bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

By thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... More

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Park YuRi

—Creo que ambas sabemos que entre nosotras no hay una gran química y cualquiera que nos viera hasta podría creer que nos odiamos. Mayormente es culpa mía, sé que no soy alguien fácil de tratar. Se lo he puesto difícil a muchas personas, a ti, a Tae... —bajé la cabeza apenada, ofreciéndole al mismo tiempo con este gesto una disculpa— Por eso una de las razones de invitarte aquí era pedirte perdón. Generalmente las peleas empiezan por mí. Y también agradecerte porque, a pesar de ello, tú siempre has estado para mí. —dije esto último con una cálida sonrisa a ojos cerrados, demostrándole así que lo que decía iba en serio.

Entreabrí mis ojos apenas terminé de decir aquello para ver en la cara de HaNeul una sonrisa débil y hasta tímida podría decir. Aparentemente la estupidez que acababa de decir llegaba a conmoverla, y tuve que aguantarme una carcajada al ver que era tan estúpida como para creerme algo como eso.

Pero no importaba. Debía manter la compostura. Apenas estaba empezando y ya más adelante tendría tiempo para reírme con mayor placer. Ahora mismo debía concentrarme, persuadir a HaNeul, aun si eso significaba rebajarme a decir cursilerías tan nefastas como estas.

Así que, teniendo sólo en mente mi objetivo, cambié mi sonrisa a la mirada más compasiva y estiré mi mano con la palma abierta sobre la mesa. HaNeul, cayendo en ello, me correspondió y tomó mi mano.

»Sé que lo que sucedió con JungKook te debe estar doliendo, así que, por esta vez, quiero actuar como una buena amiga. Ser testigo de todo esto... verte de esta forma... me hizo entender lo mucho que te quiero. Porque sí, aunque peleemos, te guardo un gran aprecio.

Por unos segundos se vio triste, pero oyendo eso último volvió a darme una sonrisa, esta vez mucho más grande.

—Yo también te quiero. —presionó mi mano, hablando con la voz débil ya que recientemente había dejado de llorar— Y descuida, no es sólo tu culpa. Yo también he comenzado varias peleas.

Por no decir todas, jodida idiota.

—Quiero demostrarte que también estoy para ti, por eso siento que debo decirte esto... —suspiré— Siento que debes saberlo.

—¿De qué hablas?

—JungKook. ¿Tienes idea de por qué te dejo así y tan de repente?

—Simplemente dijo que ya no me quiere. —se encogió de hombros y desvió su mirada a uno de sus costados inferiores. No la culpo, yo también me sentiría como la mierda al ser tan patética como para que un chico como JungKook se aburra de mí— No entiendo por qué. Él había prometido quedarse conmigo... siempre. No entiendo por qué de repente considera nuestra relación incorrecta por no amarme lo suficiente.

—¿Incorrecta? —chisté— En verdad es un hijo de puta.

—¿Qué? —me miró con sus ojos aún cristalizados.

—¿Sabes que el sábado en la noche HaeRi se encontró con JungKook en Insa-dong? —ella negó lentamente— Fue con su familia y lo vio comprando comida, pero parecía estar tratando de ocultar su cara con un gorro. Dijo que le resultó extraño porque JungKook estaba anormalmente nervioso y... parecía que esperaba a alguien.

Desde aquí la pude oír tragar. La cara de HaNeul palideció ya habiéndose dado cuenta por dónde iba esto. Presionó mi mano con miedo, y yo la sostuve aun más fuerte como forma de consuelo.

Después de todo, lo primordial es tener a HaNeul de mi lado.

»¿Tú te imaginas algo como eso? ¿JungKook saliendo sólo a un barrio como Insa-dong para comer en puestos de comida? —hablé incrédula. Ese era un cuento que no se tragaba nadie, estoy segura de que ni siquiera HaNeul— Tal vez si fuese con TaeHyung fuese creíble.

—¿Dices que... JungKook sale con alguien? —dijo con miedo.

Negué lentamente con la cabeza tratando de parecer indignada.

—No sólo "sale" con alguien. —reí sarcástica— No creo que lo que hacen a estas alturas sea sólo salir. Yo lo sé. Hace un tiempo que ha estado con alguien a tus espaldas, y sé quién es ese alguien.

Me detuve unos momentos para darle el tiempo a HaNeul de asimilarlo. Esto era muy impactante para ella. La afectaba tanto que sus ojos se enrojecían con mayor intensidad, advirtiendo un por venir de lágrimas. Pero ella se negaba a aceptarlo. Se reprimió y negó repetidas veces queriendo negarlo a toda costa, entonces supe que debía continuar.

»Lo descubrí mientras tú no estabas, por eso no pude decírtelo antes. Quiero decírtelo, pero también temo cómo vayas a reaccionar cuando sepas de quién se trata, porque yo en tu lugar enloquecería. —accidentalmente, al final de esa última frase, se me había escapado un tono perverso, casi que hasta una sonrisa de burla. A tiempo reaccioné y supe disimularlo con una mirada triste, empatizadora.

—No tiene sentido. JungKook no...

—HaNeul, —la interrumpí y ella me miró tristemente a los ojos— no haría todo esto para mentirte, y mucho menos brindaría con algo así. JungKook te está engañando con alguien.

Con su mano libre HaNeul trató de limpiarse delicadamente las lágrimas de los ojos. Su respiración irregular me dicía lo shockeante que era esto para ella. Lentamente, mientras se iba reincorporando, me miró.

—¿Quién es? —masculló.

—Bueno, en realidad tal vez para ti no sea tan loco de creer. Después de todo, es por ella que JungKook te ha tratado de loca. —HaNeul me miró con los ojos bien abiertos, creo que ya haciéndose una idea de quién era, y yo tuve que reprimir una sonrisa de satisfacción al ser consciente de que estaba a punto de derrumbarla— JungKook sale y, estoy segura, ha estado saliendo por bastante tiempo con Kim Cleo June.

Y la cara de HaNeul cambió a una confusión total, mientras nuevamente negaba la cabeza con movimientos sutiles

—Estoy segura de que ella está detrás de JungKook, pero... JungKook...

—Es un hijo de puta, HaNeul. —hablé con un tono más severo— Un imbécil que no dudó en irse detrás de la primera estúpida que se le insinuó de una forma tan desvergonzada.

—Pero... ¿Cómo lo sabes?

—El celular de SeoHyun, estaba lleno de charlas interesantes. Que comenzara a relacionarse con esos perdedores me sirvió de algo. No tienes idea de las cosas que Kim ha hablado sobre JungKook con ellas, desde sus citas hasta cuando se han besado. —escupí indignada y asqueada— TaeHyung puede confirmartelo.

—¿TaeHyung? ¿TaeHyung lo sabe?

—JungKook le pidió prestado su auto a TaeHyung para el sábado, curiosamente el día en el que HaeRi se lo encontró en una situación algo sospechosa, y se lo devolvió el domingo. Inmediatamente cuando lo devolvió y TaeHyung le pidió a su criada que lo limpiara, ella encontró un arete algo... particular. TaeHyung pudo jurar que ese pendiente le pertenece a Kim, y lo confirmó cuando habló con JungKook.

—¿Por qué no me lo dijo? —preguntó con un ligero temblor de labios, decepcionada.

—Apenas hoy pudo confirmarlo todo. Además, TaeHyung habló con él y quiso que fuese JungKook quién te lo dijera, creyó que eso sería lo más correcto. Pero el imbécil de Jeon sólo te dijo lo que a él le convenía. Es verdad, ya no te ama, pero no te dijo por qué, o más bien... por quién.

La mirada de HaNeul se desvió perdida en cualquier lado de la mesa, aún sin poder creer lo que estaba escuchando. Poco a poco, las lágrimas volvían a acumularse en sus ojos cuando todo lo explicado recientemente le parecía estar cobrando sentido. Sus hombros cayeron, rendida, como si todo lo que había estado soportando, junto a todo lo que le acababa de decir, se le desplomara encima.

Y no tienen idea de lo satisfactorio que fue para mí. Ver a HaNeul tan miserable como realmente ella es y cómo debería ser para toda su maldita vida.

Nuevamente sonreía a mis adentros, feliz de lo que presenciaba, me llenaba deuna manera indescriptible. Y entonces, al ver que se quedaba en silencio tratando de manejar internamente todo lo que sentía, preferí echar leña al fuego.

