Seducción encriptada

By CarolBranca

2.5K 392 401

Eva era una chica alegre y optimista que confiaba en el mundo y, sobre todo, confiaba en ella y en su potenci... More

Bienvenidas a «Seducción encriptada»
Aterrizó en mi universo aún sin saber que lo destruiría (Cap. 1)
Hola, Uve (Cap. 3)
Lo quiero muerto (Cap. 4)
Pensaba que moría (Cap. 5)
¿Invadirme? ¿Cómo harías eso? (Cap. 6)
Todo al rojo (Cap. 7)
Nuestra palabra clave es Cripto (Cap. 8)
​​Habitación trescientos quince (Cap. 9)
Equis lo protagoniza tutti (Cap. 10)

Malas noticias (Cap. 2)

220 39 35
By CarolBranca



Eva

—Eyyyy, ¿cómo está mi perra ricachona? —pregunta Lena en cuanto respondo a su llamada.

—Muy bien, un poquito más ricachona que ayer, pero un poquito menos que mañana —respondo con guasa.

—¡Así me gusta! Oye, ¿nos vemos el domingo? Primera reunión del año de «las reinas» en mi casa.

—Sí, no faltaré —aseguro sonriente y contenta al visualizar ese rato con mis tres mejores amigas.

—Te quiero, ¡feliz primer viernes del año!

—Igualmente, pelirrosa.

Cuelgo y me quedo un minuto revisando las redes sociales. Le pongo like a publicaciones que han hecho mis amigas y, luego, vuelvo a concentrarme en el gráfico que estoy controlando en mi portátil. Si se cumple mi previsión, voy a hacer un movimiento arriesgado.

Bebo de mi café y no quito ojo de la pantalla. Aparece una vela* al alza. ¡Bien! Tres más como esa y le meto a esa cripto con todo.

Una hora más tarde, no solo se cumple mi previsión, sino que el movimiento arriesgado que hago, me supone un beneficio mayor del que pensaba.

¿Pero qué diablos está pasando con mi suerte? ¡Tengo que haber pisado una mierda de las grandes! Si no, no se explica.

Con esos datos, el viernes por la tarde me voy a nadar. Es eso, o pegarme una sesión de sexo desenfrenado con mi amigo especial. En esta ocasión he preferido el agua. Ese silencio que lo inunda todo en cuanto te sumerges, no se paga con nada. En el agua parece que mis preocupaciones se diluyeran, como si fueran perdiendo peso hasta desaparecer.

Salgo después de cincuenta largos, siendo una persona nueva. Mi paso por el jacuzzi y una ducha bien fría terminan de reequilibrarme hasta los chacras. Además, en la sauna turca coincido con un chico la mar de guapo, ¡y me hace ojitos! Ese coqueteo inesperado me hace replantear si será momento de ampliar mi «agenda» y añadir a algún amiguito nuevo en ella. ¡Me gustaría!

Por suerte, la noche del viernes duermo bastante bien y el sábado dedico el día a mi piso, haciendo una buena limpieza y orden profundo.

En diciembre me marqué como propósito para año nuevo desconectar del trabajo, de internet, y de las redes sociales durante el fin de semana. ¡Se me iba de las manos! Cuando no estaba mirando la plataforma online en la que tradeo, estaba revisando tweets que pudieran afectar a las criptos, leyendo noticias de economía o buscando posts de compañeros gestores en Instagram. ¡No paraba!

Así que tomé la decisión de hacer un parón; como la bolsa, que cierra el viernes y vuelve a estar operativa el lunes. Pues yo lo mismo. ¡Y eso que con las criptos no hay parón que valga! ellas siguen su curso 24/7 durante los 365 días del año. He pensado que, si hay eventos importantes —y puntuales— que puedan suponer un cambio drástico en su evolución o mover dramáticamente su valor, entraré para controlarlo, pero a modo de excepción y no como parte de la norma. Como norma, mis fines de semana —ahora— son para mí y para desconectar. Lo necesito.

El sábado por la tarde me quedo dormida en el sofá y, cuando me despierto, me doy cuenta de que se ha hecho tarde y ya no llego a la sesión de terapia que tenía programada. Eso sí, el domingo no me pierdo la reunión de «las reinas» por nada del mundo, ¡es mi otra terapia!

