Meses después, mi vida seguia en el Roses, pero una parte de mi estaba vacia, sin Tyler mi alma no era libre, solo con el me sentia asi, era el primer hombre en mi vida, que conseguía hacerme sentir bien, me daba amor, cariño y compresión y me hacia feliz, y todo acabó por culpa de Jonhn Jones.
Reviso los mensajes y tenia muchísimos de Tyler, y llamadas, no había dejado de venir a verme o a buscarme, pero ya nunca lo dejan entrar, Jonhn le negó la entrada, aun asi todos los dias viene y me ve de lejos desde las ventanas de fuera.
Quitando estas últimas semanas, que no habia sabido nada de él y era raro porque siempre como ya he dicho, me veia de lejos desde fuera del Roses.
Lista para mi show, como todas las noches, miro hacia el público, siempre imagino a Tyler a sentado sobre esas sillas frias del Roses, y mirándome con sus ojos verdes y brillantes.
Acaricio la medalla que me regaló Tyler, eran unas alas dibujadas sobre un hada, el siempre decia que le recordaban a mi las hadas, porque yo siempre tenia alas y magia cada vez que bailaba, a pesar que no pudiera volar libre.
Suena la música, y comienzo a bailar, haciendo mi show subida a la barra, hago acrobacias y giros, que dejan como siempre fascinado al público.
Al acabar bajo de la barra, y Lidia sostiene mi mano, llamando mi atención.
—Tia te esta buscando alguien —dice Lidia
—Tyler? —Digo yo con esperanza de minimo verlo a pesar que tenia que seguir fingiendo por su bien
—No, es una mujer madura, te esta esperando en tu camerino—Dice Lidia y se marcha
"Una mujer madura? Buscándome?"
Algo extrañada camino hacia mi camerino.
Al entrar, me encuentro con esa mujer madura que conocía muy bien.
Era Ana la madre de Tyler, su expresión al verme era de preocupación, y de desespero.
—Señora Ana, como esta? Em no entiendo bien su visita —Digo extrañada
—Es Tyler, no come casi, no duerme, no hace nada mas que estar en la cama llorando, y yo ya no puedo mas, no se que mas hacer, el te necesita, me he dado cuenta quizas tarde de que tu le haces mucho bien a mi hijo, el te quiere y se que tu también —Dice Ana sosteniendo mis manos