»Estás impactada, ¿verdad? Yo también lo estaría, aunque más enojada que cualquier otra cosa. Estaría furiosa. —resoplé— Prácticamente se burló de ti. Discutieron varias veces por Kim, y en todas esas veces JungKook se ponía de su lado, y a ti te hizo sentir como una idiota. Tú desconfiaste de ella al instante, pero JungKook te trató de loca, de ridícula. Él te decía «esto no es por Kim», pero luego se iba con esa perra a quién sabe dónde a hacer quién sabe qué.

—Siempre desaparece en el instituto. —dijo en un casi inaudible murmuro.

—¿Y no te parece que cobra sentido? Cuando él falta, Kim también. Cuando llega tarde, Kim también. Cuando desaparece algunas horas o incluso en el almuerzo, Kim también.

Eso había sido motivo de conversación entre todos cada que JungKook desaparecía, todos sacando su propias conclusiones, pero ninguno sin imaginar lo que realmente pasaba. Nadie se imaginaba lo que hacía JungKook a espaldas de HaNeul, escondido en algún rincón del instituto junto a Kim, y es que los dos parecían esfumarse completamente. O cuando cancelaba tantas salidas con el grupo, como si tuviera cosas más importantes que hacer. Y es que era anormal el repentino cambio de JungKook en tantos aspectos desde Kim, y supongo que todo eso era lo que pasaba por la mente de HaNeul. HaNeul debe estar pensando en la cantidad de veces que JungKook se fue con Kim, y de seguro se desespera al darse cuenta que fueron tantas que le resulta imposible contarlas.

»¿Sabes? Yo lo confronté también, cuando me enteré de todo. Le dije lo mal que estaba haciendo las cosas. ¿Y sabes qué hizo él? —ella levantó la mirada adolorida— Me amenazó. Me amenazó diciendome que si yo abría la boca, él arruinaría mi relación con Tae. Dijo que diría mentiras sobre mí, como que me le incinue, así arruinaría mi relación con TaeHyung y contigo. Pero ahora no tengo miedo a decírtelo, porque Tae lo sabe.

—No entiendo nada... —sacudió su cabeza vuelviendo a bajarla con frustración.

—Lo único que debes entender es lo que JungKook te está haciendo, que se burló de ti. Encima caer tan bajo con alguien como Kim, con una cualquiera. —bufé molesta— Si ella anda en la boca de los chicos del instituto es sólo porque hablan de lo fácil que es. Perras como Kim sólo deben mover un poco las caderas para alzar a cualquier idiota, pero no puedo creer que JungKook haya sido uno de ellos.

Molesta, estaba verdaderamente molesta, y en mi tono de voz le refljaba. Era en lo único que era sincera. Realmente me hacía hervir la sangre pensar en que alguien tan patética como Kim sea tan querida, incluso por JungKook, solo por tener más grasa. Porque hay que ser sinceros, Kim no tiene un buen cuerpo, simplemente está gorda, ¿desde cuándo eso es atractivo? No puedo creer que los chicos se dejen llevar por algo como eso.

Pero no era momento, no debía dejarme llevar por mi enojo. En cambio, debía despertar esa misma ira en HaNeul, porque con esa apariencia tan patética y derrotada no iba a lograr nada.

»¿Por qué esa cara? —pregunté tomándola del mentón y obligándola a mirarme— Te haces ver derrotada, HaNeul. Enojate. No dejes que te pisotee. ¿Acaso no recuerdas el cumpleaños de la estúpida de SeoHyun? ¿No recuerdas cómo discutieron, cómo te trató, cómo te hizo llorar? ¿Y qué hizo luego de eso? Se fue con Kim. Nunca le importó cómo te sentiste luego de cada discusión, no le importaba porque sabía que tenía a Kim arratrandose por él.

Asqueada solté su rostro cuando una de sus lágrimas tocó mi mano. Juraría que me había dado náuseas. Disimuladamente traté de limpiarme con la servilleta aue tenía sonre la mesa. Y es que la idiota en vez de enojarse parecía solo llorar más. Debía continuar, debía insistir hasta tocarle el nervio a HaNeul.

»Ni siquiera le importaste a Jeon mientras no estabas. Sabiendo que tú estabas mal, lo aprovechó como una oportunidad para probablemente estar con Kim por todos lados en el instituto. ¿Sabías que fue a tu casa?

—SangWoo me lo dijo. —sollozó tratando de limpiar sus lágrimas con sus dedos— Se enojó conmigo por eso.

—Te metió en problemas, ¿verdad? —ella asintió— Pero JungKook no fue a tu casa para saber cómo estabas, fue porque quería terminar contigo de una vez.

Mis palabras parecían herirla cada vez más, como la hoja afilada de un cuchillo cortando su piel e incrutandose en su carne. Era cuestión de clavar cada vez más profundo hasta que HaNeul se hartara y quisiera masacrar a Kim con ese mismo cuchillo.

—¿Qué hago? —me miró desesperada.

—¿No es obvio? Eres So HaNeul. ¿Acaso dejas que alguien se burle de ti de esta manera? Esto no se trata sólo de lo que debes hacer, sinó también de lo que quieres. ¿No quieres vengarte? ¿No quieres hacer sentir a Kim Y Jeon la misma humillación que tú estás sintiendo ahora, la misma que sentirás durante el resto de días cuando JungKook aparezca en el instituto de la mano con Kim y todos se volteen a verte para pensar «la dejó por una fácil». Por favor, HaNeul, es patético.

Y con solo pensar en todo ello HaNeul parecía perturbarse, le perturbaba saber lo inevitable que era que en un futuro cercano JungKook formalizara una relación con Kim.

»Tal vez no sea necesario porque estando con una zorra como Kim a Jeon ya se le devolverá el golpe, pero aún así tú no puedes quedarte de bazos cruzados.

—¿A qué te refieres?

Alcé una ceja y se me fue inevitable sonreír con maldad cuando la fantástica idea volvía a mi mente, recordando que tenía algo en mi poder que sí haría a HaNeul retorcerse en celos.

—¿No es obvio? ¿Crees que Kim se conformará con sólo tener a JungKook cuando tiene un instituto lleno de chicos guapos? —dije sacando de mi bolsillo mi celular— Tal vez ver esto te terminé de convencer.

Y luego de encntrar ese video que aún tenía guardado, lo reproducí para HaNeul. Sus ojos casi salen de sus cuencas a medida que avanza el video que no tiene larga duración, pero que sí contenía fuertes imágenes.

—JiMin... —dejó salir en un murmuro al finalizar la grabación.

—Y esto sucedió hace tan sólo una semana. Ya se acostó con Park.

Sí. Esa, era exactamente esa expresión la que quería ver. Quería ver cómo ese ceño se fruncía, como su mandíbula temblaba de la tensión, cómo sus fosas nasales se expandían al tratar de tomar aire para controlarse. Que las lágrimas que con tanta facilidad corren ahora por sus mejillas no sean de tristeza, sinó de rabia. Que sus uñas se clavaran en la dura madera de la mesa y rasguñaran esta misma. Quería que HaNeul se enojara tanto para destruir a Kim como realmente se lo merece.

—Nunca me equivoqué cuando dije que era una perra. —escupió enfadada, tratando de controlar su tono de voz.

—Por supuesto que no. —dije otorgándole toda la razón.

—Le voy a...

—Descuida, Hani. —la interrumpí— Yo puedo ayudarte a encargarte de esto. —y las dos compartimos las mismas sonrisas maliciosas.

Dios... Me emocionaba con tan sólo imaginar los resultados de todo esto.

Primero, quitar a Kim del camino. Y luego, a HaNeul.

Jeon JungKook

Había llegado por fin a mi apartamento. Aunque fuese un viaje de minutos, yo lo sentí como horas con la horrible tensión que me hacía doler el estómago. Era un malestar consatante que se fue intensificando a medida que veía a HaNeul en aquél estado frente a mí, rota y agonizante. Se concentraba en mi estómago, pero también se extendía a mi pecho, incluso a mi cabeza, llegando a darme un ligero dolor que resultaba molesto.

Apenas entré a mi apartamento, caí de espaldas contra la puerta, cerrandola. Era como sentir un enorme peso aplastadome, y lentamente me deslizaba al piso.