—¡Empieza Eva! —propone Iris señalándome y pensándose una pregunta—. ¡Cuéntanos cuánto dinero has perdido esta semana! —lo pide con la clara intención de picarme para que le diga lo contrario.

Estamos las cuatro sentadas en el suelo de su comedor, rodeando la mesita rectangular que tienen delante del sofá.

—He ganado mucha pasta esta semana —reconozco con una mezcla de orgullo y timidez.

—¡Eres una machine, amiga! —me felicita Lena y me abraza por el costado, con cariño.

—Me toca —anuncio dando por finalizada mi respuesta, no me gusta concretar cifras ni regodearme—. Quiero preguntar algo a Iris —digo mirando hacia mi fichaje—. ¿Estás contenta con tu trabajo, cielo? Desde que acabaste el máster me parece que estás algo desilusionada, no sé.

—Así es, desilusionada es una buena forma de resumirlo. Pensé que, al terminar el máster, me ascenderían; así me lo habían insinuado en numerosas ocasiones. Y nada, no he visto mejora de ningún tipo.

—Tampoco te has quejado —le recuerda Lena con sutileza.

—No quiero que me mejoren condiciones porque me quejo, quiero que lo hagan porque me lo merezco —aclara Iris convencida.

Lena nos mira a mí y a Tania, juraría que pidiendo refuerzos.

—Cariño, nadie se merece ese ascenso más que tú —admito con sinceridad—, y tu empresa lo sabe. Pero se aprovecha de que no lo peleas para ahorrárselo.

—Estoy de acuerdo —concluye Tania.

—Lo pensaré —acepta Iris apocada—. Mi pregunta es para mi magdalena de fresa —anuncia dirigiéndose a su chica y cambiando su expresión por una preocupada—. Lena, ¿llevas bien mi vuelta con Angie? ¿Por qué no lo cuentas ahora que estamos en plan «terapia de grupo»? —sugiere con humor.

—¡Ehhh! No te cachondees, ¡que la terapia de grupo es muyyyy efectiva! —defiendo convencida.

—¡Lo sé, lo sé! —reconoce entre risas Iris.

—Lo llevo regulinchi —suelta Lena captando nuestra atención. Iris coge su mano con cariño mientras Lena sigue hablando—. Ni con calendario me acostumbro a tenerte tantos días fuera de casa.

La angustia con la que lo dice nos llega a todas hasta el fondo de nuestro interior y somos capaces de sentir esa desazón que debe suponer compartir el tiempo de la persona que amas, con otra persona. Lena es tan auténtica, que cuando se abre, te lleva con ella a donde sea que vaya.

—¿Con Gerard estás bien? —pregunta Tania a Lena con interés.

—¡Más que bien! —responde ella recuperando una ilusión innata y una sonrisa de pardilla enamorada que nos hace sonreír a todas—. Con Gerard todo es... ¡perfecto!

—Alucino de que estando tan enamorada y tan entretenida con tu noviete, tengas tiempo de estar celosa porque tu novieta tenga otro vínculo —resume Tania con alucine real.

—Chicas, es que... lo que siento por Iris es independiente de lo que siento por Gerard. Uno no anula las ganas del otro, ni uno saca amor al otro. Es difícil de explicar para vuestras mentes monógamas, pero es así —afirma metiéndose un poco con nosotras, en broma—. Además, soy humana, siento celos, ¡como todos! Tengo derecho.

—¡Claro! Oye, hablando de abrir la mente y los vínculos... —anuncio expectante por ver sus reacciones. Son de sorpresa y capto la atención de todas al instante. Me río de ellas y alargo su sufrimiento bebiendo de mi vino antes de continuar—. ¿Creéis que debería ampliar mi agenda sexual?

—¡Por supuesto! —aplaude Tania.

—¿Ha pasado algo con Marc? —intenta adivinar Lena preocupada.

—No, no. Qué va. ¡Todo bien con Marc! —aseguro y me pierdo unos instantes rememorando la noche fogosa que pasamos juntos la última vez que nos vimos. Habíamos cenado con vino y llegamos a su piso achispados y ardientes. No nos dio tiempo ni de quitarnos del todo la ropa. Fue un polvazo ansioso de lo más placentero.

