiento que no le gustaba. ¿Celos? —. Él no es hijo del tío ese, ¿cierto?

Amatis se mordió el labio un poco, desviando la mirada.

—No digas esas cosas —susurró— Ahora no hay nadie, pero a veces ellos son silenciosos y no sabes que están escuchando. No es bueno arrojar la sombra de la duda sobre un muchacho tan bueno. Te salvó.

—¿De qué?

—Solo estuve una vez en las minas. Me llevaron porque tu padre era ingobernable. Así que me dejaron hablar con él y le dijeron que me tratarían bien, mientras él se comportara. Es un sitio espantoso.

—No solo hablaste con él —. Miden no estaba acostumbrado a las mentiras—. Madow es su hijo también. Se nota.

Amatis le cerró los labios con la mano. Su toque fue suave y sus pestañas se llenaron de agua, pero no hubo lágrimas cayendo. Respondió con firmeza.

—No sé de qué estás hablando, pero detente ahora. Madow fue el primer éxito de procreación de Besmirtan. Los omegas somos lo suficientemente fuertes como para dar a luz a su progenie. El fruto de nuestra unión resulta ser distinto, tanto a nosotros como a ellos. Más grandes y fuertes, resisten la luz del sol, pero aún se alimentan de sangre.

—¿Madow también bebe sangre?

—Lo hizo cuando niño. Y alguna que otra vez, en la que no ha podido negarse. No lo necesita ni le gusta, pero tampoco le hace daño. Como a cualquiera, supongo.

—¡Qué asco!

—Calla, por favor. ¿No tuviste problemas con tu Alfa por tu manera de hablar?

Miden río un poco, con pesar.

—Yo no. Sax es quien tiene líos sin parar —. Serio, tomó valor para preguntar algo importante, dejando a un lado a los chupasangre—. Los últimos años he vivido con Sax sin saber que ambos éramos diferentes. Él es hijo de Ranshaw Lennox. Dime la verdad, ¿dormías con él? ¿Es hijo tuyo también?

—¿El pequeño Paul está vivo? —preguntó el viejo Omega, entusiasmado con la noticia.

Los ojos de Miden se agrandaron con temor.

—Sí, está en Lennander. ¿Y sabes qué? Pensándolo bien, no quiero saber si él es mi hermano. Lo arruinaría todo.

—Jamás estuve de esa forma con Ranshaw, aunque no niego que lo amé. Éramos los mejores amigos. Fue mi Alfa por menos de una semana y yo hubiera cumplido con mi deber. Pero él siempre respetó el amor que nos teníamos Mike y yo. 

—¿Qué pasó con la madre de Sax? ¿O el padre? O lo que fuera quien lo parió.

—Kris también era un Omega. Hijo de Jan Larsson. Ranshaw lo amaba aunque muy a su especial manera. Murió en el parto; comenzó a perder mucha sangre y no dio tiempo de hacer nada. Lo mismo, perdimos a los dos primeros cachorros. Solo sobrevivió el menor, un Omega al que llamamos Paul. Kris tuvo un parto de cachorros, algo que no es común. Paul tiene una doble ascendencia poderosa. Es muy raro que nazcan Alfas en forma de cachorros, ¿pero Omegas? Creo que eso nunca pasa.

Miden suspiró, lleno de alivio. Desde que supo la historia de sus verdaderos padres, siempre tuvo el temor de que fueran hermanos. Aquello hubiera sido una revoltura terrible y no estaba seguro de que pudiera enfrentarlo. Incluso no se acostaría con Madow, aunque era un virtual desconocido. Y no importaba cuánto lo negara Amatis. Ambos eran hijos de la misma pareja.

—A él le gusta que le digan Sax, no Paúl. Ahora está esperando cachorros, también del Alfa Hadrien Stengel.

—Debe ser hijo de Ozzur. ¿Es ejecutor?

—Sí. El Alfa actual es Evan Lennox.

—¿De quién es hijo?

—No tengo ni la menor idea y tampoco me importa. Lo que quiero decirte es que Hadrien también es mi Alfa. Es quien me reclamó

—¡Qué gran coincidencia! —. Amatis no pareció encontrar eso particularmente raro—. ¿Y todo va bien?

—Todo iba bien, hasta que me trajeron aquí.

—Alégrate por ellos —dijo, después de un rato—. Cuando Ranshaw perdió a Kris, algo en él también murió para siempre. Nunca fue otra vez el chico encantador que conocimos. Se volvió taciturno. Ni siquiera su hijo lograba devolverle la chispa, aunque era el único que lo hacía sonreír. Por fortuna tu Alfa no estará solo y Paul o Sax calentará sus noches y le dará hijos muy fuertes. Sufrirán menos por tu ausencia.

Las palabras no le alegraron en lo absoluto. Miden sintió que la bilis le carcomía las entrañas. Cambió de tema antes de comenzar a gritar.

—Los que nacen de Omegas y de esos tíos raros, ¿han tenido hijos?

—Son jóvenes aún. Pero sospecho que serán estériles y lo espero en verdad.  Nuestra sangre les devolvió la vida y por eso se apoderan de cada Alfa que pueden. Ya no cazan humanos. Pero si ellos prosperan, las manadas siempre estarán en peligro. Somos su ganado.

—Ahora soy una vaca —comentó, desanimado.

—Su raza estaba muriendo. No sé cómo hallaron a los nuestros y sacaron provecho. Quedan pocos, de todas maneras. Que yo sepa, el pueblo entero vive en esta montaña. Besmirtan quiere multiplicar sus descendientes mestizos.
Pero no siempre tienen éxito. Pocos bebés han sobrevivido. Besmirtan solo tiene dos que han llegado a adultos; Madow y Arvo. Todos los demás han muerto al nacer o mientras crecían.

—Bueno y ya quedó claro que en vez de dos, solo tiene uno. ¿Madow sabe de Mike?

Su tono había perdido la alegría. Era amargo. Le molestaba esa negativa de aceptar la realidad evidente. ¿Qué se ganaba al fingir que todo era chocolate con azúcar? Estaban encerrados y eran utilizados para consumo y pie de cría. ¡Cielos! ¡Y pensar que antes creía que en Lennander o en San Fernando estaban mal!

—No hay nada que tenga que saber —Amatis apretó los labios—. ¡Nadie! ¡Ni siquiera tú! No hablaré más, si no dejas eso en paz.

Se alejó de él. Tomó fibra de un montón, que antes no había visto y se sentó muy cerca del fuego, a trabajar haciendo nudos en silencio y sin verlo de nuevo.

Miden estaba bastante harto, por lo que se dio la vuelta, cerró los ojos e intentó dormir. Aunque fuera su progenitor, en realidad esa persona era un desconocido. Si no quería hablar, no era su problema.

Continue Reading

You'll Also Like

8.2K 733 14
Segunda historia de los vampiros Lupei Dos seres destinados a estar juntos a pesar de no ser lo que cada uno esperaba. El amor puede matar y puede de...
7.2K 603 9
No soy lo que se puede considerar una persona sensible, los años y las perdidas me han hecho fuerte o eso pensaba yo... Fue hasta que lo vi tirado en...
104K 11.8K 39
Tienen que leer la primera temporada para leer esta fic!. Se llama "Wolf" y la pueden encontrar en mi perfil.
61.9K 4.9K 19
Alec es un chico normal que un día por casualidad se encuentra con Luke el futuro alfa de una de las manadas más importantes de la zona. Ellos son d...