Me sentía horriblemente culpable y hasta un idiota, porque creí que fue mi culpa. Tal vez si hubiera usado otras palabras, o si lo hubiera dicho de otra manera. Me sentía tan presionado con todo que probablemente se lo había soltado a HaNeul como una bala, y por eso la herí tanto.

Repetía una y otra vez el momento, cómo poco a poco la mirada de HaNeul se apagaba y cómo ella se quebraba. Entonces sentí ese dolor inundarme, desbordandose en pesadas lágrimas que comenzaron a caer por mis mejillas.

Debí haber hecho las cosas diferentes, me arrepentía de haberme equivocado tanto. Porque si hubiera hecho las cosas correctamente, tal vez a esta altura HaNeul estaría bien y TaeHyung no estaría enfadado conmigo. Sé que él lo seguirá estando, no me perdonará tan fácilmente, y eso me destrozaba.

Era horrible el sentimiento, saber que TaeHyung no quiere ni que respire cerca de él. Y era peor cuando pensaba en que perdí a mi mejor amigo. Pero trataba de consolarme, me decía a mí mismo que estaba exagerado, que solo debía esperar, dar tiempo. Ojalá así fuera.

Me quedo aquí varios minutos, llorabdo y comiéndome la cabeza con pensamientos negativos que solo me hacían sentirme cada vez más hundido, hasta busco mi celular en mis bolsillos y, en mi chaqueta, siento algo que al tacto me es inmediatamente reconocible. Saco mi mano para encontrarme con el pendiente de Cleo June, ese por el que casi se pone a llorar, y sonreí al imaginar lo feliz que estaría cuando se lo devolviera.

Entonces, para cuando me doy cuenta, siento los latidos de mi corazón como el cosquilleo de mariposas y mis lagrimas haber sido fácilmente reemplazadas por una sonrisa. No sé en qué momento, pero sabía que había sido gracias a una personita maravillosa que me mejoraba cualquier día y noche con solo pensarla.

Cleo June...

A pesar del momento triste que había sido, HaNeul ya no era mi novia, por fin habíamos terminado. A pesar de lo horrible que fue, la culpa que sentía ahora no era nada en comparación al peso que estuve cargando por idiota todo este tiempo. Ahora era libre, libre de levantar a Cleo June entre mis brazos y besarla tanto como quiera. Soy libre de amarla tanto como quiera.

Entonces, ¿había valido la pena todo lo que había pasado este día?

Mierda, sí. Pero por supuesto que sí. Valía la pena si significaba estar con Cleo June.

Una repentina alegría se apodera de mí al momento en el que mi mente se apresura a todo e imagina todo lo que quería hacer con ella. Pero por sobretodo, imagino el momento en el que le pido ser mi novia, y ella acepta.

Quiero abrazarla, besarla y decirle que estemos juntos. Pero en estos momentos no me sentía del todo bien con lo ocurrido con HaNeul, aunque tampoco quería esperar por ello. Esto era algo, no solo que yo quiero, sino que Cleo June también. Y no puedo detenerme a esperar sabiendo que con cada día le hago mal a ella. Así que me decidí a que mañana mismo se lo diría.

Mañana la llevaría a algún lugar, tal vez a la cafetería de gatos que descubrí hace poco, y ahí hablaría con ella.

Kim Cleo June

Okey, ¿cómo decirte esto? —SeoHyun se removió incómoda en su asiento.

Sorbí de mi pajilla, si tiendo el sabor de ese batido de chocolate que quise probar pero que no es tan bueno como el de Oreo. La miraba expectante y con los ojos bien abiertos, curiosa de saber de una vez qué era eso que tanto necesitaba decirme.

En serio, me arrepiento de no haber comprado el batido de Oreo.

—¿Por qué tanto misterio? —pregunté al ver que ella aún no parecía tener las palabras para explicar.

Se dio una última mirada con SunKo, quien asintió y la alentó a que hablara de una vez. Entonces SeoHyun suspiró, volviendo a mirarme.

—¿Recuerdas algo de la noche de tu cumpleaños?

—¿Algo como qué? —ladeé la cabeza— ¿Pasó algo que debería saber?

Intercalé mi mirada entre ambas, puesto a que después de tomar tanto todo estaba demasiado confuso en mi cabeza, sentía que incluso habían partes en blanco. Yo no recordaba nada relevante, pero ¿acaso ellas sí?

—Entre tú y JiMin.

Eso me dejaba aún más pensante.

¿JiMin? El tipo no quiere ni verme en pintura. Hasta donde sé, la única estupidez que cometí con él fue contarle lo mío con JungKook.

—Cleo June, besaste a JiMin. —dijo SunKo directamente y SeoHyun la codeó.

¿Qué?

—No se supone que se lo dijeramos así. —regañó, pero ella se encogió de hombros.

Mi mano que sostiene el batido cae con él sobre la mesa generando un golpe fuerte y seco, atrayendo la atención de ambas que me miran preocupadas.

—¿Qué? —las miré a ambas con mi ceño fruncido, confundida pero al mismo tiempo incrédula de ello— ¿De qué hablan?

—Supongo que estabas muy mal y por eso no lo recuerdas, pero... JiMin y tú se besaron.

—Ya nos hemos besado antes con ese estúpido juego de...

—CJ, —interrumpió SunKo— esto no fue por un juego.

No sé si es que la información me estaba llegando lentamente tarde, pero tuve que repetir esas palabras una y otra vez en mi cabeza para comprenderlas. Y es que no llegaba a entenderlo, no entendía cómo es que pudo haber pasado o cómo es que pude haberlo hecho.

Entonces negué, negué ese hecho. Negué repetidas veces con mi cabeza como si aquello fuera una locura, y es que sí lo era.

—¿Qué? No, yo... —traté de reír pensando que podría ser una broma, pero sus caras no me seguían la corriente, y me preocupaba aun más— A mí me gusta JungKook.

—Hay un video en mi celular donde tú y JiMin... Digamos que están en una situación algo comprometedora. —dice ella y la veo desbloquear su celular, me imagino que buscándolo.

—¿Un video? ¿Qué? —digo confundida, más que nada sin entender por qué ella tenía algo así en su celular.

—Estábamos grabando entre nosotros y aparentemente a YoonGi se le ocurrió ir a grabarlos a ustedes. —explicó SunKo.

Y de repente la pantalla del celular de SeoHyun está frente a mí, y yo la sostengo con mis manos para observar atentamente. Pasan apenas cinco segundos de ese video y ya cierro mis ojos de la vergüenza al verme en tal situación con quien se suponía era mi amigo.

Pero también me avergonzaba haber hecho algo como eso cuando tengo algo con JungKook, aun si no es oficial. Además... Casi no tengo ropa...

Una cosa era un beso inocente como el que ya no habíamos dado una vez, y me había sentido como la mierda de todas formas. Era mucho peor cuando estoy casi que tirandome encima de él y tan descubierta. No era un video largo, pero cualquiera pensaría o se haría una idea equivocada de lo que pasó después de eso.

—Lamento haberlo mirado. —dijo tomando nuevamente su celular— Pero no se lo mostré a nadie, ni siquiera SunKo lo vio.

—Es algo privado de ustedes dos.

—Ya lo viste, así que lo borraré ahora mismo. No debería tener algo así de ustedes dos, pero supuse que si no lo veías no ibas a creerme.

Apreciaba el gesto, pero la verdad siento que no importa si ese video existe o no, porque ya hice lo que hice, y me sentía horrible por ello. No entiendo cómo es que pude hacerlo cuando estoy cien porciento segura de lo que siento por JungKook, tanto que mi atracción por JiMin ya era nula. Podría decir que fue un "enamoramiento" a primera vista lo que sentí por él, pero eso ya no existía. Ya no puedo ver a JiMin como algo más que un amigo. Entonces... ¿por qué lo besaría?

Inconcientemente mis dedos rozaron mis labios con una leve caricia mientras seguía intentando comprenderlo. Pero no hay nada que comprender, era un adolescente ebria que hizo una estupidez, como siempre.

Y si yo me siento así, ¿cómo se sentirá...?

Un momento.

—¿JiMin lo sabe? —pregunté mirándolas a ambas.

—Pues... Aparentemente él recuerda más que tú. —respondió SunKo— Tal vez...