—Hace meses, cuando pasó lo del... secuestro, me pareció que ese episodio os había unido mucho —comenta Lena reflexiva y me devuelve al presente—, pero últimamente estáis más distantes, ¿no?

—No estamos más distantes —aclaro con contundencia—. Es solo que ambos somos solteros por elección. Aunque pasamos un tiempo intensitos, a la que se ha calmado un poco todo, hemos vuelto a nuestras zonas de confort. ¡Es lo normal! Pero estamos genial cuando estamos juntos —aseguro tranquilizando las expresiones de mis amigas.

¡Madre mía! Son tan fans de Marc...

—Vale, vale... —acepta Iris.

Mientras Iris desvía la atención a Tania y le pregunta algo sobre sus sesiones personales como Coach, yo aprovecho para ver por qué ha vibrado mi móvil. Lo que me encuentro es tan inesperado como esperado a su vez; vivir con el miedo a que pase algo malo tiene estas cosas: esperas que llegue el problema o la amenaza —sabes que es cuestión de tiempo—, pero nunca estás preparada para cuando lo hace. Así que mientras leo el mensaje, se me hiela la sangre por un instante. Luego, recuerdo mis planes para estar segura y no volver a sentirme la víctima de nadie y me levanto despacio pidiendo un segundo a mis amigas. Voy a la ventana y miro de nuevo el mensaje con atención a la vez que hago respiraciones profundas para calmarme.

19:06h Óscar: Eva, tenemos problemas. Alguien ha vulnerado la seguridad de tu correo electrónico. Creo que solo han sido dos días, pero tendrías que revisar si entre ayer y hoy ha habido algún correo importante o con información sensible. Me he ocupado de eliminar la amenaza y restablecer la seguridad de nuevo. Además estoy rastreando de dónde llegó el hackeo. En cuanto sepa más, te informo.

¡Joder!

Óscar es algo así como... un hacker de los buenos. Alguien que sabe mucho del lado oscuro pero lo usa para el bien. No dudé en contratarlo en cuanto uno de mis clientes me lo recomendó. Le pago un pastizal, la verdad, pero me proporciona más seguridad que tener a tres gorilas rodeándome todo el día. ¡Seguridad digital! Algo que vale más que la seguridad física hoy en día. Al menos, para mí.

19:08h Eva: ¡Ostras! Okey. Lo reviso. Creo que no he recibido ni enviado nada.

Abro la cuenta de correo con tranquilidad. Tranquilidad que desaparece en cuanto veo que tengo un email de ayer que no había visto. ¡Mi regla por no abrir la cuenta del trabajo en fin de semana me la ha jugado!

MIER-DA.

El email no tiene remitente pero, en cuanto lo abro, descubro que es un mensaje procedente de Haydar.

«Ha habido un contratiempo, alguien intentó eliminarme. ¡Espero que no hayas sido tú! Jajaja. Quiero cambiar un par de cláusulas de nuestro contrato. Quiero dejar claro que, si me pasa algo, pierdes todos los poderes de esa cuenta y pasan directamente a un beneficiario de mi elección. Mi abogado lo está redactando. Te contactarán desde Royes y tendrás que ir para firmar la actualización, ¿entendido? No respondas a este mensaje. Un saludo. Y sigue trabajando como hasta ahora. Lo estás haciendo muy bien, cariño».

Dios mío... Haydar está hablando de que ¡alguien ha intentado eliminarlo! Eso es un eufemismo para referirse a... ¿asesinato? ¿¡Alguien ha intentado matarlo!? ¿¡Quién cojones es este tío para que alguien quiera eliminarlo!?

Vuelvo a leer el email y esta vez, al leer el final, me río sin querer. Odio que me llame cariño, pero me gusta mucho que reconozca mi mérito y lo bien que estoy haciendo mi trabajo. Mi ego se hincha por momentos.

—Eva, ¿estás trabajando? ¿O es el ligue por el que te estás pensando ampliar la agenda? —quiere saber Tania con interés.

—¡Ligues, ligues! —miento sin mirarlas.

Oigo un «uhhhhhhh» muy sincronizado y lleno de cachondeo como respuesta por parte de las tres.

