Nora Sánchez
La vida es un cúmulo de emociones donde a veces ni una misma entiende que está pasando.
Hasta hace unos días creía que todo me iba bien, pero todo empeoró tras esa pelea con Eros en la puerta de mi casa.
Niñato.
Imbecil.
Insensible de mierda.
¡¡LO ODIO PROFUNDAMENTE!!
La culpa es mía y solo mía, porque nadie me mandó a enredarme con el capullo más grande de todos los capullos que existen en la faz de la tierra.
—Cariño..— murmura mi madre haciendo que levante la mirada de mi libro. —Ha venido alguien a verte.
¿Eros?
—¿Quién?— intento hacer que no se note mi emoción.
—Creo que me ha dicho que es amigo de Eros ¿le digo que pase?
¿Liam?
Me quedo callada y asiento con la cabeza.
—Hola.— escucho la voz de Liam hasta que le veo asomar por la puerta de mi habitación.
—¿Te mandó Eros a hundirme más?
—¿Qué? No.— se acerca a mi y se sienta al lado de la cama. —Me enteré de tu accidente y vine a ver cómo estabas.
—¿Por qué?— alzo la ceja.
—¿Cómo que por qué?
—Nunca te ha preocupado nada que viniera de mi ¿y ahora si?
—Bueno, pues ahora sí.— se encoge de hombros. —¿Te molesta?
—Me sorprende.
Liam me mira fijamente a los ojos, y si digo la verdad me incomoda. Tiene una mirada muy ¿intensa?
—Bueno, gracias por pasarte.— le muestro una sonrisa amable. —Ha sido muy amable, ya te has preocupado más que el imbecil de tu amigo.
—Ya estoy al tanto de lo que ha pasado entre vosotros.
—No ha pasado nada.— digo seria aunque sonrío. —Tu amigo es bipolar, un inestable de mierda que cuando quiere usa y tira a la gente.
—¿Quién no?— se le escapa una carcajada. —Vamos, Eros es así.
—Dudo de que sea así.
—Quizá le gustas.— me mira.
—¿Gustarle?— me sonrojo por unos segundos. —No... a Eros la única persona que le gusta es si mismo.
—¿Te gusta... verdad?
—No.
Liam mueve la cabeza un lado mientras alza sus dos cejas, yo miro sus ojos y niego varias veces con el dedo índice.
—No.
—Puedo ayudarte.— se acerca a mi rostro. —Ha conseguir que se enamore de ti.
—¿Quién te ha dicho que necesito que se enamore de mí?— repaso cada trozo de su rostro.
—Tu mirada me lo dice.
Noto las manos de Liam resbalar por mis piernas, agarra mi móvil y enciende la cámara de Instagram.
—¿Qué haces?
—Puedo hacerme pasar por tu "lío"— me mira a los ojos y sonríe. —Conseguirás que te diga que es lo que siente por ti.
NO, NORA NO.
Como siempre, nunca le hago a mi vocecita interior ¿total, para qué?
¿Quieres jugar, Eros Milton? Prepárate para perder.
Agarro el rostro de Liam y junto mis labios hacia los suyos, ambos sonreímos y el hace la fotografía, me mira unos segundos esperando mi respuesta y yo asiento con la cabeza.
—Buena elección.
—Te meterás en problemas con Eros.— me encogo de hombros.
—No es la primera vez que nos peleamos por una chica.— se ríe. —Eros no soporta que toquen algo que él cree que es de su propiedad, si de verdad le gustas, actuará.— se levanta de la cama y me guiña el ojo.
—Pero, espera.— Agarro su brazo. —¿Y todos nuestros amigos? Preguntarán cuando vean esta foto.
—¿Sabes mentir, verdad?— clava su mirada en la mía.
—Pues... si.
—Entonces miente, si quieres que esto salga bien tiene que ser creíble.
Liam se marcha y me vuelvo a quedar sola en mi habitación, comiéndome la cabeza como una loca.
No estoy segura de haber echo lo correcto, sé perfectamente que después de esta foto se liará, nadie entenderá mis decisiones.
¿Señor Dios? Si es de verdad que existes... ¿Por qué creaste mujeres tan vengativas?
Mis ganas de vengarme hacía Eros me nublan el juicio, solo quiero que se sienta como yo me siento cuando tiene sus arrebatos de bipolaridad y me trata a su antojo, como si yo fuera una muñeca de trapo que no tiene sentimientos y se deja manejar.
—¡Nora Sánchez!— Grita Kate entrando a mi habitación con la foto de Liam y mía en su móvil. —Explícame esto, ahora mismo.
—¿Ya la has visto? Si la acabo de subir.
—¿Nora? Que me explique que significa esto.— da toquecitos a la pantalla de su teléfono. —¿Ese no es Liam, el mejor amigo de Eros?
—El mismo que viste y calza.
—¿Y?
—¿Qué?— me hago la tonta. —Ha venido a verme y.. ha surgido, no sé.
—Oh claro, y os hacéis una fotografía.
—¿Que tiene de malo?
—Que os estáis comiendo la boca.— da un bote hacia la cama y se sienta. —¿Lo estás haciendo por lo que creo que lo estás haciendo?
—Vale, sí. Me has pillado.— ruedo los ojos y suspiro.
—Prima, estás completamente loca de la cabeza.
—Lo que estoy es cansada del bipolar de Eros.— me encogo de hombros. —Si él juega conmigo yo también jugaré.
—Pero a ti quién te gusta es Eros.
—Pues si ¡Me gusta, me encanta!— confieso sin tapujos. —Pero eso no significa que vaya a dejar que se ría de mí como si no pudiera tomar decisiones.
Kate se coloca a mi lado y sonríe moviendo su cabeza de lado a lado, pasa uno de sus brazos por mis hombros y me estruja hacia ella.
—Te estás metiendo en un juego muy peligroso...
—Sé controlar.
—También sabias controlar con Eros cuándo empezasteis a follar y ha acabado gustándote.
—No es lo mismo.
—¿Por qué no?— alza la ceja y me mira. —Liam está buenísimo, tanto como Eros.
—Pues que yo siempre he puesto mi mirada en Eros y en Liam, pues no.— le doy una palmada en el hombro. —Esa es la gran diferencia.
Cuando quiero darme cuenta mi móvil está repleto de mensajes de todos mis amigos, donde están anonadados sin entender el porqué de esa foto, y más por quién es el sujeto; Liam.
¿Colará este absurdo juego, Nora?
¿Te va a valer la pena?
MENSAJE DE WHATSAPP; AMIGUIS 😏
¿Habéis visto la foto que han subido Liam y Nora?
Si.
Obvio que si, no lo entendemos
¿Nora?
¿NOOOOORAAAAAAA? ¿LIAM?
Contestad, cabrones ¿estáis juntos o que con esa foto?
QUEDAMOS EN EL BAR DE SIEMPRE A LAS 20:00 MÁS TE VALE VENIR NORA SÁNCHEZ.
Vale, esto se ha descontrolado.
Cuando Eda me llama por mi nombre y apellidos, es malo, muy muy malo.
—Mierda.— murmuro leyendo los mensajes. —Esto se ha salido de control...