—Soy una idiota. —la interrumpí cubriendo mi cara con mis manos— ¿Por qué hice eso?

Sí. Mierda, sí. Probablemente JiMin lo sabe. Peor aún, lo recuerda.

Creo que eso explica un poco lo evasivo que es conmigo, debe ser incómodo verme a la cara recordando que hicimos algo como eso.

Qué estúpida.

¿Qué se supone que haga ahora? ¿Esperar a qu pase o debería hablar con él de eso? Tal vez él no quiera, tal vez se le hace demasiado incómodo.

—Tomaste demasiado, no sabías lo que hacías.

—Sigue siendo mi culpa por no ser responsable de mí misma. —dije descubriendome la cara.

—No seas tan dura contigo misma, nena. —la mano de SeoHyun se acercó para tomar la mía sobre la mesa como forma de consuelo.

Claro que sí. ¿Cómo no serlo cuendo siento que... traicioné a JungKook? No me importa si lo es o no, yo lo siento así.

¿Cómo miro yo a JungKook ahora sabiendo lo que hice con JiMin? Tal vez no seamos novios, pero a mi se me cae la cara de vergüenza con solo imaginarlo.

—Debo decírselo a JungKook. —digo decidida.

—¿Qué? —hablaron ambas al mismo tiempo totalmente asombradas de mi repentina desición.

—¿Por qué? No están en una relación por cosa de él. —dijo SeoHyun— Es decir, no es como que sea una infidelidad. Puedes hacer lo que quieras.

—Lo sé, lo sé. Pero... No lo sé... —me encogí de hombros con timidez— Yo siento que sí somos algo. Además, por cuestión de estar en paz conmigo misma y no sentirme tan culpable quiero hacerlo.

—Estás loca, nena.

Probablemente.

—Para mí está bien. Si te sientes así y quieres ser sincera, házlo. —intervino SunKo— Pero si ese idiota se enoja contigo, patéale las bolas. —y las tres soltamos una carcajada al mismo tiempo.

—Estoy de acuerdo. Que no olvide que él sigue con HaNeul.

—No lo condenen sin haber llegado el momento. Además, JungKook es alguien con quien puedo solucionar todo dialogando. Es más maduro que yo.

—¿Solo dialogando? —me codea SeoHyun, arruinando así mis tiernos pensamientos con los suyos fuera de lugar.

—No seas estúpida. —le devolví el empujón entre risas.

—Por cierto, ¿qué son esos papeles? —señaló ese pequeño montón que había dejado a un lado de la mesa y boca abajo para que no se viera lo que había. Mi cara casi que hierve de la vergüenza con tan solo pensar en decírselos.

—Bueno... —acomodé mi cabello nerviosa. Es que era vergonzoso decir algo como esto— El cumpleaños de JungKook es en septiembre y ya tengo un regalo en mente. Imprimí fotos nuestras para ponerlas en un álbum y regalárselo.

Dios... Qué cursi me oí, aunque valía la pena si sabía lo mucho que le iba a gustar a JungKook. Yo le habia dicho que podríamos hacer nuestro propio álbum de fotos y... Bueno, este es un comienzo.

—¿O sea que son fotos de ustedes? —tímidamente asentí, y los ojos de SeoHyun brillaron emocionados— ¿Puedo verlas?

—¡No! —alcé la voz mientras las cubría con mis brazos— Es vergonzoso.

—Vamos, Cleo, somos tus amigas. —insistió SunKo.

—Hay fotos vergonzosas aquí. Olvídenlo. —dije mientras negaba repetidas veces con la cabeza.

—Aburrida. —resopló SeoHyun y con un ligero puchero en sus labios miró hacia otro lado indignada.

Que se ofendan cuanto quieran, no iba a mostrar estas fotos.

En eso se oye vibrar mi celular sobre la mesa, por lo que rápidamente lo tomo y veo en él una llamada entrante de HoSeok. Me extraña esta repentina llamada, pero de todas formas no demoro en contestar mientras las chicas beben de sus bebidas

—¿Hola?

—CJ, debo decirte algo. —HoSeok se oye preocupado y nervioso.

—¿Qué pasó?

—Es sobre EunRin. Ya sé por qué se fue antes. —calló unos segundos en los que no hablé, pues habiendo captado así mi atención me quedé en silencio para que me lo dijera— La suspendieron.

Casi me ahogo con mi batido, llegando a toser solo un par de veces.

—¿Qué? —dije apenas me recuperé— ¿Cómo es eso? Explícate.

—Lo que oyes. JungYul apareció con golpes en la cara, ella y otras personas que lo vieron afirman que fue EunRin, por eso la llamaron a dirección.

¿JungYul y... otras personas? O sea, ¿realmente pasó? No, la verdad que no me lo creía.

—¿Dices que en serio Rin hizo algo como eso? —cuestioné incrédula— Por Dios... Rin no es capaz.

Indignada levanté la mirada, viendo como las chicas parecían estar pendientes a mi conversación, pero al no poder oír a HoSeok no parecían entender nada.

—Lo sé. Hablé con ella y dijo que no lo hizo. Pero no entiendo por qué JungYul y otras personas afirman que sí. Además, EunRin la vio y dijo que los golpes de Yul son reales, o sea que alguien sí la golpeó.

—No entiendo nada. ¿Quién se metería con JungYul siendo ella... tan querida?

Yo tampoco tengo idea.

Y es que era difícil pensar a JungYul con algún enemigo cuando la chica es tan dulce y buena con todos. Para el poco tiempo que llevaba JungYul aquí había hecho muchos amigos. Al ser alguien tan tierna, dulce y amable no le costó ser querida por tantos. Podría decir que casi todos en su clase son sus amigos, y varios más de otras clases también. Tal vez lo único que se me podría ocurrir es alguna chica celosa de su popularidad pero... No lo sé.

—¿Y Rin?

—Sus padres la castigaron.

—¿No le creyeron? —pregunté asombrada, y es que no me lo vería venir de personas que conviven todo el tiempo con ella y que deberían saber mejor que nadie cómo es Rin.

—No. Pero ¿podrías hacerme un favor e ir con ella? Tú y las chicas. Sus padres no están, regresan mañana, así que está al cuidado de sus hermanos. JongHo las dejará verla.

—Por supuesto que sí, ahora mismo iremos. Solo pásame la dirección de su casa.

Gracias, Cleo.

Y rápidamente colgué, apenas lo hice me levanté de mi asiento tomando mis cosas.

—¿Qué pasó? —preguntó SeoHyun imitando mi acción.

—Suspendieron a Rin por supuestamente golpear a JungYul. Debemos ir a su casa. —expliqué apresuradamente.

Las chicas no terminaban de entender nada, pero sinceramente yo tampoco, porque la verdad que no sé cómo pudo pasar algo así. De todas formas, intenté explicarles y aclararles lo que HoSeok me había dicho mientras íbamos camino a casa de Rin.

Ya estaba el chófer de SeoHyun afuera de la cafetería, por lo que no demoramos en tomar camino y llegar a nuestro destino. Bajamos del auto en cuento estábamos frente a esa florería y al entrar a esta se oyó el tintineo de una campana, atrayendo así la atención del chico en el mostrador.

—¿Son amigas de Rin? —preguntó e inmediatamente todas asentimos— Soy su hermano mayor, Choi JongHo. —se presentó con una leve inclinación.

—Soy Kim Cleo June. —me presenté de la misma forma.

—Kim SunKo.

—Song SeoHyun.

—Vengan por aquí. —nos señaló para que lo siguieramos por una puerta que estaba cerca del mostrador— No sé qué pasa por la cabeza de mis padres, pero sé que Rin no hizo nada.

—Nosotras también estamos seguras de eso. —respondí mientras íbamos detras de él.

La puerta conducía a un pasillo que comienza a ser parte de la casa de EunRin, y subimos las escaleras que hay al final de este, las cuales conducen a un pasillo del piso de arriba que no se nos fue necesario recorrer, ya que aparentemente la habitación de EunRin era la primera puerta.

—Es aquí. —dijo parándose frente a su habitación— Por favor no hagan mucho ruido. Mi hermana mayor está estudiando y si sabe que vinieron amigas de Rin se enojará.

¿Su hermana? ¿O sea que su propia hermana tampoco cree en ella?

—¿Eres el único que cree en ella? —pregunté con lástima.