Cuando caigo en la cuenta de lo que estaba hablando con Óscar, decido llamarlo para informarle directamente.

—Hago una llamada y voy —aviso a las chicas colándome en la habitación de Lena y cerrando la puerta.

—Hola, Eva —responde Óscar al primer tono de llamada.

—Hola, Óscar, ¿cómo estás?

Omitir intro. Ve directa al grano.

Me río estrepitosamente al oírlo. No se puede ser más «robot» que él, ¡es una cosa única!

—Vale. Malas noticias. Mi... jefe... me envió un email ayer. No lo había visto hasta ahora.

—¿A qué hora te lo envío? ¿Puedes enseñármelo aunque sea con un pantallazo?

—No puedo, Óscar. Contiene información que no puedo compartir con nadie... —expreso con pena sincera recordando las condiciones chungas bajo las que trabajo—. Pero ahora mismo te digo la hora en la que me llegó —miro el email y vuelvo a la llamada—. Me lo envió a las siete y seis minutos de la mañana de ayer.

—Vaya. ¡Tiene mala pinta! —anuncia pensativo—. Es justo la hora en la que se registró el ataque a tu cuenta. Eso me hace pensar que, quien atacó tu email, no te buscaba a ti, lo seguía a él. Sí, me cuadra perfectamente —confirma más para sí mismo—. Para que me entiendas, estaban siguiendo el recorrido de su email, es por ese motivo que llegaron a ti. No es que entraran a tu cuenta y lo encontraran a él. ¿Me entiendes?

—Sí... creo. ¿Y eso es bueno?, ¿malo?, ¿regular?

—Es bueno que el ataque no fuera directo a ti. No eras el objetivo. Es malo que, quien lo busca a él, te haya encontrado a ti. ¿Esa información clasificada del email, te pone en riesgo de algún modo?

—Ostras, no sé... voy a releerlo —aviso algo asustada. Lo releo como si fuera un enemigo imaginario que quiere acabar con Haydar.

¡Joder!, justo Haydar habla de que alguien quiso eliminarlo, así que me cuadra mucho que sea su enemigo quién ha llegado hasta mí. ¡Esto es peor de lo que pensaba! Releo bien el email.

—Supongo que sí —expreso volviendo a la llamada con Óscar—. Mi jefe deja claro que tenemos un contrato, que tengo en mi poder su cuenta, etc...

—Uffff, eso es malo, ¡muy malo! —sentencia Óscar aunque lo hace con un tono neutro que me tranquiliza un poquito—. Bueno, pongámonos en estado de alerta máxima hasta que tenga más información, ¿de acuerdo? Voy a cambiar todas las contraseñas, claves, frases...

—¿Sí? —pregunto asustada—. ¿¡Máxima alerta!? ¿Activamos la roja?

—Sí. Alarma roja. Tú vigila mucho, ¿vale? Yo me encargo de la parte digital.

—Sí, lo haré.

Cuando cuelgo la llamada, me miro las manos y veo que me tiemblan ligeramente. Las sacudo varias veces y respiro profundamente antes de volver al comedor con mis amigas.

Como ya no consigo ponerme la careta de «todo va bien», les digo que me ha entrado dolor de cabeza y me voy.

Una vez en casa, cierro la puerta con todos los seguros —y son cuatro desde que volví del secuestro—. Activo la alarma de seguridad con la configuración de estar yo dentro y me encierro en mi habitación. Es gracias a un par de pastillitas que me duermo como un bebé.

El lunes me despierto cansada, los tranquilizantes me duermen, pero es como si no descansara cuando estoy tan alterada. Lo primero que hago es revisar la conversación con Óscar; no veo nada nuevo. Tampoco hay correos, ni movimientos extraños en ningún sitio.

Intento tranquilizarme con pensamientos acerca de los enemigos de Haydar. Son sus enemigos, no los míos. Y, si se lo cargan, ¡me quedo sin cliente y sin millones!, pero también dejo de estar obligada a trabajar para él cinco meses antes de que termine el contrato que tenemos.

Dios no quiera que muera nadie pero, en cualquier caso, ¡su vida no es mi problema!