—Tristemente. —respondió el chico con una mueca— De todas formas, gracias por venir a verla.

Nos saludó por última vez antes de irse, y cuando lo hizo SunKo dio tres pequeños golpes en la puerta, pero Rin no contestó.

—¿Seguras que está aquí? —preguntó SeoHyun.

—Por algo su hermano nos trajo aquí.

—Sí, pero...

—Rin... —lo intenté yo esta vez, golpeando delicadamente la puerta— Soy Cleo, tu super duper hiper mega fantastic boom amiguis.

Al nuevamente no conseguir respuesta me arriesgué en abrir yo misma la puerta con éxito. No me importó si estaba mal o no, entré de todas formas con las chicas detrás de mí. Para nuestra sorpresa, la habitación estaba vacía.

—¿Dónde está? —pregunté, aunque obviamente las chicas tenían la misma duda.

—¿EunRin, estás aquí? —y nada. No obteniamos respuesta, y yo comenzaba a dudar de que estuviera aquí— ¿Y si está en el baño? —supuso SeoHyun.

Pero antes que nada, quise probar mi último intento.

—¿Cómo hace el teléfono? —pregunté y esperé unos segundos en silencio.

—Rinrin... —se oyó débil y desanimada esa respuesta, pero de todas formas fue lo suficiente como para ubicarla tras las puertas de lo que parecía ser un armario.

Abrí la puerta corrediza solo para encontrarme con EunRin hecha una bolita en el piso, rodeanado sus piernas con sus brazos y ocultnado su rostro entre sus rodillas.

—Oh... Pequeña... —dijo SeoHyun con lástima.

Era imposible no sentise mal al ver a Rin de esa forma, tan decaída, triste y deprimida. Ella estaba ahí, tan indefensa, escondida en ese rincón. Se nota lo mal que la estaba pasando.

—Cierren la puerta, por favor. —masculló con la voz temblorosa, haciéndome notar que aún recientemente estuvo llorando.

El lugar no era un armario, era solo un pequeño espacio vacío con tenues y cálidas luces decorativas. También adoraba al lugar almohadas, peluches de animales, y algunos stickers pegados en la pared. Parecía lo que sería un escondite para EunRin. Entramos ahí, ya aue tenía un espacio suficiente, y nos sentamos cada una sobre una almohada, las chicas en frente y yo al lado de EunRin para que ella me abrazara.

—¿Quieres contarnos cada detalle de lo que pasó? —le propuse.

EunRin suspiró y limpió sus ojos húmedos antes de empezar.

—Me llamaron a la dirección, tu lo sabes porque estabas conmigo. —asentí— Cuando llegué, JungYul ya estaba ahí, con golpes en la cara. Me preocupé y quise preguntarle qué había pasado pero... ella solo se alejaba de mí. Entonces el director me preguntó si yo había sido responsable de ello, y obviamente me negué. Yo no hice nada.

—Lo sabemos, nena.

—Pero JungYul me contradijo, y con ella otras dos chicas que estaban con ella. Ellas dijeron que me vieron golpearla en los baños, que intentaron detenerme.

—¿Otras chicas? ¿Quiénes? —preguntó SunKo.

—Una se llamaba ChaeYoung. Hablaban de JungYul como si fuese su mayor, así que creo no son de nuestro grado. —explicó, pero las chicas y yo nos miramos sin tener idea de quiénes podrían ser esas dos.

—¿Y tus padres?

—Mis padres me gritaron por teléfono. —y apenas decir aquello ya comenzaba a llorar otra vez— Dicen que hice eso por culpa de ustedes, porque son una mala influencia. Pero no lo son.

—Tú no hiciste eso, Rin. —la consolé con caricias en su cabeza.

—Todos creen que sí.

—Nosotras creemos en ti, tu hermano mayor también, y HoSeok también. De seguro lo chicos también creerán en tí.

—Eres una buena chica, Rin. —le sonrió SeoHyun— Tú no haces cosas malas.

Eso la había hecho sonreír levemente.

—¿Por cuánto tiempo te suspendieron?

—Una semana. Probablemente no pueda volver a verlas hasta el próximo lunes, mis padres no las dejaran ni siquiera venir a verme.

—¿Me estás jodiendo? Eso es injusto. —me quejé.

En serio, no podía ser que sus propios padres no quisieran molestarse en ir a la institución a defender la obvia inocencia de su hija.

—¿Por qué JungYul mentiría? —cuestionó SunKo con una mirada pensante.

—Se lo preguntaremos mañana a ella. —aseguré molesta por tales mentiras de una supuesta amiga de Rin. Pero mañana la confrontariamos. Podrá ser tan tierna como quiera, pero que Rin llore de esta forma es imperdonable.

—Tal vez está siendo amenazada por alguien y la obligaron a mentir.

Esa teoría de Seo podría llegar a tener sentido, pero... ¿Por qué amenazaría alguien a JungYul?

—Ella hoy quiso hablar contigo, ¿sobre qué fue?

Rin pensó unos momentos recordándolo.

—Me pidió ayuda con HoSeok, porque a ella le gusta mucho. En serio, solo hablamos. Ella no se veía molesta ni nada. —y lentamente su cabecita descendió— No entiendo por qué mintió. —habló deprimida.

Oh, no. Pero claro que esto no se iba a quedar así.

—Descuida, Rin. —palmeé su espalda— Trataremos de arreglar esto.

—Por favor no se metan en problemas. —pidió con los ojos cristalizados, mirándonos a todas con temor.

—No te preocupes por eso, nena. Solo vamos a aclarar el malentendido.

—Por cierto... —interrumpí la conversación, recibiendo así la atención de todas— necesito ir al baño.

No me juzguen, es culpa de ese batido.

EunRin me explicó que en este piso había un baño, solo debía seguir el pasillo hasta la segunda puerta a la derecha. Entré, pude hacer mis necesidades en paz y luego me refresqué el rostro. Tengo calor.

Antes de salir me tomo la molestía de revisar mi celular y ver que tenía un mensaje de JungKook, fue enviado hace unos minutos, no mucho.

Jeoni💕
- Preciosa ¿puedo llamarte?

- <3

Aww, qué tierno es.

Perdón, Jeoni -

Es que estoy con mis amigas -
tratando de resolver un problema

Pero te llamaré apenas llegue -
a casa

Solo tuve que esperar unos pocos segundos para recibir una respuesta de su parte.

- Te esperaré <33

<33333 -

Vamos, Cleo June. Deja al chico y ve a consolar a tu amiga.

Guardé mi celular y salí del baño, pero apenas abrí la puerta, me di cuenta que del otro lado de ella había una chica que estaba justo a punto de entrar, pero saltó hacia atrás al ver mi inesperada presencia.

—¿Quién eres y qué haces en mi casa? —dijo molesta y alterada.

—Soy... amiga de JongHo. —mentí, suponiendo que esta era la hermana de Rin y que ese chico dijo que se molestaría si se enteraba que estábamos en la casa.

Creí que mi mentira fue convincente, hasta que me doy cuenta que ella mira atentamente mi uniforme y el logo de este. Ay no, era obvio que soy del mismo instituto aue Rin. Sonrío falsamente y sin decirme nada, a pasos furiosos, ella se dirije a la habitación de EunRin.

Voy detrás de ella preocupada y me asusto cuando azota la puerta de la habitación de Rin contra la pared al entrar, seguidamente también es brusca al abrir la puerta del escondite de Rin, viendo ahí a las chicas que la miran asombradas.

—¿¡Qué hacen todas estas personas aquí!? —grita ella y veo como EunRin se pone a llorar cuando su hermana la saca jalandola del brazo— ¡Salgan de ahí!

Oigo rápidos pasos subir las escaleras y en cuestión de segundos, el chico JongHo ya está entrando a la habitación de Rin.

—EunJin, déjame explicarte. —dice él.

—Mamá y papá fueron muy claros cuando dijeron que ningún amigo de EunRin podía venir. Está castigada, JongHo. ¿Entoendes eso? ¿Tienes sentido de la responsabilidad? —comenzó a discutir con su hermano sin soltar el agarre de Rin que cada vez ka hacía llorar más.

—Sabes perfectamente que esto es un error.

—Esto es una orden de nuestros padres. —seguidamente nos miró a nosotras— ¡Salgan ahora mismo de mi casa!

—EunJin...

—Llamaré a mamá ahora mismo si nadie sale de la casa. Y tú —zarandeó a Rin— estarás en problemas muchísimo más grandes.

Puedo jurarlo, estuve a punto de soltarle un golpe a esa chica para que soltara a Rin. Sea su hermana mayor o no, no era necesario tratarla de esa forma. Pero tanto SunKo como SeoHyun, que sabían que eso podría hacer las cosas más difíciles para Rin, me detuvieron.

—Descuida, ya nos vamos. —dijo SunKo por nosotras— Adiós, Rin.

Y entre las dos me llevaron a las escaleras, las cuales baje en contra de mi voluntad, porque hervía en ira al irme y escuchar a mis espaldas los gritos de esa chica, sabiendo que hacía llorar a Rin.

—Dios... Su hermana es una loca. —dijo SeoHyun estresada en cuanto salimos de esa casa por la puerta de la florería.

—Insoportable. —apoyó SunKo.

Eso era poco. Volvería solo para goloearle la cabeza contra una puerta. Estaba enojada, pero no tenía mucho para hacer.

—¿Y ahora qué?

—Supongo que cada una a su casa. —me encogí de hombros.

—Llamaré a mi chófer. Esperen conmigo y las llevaré a casa.

SunKo y yo esperamos con ella, ya que su chofer se había estacionado en otro lado, pero no demoró mucho en regresar. Nos subimos todas al auto y fue cuestión de minutos para que cada una llegra a su casa. Primero dejó a SunKo y luego a mí. Me despedí de Seo al bajar del auto y al llegar a mí casa sentí el delicioso aroma de la cena que aún se estaba preparando.

Mamá está haciendo hamburguesas, oh sí.

No quise ir a la sala porque aparentemente ahí estaban todos y aún se me hacía incómodo estar cerca de Aileen, por lo que preferí irme directamente a encerrarme en mi habitación hasta que la comida estuviese lista.

Apenas me dejo caer boca arriba sobre mi cama, recuerdo el mensaje de JungKook, le había dicho que lo llamaría. Emocionada por hablarle a mi amorcito saqué rápidamente mi celular y ni siquiera se lo consulté, directamente lo llamé.

—Jeonie. —digo feliz cuando el contesta la llamda.

Kimi. —me recibe su dulce voz— ¿Cómo estás, hermosa?

—Algo estresada. Salí  con las chicas y... Bueno, pasaron cosas. —dije por no explicar todo el alboroto que con tan solo recordarlo se me crispan los nervios.

¿Pelearon?

—No, no. Fue... algo complicado.

Si quieres mañana me cuentas. Porque, de hecho, te llamaba para invitarte a salir después de clases.

Mi corazón revoloteó con esa invitación tan repentina.

—¿Mañana? —pregunté emocionada al mismo tiempo que millones de preguntas pasaban por mi mente, como ¿a dónde iremos? ¿cómo debería vestirme? ¿qué vamos a hacer?

Sí. Te llevaré a un lugar bonito. Tengo algo importante para decirte. —dijo y por su tono animado podía deducir que estaba sonriendo hermosamente.

¿Decirme algo? Eso me ponía nerviosa, pero su forma de decirlo me hacía saber que no era algo malo, todo lo contrario, lo hacía sonar como algo maravilloso. ¿Y qué puede ser tan maravilloso? Que me proponga vivir juntos en un castillo de nacho, eso es seguro.

—Mírate, ya todo un experto en citas. —reí, en parte asombrada de su iniciativa, esa que le costó tener para pedirme nuestra primera cita. De todas formas, esta supongo que también era una oportunidad para decirle lo sucedido con JiMin. Wow, sentí un horrible malestar en el estómago con solo pensar en eso— Qué bien, porque yo también necesito decirte algo.

¿Es algo importante? ¿Qué es?

No, claro que no le diría por teléfono «me besé con JiMin en mi cumpleaños». Se lo diré correctamente a la cara.

—Prefiero hacerlo frente a frente. —dije algo incómoda de imaginarlo. Porque de todas formas, sería un momento horriblemente tortuoso.

¿Es algo malo? —preguntó, supongo que al ya haberlo deducido por mi tono de voz.

—Podría decirse que sí. Yo lo siento como algo malo, pero fue algo que yo hice. —aclaré eso último para que no se preocupara de más.

¿Qué cosa?

—Espera a mañana, Jeon. No me resoples en el micrófono. —regañé cuando el aire que había soltado genero un ruido molesto— Además yo también tengo que esperar a que tú me cuentes algo.

Te aseguro que te hará muy feliz. —volvió a utilizar ese tono tan vivo y alegre.

Mierda, me mata la curiosidad saber qué es. Si es el castillo de nachos... Sería hermoso.

—No digas eso, me da más curiosidad. —me quejé y oí su risa perversa a través de la llamada— ¿Tú cómo estás?

De maravilla, —dijo que forma de suspiro— sobretodo esperando a mañana para verte.

Tiene una gran facilidad para sacarme sonrisas.

—Hoy no me volteaste a ver ni una sola vez. —reproché con falsa indignación.

Tú no me miraste a mí.

—No, tú no me miraste a mí.

Te aseguro que te estuve viendo porque sé que fuiste tú la que arrojó ese lápiz que casi golpea al profesor por intentar hacer una catapulta. —se me escapó una carcajada recordando ese momento, porque había sido muy gracioso. Ese lápiz salió volando como proyectil— Ingenias muchas cosas en clases.

—Bien, de acuerdo, te creo. Sí me estuviste observando. —increíblemente, le había cedido la victoria a JungKook.

Todo el tiempo, preciosa.

—Eso suena aterrador, Kookie. Pareces un acosador. —reí junto a él— ¿Estás por dormir o quieres que te haga compañía telefónica?

La verdad es qu hoy fue como estar sin JungKook todo un día, y estar sin JungKook un día es tortuoso, así que lo compenso con esta llamada y por lo menos puedo oír su voz. Tal vez le pida a mamá que me traiga la comida al cuarto con tal de seguir hablando con JungKook.

Me gustaría escucharte tanto como pueda ya que hoy ni siquiera he podido besarte.

Parece que JungKook estuvo sufriendo tanto como yo.

—No te juzgo, yo también lo necesito. —me lamenté con desánimo, pensando el lo mucho que me encantaría tenerlo acostado aquí a mi lado, abrazándome, mimándome y dándome besitos. Pensarlo solo me tortura más. Creo que JungKook y yo estamos en esa etapa de toda relación en la que sentimos necesidad de estar uno al lado del otro las veinticuatro horas del día. Solo espero que en algún momento se termine esta fase— No tienes idea de lo feliz que estoy de que las vacaciones estén por empezar. —cambié de tema mientras estiraba mis hombros para relajarme.

Me lo imagino, estás hace tiempo deseando tu "merecido descanso".

—Me lo merezco. —aclaré. Tal vez no sea la mejor alumna, pero mi esfuerzo estuvo— ¿Qué harás en las vacaciones?

¿No es obvio? Estar contigo. —a esa respuesta sonreí tan complacida como un niño— ¿O acaso tú tienes otros planes?

Reí mientras retorcía una mechón de cabello en mi dedo índice, pensando todo lo que quería hacer con él en el verano, principalmente estar encima de él la mayor parte de día y la noche.

—Curiosamente, mi plan principal era pasármela en tu apartamento. Besarte, molestarte, quejarme, volver a besarte y principalmente seducirte. —expliqué como si fuese el la idea más elaborada de toda mente criminal.

En ninguna de las que mencionaste necesitas esforzarte, especialmente en la última. —me estremecí cuando al final utilizó un tono más grave y aireado, haciéndome suspirar encantada de su masculinidad.

—Dices eso y en nuestra cita me dejaste con las ganas. —le recordé ofnedida aquél momento en el que, justo cuando me tenía tan arriba, me dejó caer. Fue un sucio juego con mis sentimientos, que conste.

Tú me dijiste virgen. —se defendió.

—Y sí lo eres. —un pesado resoplido de su parte me hacía saber que estaba jugando con mi vida, así que de alguna forma la tenía que arreglar— Así te adoro, Kookito. Puro como pan bendito. —y le lancé un beso.

Idiota. —dijo riéndose de todas formas— ¿Quieres contarme eso tan complicado que te pasó?