Por la tarde voy a tomar un café con dos compañeras del mundillo: Vanesa y Maya. Son las colegas a las que les pasé todas mis «cuentas pequeñas». Pasamos una hora de lo más intensas poniendo en común los movimientos cripto más interesantes que esperamos ver esta semana. Cuando salgo de la cafetería, decido ir dando un paseo hasta casa en vez de coger el bus o dejar que Vanesa me lleve en su coche.

Estoy disfrutando de los últimos rayitos de sol de la tarde sobre mi cara, de la música animada que suena por mis AirPods y de sentirme serena y sosegada; cosa que, últimamente, no me pasa con mucha frecuencia.

Se puede decir que es un momento de desconexión con mi vida actual y de conexión con la que era antes: una chica confiada, segura, ambiciosa, trabajadora y líder en su ámbito. ¡Adoro a esa chica! Ojalá vuelva pronto y sustituya a la miedica que soy ahora la mayor parte del tiempo.

Me encuentro perdida en mis pensamientos y mi relajación espontánea cuando una presencia tras de mí me inquieta. No sé si es mi intuición o que alguien se pega demasiado a mí todo el tiempo. Estoy en un paso de cebra esperando a que el semáforo de los peatones se ponga en verde cuando paro la música, guardo los AirPods en el bolsillo y me concentro en mirar a mi alrededor escaneando todas las caras que veo. Mi alerta se ha activado y empiezo a sentirme en peligro.

Veo gente normal a mis lados, nada extraño. ¿Y tras de mí? me giro sin disimular y me encuentro con un chico alto, delgado, vestido con tonos oscuros y con una bufanda que le tapa nariz y boca —muy convenientemente—. Sus ojos, achinados por un gesto de tensión o preocupación, me llaman la atención, aunque vuelvo a mirar al frente y hago como si nada. Reanudo el paso e intento alejarme de él, avanzar más rápida, cruzar una calle que no tenía en la ruta, desviarme un poco.

Que no me siga. Que no me siga. Que no me siga.

Me vuelvo sin dejar de andar y... ahí está. Caminando a pocos pasos de mí, ¡siguiéndome!

¡Mierda!

Mis nervios están crispándose uno por uno.

¿Cuánto falta para llegar a casa? Poco.

Pero no debería ir a casa y mostrarle donde vivo, ¿no?

Quizá lo mejor sería entrar en un bar cualquiera y llamar a alguien, aunque... si me está siguiendo, ya debe saber quién soy y dónde vivo, ¿no? O no. No tiene porqué.

¿Qué debería hacer en este caso? ¿Estoy en peligro real?, ¿o será todo esto fruto de mi paranoia?

¡Feliz lunes, Lectoras Vibrantes!

¿Qué tal este segundo capítulo? Se le están complicando las cosas a Eva, ¡todavía más! 🤭

Espero que os haya gustado, que votéis el capítulo con la ⭐️ y me dejéis vuestros comentarios.

¿Os va enganchando?, ¿tenéis ganas de saber más?

Ojalá que sí.

Por cierto, he publicado cambios en el capítulo 1. Entre otras cosas, he añadido una descripción breve de Haydar 🤭 Por si os queréis pasar y releerlo.

Y nada, el lunes que viene, ¡otro capítulo!

¡Un besazo!, ¡y feliz y vibrante semana! 💗

Carol

🎵PlayList de Spotify de Seducción encriptada ❤️‍🔥🔐

https://open.spotify.com/playlist/4pcrcemWcMSpdGhmXPnvaN?si=adee976fc7c04ef9

Continue Reading

You'll Also Like

25.1K 1.9K 38
Este es mi primer fanfic así que acepto críticas sobre este mix de franquicias de ciencia ficción. Universos usados: Halo (Antes de los acontecimient...
220K 17.2K 144
1-izuku es un villano 2-posee un quirk llamado Extracción:le permite extraer el quirk de las personas y convertirlos en pequeñas esferas comestibles...
139K 14.5K 85
Durante una lucha con una maldición de primer grado con la habilidad de crear portales, itadori caería en uno que lo mandaría al mundo pokémon. ¿Su o...
15.6K 521 53
𓆩 ♰ 𝑻𝑬 𝑨𝑴𝑶 𝟑 𝑴𝑰𝑳𝑳𝑶𝑵𝑬𝑺 ♰ 𓆪