—Pues... A Rin la suspendieron por supuestamente golpear a una chica. No es cierto, pero aparentemente hay personas que la vieron y... ¡Ahg! —bufé molesta— Es muy estresante pensar en eso. Es injusto.

¿La chica fantasía? Parece inofensiva.

—Y lo es. —afirmé— Mañana trataré de averiguar algo sobre las chicas que vieron lo que supuestamente sucedió.

¿Y sabes algo de esas chicas?

—Son dos, una se llama ChaeYoung y son menores, según Rin.

Él pareció pensar unos segundos.

Veré si puedo ayudarte.

—¿En serio? —pregunté asombrada, sin creer que JungKook se fuera a entrometer en algo como esto para ayudarme. Estoy segura de que intentar saber quiénes son esas chicas será algo tedioso— Gracias, Kookie. —hablé haciendo de mi voz más aguda, lo cual lo hizo reír.

Lo que sea por verte feliz.

—Tú me haces feliz. —dije e inmediatamente casi me vomito encima de lo cursi que fui.

¿En serio? Entonces ten. —e inmediatamente mi celular vibró— Algo que no te quite la sonrisa.

Voy al chat de JungKook, viendo que me había mandado una foto, y podría haberseme caído la mandíbula si no fuera porque estaba acostada. Era una foto de él, aunque solo llegaba a versele la barbilla, sin camiseta y mostrandome todo su abdomen perfecto, aparentemente estando él recostado sobre su sofá.

Ya sé, ya sé. Duermo generalmente encima de ese abdomen, pero... verlo a través de una foto, en esa pose, y sabiendo que en estos momentos no lo tengo a mi disposición... Era una tortura. Aprete mis labios, haciendo de estos una fina línea, mientras mordía el inferior tratando de reprimir mi risa nerviosa. Esto podría considerarse como una foto provocativa.

Por un segundo incluso me olvidé de que estaba en llamada y apretando mi celular contra mi pecho, suspiré.

—JungKook... —y me quedo callada sin saber que decir, pero inmediatamente escucho sus risas.

Me muero por ver tu cara. ¿Te pusiste nerviosa, bonita? —preguntó burlón.

Oh, ¿así que se estaba burlando? Muy mala idea por parte de JungKook cuando ambos sabemos perfectamente el virgen tímido que es en realidad. Este era un juego de dos.

No demore en quitarme el saco del uniforme y únicamente desabotonar mi camisa, dejando al descubierto mi sujetador, al cual, intencionalmente, bajé de forma sútil las tiras por mis hombros y lo corrí tan solo un poco hacia abajo. Así, viéndome a través de mi cámara frontal, veía como mis senos quedaban provocativamente más expuestos. Tan solo moví ligeramente mis caderas a un costado, dándole así un sexy movimiento a estas mismas y a mi cintura, y entonces tomé la foto.

—Casualmente estoy igual que tú. —dije apenas apreté el botón de enviar y me quedé en total silencio a la espera de su reacción. No pude aguantarme a carcajear verdaderamente alto cuando lo oí atragantarse con su propia saliva— Tómalo como una recompensa por ayudarme, Kookie. Si quieres más solo pídelo, y dime si quieres con más o menos ropa. —enfatisé en esto último con un tono mucho más suave y seductor que únicamente lo provocó más.

Oía cómo su respiración se volvía más pesada, me imagino que viendo aún aquella foto con ambos ojos bien abiertos sin querer que se le escape el más mínimo detalle.

Me tienes mal, Cleo. —dijo sin poder evitar suspirar de la satisfacción.

—Y eso que no viste la parte de abajo. —dije con una ligera risa malintencionada al saber que eso solo lo torturaría más.

...

Les juro que es extraño, llegar al instituto y no ser recibida por un abrazo de oso de Rin. Ya JiMin era lo de menos, su berrinche pasaba a segundo plano cuando pasaba algo tan grave como esto, incluso para él, pues fue capaz de tolerarme cerca en cuanto se enteró por HoSeok de lo sucedido. Estábamos en el pasillo hablando de eso, y todos llegamos a la misma conclusión; EunRin no era capaz de hacer eso.

Simplemente pensarlo era ridículo, absurdo. ¿Alguien se imagina a EunRin golpeando a alguien? Ella misma lloraba desconsolada el día de ayer por tal acusación, pero era una locura cuando habían supuestos testigos del hecho.

Esto ya suena a un caso de juzgado.

Por eso, nuestro objetivo el día de hoy era hablar con JungYul, si es que vino a clases. No pensé en que, debido a los golpes, hoy podría haber faltado. Pero bueno. Esto es algo que propusimos arreglar yo y las chicas. JiMin con sus desequilibrios emocionales últimamente por JungKook, YoonGi que es un hijo de puta sin filtros, y HoSeok alterado tanto por la situación, temía que pudiera pasar que los llegara a meter en problemas a ellos, como injustificadamente le sucedió a Rin.

Estaba con las chicas vigilando el pasillo, cerca del casillero de JungYul a la espera de que ella se acercara a él antes de que tocara el timbre de entrada. Habíamos llegado algo temprano, así que estábamos esperando pacientemente. Por un momento llegué a pensar en rendirme, pero justo en ese momento es que SunKo me señala a JungYul caminando por el pasillo en compañía de su grupo de amigas. Todas esas chicas iban ak rededor de ellas como si trataran de cuidarla, como si JungYul fuese algún tipo de niña indefensa.

Vamos, solo son... dos golpes como máximo, tampoco es como que no pueda caminar.

El rostro de JungYul se veía deteriorado por el hematoma violeta en la parte inferior de su ojo izquierdo y su labio partido del lado derecho. En mi opinión, los golpes e ven reales.

—¡JungYul! —llamé cuando ella se aproximaba a su casillero, deteniéndose al oírme y verme acercándome junto a las chicas.

—Alto. —dijo una de las amigas de JungYul poniendo su palma frente a mí y haciéndome frente con una mala cara— ¿Qué quieren ustedes?

—¿Disculpa? —arqueé una ceja.

Dios, qué tipa que ya quiero golpear.

—Son amigas de esa loca que golpeó a Yul, ¿no es verdad? ¿Creen que permitiremos que se le acerquen? —se cruzó de brazos, siendo respaldada por otras dos que también dejaban a Yul detrás de ellas.

—Sólo queremos hablar con JungYul sobre el incidente. —intervino SunKo.

Entonces las chicas voltearon a ver a JungYul, quien bajó su cabeza y temblando, como si tuvira miedo, habló.

—Yo... Sinceramente no quiero hablar de eso ahora.

—Ya lo oyeron. —dijo la gorilona principal mirándonos otra vez— Larguense.

—Una extra como tú no me dará órdenes. —habló asqueada SeoHyun— A un lado, mamut de seguridad, y déjame hablar con la chica.

Okey, Seo ya perdió la paciencia.

—¿Qué dijiste, perra?

¿Excuse me? —llevó una mano a su pecho ofendida.

—Te llamé perra, perra.

—Lagarta escamosa.

—Basta. —interrumpí la pelea de ambas chicas, ya que discutir con la manada de monas no era el objetivo, así que me dirijí a Yul— JungYul, por favor. Tú y yo sabemo perfectamente que EunRin no es capaz de algo así. Sólo queremos saber qué pasó realmente.

—¿Realmente? ¿Insinúan que JungYul miente? —otra vez esa chica se entrometía apartándome de JungYul— Lo que pasó fue que la rarita amiga suya golpeó a JungYul. ¿Son idiotas o acaso no le ven la cara? Mira su ojo. —señaló.

—Ya vimos su ojo, imitación barata. Deja de meterte en la discusión.

—¿Imitación barata?

SeoHyun rió acomodando su largo cabello rubio y estirando su brazo, mostrando en él un carísimo reloj Gucci.

—Esa baratija es una imitación. Compara la calidad, cariño. —dijo señalando el casi idéntico reloj que la otra chica también llevaba en su muñeca.

—El mío es original. —contradijo la chica.

—Nena, me rodeo de accesorios de lujo todo el tiempo y seguramente tu casa vale la puerta de mi entrada. Puedo arrancarme los ojos y aun así sabría que esa cosa no vale ni medio won. —se burló.

—JungYul, ¿alguien te está amenazando? —nuevamente dejé de lado la discusión.

—Cállate, JungYul no mintió.

—No estoy hablando contigo. —practicamente le gruñí en la cara a esa chica molesta.

—JungYul. —llamó esta vez SunKo.

—¡EunRin sí me golpeó! —gritó sorpresivamente JungYul, aparentemente también ya harta de tantas discusiones y mentiras— No estoy mintiendo, no lo haría con algo así. —levantó la mirada dejándonos ver sus ojos inundados en lágrimas.

—Miren lo que ustedes y sus falsas acusaciones de mierda provocan. —nos recriminó una de sus amigas— Yul, tranquila. No llores.

Entre todas la abrazaron, tomaron su mochila y libros, y volvieron a caminar al rededor de ella actuando como escudo. Nosotras nos quedamos ahí paradas, pero notabamos que muchos en los pasillos que presenciaron lo recientemente ocurrido nos miraban mal. Nos señalaban y hablaban como si nosotras hubiéramos hecho algo malo.

Malditos idiotas. Qué molestos que son.

...

—¿Y ahora qué? —preguntó SunKo cuando ya estabamos en la hora del receso.

Las tres estábamos en el patio, reunidas bajo un árbol haciendo poses cool; yo estaba sentada en el piso de espalda contra el árbol, con una de mis piernas extendidas y la otra flexionada, apoyando mi codo sobre esta y dejando colgar mi brazo; SeoHyun estaba sentada, cruzada de piernas elegantemente sobre una banca a mi lado; y SunKo estaba de pie, a mi otro lado, apoyándose de costado contra el árbol y cruzando sus piernas. Éramos como un trío de maleantes detectives, decaídas porque fallamos en nuestra primera misión, pero compartiendo unos buenos yogurts de vainilla. Son con temática de los Minions.

Suspiré luego de comer una cucharada de mi postre.

—No lo sé.

—Ni siquiera sabemos quienes son esas chicas que supuestamente vieron todo. —dijo SeoHyun de mala gana mientras raspaba los bordes de su vacito de yogurt.

—Esto es un desastre. —murmuré.

—Deprimirnos mientras comemos yogurt tampoco es como que aporte mucho.

—Oye, oye, oye, SunKo. —la interrumpí— Para que conste, no estamos perdiendo el tiempo. Es un descanso, ¿okey? Nos recargamos con energía para el plan B de la misión.

—Y ese plan B es... —dijo esperando a au completara la frase.

—No tengo idea. —y tranquilamente llevé a mi boca otra cucharada de yogurt, oyendo a las chicas suspirar rendidas— No me juzguen, todos saben que no soy una chica de planes. —reí.

Tontos.

Entonces mi celular vibró indicándome un mensaje.

Jeoni💕
- Las chicas son Im ChaeYoung
y Kim JooAh, de segundo grado

¿Qué? ¿Cómo?

¿Cómo sabes eso? -

- Estaban hablando en el
pasillo sobre lo que vieron

- Y casualmente yo estaba ahí

¡Maldita sea, ando de buena suerte, oh sí!

Te adoro, guapo -

Hoy te ganas más fotos -

<33 -

Ni esperé a su respuesta cuando apagué el celular y brinqué de alegría, llamado así la atención de las chicas.

—Ya sé quienes son. Im ChaeYoung y Kim JooAh. Son de segundo. —reí con burla— Ja, son solo unas mocosas.

—Espera, —me detuvo SunKo— ¿cómo lo sabes?

—JungKook acaba de decírmelo. Le conté el chisme y bueno... me ayudó. —sonreí enamoradiza.

—Luego babeas por tu Romeo, Julieta, tenemos que ir por esas chicas. —me devolvió a la realidad con un ligero empujón y nuevamente brinqué sabiendo que debíamos apresurarnos.

Y ahora las tres nos encaminabamos hacia la clase de esas chicas que, gracias a JungKook, también pude descubrir. Ja, prácticamente él hizo todo el trabajo. Soy una gran detective.

Nos paramos literalmente al lado del salón de clases de esas chicas, preguntándole a cada estudiante que entraba si habían visto a ese par de arpías mentirosas. No fue difícil, solo un par de personas hasta que una chica nos señaló a esas dos viniendo por el pasillo, ambas tomadas del brazo una de la otra como par de mejores amigas.

—Víboras rastreras. —murmuró SeoHyun.

Estaba a punto de ir por ellas, si no hubiera sido porque el timbre nos detuvo.

Maldición.

Bien, bien. Felicidades, malditos par de buitres, ganaron la primera ronda. Pero en la segunda... Ja... En la segunda lo lamentarán.

Las maté con la mirada, obvio ellas no se dieron cuenta, pero mi intención asesina estuve. Las machaqué y lentamente retrocedí con las chicas, cediendole a ese par de arpías una victoria temporal.

...

Segundo timbre. Oh shit, here we go again.

—Hey, ¿qué se supone que vamos a hacer exactamente? —pregunté mientras íbamos de camino a la clase de esas chicas— Porque mi plan todo este tiempo era golpearlas. —inmeditamente recibí una mala mirada de ambas.

—Se supone que primero hablamos con ellas y no dicen por qué mintieron. —me aclaró SunKo.

—Oh... Claro...

Aparentemente esas chicas no estaban en su clase, ya habían salido, obviamente. Pero no creo que sea difícil encontrarlas, por lo menos ya sabemos sus rostros.

Y ahí estaban, no sé quien era quién exactamente, pero eran Im ChaeYoung y Kim JooAh. Ambas sentadas en una banca del patio, hablando y riendo de vaya a saber Dios qué.

—Vamos. —SunKo fue la primera en reaccionar e ir hacia las dos chicas menores, siendo seguida por SeoHyun y yo— ¡Hey! —las llamó estando a un par de metros de distancia.

Las chicas voltearon a vernos confundidas sin tener idea de quiénes somos. Y claro, ja, somos chicas grandes.

—¿Im y Kim? —pregunté yo al par que luego de lanzarse miradas lentamente asintieron.

—¿Ustedes quienes son? —preguntó una de ellas de cabello más corto.

—Somos de último año, amigas de la chica a la que acusaron de golpear JungYul.

Tras la breve explicación de SeoHyun, los ojos de ambas chicas se abren sorprendidos y nuevamente se lanzan miradas complices. Parece que no son chicas del todo rudas.

—Nos gustaría que nos dijeran lo que exactamente pasó. —pedí con falsa amabilidad, pues prefería quitarles la verdad a golpes.

—P-pues... Esa chica, Choi, golpeó a JungYul en los baños. —habló la misma chica y luego miró a su compañera para que también dijera algo.

—Sí, la acorraló en los baños y le dijo a JungYul que se aleje de su mejor amigo.

¿Se referían a HoSeok?

Vaya... Pensé que se iban a inventar por lo menos una historia más convincente pero... esto es patético. ¿Ya puedo golpearlas?

Intercambiamos entre nosotras miradas que sin necesidad de mediar palabras ya decían todo; están mintiendo.

—Bueno, bueno. —rió SeoHyun acercándose a una de las chicas y tomándolas del hombro— Ahora díganos la verdad si no quieren tener verdaderos problemas.

De un salto la chica se levantó y apartó de SeoHyun, temerosa, junto a su compañera.

—¿Quiénes se creen que son para venir a tratarnos de mentirosas? Les decimos la verdad, esa chica golpeó a JungYul. —dijo molesta e indignada.

—Conocemos perfectamente a nuestra amiga como para saber que no hizo nada. —les respondió SeoHyun segura.

—Pues qué mal la conocen.

—Ustedes están locas. No estuvieron ahí, así que no pueden decir nada. —rechistó la de cabello corto, volteando para irse junto a su amiga, pero la jalé del hombro y la di vuelta para quedar frente a frente con ella.

—No se van a ningún lado. Esto es por las buenas o las malas.

—Si nos pones un dedo encima vas pasar una semana suspendida junto a tu amiguita. —dijo la otra chica, jalando de su amiga para alejarla de mí.

—CJ, —sentí cómo SunKo me tomaba de los hombros y también me hace retroceder— Rin dijo que no nos metamos en problemas.

La miré unos segundos y después a las chicas otra vez, inconforme con simplemente dejar las cosas así.

—Vámonos, JooAh. —habló la chica de cabello, llavandose a su amiga del brazo— Estas chicas están locas.

Malditas hijas de...

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Tuki

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